«No habrá nunca una puerta. Estás adentro.
y el alcázar abarca el universo
y no tiene ni anverso ni reverso
ni externo muro ni secreto centro.
No esperes que el rigor de tu camino
que tercamente se bifurca en otro,
que tercamente se bifurca en otro,
tendrá fin. Es de hierro tu destino
como tu juez. No aguardes la embestida
del toro que es un hombre y cuya extraña
forma plural da horror a la maraña
de interminable piedra entretejida.
No existe. Nada esperes. Ni siquiera
en el negro crepúsculo la fiera».
Jorge Luis Borges.– «Laberinto».- «Elogio de la sombra«.
NADIE
Abro la puerta.
Descubro que no hay nadie
fuera ni dentro.
Luis Alberto de Cuenca
Amparo,
me alegro de esa coincidencia con Luis Alberto de Cuenca: laberintos de aire delante y detrás de la puerta, laberintos que no nos dejan cruzar.
Saludos y mi gratitud por tus palabras.