SOL EN UNA HABITACIÓN VACÍA

«En donde confluyen los interiores

de sus primeros años

pasaron compañías de mudanzas

con sus camiones de atrezo

y se llevaron los objetos del pasado

-camas, alfombras, lámparas, gente,

documentos, cómodas –

dejando atrás un monumento tangible

de su vida y de cómo la vivió:

Un árbol verde sopla fuera

internándose en la habitación

por la ventana doble, formando rectángulos

de color crema

sobre la pared con la ventana y la pared

con el nicho y sobre

el suelo de madera desnudo, el sol matutino

habita el vacío

con luz americana».

L. E. Sissman: ( describiendo el cuadro «Sol en una habitación vacía» de Edward Hopper)

En varias ocasiones he hablado de Hopper en Mi Siglo. También de Sissman. Porque hay veces que pintores y poetas cantan y quedan fascinados por la misma luz. Mark Strand en su estudio sobre Hopper ha dicho de este cuadro pintado en 1963 que ofrece » una visión del mundo sin nosotros, no sólo un lugar que nos excluye, sino un lugar vaciado de nosotros. La luz, un amarillo desteñido contra las paredes en tonos de sepia, parece estar representando los últimos episodios de su fugacidad, su escueta narración llegando a su fin«. A pesar de no ser esa luz en absoluto tranquilizadora, siempre nos sentimos atrapados por esa luz.

(Imágenes:- 1.-«Sun in an empty room».-1963.-Edward Hopper.-colección privada/ 2.-Edward Hopper en su lugar de trabajo, en 1948.-foto Berenice Abbott.-cortesía de Smithsonian Insitutte.-1999.-Galería Nacional de Retratos de Berenice Abbott)