«Mater dulcissima, ahora descienden las nieblas,
y el Naviglio embiste confuso contra los muelles
los árboles se hinchan de agua, arden de nieve;
no estoy triste en el Norte; no estoy
en paz conmigo mismo, mas no espero
perdón de nadie, muchos me deben lágrimas
de hombre a hombre. Sé que no estás bien, que vives,
como todas las madres de los poetas, pobre
y con la justa medida de amor
a causa de tus hijos lejanos. Hoy soy yo
quien te escribe».- Al fin, dirás, dos líneas
de aquel muchacho que huyó de noche con un abrigo corto
y algunos versos en el bolsillo. Pobre, tan generoso,
un día lo matarán en cualquier parte- .
«En verdad, lo recuerdo, fue en aquel gris andén
de trenes lentos que llevaban almendras y naranjas
a la desembocadura del Imera, el río lleno de urracas,
de sal, de eucaliptos. Mas ahora te agradezco,
así lo deseo, la ironía que has puesto
sobre mis labios, mansa como la tuya.
Esa sonrisa me ha salvado de llantos y dolores.
Y no me importa si ahora derramo lágrimas por ti,
por todos los que como tú esperan,
y no saben qué esperan. Ah, muerte amable,
no toques el reloj que en la cocina late sobre el muro,
toda mi infancia pasó sobre el esmalte
de su cuadrante, sobre sus flores pintadas:
no toques las manos, el corazón de los viejos.
Pero ¿acaso alguien responde? Oh piadosa muerte,
muerte honesta. Adiós, querida, adiós mi dulcissima mater«.
Salvatore Quasimodo: «Carta a la madre»
(Imágenes:- 1.- Gertrude Käsebier.-1901.-Museo de Arte Moderno de Nueva York/ 2.-retrato de madame Caillebotte.-madre del artista.- Gustave Caillebotte. 177.-colección privada)

Emocionante hasta la conmoción. Gracias por traérnoslo.
Som cánticos profundos a las madres escritos por poetas profundos. Gracxias, Amando, por tus palabras.
Un abrazo.
Magnífico poema. Desgarrado hacia la madre, que encumbre una visión de agradecimiento vital. Maravilloso. Ningún hombre puede tener ese tipo de poema, solo la madre, la mujer.
Su música está ahora cerca de la onda anglosajona, en Eliot y Tennyson. Paisajes y sentimientos después de una taza de té. Donde vale tanto:
«In the mountains, there you feel free.
I read, much of the night, and go south in the winter…»
como;
«Four courts I made, East, West and South and
North,
In each a squared lawn, wherefrom
The golden gorge of dragous spouted forth
A flood of fountain-foam»
El Romanticismo sigue siendo válido.
Gracias, Javier, por este comentario. Hay poemas desgarradores y emotivos, procurando tocar lo que parecería intocable, la distancia unida a los recuerdos, unida a la separación, unida también a la intensa comunión.
Más profundo que los cánticos, y que los poetas que los cantan, son las madres. Gran privilegio de la mujer. Al que nunca llegarán los hombres con sus palabras, por muy profundas que éstas sean.
El misterio de las madres es único, y los cantos a ellas dirigidos sólo pueden entenderlos bien otras madres. Muy agradecido, Mariàngela, a tus palabras.