«- Se me ha pasado la vida ocioso – decimos -; no he hecho nada hoy. –así nos habla Montaigne.
– ¿Cómo? ¿Es que no habéis vivido? Es ésa no sólo la fundamental, sino la más ilustre de vuestras ocupaciones.
– Si me hubieran enfrentado a grandes empresas, habría mostrado lo que sabía hacer.
– ¿Habéis sabido meditar y dirigir vuestra vida? Habéis hecho el trabajo mayor de todos.
Componer nuestra conducta es nuestro oficio, no componer libros, y ganar, no batallas ni provincias, sino el orden y la tranquilidad de nuestro proceder. Nuestra obra de arte grande y gloriosa, es vivir convenientemente. Todas las demás cosas, reinar, atesorar, construir, no son sino apéndices y adminículos como mucho».
Parecería que Montaigne fuera a irse pero aún nos añade en la puerta de la página:
«Nada hay tan hermoso y legítimo como actuar bien y debidamente como hombre, ni ciencia tan ardua como saber vivir esta vida bien y naturalmente; y de nuestras enfermedades, la más salvaje es despreciar nuestro ser».
Después desaparece con sus lentos pasos, pasillo adelante, hasta el final del libro.
(Imagen: Jacek Yerka.-all-art-org)
Me ha gustado mucho. Tiene mucha razón. Un saludo