de los pliegues de las nubes, como vestido agitado,
sobre los bosques pardos y pelados,
sobre los sembradíos abandonados,
silenciosa, y suave, y lenta,
cae la nieve.
Igual que nuestras sombrías fantasías
toman forma de pronto en expresión divina,
igual que el corazón atribulado
se muestra en el semblante lívido,
el cielo alborotado revela
la pena que siente.
Éste es el poema que el aire ha escrito,
y en sílabas lentas y silentes ha anotado;
éste es el secreto del desespero,
tanto tiempo en su sombría entraña guardado.
Ni sussurrado ni revelado
ni a los bosques ni a los sembrados».
Henry Wadsworth Lonfellow: «Copos de nieve»
(Imágnes:.-1.-Nueva York en 1942.-foto Essays.-TIME/ 2.-nieve.-foto Charles Rex Arbogast.-Associated Press.-The New York Times)