«Las puertas del año se abren,
como las del lenguaje,
hacia lo desconocido.
Anoche me dijiste:
mañana
habrá que trazar unos signos,
dibujar un paisaje, tejer una trama
sobre la doble página
del papel y del día.
Mañana habrá que inventar,
de nuevo,
la realidad de este mundo.
Ya tarde abrí los ojos.
Por el segundo de un segundo
sentí lo que el azteca,
acechando
desde el peñón del promontorio,
por las rendijas de los horizontes,
el incierto regreso del tiempo.
No, el año había regresado.
Llenaba todo el cuarto
y casi lo palpaban mis miradas.
El tiempo, sin nuestra ayuda,
había puesto,
en un orden idéntico al de ayer,
casas en la calle vacía,
nieve sobre las casas,
silencio sobre la nieve.
Tú estabas a mi lado,
aún dormida.
El día te había inventado
pero tú no aceptabas todavía
tu invención en este día.
Quizá tampoco la mía.
Tú estabas en otro día.
Estabas a mi lado
y yo te veía, como la nieve,
dormida entre las apariencias.
El tiempo, sin nuestra ayuda,
inventa casas, calles, árboles,
mujeres dormidas.
Cuando abras los ojos
caminaremos, de nuevo,
entre las horas y sus invenciones
y al demorarnos en las apariencias
daremos fe del tiempo y sus conjugaciones.
Abriremos las puertas de este día,
entraremos en lo desconocido».
Octavio Paz: «Primero de enero» («Árbol adentro«)
(Imágenes:- 1.-(Really) Stumming Pictures and Photos.-Smashing Magazine.-Vitaly Friedman, editor-in-chief/2. «Tissue Pattern»-2001.-Rudy Ernst.-artnet)
Ayer me lo dije a mi mismo, en esa soledad en que te envuelve las cenas familiares, en esa presencia continuada de determinadas ausencias:
Anoche me dije:
mañana (…)
(…) habrá que inventar de nuevo, la realidad de este mundo
I ahora lo encuentro escrito en esta adicción que es JJ.
Any nou («nuevo», también «nueve»); any deu ( parecido a Déu – Dios pero tambien una «deu» es un afloramiento de agua un surgir o resurgir)