
Una mesa limpia, una mesa cargada de objetos. Dos mundos distintos. Georges Perec en “Pensar/ clasificar” nos va contando lo que ocupa su mesa de trabajo: “una lámpara, una cigarrera, un florero, una caja de cartón que contiene pequeñas fichas multicolores, un gran secante de cartón duro con incrustaciones de carey, un portalápices de vidrio, varias piedras, tres cajas de madera torneada, un despertador, un calendario, un bloque de plomo, una gran caja de cigarros ( sin cigarros, pero llena de objetos pequeños), una espiral de acero donde se pueden deslizar las cartas en espera, un mango de puñal de piedra tallada, registros, cuadernos, volantes, múltiples instrumentos o accesorios de escritura, una gran almohadilla, varios libros, un vaso lleno de lápices, una cajita de madera dorada, tres ceniceros, es decir, dos de más, que por otra parte están vacíos: uno es el monumento a los mártires, de reciente adquisición; el otro, que representa un encantador panorama de los tejados de la ciudad de Ingolstad, acaba de ser encolado; el que sirve tiene un cuerpo de material plástico negro y una tapa de metal blanco con agujeros.”

Una mesa limpia, una mesa cargada de objetos. Dos mundos distintos. Rudyar Kipling, en su Autobiografía – como lo recuerda Alberto Manguel en “Diario de lecturas” – enumera los objetos de su escritorio: “un largo plumero lacado, con forma de canoa, lleno de cepillos y de estilográficas difuntas; una caja de madera con clips y gomas; otra, de hojalata, con alfileres; en otra más, en un posabotellas, guardaba cosas que no necesitaba, desde papel de lija hasta pequeños destornilladores; un pisapapeles, una diminuta foca de piel con un peso en el interior y un cocodrilo de cuero que descansaban sobre algunos de los papeles; una regla de treinta centímetros manchada de tinta y un limpiaplumas decorativo que una criada a la que queríamos mucho nos regalaba todos los años, componían la guardia de honor de aquel ejército de pequeños fetiches.”
Una mesa limpia, una mesa cargada de objetos. Dos mundos distintos. Dos maneras de trabajar los escritores.

(Imágenes-1- Juan Gris – la mesa – 1914- Philadelphia museum/ 2-Aldo Calabresi/ 3-Catalina Keohe)