
Hui-tse dijo a Chuang-tse: «Tus enseñanzas no tienen ningún valor práctico». Chuang-tse respondió: «Sólo los que conocen el valor de lo inútil pueden hablar de lo que es útil. La tierra sobre la que marchamos es inmensa, pero esa inmensidad no tiene un valor práctico: lo único que necesitamos para caminar es el espacio que cubren nuestras plantas. Supongamos que alguien perfora el suelo que pisamos, hasta cavar un enorme abismo que llegase hasta
la Fuente Amarilla ¿tendrían alguna utilidad los dos pedazos de suelo sobre los que se apoyan nuestros pies? Hui-
tse repuso: «En efecto, serían inútiles». El maestro concluyó: «Luego, es evidente la utilidad de la inutilidad».
poetas chinos

Imágenes- montañas chinas