LA FORMACIÓN DEL PERIODISTA

 

 

”La oportunidad del periodista está infravalorada – escribía Whitelaw Reid-. A él se le dan las llaves de todos los estudios, la entrada a todas las familias, el oído de todos los ciudadanos cuando están más tranquilos y en el más receptivo de los estados de ánimo: tiene un poder de acercamiento y de persuasión superior al de un pastor protestante o un confesor católico. No es ni mucho menos un profeta, pero, dicho sea con todo respeto, es una voz en el desierto, preparando el camino. No es ni mucho menos un cura, pero su voz llega más lejos que la de este, y predica el evangelio de la humanidad. No es un rey, pero cultiva y entrena al rey, y el país se dirige a través de la opinión pública que él evoca y modela.  Si valoras este buen país que el Señor nos ha dado, si tomarías parte en esta civilización maravillosa, pon buen cuidado en la educación y la formación de tu rey”.

(Imagen – Bernard Fleetwood Walker)

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