“De quien guardo el recuerdo más vivo – le decía Renoir a Ambroise Vollard – es de Cézanne. No creo que, en toda la historia de los pintores, se encuentre un caso semejante al de Cézanne. ¡ Haber vivido sesenta y seis años y, desde el primer día que sostuvo un pincel, permanecer tan aislado como si estuviera en una isla desierta! Y también, junto a ese amor apasionado por su arte, una tal indiferencia por su obra una vez hecha, si es que tuvo la oportunidad de “realizarla”.
”Cézanne era un gran artista, un gran hombre, un gran buscador. – le decía también Renoir a Walter Pach -. Estamos en un período de buscadores más que de creadores. Amamos apasionadamente a Cézanne por la pureza de su ideal. Nunca le pasó por la cabeza otra idea que la de hacer arte. No tenía en cuenta el dinero ni los honores. A Cézanne lo que le ocupaba era siempre el cuadro venidero – hasta el punto de que concedía poca importancia a lo que ya había hecho (…) Cézanne era un hombre de grandes cualidades y de grandes defectos. Sólo que cualidades y defectos no tienen ninguna importancia. Lo que cuenta es siempre esa pasión del artista, que te arrastra con él”.
(Imágenes-1- Cézanne- autorretrato/ 2- Cézanne – fumador – foto state – Hermitage museum/3- Renoir- autorretrato)