Ahora, una vez más, vuelve a hablarse de Valle- Inclán y de su brazo. Verdades y versiones muchas veces tratadas. La actriz Josefina Blanco, que fuera mujer del escritor, respondía así a la periodista Carmen de Burgos en una entrevista de 1916:
– ¿Cuándo conoció usted a su marido?
– Hace mucho tiempo, cuando aún tenía el brazo.
– ¿Y se enamoraron desde el primer momento?
– No. Pero desde el primer momento fuimos buenos amigos. Cuando se murió mi tía y yo me quedé sola en el mundo, él era mi consejero, mi confidente; si experimentaba temor o duda por algo, se lo consultaba a él, y era tal mi confianza en su talento, que le obedecía en todo, hasta en las cosas que a mí me parecían un absurdo. Al fin acabamos por casarnos.
Yo lo admiro mucho – proseguía Josefina -. Para mí no hay nadie como él. Yo no puedo ayudarle en nada. Él me ha educado, me ha hecho conocer y sentir el arte. Antes yo no era más que una intuitiva; me faltaba la cultura, que he aprendido a su lado.
– Como actriz, ¿qué autores y qué obras le gustan más?
– Yo tengo un carácter tolerante para todo; la mayoría de las cosas me parecen bien. En cambio a Ramón le parece casi todo mal.
En casa – continuaba Josefina – Ramón es lo más bueno, lo más sencillo y lo más cariñoso que usted se pueda imaginar. Juega más con sus hijos que yo.
Esta mujer menuda entra también en la habitación cuando José María Carretero está interrogando al escritor en 1918, en una de sus célebres entrevistas.
– Don Ramón, ¿cuándo comenzó a escribir?
– Mi mujer se acordará en qué fecha publiqué mi primer libro – y dirigiéndose a la puerta, llama -: ¡Josefina… Josefina!, ¿tu recuerdas en qué año di mi primer libro?
Una voz dulce responde:
– Sí, Ramón. En 1902.
Y enseguida entra en el estudio la compañera del poeta.
Carretero le pregunta a Valle Inclán:
-Para usted constituirá una gran desgracia haber quedado manco.
– ¡Quia, no, señor! No sólo necesito para nada el brazo perdido. Vamos, no lo echo de menos en absoluto. Me valgo con el derecho para todo.
– ¿Sin ayuda de nadie?
– Sin auxilio de nadie, escribo, me desnudo, me visto, me lavo, como; en fin, todo, todo lo que usted puede hacer con las dos manos lo hago yo con la derecha. Es más; me corto las uñas, parto la carne, mondo la fruta, me hago los lazos de las corbatas del frac y construyo mueblecitos de papel… Solamente he echado de menos el brazo perdido cuando murió mi pobre hija… Se moría y yo no pude abrazarla como hubiese deseado.
Josefina Blanco en la sombra del escritor. «Yo nunca he visto – dice Carmen de Burgos – una actriz tan desprendida de su profesión de un día como esta mujer. Ni en ninguna de las actrices casadas he visto ese milagro tan sencillo y tan amable. El corazón de artista de Josefina Blanco se ha hecho más completo, más amplio, más cuajado de cosas y de arte en esta transformación tan humana, tan extraordinaria con Valle Inclán«.
(Imágenes.-1.-Josefina Blanco- leonoticias com/ 2.-carta manuscrita de Josefina Blanco en 1936- todocoleccion/3 .y 4.-carta de Valle Inclán- teatro. es/ 5.- Valle Inclán- auladeletras.net/ 6.-laopinioncoruña. es/ 7.-jotdown.es/ 8.- Vallle Inclán- farodevigo.es)