Aunque hace dos días cité en Mi Siglo a Eliot, hoy vuelvo a tomar el recorrido que va haciendo Cees Nooteboom a lo largo del mundo en sus «Tumbas de poetas y pensadores» y acompañándole en sus minuciosas y enamoradas visitas, me detengo, admirado como siempre, ante estos versos del gran poeta inglés:
«En mi principio está mi fin. Las casas
se suceden: se levantan y caen,
se derrumban, se amplían y trasladan,
se destruyen, se restauran, ocupa
su lugar el campo abierto, una fábrica,
el camino. Vieja piedra al edificio
nuevo, leña vieja a los nuevos fuegos,
fuegos de antaño a la ceniza
y las cenizas a la tierra, carne ya,
pelo y excremento, hueso de hombre
y bestia, hoja y tallo de maíz.
Las casas viven, mueren: hay un tiempo
para edificar y para la vida
y la generación y un tiempo
para que el viento rompa el vidrio suelto,
sacuda el zócalo por donde trota
el ratón y el andrajoso tapiz
donde tejieron callada leyenda
(…)
El hogar es el punto del que partimos. Vuélvese
más extraño el mundo a medida que envejecemos,
más complicada la trama de muertos y vivos.
No el vívido instante aislado sin después ni antes,
sino el arder constante de una vida,
y no la sola vida de un hombre, sino de viejas
piedras que nadie sabe descifrar. Hay un tiempo
para la noche bajo la luz de las estrellas
y un tiempo para la noche a la luz de la lámpara
(noche del álbum de fotografías).
Es más él mismo el amor cuando aquí
y ahora deja de importar.
Los viejos deberían ser
exploradores, aquí y allí
no importa, debemos quedarnos quietos
y movernos hacia otra intensidad
para lograr mayor unión, una comunión
más profunda en la fría desolación oscura,
entre los gritos del viento y la ola,
en las aguas inmensas del petrel
y la marsopa. En mi fin está mi principio».
T. S. Eliot.- «East Coker» (traducción de Esteban Pujals Gesalí)
Después de la muerte de Eliot en enero de 1965 – como así lo cuenta su biógrafo Peter Ackroyd – su viuda, Valerie Eliot, declaró que «creía que había pagado un precio demasiado alto para ser poeta, que había sufrido demasiado». Y dos años antes de su muerte ella le dijo al excelente crítico literario y artístico Herbert Read que la mejor parte de su poesía le había costado mucho en términos de experiencia.
Una experiencia que tocó muchas veces las fibras del alma.
(Imágenes.-1.-T-S Eliot- answers .com -Getty Images. Inc/ 2.-Londres-.foto-Keystone.- Hulton Archive.-Getty images.-diciembre 1952/ 3.-Londres .enero 1947 –Hans Wild/ 4.-.-Abelardo Morell.-Camera obscura imagen del Támesis en el interior de la oficina.-2001.-Bonni Benrubi Gallery-bonnibenrubi.com)