“Qué día feliz.
La niebla se disipó temprano.
Me puse a trabajar en el jardín.
Colibries quietos sobre la madreselva.
Nada sobre la tierra que yo quisiese tener,
nada sobre la tierra que yo pudiese envidiar.
Había olvidado todo lo que sufrí,
no tenía ya vergüenza del hombre que fuí.
No me dolía el cuerpo.
Al enderezarme, vi el mar azul y las velas”.
Czeslaw Milosz.– “El premio”
(Imagen:- Edward Hopper.-1939)