VIAJES POR ESPAÑA (19) : BARTHÉLEMY JOLY

 

 

 

“Los españoles son personas de elevado gusto y de buen apetito – escribe el francés Barthelemy Joly en suViaje por Españaen el siglo XVll -, de ordinario no se lavan las manos antes de comer, pues cada uno presupone tenerlas limpias, y se sientan a la mesa antes de que se haya colocado la comida. Primero viene la fruta, que ellos la toman al revés que nosotros, al principio, naranjas enteras o en rodajas con azúcar, ensaladas, uvas verdes, granadas, melones de invierno, guardados todo el año, como se hace con la calabaza. Después, una vez colocados los platos, el maestresala se pone al extremo de la mesa, descubierta la cabeza, con su capa y una servilleta sobre el hombro. A un lado hay una pila de platos, al otro un gran cuchillo y un tenedor, con los que él hace partes, tomando un poco de cada cosa que él pone sobre un plato ante la persona más importante, haciendo lo mismo con los tres o cuatro más próximos a él; otro de los más diestros hace semejantes platillos a todos los demás de la mesa, de manera que no quede nada en las fuentes, que son retiradas de inmediato y otras las reemplazan, y lo mismo ocurre con los platos. Los platos más importantes como el pavipollo, conejos, capones, gallinas no se sirven nunca enteros, sino presentados en piezas desde la cocina, de tal manera que viniendo una o dos fuentes de pavipollo, el maestresala los trocea, cortándolos más menudo para dar, con la salsa, dos o tres trozos a cada comensal.

 

 

(…) Cuando alguno quiere beber se le trae del “buffet“, llamado aparador que está generalmente fuera de la sala, preparado no solamente con vasos y utensilios de mesa, sino con otras piezas muy lujosas, si el dueño quiere hacer el honor y dar a sus amigos un convite más digno, se le lleva entonces la copa media de agua, presentada sobre un plato un poco hondo, en el cual puede verter lo que quiera y servirse tanto vino como guste, blanco y clarete, en dos pequeñas jarritas de vidrio. El vino es turbio y no tan delicado como el nuestro; es preciso beber más de lo ordinario a causa de la gran cantidad de pimienta que ellos ponen en todos los platos, además de la que se sirve en la mesa como sal, estando hechos sus saleros tanto para la una como la otra, no cesando de añadir especias para hacer, según dice, buena digestión; la libra de pimienta cuesta allí dos reales, comen además cabezas de ajo y otro ajo aún más picado y líquido, existiendo este proverbio: “sobre el buen comer, el ajo”, con salsa y guisos que ellos llaman sainetes, no perdonando a nadie que no le guste. Al fin terminado el cocido, se sirve como postre lo que ellos llaman, a diferencia de la que sirve de entrada, fruta de postre, también confituras y turrones, especies de bizcochos muy duros con algo azucarado para mojar.

 

 

(…) La costumbre general de la mesa es hacerle grandes honores a la comida, mezclando un poco de conversación para animarse a comer muy bien. La perdiz – dicen ellos – es perdida, si caliente no es comida; el arroz nace en agua y hay que hacerle morir en vino; aceituna una por una. Y es porque los médicos dicen de las aceitunas que la primera es de oro, la segunda es de plata y la tercera mata”.

 

 

(Imágenes-1- Helene Schjerfbeck / 2- Jopie Huisman/ 3- Carl Moll – 1900/ 4- Wayne Thiebaud)

VIAJES POR ESPAÑA (18) : GASTRONOMÍA Y BANQUETES

 

 

En los Anales del reinado de Felipe lVlo quiere recoger así Félix de Llanos y Torriglia en suVida  hogareña a través de los siglos”- destacan, entre otros, dos célebres banquetes. “Uno, el que dio al rey y a la reina Isabel de Borbón el conde de Benavente, que se compuso de más de 500 platos, servidos por pajes muy galanes, que desfilaban ofreciéndolos unos tras otros, siendo el último una trucha de 22 libras, cuyo peso obligó a que se fueran remedando los que la portaban. El otro, es el que organizó Medina Sidonia en el bosque de Doña Ana.  Este costó, con las demás funciones de agasajo, unos 300.000 ducados, y en él se consumieron 1.400 pastelones de lamprea, 400 arrobas de aceite y 100 arrobas de azúcar. Para servir el banquete, el jefe de cocina y sus dos ayudantes hubieron de ser secundados por ocho mozos de oficio, cinco chulos, cuatro mozos aprobados, dos oficiales, dos despenseros, doce peladores de aves…, o sea, en conjunto, doscientas personas. Y si se agregaba el personal de la repostería, pastelería, la cava, la frutería, el total de cuantos contribuyeron al festín pueden cifrarse en cuatrocientos ochenta hombres”.

 

 

Repasando Félix de Llanos los productos naturales de España que pudieran  utilizarse en cualquier ocasión dentro de la vida hogareña enumeraba los siguientes: “ las guindas de Toro, uvas de Totana y de Cebreros, sandías de Utrera, batatas de Nerja, higos de Lepe y de Villajoyosa, melones de Guardamar, naranjas de Tarifa, garbanzos de Fuentesaúco y Alfarnate, zanahorias de Lillo, repollos de Melgar, arroz de Callosa, papas de Sanlúcar, granadas de Alcira, truchas de Viana; anguilas del Duero, sardinas de Puentedeume  y de Laredo, salmón de Santander, atún de Conil, bocas de la Isla, pescadilla de Cádiz, capones de Vergara, salchichón de Vich, chorizos de Castuera, jamón de Montánchez, butifarra catalana, sobreasada mallorquina, queso manchego,  miel de la Alcarria, mostachones de Utrera, chocolate de Orense, mantecados de Estepa, bizcochos de Monforte y Guadalajara, almíbares de Granada, conservas de Vitoria, tartas reales de Motril, alpisteros de Chiclana, limoncillos de Sagunto, calabazas de Onteniente, gazpacho andaluz, caldereta asturiana, melones de Villaconejos, almendras garrapiñadas de Alcalá, churros madrileños…”

Un mapa de platos que cubre toda la península.

 

 

(Imágenes -1-Antonio Girbes – El país/ 2-Paul de vos- elpais/ 3- Joan Brossa- El país)

VIAJES POR ESPAÑA (17) : LA ALHAMBRA

 

 

«Este palacio, aunque no muy grande – escribe el veneciano Andrea Navagero en su «Viaje por España» (1524- 1526) – es una edificación admirable con maravillosos jardines y sistemas de agua corriente, el más bello que existe en España. Tiene varios patios, todos con agua abundante, pero uno en particular con una acequia en el centro y repleto de espléndidos naranjos y arrayanes. Allí se encuentra una logia, que ofrece una panorámica hacia el exterior, y está situada bajo unos arrayanes de una altura tan impresionante que, prácticamente, se elevan hasta el balcón. Son tan frondosos, todos con copas igual de altas, que parecen un corredor cubierto de verde. El agua fluye por todo el palacio y, si se quiere, también por las habitaciones, algunas de las cuales son adecuadas para una exquisita estancia veraniega».

 

 

(Imágenes- La Alhambra- turismo de Granada)

VIAJE POR ESPAÑA (16) : VIAJE DE VIAJES

 

 

“Está por hacer – recuerda Sánchez Cantón en susItinerarios de arte” – un “Viaje de viajes” que describa a España con noticias sacadas de todos ellos; el retrato no saldría fiel, pero sí muy divertido. Para dibujar el mapa podría servir el barón de Rosmithal, que vio a Inglaterra en la ría de Vigo, y para hablar de las modas, nadie mejor  que madame D Aulnoy, la cual refiere que las “niñas bien” de San Sebastián, en el reinado de Carlos ll, llevaban al paseo cerditos a guisa de perros falderos.

No eran tan amenos los “Viajes” del siglo XVlll; pero sus pretensiones de seriedad hacían más dolorosas para los españoles las críticas y las leyendas que difundían (Mister  Clarke se admiraba de que no le entendiesen cuando preguntaba algo en francés o en latín por los caminos de España. Swinburne perdió durante dos días a su ayuda de cámara porque le habían encerrado para peinar la peluca de una imagen de la Virgen; “Fígaro” cuenta cómo cerca de Zaragoza hay una gran taberna servida por monjes bernardos, y describe así un dormitorio de madrileños acomodados : “ El amo duerme sobre un banco; madame, en el mismo o sobre otro; los hijos, sobre una estera; los criados, en el suelo; por el verano en el patio, y cuando es invierno, en la caballeriza”)

 

 

Se comenzó a estudiar nuestra tierra, nuestra historia y nuestro arte. Fue forzoso recorrer España para bien conocerla, y “viajes” son muchas de las empresas memorables de entonces – El “Viaje botánico” de Cavanilles, el “Viaje literario a las iglesias de España de Villanueva, el “Viaje” de Ponz.

Una nota esencial diferencia a estos viajeros de los “pelegrinos curiosos” anteriores: los anhelos devotos de otras épocas se truecan en ansias de averiguar y en deseos de ver. Tiene el castellano palabra definidora de estos “peregrinos laicos”, la registra el Diccionario académico, mas nunca fue usual. Tres son las causas que mueven a viajar: necesidad, oficio y gusto. Se llama “viajero” el sujeto de la primera acción; “viajante”, el de la segunda, y el de la tercera, “viajador”, vocablo que debiera difundirse para destierro de “turista”, que es feo galicismo.

El viajador español por excelencia del siglo XVlll fue don Antonio Ponz”.

 

 

(Imágenes-1- Pejman Shoajei/ 2- Slim Aarons 1965/ 3- Monet -1864)

VIAJES POR ESPAÑA (15) : CATEDRAL DE LEÓN

 

 

“Recuerdo también una tarde, hace muchos años, en la catedral leonesa. Yo vagaba en la sombra de aquellas bóvedas con el alma cubierta de lejanas memorias. Ya entonces comenzaba mi vida a ser como el camino que se cubre de hojas en Otoño. Había entrado buscando un refugio, agitado por el tumulto angustioso de las ideas, y de pronto mi pensamiento quedó como clavado en un dolor quieto y único. La luz en las vidrieras celestiales tenía la fragancia de las rosas, y mi alma fue toda en aquella gracia como en un huerto sagrado. El dolor de vivir me llenó de ternura, y era mi humana conciencia llena de un amoroso bien, difundido en las rosas maravillosas de los vitrales, donde ardía el sol. Amé la luz como la esencia de mí mismo, las horas dejaron de ser la sustancia eternamente transformada por la intuición carnal de los sentidos, y bajo el arco de la otra vida, despojado de la conciencia humana, penetré cubierto con la luz del éxtasis. ¡Qué sagrado terror y qué amoroso deleite! Aquella tarde tan llena de angustia aprendí que los caminos de la belleza son místicos caminos por donde nos alejamos de nuestros fines egoístas para trasmigrar en el Alma del Mundo”.

Ramón María Del Valle-Inclán – “La lámpara maravillosa”

 

 

(Imágenes-catedral de León- ABC es)

VIAJES POR ESPAÑA (14 ) : DE ASTURIAS A LEÓN

 

 

«Las vertientes meridionales de la gran sierra que divide Asturias de León – escribe José María Cuadrado en sus «Recuerdos y bellezas de España«-, aunque  menos rápidas y profundas que las que miran al principado, ofrecen caracteres muy semejantes. Cimas cubiertas de casi perpetua blancura, vegetación silvestre y grandiosa de hayas, robles y encinas, frigidísimas y copiosas fuentes, arroyos que bajan a reunirse en caudalosos ríos, valles escondidos e imponentes desfiladeros cortados como a pico, formados por los ramales y avanzadas de la cordillera, techos bajos y pajizos blanqueados por la escarcha cuando no oprimidos por la nieve, dispersos y cortos pueblecillos que se agrupan de diez en diez o de doce en doce para componer un ayuntamiento, vida pastoral en los moradores, sencillez y hospitalidad en las costumbres, tales son los rasgos comunes de las montuosas comarcas de Laceana, Babia, Omaña, Argüelles y Valdeburón. Divididos corren y encajonados en sus angostas cañadas, ora sesgos ora raudos y espumosos, el Omaña y el Luna, el Vernesga y el Torío, el Curueño  y el Porma, el Orbigo y el Esla, que absorben luego uno tras otro a los restantes para llevar al Duero sus aglomerados caudales fuera de los confines de la provincia.

Cada otoño, cuando los árboles se desnudan de sus hojas, bajan de aquellas breñas los naturales en crecidas caravanas tras de las manadas de ovejas merinas que constituyen su principal riqueza y que van a buscar más templado clima y más abundante pasto en las vegas de Extremadura, dejando silenciosos y ateridos sus campos, y a los ancianos, niños y mujeres reunidos alrededor del hogar durante la rígida invernada : cada primavera vuelven a sus praderas nativas los trashumantes rebaños y los pastores, no maleados en general por su nómada existencia; y puéblanse entonces las chozas de alegría, y de danzas los verdes sotos, y los aires de sentidas canciones y melancólicas tonadas, y las mesas de frescas natas y sabrosas colaciones para el huésped o viajero que acierta a penetrar en la Arcadia leonesa y a identificarse por temporada con alguna de sus homéricas familias».

(Imagen – Babia -traveler)

VIAJES POR ESPAÑA (13) : SEVILLA Y EL EMBAJADOR

 

 

«Toda la tierra alrededor de Sevilla es muy hermosa y abundante de trigo, vino, aceite y de otras muchas cosas – escribía el embajador veneciano Andrés Navagero al visitar España en 1524 -. La cebada se recoge en abril, por el calor que allí hace, que verdaderamente es excesivo en verano, aunque emplean contra él muchos reparos, por lo que solía decir el rey católico que «el verano se debía pasar en Sevilla y el invierno en Burgos«. En el tiempo que yo estuve en Sevilla sentí tanto calor a fines de marzo y en abril que no lo he sentido mayor en Italia en julio y agosto. Verdad es que dicen que aquel año fue en esto distinto de los demás, y el mes de mayo hizo más fresco de lo que era menester, lo que se debió a los vientos de Poniente que reinaron algunos días, los cuales, cuando soplan, aunque sea en medio del verano, producen en aquella región, no sólo fresco, sino a veces frío».

Andrés Navagero había sido elegido por el Senado veneciano  el 10 de octubre de 1523 embajador en España cerca del emperador Carlos V y en julio de 1524  salió de Venecia para su nuevo destino. Tras pasar por Barcelona, Zaragoza y muchas otras ciudades, llegó a Sevilla en marzo de 1525 y sobre las numerosas cosas que allí vio, escribió lo siguiente: «por estar en Sevilla en el sitio en que está salen de ella tantas personas para las Indias, que la ciudad se halla poco poblada y casi en poder de las mujeres. Todo el vino y el trigo que aquí se cría se manda a las Indias, y también se envían jubones, camisas, calzas y cosas semejantes que hasta ahora no se hacen allá y de que sacan grandes ganancias. Está en Sevilla la Casa de la Contratación de las Indias, donde vienen todas las cosas que se traen de aquellas partes porque las naves no pueden descargar en otro puerto; al llegar la flota entra en dicha casa gran cantidad de oro con el que se acuñan muchos doblones al año; el quinto es para el rey, y suele casi siempre montar acerca de cien mil ducados cada año.

 

 

Dicen los mercaderes que de algún tiempo a esta parte viene menos oro que solía, pero los viajes continúan y todos los años van y vienen naves. Vi yo en Sevilla muchas cosas de las Indias y tuve y comí las raíces que se llaman batatas que tienen sabor de castañas. Vi también y comí, porque llegó fresco un hermosísimo fruto que tiene un sabor entre el melón y el melocotón con mucho aroma, y en verdad es muy agradable. También vi algunos jóvenes de aquellas tierras que acompañaban a un fraile que había estado allí predicando para reformar las costumbres de los naturales, y eran hijos de señores de aquellos países; iban vestidos a su usanza, medio desnudos y sólo con una especie de juboncillo o enagüetas; tenían el cabello negro, la cara ancha, la nariz roma; pero el color tira más a ceniciento; mostraban tener buen ingenio y vivo para todo, pero lo singular era un juego de pelota que hacían a estilo de su tierra: la pelota era de una especie de leño muy ligero y que botaba mucho, tamaña como un melocotón o mayor, y no la rebatían con las manos ni con los pies, sino con los costados, lo que hacían con tal destreza que causaba maravilla verlo; a veces se tendían casi en tierra para rebatir la pelota, y todo lo hacían con gran presteza».

 

 

(Imágenes-1-Sevilla en el siglo XVl -culturamas/,2-Barco -1533-,elmundo/ 3- Sevilla en el siglo XVl- sevitrade)

VIAJES POR ESPAÑA (13) : MALLORCA, VALDEMOSA

 

 

«Es Mallorca una tierra bendita para vivir despacio y moderadamente y para trabajar también despacio y moderadamente – escribe Miguel de Unamuno en sus «Andanzas y visiones españolas» -. Hay quien les llama a los mallorquines holgazanes; mas es, sin duda, porque no padecen la febril ansia del trabajo, que podríamos llamar económico, del que es castigo, del de concurrencia, del padre de las guerras, pero basta ver sus campos y las obras de sus artífices para percatarse de que trabajan, y trabajan bien. Trabajan con un trabajo que se podría decir estètico. Más que trabajadores son artesanos, en el más noble y puro sentido de esta palabra, que empieza a desusarse.

 

 

(..) Valdemosa es lo más célebre que como paisaje y lugar de retiro y de goce apacible de la Naturaleza tiene Mallorca. Tiene ya su tradición y hasta su leyenda literaria. La prestigió a «Jorge Sand»,  que pasó allí un invierno con el pobre Chopin enfermo de tisis y enfermo de la Sand y de música, que fue a buscar alivio y recreación en aquel aire alimenticio y aquella luz vivificante (…) También Rubén Darío pasó en Valdemosa una temporada en sus últimos, tristes, torturadores años, acaso la última temporada en que gozó de alguna paz. La pasó en la casa misma en que yo estuve alojado diez días, en casa de don Juan Sureda, cuya mallorquina hospitalidad es una honra para la isla (…) Allí el pobre Rubén se refugió, maltrecho y ya definitivamente vencido por el diablo amarillo, a emprender la última lucha, la desesperada. Allí escribió algunos de sus últimos cantos, entre ellos el de la cartuja, después de haber leído una vida de San Bruno. Allí tuvo, sin duda, la última ilusión de vencer al licor que haciéndonos olvidar el fondo de la vida nos precipita por él hasta la muerte. Allí pidió, en una de sus crisis, que le llevasen un teólogo, un confesor, o muy sabio o muy sencillo. Allí visitó a un viejo ermitaño que desde un hospital de Palma se fue a la ermita de la Trinidad de Valdemosa a acostarse a morir entre la fronda que vive de brisa marina perfumada. Al arrancarse Rubén de Valdemosa, cuando le llamaban el mundo y la muerte, llegó por la carretera de Palma a un punto en que descubrió la airosa fábrica de la catedral y entonces hizo parar el carretón, se descubrió, pidió a su cordial amigo Sureda que le rezase un padrenuestro, lo contestó devotamente, se santiguó e hizo luego un gesto de trágica resignación que era una despedida y como el último saludo de quien se dispone a arrojarse al abismo.

La cartuja de Valdemosa está henchida de recuerdos del pobre Rubén y yo sentía el remordimiento de lo que pude haberle dicho y esperó él que le dijese y no le dije, cuando cada día, mañana y noche, pasaba por el cuarto en que el pobre forcejeó espiritualmente contra la nube que le iba ciñendo».

 

 

(Imágenes -1- Valdemosa- Wikipedia/3.- Rubén Darío- La Prensa/ 3 -calle de Valdemosa- Wikipedia)

VIAJES POR ESPAÑA (12) : SALAMANCA

 

 

«Lo primero que me sorprende de Salamanca es el color de oro mate (mejor diría de salmón) de la ciudad –  escribe Emilio Bobadilla en «Viajando por España», en 1912 -. Esto obedece  a la piedra de que están hechos sus edificios, blanda como la arcilla al principio, y dura como el granito después. Así se explica que hayan podido cincelarla tan complicadanente, imitando las labores de los plateros. El tiempo la comunica ese matiz de barquillo indeleble.

 

 

 

De calle en calle salgo a la Plaza Mayor, original como ninguna otra de España. Viene a ser el foro salmantino. Por allí se pasea todo Salamanca. Tiene la forma de un trapecio. La circundan casas uniformes de cuatro pisos con soportales poblados de tiendas. En las enjutas de los arcos ostenta bustos de viejos reyes y próceres, de incierto parecido. En el siglo XVl se transformaba en plaza de toros. Los arcos se cerraban con una barrera, detrás de la cual se congregaba el pueblo, y los balcones se convertían en palcos. La tauromaquia estaba entonces en mantillas y los toreros eran puramente de afición.

 

 

(…) De la Plaza Consistorial salto a la Plazuela del Corrillo. Es triangular. Sus puertas desquiciadas, sus barandajes torcidos, sus paredes hidrópicas, sus vetustos guardapolvos, sus ventanas mohosas con cortinas de colores, sus columnas hundidas, sus portales oscuros, sus tejas rotas… forman un conjunto anárquico y pintoresco. Las lugareñas, de ampulosos y burdos refajos, peinadas al estilo… plateresco, venden allí en míseros tenduchos, sentadas en el suelo, legumbres, huevos, pollos y gallinas. (…) La calle de San Pablo me conduce a la «Casa de la Salina», llamada así por haber servido de almacén de sal en otros tiempos. A poco andar, diviso la granítica  «Torre del Clavero», sólida, esbelta y rubia como el trigo. Casi enfrente está el «Parador del Clavel«. Los caballos, las mulas, los burros se apiñan coceando en el zaguán. De los travesaños del techo y de las paredes cuelgan albardas, zanzarros, arneses, alforjas, sombreros y mantas. En el suelo se hacinan los cántaros de leche, los serones, los cuévanos vacíos, las botas de montar, las espuelas (…) Caballero en un mulo, llega un charro, erguido, seco, de ancho sombrero, la manta al hombro, ceñido el busto por una faja carmesí. Su  cara respira una nobleza de viejo hidalgo.  Luego llega otro, el brazo izquierdo arqueado sobre el muslo; en la mano derecha la brida; gallardo, musculoso; los cañones incipientes de la barba le azulean el perfil casi griego; la mirada es imperiosa, los labios son finos y pequeños. Se apean despacio y gravemente como caudillos victoriosos. Detrás viene un arriero rechoncho, montado en un rucio de orejas caídas, pintura viva de Sancho Panza. Luego otro charro en una yegua nerviosa, de pupilas parlantes, que  piafa y caracolea».

 

 

(Imágenes -1-cronica de Salamanca/ 2.- charro y gitanos -Laurent -todo colección/ 3- Salamanca- 188o- The Bridge- todo colección/ 4.-Salamanca – siglo XlX- Venancio Gombau- Pinterest)

VIAJES POR ESPAÑA (11) : BANDIDOS ANDALUCES

 

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«Bajando de las montañas, con el maravilloso espectáculo de Málaga, el Mediterráneo y Ronda en el horizonte, vimos a un mulero que nos dijo que había una banda de cincuenta ladrones, todos con caballos, en la venta, junto a la carretera y el bosque que teníamos que atravesar aquella noche. Hacia el mediodía entramos en Antequera; a partir de allí la comarca tenía una apariencia inusitada en España: huertos cercados, setos con álamos y olmos que me recordaban el paisaje del Oeste de Inglaterra, pero esta comparación, sugerida momentáneamente por el buen cultivo, no tardó en ser borrada por la realidad, pues fuimos sorprendidos por una tormenta y tuvimos que buscar refugio en una casa grande, pero solitaria, junto al camino; la puerta estaba cerrada y sus habitantes tardaron en oírnos. Por fin, después de muchas preguntas, nos la abrieron con evidente recelo, que aumentó cuando entramos y pedimos pan y vino. Acostumbrados a los bandidos y no a los viajeros, no sabían qué pensar de nosotros al principio.

 

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Luego, yendo camino de Benamejí, se nos unieron algunos arrieros, que nos advirtieron del peligro que corríamos. Era costumbre entonces que los viajeros que pasaban por allí se unieran en caravanas, y como la mayoría eran campesinos que llevaban sus productos al mercado era siempre fácil encontrar alguna a la que unirse. Oímos que una caravana pasaba a una milla de distancia y galopamos a su encuentro, consiguiendo cruzar el bosque con ella. Pasamos por el lugar del peligro, junto a la pintoresca venta y no tardaron los de la caravana en gritar que se acercaban los bandidos; vimos a tres hombres en el bosque, apoyados en sus fusiles, en quienes nuestros compañeros reconocieron a miembros de la banda. Protegido por la caravana como estaba, sentí deseos de ver de cerca a uno de los famosos bandidos andaluces, que, como los contrabandistas legítimos, se distinguen por su atuendo, van en nobles corceles y tienen en su carácter algunos rasgos loables; raras veces cometen asesinatos, a menos que la víctima oponga terca resistencia, muestran gran cortesía y desdeñan las cosas de poco valor; aquellos que vimos en el bosque iban a pie y no se distinguían en nada de la demás gente.

 

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Quizá fueran bisoños en la banda y no admitidos aún en los privilegios del uniforme y los misterios de la profesión, pues, según parece, en las mejores bandas había que pasar por un período de aprendizaje. El número de los bandidos sospecho que era exagerado por la gente, aunque el distrito estaba tan lleno de ellos, que se decía que quien bebiera el agua clara de Lucena quedaba desde aquel momento convertido en cumplido ladrón de caminos».

Herbert Henry George, tercer Conde de Carnarvon .-«Viajes por la península ibérica» (1827)

 

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(Imágenes.-1,.-pintura de Eulogio Rosas/ 2.-pinterest com/ 3.-tripasvisor/ 4.-gibralf -universidad de Málaga)

VIAJES POR ESPAÑA (11) : GRANADA

 

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«He venido por un instante a visitar el viejo paraíso moro. He venido por un ferrocarril osado, bizarría de ingenieros, hecho entre las entrañas de montes de piedra dura. He visto inmensas rocas talladas; he pasado sobre puentes entre la boca de un túnel y la de otro; abajo, en el abismo, corre el agua sonora. Así el progreso moderno conduce al antiguo ensueño. Y cuando he admirado la ciudad de Boabdil, he tenido muy amables imaginaciones (…)  Desde la Alhambra se mira el soberbio paisaje que presenta  Granada y su vega deliciosa. A la derecha, la antigua capital, el barrio  actual del Albaicín, con sus tejados viejos, sus construcciones moriscas, su amontonamiento oriental de viviendas; al frente, la ciudad nueva, en que la universalidad edilicia sigue el patrón de todas partes; a la izquierda, la verde vega, con sus cultivos y sus inmensos paños de billlar; más acá, cerca de la mansión de encajes de piedra, los cármenes, estas frescas y pintorescas villas, donde los granadinos cultivan en los ardientes veranos sus heredadas gratas perezas, sus complacencias amorosas y sus tranquilas indolencias. En verdad, se sienten saudades del pasado. Se comprende el entusiasmo de los artistas que han llegado aquí a recibir una nueva revelación de la belleza de la vida.

 

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El agua por todas partes, en las copiosas albercas, en los estanques que reproduce las bizarrías arquitecturales, en las anchas tazas como las que sostienen los leones del famoso patio, o simplemente brotando de los surtidores colocados entre las lisas losas de mármol. Comprendían aquellos príncipes imaginativos que hablaban en tropos pomposos, que la vida tiene hechizos que hay que aprovechar antes de que sobrevenga la fatal desaparición».

Rubén DaríoGranada»

 

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(Imágenes.-1.-Granada- Joaquín Sorolla– reproducciones com pinturas/ 2.-El patio de Comares- Joaquín Sorolla- cultura en Andalucía/ 3.-La torre de los Siete Picos- Sorolla- cultura en Andalucía)

VIAJES POR ESPAÑA (10) : CUDILLERO

 

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«El puerto de Cudillero es uno de los de más fuerte matrícula pesquera del norte de España. El cogollo de la población, donde está la rula, la parroquia, el Ayuntamiento ocupa el fondo del embudo con la rampa del puerto, donde se sobornan cada día no menos de cien barcos de pesca. La operación de vararlos se hace mediante unos cables movidos por tornos, ahora eléctricos y antes a mano. El barco de pesca ocupa todo Cudillero hasta meterse en los portales de las casas, en las aceras, en los soportales, como corceles dormidos. El  hombre de Cudillero vive unido a su barco como un molusco. Es ya como una mezcla de hombre y barco, una especie de centauro del mar. Creo que éste es el único puerto del Cantábrico en que esta operación de sobornar toda la flota pesquera haya que hacerla diariamente. Tan fatigoso trabajo tiene su origen en la peligrosidad del puertecillo.

 

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En los bordes del enorme remolino de rocas, las casas de esta extraña villa trepan como en una perspectiva infantil hasta alturas de cerca de cien metros. Están pintadas de colores violentos, como los de las chimeneas y las amaras de los barcos : ocres, rojos, verdes, sienas. Parece la villa como un tapiz oriental tendido en la falda de un monte (…) De Cudillero era uno de los hombres de más personalidad que ha dado la costa aquella: Calixto López, el famoso tabaquero de La Habana. Cuando nadie más que Pío Nono, el Zar de Rusia y Francisco José de Austria tenían su retrato en las fajas de los puros, Calixto López hizo grabar el suyo, con lo que se abrió un mundo infinito a los coleccionistas de fajas. Calixto López  se hizo enterrar en Piñera, cerca de Cullidero, en un cementerio que hoy es, probablemente, el más bonito entre los rurales de España«.

Víctor de la Serna – «La ruta de los foramontanos»

(Imágenes.- 1.-Cudillero- turismoasturias/ 2.- Cudillero- latierradelroble)

VIAJES POR ESPAÑA (10) : PATIOS CORDOBESES

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«Los patios en Córdoba y en otras ciudades de la provincia, son, como los de Sevilla, cercados de columnas de mármol, enlosados y con fuentes y flores. En los lugares más pequeños no suelen ser tan ricos ni tan regulares y arquitectónicos, pero las flores y las plantas están cuidadas con más amor, con verdadero mimo. La señora, en la primavera y en las tardes y en las noches de verano, suele estar cosiendo o de tertulia en el patio, cuyos muros se ven cubiertos de un tapiz de verdura. La hiedra, la pasionaria, el jazmín, el limonero, la madreselva, la rosa enredadera y otras plantas trepadoras tejen ese tapiz con sus hojas entrelazadas  y le bordan con sus flores y frutos. Tal vez está cubierto de un frondoso emparrado  una buena parte del patio, y en su centro, de suerte que se vea bien por la cancela, si por dicha la hay, se levanta un macizo de flores, formado por muchas macetas colocadas en gradas o escaloncilllos de madera. Allí claveles, rosas, miramelindos, marimoñas, albahaca, boj, evónimo, laureola, y mucho dompedro fragante. Ni faltan arriates todo alrededor, en que las flores también abundan, y, para más primor y amparo de las flores, hay encañados vistosos, donde forman las cañas mil dibujos y laberintos, rematando en triángulos y en otras figuras matemáticas. Las puntas superiores de las cañas con que se entretejen aquellas rejas o verjas suelen tener por adorno sendos cascarones de huevo o lindos y esmaltados calabacines. Las abejas y las avispas zumban y animan el patio durante el día. El ruiseñor le da música por la noche».

Juan Valera.- «La cordobesa»
patios- nyh- patios de Córdoba- tradiciones y fiestas com

 

(imágenes.- 1.-córdoba 24 info/ 2.- córdoba tradiciones y fiestas)

VIAJES POR ESPAÑA (9) : SORIA Y MACHADO

Soria-reb- ermita de San Saturio, a orillas del Duero- wikipedia

 

«Que Soria, aislada, pobre, con su clima duro y a trasmano de las rutas importantes – escribía Dionisio Ridruejo en sus guías viajeras -, haya llegado a ser imagen familiar para los hombres de lectura se debe sobre todo a la peripecia biográfica de un gran poeta que vino a ella en los años de su primera madurez, amó, sufrió y encontró en sus paisajes el tema conveniente a su talante espiritual. Hoy se habla de la Soria de Machado más que de la Soria numantina, mito nacional indudable y que bastaría para explicar la atención de un cierto gremio de estudiosos. Si Soria es, sobre todo, la de Machado ello no sucede sólo por la mayor genialidad de nuestro poeta preferido, sino porque el sujeto se ajustaba bien a la óptica del contemplador, que era la dominante en un tiempo de crisis y esperanza. Por eso la imagen de Machado es ambigua. Su criticismo progresista, su patriotismo crítico, le llevará a convertir a Soria

 

Soria- bgu- Antonio Machado y Leonor- paradas es

 

en el paradigma extremo de la España menoscabada, sumergida bajo un pasado altisonante y debatiéndose por romper «hacia la vida» con la pesadumbre de sus tierras desnudas y de su resignación, tan mineral como la entraña de los páramos. Por otra parte, su intimismo de raíz idealista le llevará a la complacencia estética que la pena de amor y de ausencia dejará en su última depuración. Vista con uno de los focos, Soria será aislamiento, lucha casi imposible con los rigores del medio, postración consolada por la dignidad, esperanza de poco sostén y mucha intemperie. Vista con el otro, Soria será el paisaje subjetivable por excelencia, el paisaje-alma, con belleza que

 

Soria-unnhy- palacio de los Condes de Gómara- siglo diecisiete- wikipedia

 

apenas pide ayuda a los sentidos, impresionándonos desde la propia imaginación con el hayedo en el pinar, las hojitas del olmo o la mariposa del zarzal florido. Ni siquiera la referencia monumental le hace falta a Machado. La ciudad es «decrépita» y «bella bajo la luna». La sociedad es puramente tácita, mientras el paisaje más explícito va fundido a la tierra con algunos excesos de sombra. El alto llano con sus colinas próximas y sus montañas lejanas que tienen los colores del sentimiento – plateadas, cárdenas, azules, violeta, rosa – era lo suficiente».

 

Soria-nuuhn- ermita de la Virgen del Mirón- wikipedia

 

(Imágenes.- 1.- Soria: ermita de San Saturio, a orillas del Duero- Wikipedia/2- Antonio Machado y Leonor/ 3.-palacio de los Condes de Gomara – siglo XVl- Wikipedia/ 4.- ermita de la Virgen del Mirón- Wikipedia)

VIAJES POR ESPAÑA (8) : TOLEDO (Y Al FONDO, JERUSALÉN)

Greco-rwwsw- Toledo bajo la tempestad-- Museo Metroploitano de Nueva Tork

 

Asomado en la noche a esta balaustrada del hotel, este corredor al aire que abre las habitaciones a una visión lejana y cercana, iluminada, del Toledo roquedal ante el Tajo al fondo y abajo, uno no contempla nada insólito sino un paisaje natural. Desde el balcón de Toledo mis recuerdos se alargan hasta otro balcón hace años en un hotel de Jerusalén, la ciudad al fondo en la noche, emociones veladas, un panorama similar a éste. Allí mi mirada buscaba tonos, explanadas, historia. Ahora  el Toledo nocturno, tras subir en automóvil una larga cuesta y fuera ya de las murallas, es un pozo de roca,  luz e historia española de siglos. También aquella noche contemplé los siglos en Jerusalén. Aquella extensión de la ciudad santa la fui mirando despacio a través de los visillos y luego buscada en detalle sobre los mapas. Toledo ahora, me digo asomado a esta balaustrada, es admirable, pero no sé si realmente es observada por la curiosidad y la serena contemplación. Toledo está cerca de Madrid y quizá no sabemos descubrir lo que nuestra España recubre o encubre.  Hay en estos momentos un silencio de altura, un aire límpido y casi palpable; la luna, entre nubes, encuentra a la noche clara con grises y platas en el cielo que pintara El Greco. Uno llega a comprender que el celaje toledano, entre brumas, cubriera la tela del pintor. Paz. Silencio. Esta noche se está más cerca del aire, en lo alto de una ciudad cuya limpidez se respira. Hasta aquí se llega por una subida de curvas que acaba en el aire, en la cumbre del aire, sin demasiado viento, con enorme quietud.

José Julio Perlado

(Imagen.- El Greco – Toledo bajo la tempestad)

VIAJES POR ESPAÑA (11) : RÍO ARLANZÓN

Burgos- yggr- incomimg- students

 

Vienen y van las aguas del Arlanzón entre las vidas de los árboles, al costado de Burgos, cuando las vidas pasean a media tarde entre estos árboles del río, vienen y van los árboles cabeceando al viento, viene y va el viento que no se sabe dónde nace, porque el Arlanzón nace en el Pico de San Millán, en la Sierra de la Demanda, y las vidas que pasean abajo y arriba al costado de Burgos van y vienen algunas con bastones de nudos apoyando recuerdos, otras en cambio corren fugaces y en trajes de colores delante de sus madres, vidas diminutas como hojas pequeñas de los árboles, vidas secas, vidas enhiestas, vidas encorvadas, río Arlanzón que corre  mansamente, mansedumbre de aguas, mansedumbre de vidas, pasean las aguas al costado de árboles y las conversaciones y las confidencias y las nostalgias y los requiebros bajan como las aguas Burgos abajo, dejan la Catedral, la Plaza Mayor, sortean los afluentes de la existencia y apenas se oye ahora su caudal.

Me quedo oyendo el río, mirando a Burgos, pasan los años, pasan los árboles, pasan las aguas, viene y va en silencio el Arlanzón.

José Julio Perlado

 

Burgos-mmuj- río Arlanzon- wikipedia

 

(Imágenes. – el río Arlanzón a su paso por Burgos)