VENECIA Y STRAVINSKY

 

 

Leo en el periódico : “Venecia lo embrujó y en la ciudad de los canales fue enterrado hace cincuenta años el compositor más grande del siglo XX.”  Lo conocí  en Roma el  13 de junio de 1964., mientras escuchaba  su “Sinfonía de los salmos”. Anoto aquí de él lo que dijo cuando  cumplió los ochenta y cinco años: “Simplemente quiero continuar tratando de hacer mejor aquello que he hecho siempre, y esto a pesar de que las estadísticas me digan que debo ir cada vez peor. Y quiero hacerlo  en este mismo ‘Identikit’, tan ajetreado, pero que ha alcanzado tan larga vida.» «Tengo que rehacerme a mí mismo», dice el poema de Yeats. Y esto es lo que hemos de hacer todos. “

Recuerdos y palabras que no se olvidan.

 

 

(Imágenes— foto de Irving Penn— 1948- The new york times/ 2- Venecia- Karl Kaufmann)

BRODSKY Y VENECIA

“Lo más relevante de Venecia — decía el ruso Joseph Brodsky— es que la ciudad es tan hermosa que se puede vivir allí sin estar enamorado. Tiene una belleza asombrosa que uno toma conciencia de que jamás  podrá inventar o crear algo — especialmente en términos de pura existencia— de una belleza semejante. Venecia pertenece a una categoría superior. Si tuviera que reencarnarme,  no me importaría ser un gato, pero un gato que vive en Venecia. Hacia 1970 se me metió en la cabeza la idea fija de que tenía que ir a Venecia.  Tenía incluso un plan para irme a vivir allí y alquilar un piso en la planta baja de algún “palazzo” a orillas de un canal. Me sentaría a escribir y tiraría las colillas al agua para oír cómo se apagaban con un sonido sibilante. Cuando obtuve libertad para viajar en 1972, después de un semestre dando clases en Ann Arbor, lo primero que hice fue comprar un billete de ida y vuelta a Venecia para pasar allí las vacaciones de Navidad. Es interesante ver a los turistas que llegan a la ciudad. La belleza que encuentran es tan abrumadora que se quedan anonadados. Lo primero que hacen es ir a las tiendas de ropa para vestirse adecuadamente — Venecia tiene las mejores “ boutiques” de Europa —, pero cuando salen otra vez a la calle, perfectamente ataviados, sigue habiendo una dolorosa incongruencia entre la gente, las masas, y todo lo que hay alrededor. Porque por muy bien que se vistan, y por muy generosa que haya sido la naturaleza con ellos, carecen de la dignidad del artificio que los rodea, que es en parte la dignidad de la decadencia. En Venecia, uno toma conciencia de que lo que el hombre es capaz de hacer con las manos es mucho mejor que él mismo. Lo que me gusta de Venecia, aparte de su belleza, es la decadencia, la belleza de la decadencia. Es algo irrepetible. Como dijo Dante: “Una de las principales características de una obra de arte es que es imposible de repetir”.

 

 

(Imágenes : – 1- lucien Lévy Dhumer/ 2-Karl Kaufmann)

OTOÑO TARDÍO EN VENECIA

 

‘La ciudad ya no se insta como un cebo

que pescara los días emergidos.

Los vítreos palacios suenan más frágiles

en tu mirada. Y en los huertos pende

el verano, montón de marionetas

boca abajo, cansado y muerto.

Mas del antiguo bosque en esqueleto

sube el deseo : como si de noche

el general del mar doblar quisiera

las galeras en activo arsenal,

y embrear ya el aire de la mañana

con una flota que a zarpar se apresta

y, enarbolando todas sus banderas,

radiante y fatal, tiene grande el viento”.

Rainer Maria Rilke – “Otoño tardío en Venecia” ( 1908) (traducción Jaime Ferreiro Alemparte)

 

 

(Imágenes -1- Anders Zorn – 1894 — fundación  Beyeler/ 2- John  Singer – 1904 – fundación Beyeler)

SONREIR EN UN BLOG (10) : PISA Y VENECIA

 

 

 

 

‘Los alcaldes de Pisa y Venecia se pusieron de acuerdo para contrariar de súbito a los visitantes de sus ciudades, que durante siglos se han sentido por igual encantados, tanto de Pisa como de Venecia, haciendo trasladar y erigir, en secreto y de la noche a la mañana, la Torre de Pisa en Venecia y el Campanile de Venecia en Pisa. Sin embargo, no pudieron mantener secreto su propósito y, la noche misma en que querían transportar la Torre de Pisa a Venecia y el campanile de Venecia a Pisa, fueron internados en un manicomio, como es natural, el alcalde de Pisa en el manicomio de Pisa y el alcalde de Venecia en el manicomio de Venecia. Las autoridades italianas supieron llevar el asunto con toda discreción.”

Thomas Bernhard – “El imitador de voces”

(Imagen – Torre de Pisa – pingtree)

VIAJES POR EL MUNDO (16) : VENECIA

 

 

“Sobre el agua verde, azul o gris

de los canales y del Canal,

hemos recorrido Venecia

de San Marcos al Arsenale.

Al fuerte viento de la laguna,

que la orienta a su gusto,

he visto girar tu Fortuna,

!oh Dogana di Mare!

Sopla del Adriático,

débil brisa o siroco,

!mala suerte, si tu dedo me indica

Fusina o Malamocco!

La góndola nos balancea

bajo el felze y, con su mano

el  ferro golpea el silencio

que dormía en el aire marino.

El sol calienta las losas

en la Riva degli Schiavoni;

¡tus recodos y tus dédalos,

Venecia, los conocemos!

El agua riela; el mármol se mella;

los remos se hacen eco,

cuando se pasa por la sombra fresca

del Palacio Rezzonico.”

Henri de Régnier – “Venecia’ (traducción de Juan José Delgado Gelabert)

 

 

(Imágenes – 1-Edouard Manet – 1874/ 2-Anders Zorn -1874)

VENECIA RECOBRADA

ciudades.- 45ghh.- Venecia.- Matthew Pillsbury

 

«El secreto de Venecia se encuentra en otra parte; en la repentina alegría que proporciona el juego. Venecia hace de ciudad y nosotros hacemos como si la descubriéramos. Como muchachos juguetones o actores. Durante un breve período de tiempo dilatado dejamos a un lado la seriedad de la vida en beneficio del como si del espectáculo de la vida, algo parecido a un viaje en globo». Cuenta esto Regis Debray en su libro «Contra Venecia«, en el que ofrece una visión muy crítica de la ciudad.»Todo esto es posible – sigue diciendo –  gracias a la paradoja del comediante. Pero qué importa  si los venecianos natos creen o no creen en Venecia, si el pueblo, propulsado sobre las pasarelas por la masa de recién llegados, comprende que el espectáculo debe continuar porque es su trabajo y una vieja costumbre. El espectáculo se encuentra en la sala, y la sala es la calle. Mira arriba. Balcones con flores, puentes de hierro forjado, insignias, pantallas de lámpara, cabezas de piedra y bonitas caras que van saltando del tenderete a la tiendecita, todos los accesorios están donde deberían estar; Goldoni puede empezar. Pequeña pincelada vanguardista: el director ha mandado colocar incluso una estatua del autor en un rincón de la escena, Campo San Bartolomeo«.

 

ciudades.- 5ggrr.- Venecia.-Ferdinand du Puigaudeau

 

Venecia como escaparate, Venecia como teatro. Esta crítica a la ciudad que hace Debray se enfrenta con los elogios y evocaciones distribuidas a lo largo de siglos sobre estas tierras de agua. «Le Magazine Littéraire» acaba de comentar un nuevo diccionario sobre Venecia, de Gachet y Scarsella, con sus paseos y su historia, la antología de quienes vivieron y pintaron, escribieron y se enamoraron en estos rincones. Montaigne decía que «tenía hambre extrema de conocer esta ciudad», Chateaubriand la llamaba «la ciudad contra natura«, Monet le confesaba a su mujer «esto es demasiado bello para ser pintado»y Maurice Barrés anotaba «que esta agonía prolongada es precisamente el encanto más fuerte que me seduce».

 

ciudades.-7hyhn.-Venecia.-John Singer Sargent.-1882

 

Cuando en mayo de 1900 Proust va a Venecia con Reynaldo Hahn lleva a su madre y la señora Proust prefiere quedarse en su cuarto leyendo o mirando las idas y venidas de los paseantes. Desde lejos, al volver los que han salido a caminar, ven el chal desplegado en el balcón  del cuarto. Ese marco quedará para siempre en Proust como el ideal que rodea al retrato de su madre. » Y si después -escribirá-, cada vez que veo el molde de esa ventana en un museo, me veo obligado a contener las lágrimas, es simplemente porque me dice lo que más puede conmoverme«.

Tiempo recobrado en Proust, Venecia también recobrada.

 

ciudades.-rvyyu.-Venecia.-Henri-Edmond Cross 1903-.1904

 

(Imágenes -1- Matthews Pillsbury/ 2.-Ferdinand du Puigaudeau/ 3- John Singer Sargent- 1882/ 4- Henri Edmond Cross– 1904)

PINTURA Y POESÍA (1) : PIETRO LONGHI

Longhi-unnh- Pietro Longhi- Il ridotto in Venetia- colección privada

 

«No es un maestro tan grande como otros

que le precedieron en su misma ciudad

ni sus pinceles se elevaron jamás

por encima de la plaza y sus miserias.

Mas ahora, al volver a tu hotel, al pasar

junto a Harry`s, es en él en quien piensas,

y en los tipos que pintaba, embozados

en sus capas. Y en los caminantes

que como tú supieron también verle.»

Juan Manuel Bonet.«Pietro Longhi»

 

Longhi.-bvee-Pietro Longhi- The Ridotto in Venice- colección privada

 

 (Imágenes.- 1 y 2- Pietro Longhi- Il ridotto in Venecia.-colección particular)

EL COLOR

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«La visión en la laguna de Venecia de las velas de color me hizo sentir, como nunca quizá – confesaba María Zambrano-, que sea el color ese color carne, tierra cocida rojizo, ese color planetario de las espaldas de los trabajadores de los puertos, de los vasos griegos, de las fachadas de las casas en Italia, el «color» sin más, antiguo, con que se pintaban las estatuas, que era también el de las velas y seguro que el de los templos.

ciudades.-599i.-Venecia.-Pierre Auguste Renoir

Dejar algo en blanco, dejarlo sin pintar, es dejarlo sin dueño, deshabitado. El color en general, y ese color en esencia es la bandera del hombre sin más, es signo y señal  de que el hombre está allí, de que él lo ha hecho, es su emblema. El azul y el oro se debieron de aplicar a los dioses, las materias preciosas como el marfil, el oro, la plata, las piedras preciosas. Dejar algo sin color es dejarlo sin la impronta del hombre, abandonado a la acción de los elementos, dejarlo sin dueño.

pintores.-nvy66.-Venecia.-por Pierre-Auguste Renoir.-1881.-Fundación Beyeler.

La pintura, por tanto, es la impronta del hombre, huella y señal de su paso por el mundo, marca, además de ser conjuro, evocación, hechizo.

pintores.-bnx546kk.-Venecia.-por Paul Signac.-1909.-Fundación Beyeler

El color es la bandera de lo humano.

ciudades.-t7yh.-Venecia.-Andre Hambourg

Y el blanco de los pitagóricos y de los ascetas, de los monjes, señal de estar aquí, no como habitante permanente del planeta, sino como habitante de, hijo de un mundo incorpóreo, luminoso, librea de la «Luz intelectual».

María Zambrano.- «El color»-1954

ciudades-gvbb-Venecia- Noel Georges Bouvard

(Imágenes.-1- Maxfield Parrish.-1904/ 2 y 3.- Pierre- Auguste Renoir.-1881/4.-Paul Signac- 1909/5.- André Hambourg/ 6.- Noel Georges Bouvard )

CANALETTO EN SOLEDAD

Canaletto- bb- Entrada al Gran Canal  y la iglesia de Santa María de la Salud

«Toda Venecia gritaba de color demasiado cerca de él – señala Luigi Dami al hablar de la pintura italiana del Seicento e Settecento -, y Canaletto halló allí el vehículo de la luz, que a veces se estanca en el aire, prisionera de vapores húmedos, como un velo entre nosotros y la visión de las cosas. La vida de las piedras rubias, bajo la luz, sobre la extensión de las aguas, entre salsedumbres de mar y respiración de la laguna, fue el tema dominante de su pintura. Sus pastas llevadas al grado de sutileza de una epidermis, y como ella porosas, como ella sedosas incluso en las rugosidades apenas surcadas por el pincel, llenaron como tejidos vivos los recuadros de los telares de dibujo. Pero para las cosas menudas que la perspectiva no encuadra en sus rasgos – una góndola que se desliza, un pordiosero en un escalón, un mástil que oscila, una vela que se afloja, un puente derrumbado -, encuentra acentos de briosa desenvoltura que admira si no hemos reparado en lo que hay de vivido y contenido en el aplanamiento y chatura de sus escenarios de casas.»

Canaletto-cc- a solas con Canaletto- elmundo.es

Toda una prosa que envuelve a la crítica y que va y viene por la superficie de la pintura, va y viene por el agua de los canales en una Venecia tantas veces retratada por el arte. Ahora – mirando a Canaletto – se puede contemplar en Venecia y en soledad  (hasta el 27 de diciembre) su gran cuadro «La entrada al Gran Canal, con la iglesia de la Salud» que pintara en 1744. Todos los enfoques, todos los ángulos. pueden admirarse en un momento único. Es la Venecia actual como fondo de la Venecia de siempre. «Toma el vaporeto que recorre el Gran Canal – nos aconseja Tiziano Scarpa en «Venecia es un pez» (Minúscula) -, por si no bastaran los cuatro kilómetros de palacios que flanquean la S formada por el agua, al final el canal desemboca en Bacino San Marco. Acabas de dejar a tus espaldas la basílica de Santa María de la Salud..», y allí, ante la iglesia y entre las aguas el ojo de Canaletto dispone las grandes masas de sombra y de luz.

Contemplar un cuadro en absoluta soledad es una experiencia inolvidable. Recuerdo hace años (con motivo de estar preparando un libro) haber entrado de noche – tras laboriosos permisos correspondientes – en el Museo del Prado. Visité a Goya de diez a once de la noche, con el museo vacío. Me acompañaba únicamente un conserje que me iba iluminando las salas y me dejaba contemplar. Era la pintura y yo en un largo instante de silencio total. Algo que nunca olvidaré.

http://www.canalettovenezia.it/

(Imágenes:- 1.- Canaletto.-«La entrada al Canal Grande, con la iglesia de la Salud».-1744.-Castillo de Windsor, colecciones reales/ 2.- el cuadro de Canaletto tal como está actualmente colocado en Venecia.- elmundo.es)

CANALES VENECIANOS

«Caminar por calli y campi, sin un itinerario preestablecido, quizá sea el mayor placer de que se  puede disfrutar en Venecia«, recomienda Diego Valeri en su «Guida sentimentale di Venezia«. Caminar también con Musset, cuando le escribe a George Sand en 1833 ; caminar con Dickens y Balzac, y también con

D `Annunzio cuando se enamora de Eleonora Duse en 1895; caminar con Proust, en mayo de 1900, en el momento en el que el gran escritor francés decide repentinamente reunirse en Venecia con Reynaldo Hahn:  sentado en las terrazas de los cafés, Proust escuchará cómo le traducen «Las piedras de Venecia«, de Ruskin. Ruskin le habla a Proust de cómo los pájaros frecuentan

la plaza de San Marcos: ” los muros de San Marcos le dice  – sirven de abrigo a innumerables palomas que ponen sus nidos en los follajes marmóreos y mezclan la dulce irisación de sus plumas, cambiantes a cada momento, con los tintes no menos atrayentes que permanecen allí, inmutables, desde hace setecientos años“. Caminar igualmente con Chauteaubriand y con Paul Morand, cuyo último libro será «Venecias«. Caminar detrás del comisario Brunetti de Donna Leon

investigando crímenes. Caminar por Venecia como apartamento trazado en «Los papeles de Aspern», de Henry James. Caminar con Joseph Brodsky en «Marca de agua«; caminar con Tiziano Scarpa en «Venecia es un pez«. En varias ocasiones he hablado de Venecia en Mi Siglo. Al borde de estos canales marcharon también Malraux, Montale, Buzzati, Saul Bellow y tantos otros.

 Conversaciones a la orilla del agua de Visconti; conversaciones a la orilla del agua de Thomas Mann. Las conversaciones traen y llevan palabras en góndolas que van del cine a la literatura. Música de Wagner. Poemas de Browning. Música de Monteverdi. Poemas de Byron. «Los gondoleros bogan con una pierna delante y la otra detrás – dice Tiziano Scarpa -, el pie posterior

se apoya en una minúscula peana elevada, una cuña: la energía hace palanca en el talón, luego en la planta y en los dedos del pie. Trabaja todo el cuerpo, se proyecta hacia delante, empuja. Observa sus cuerpos cuando descansan: los brazos cuelgan un poco hacia delante, los hombros redondos, la nuca, las clavículas, los omóplatos desarrollados. Desde la mano izquierda a la derecha están rodeados por una U de músculos mayúsculos».

Ahora que se habla de los 10 secretos de Venecia, la ciudad estará siempre en el recuerdo.

(Imágenes:- 1.-Karl Kaufmann.-wikimedia. commons/ 2.-Stefano Taglione/ 3.-Maurice Prendergast/ 4.-Mario Bonzuan/ 5.- Otto Pippel/ 6.-Vito Vecellio/ 7.-Lucien Lévy Dhumer)

 

¿CIUDADES MUERTAS?

«¡ Y qué triste estaba también Brujas en aquellas últimas horas de la tarde! Es así como él la deseaba. Por esa misma tristeza, la había elegido y había ido a vivir allí después de la gran tragedia. Antes, en los tiempos felices, cuando viajaba con su mujer y juntos llevaban una vida llena de fantasía y un tanto cosmopolita – en París, en el extranjero, junto al mar -. antes había venido con ella, de paso, sin que aquella gran melancolía pudiese influir en su alegría. Pero más tarde, ya solo, se había vuelto a acordar de Brujas y había intuido al instante que a partir de aquel momento, tenía que fijar allí su residencia».

Así lo escribe Georges Rodenbach en su novela lírica y dramática «Brujas, la muerta«, publicada en 1892 (Vaso Roto). Estudiada como uno de los exponentes de la narración de Fin de Siglo, Mallarmé dijo de Rodenbach que era» uno de los artistas más puros y exquisitos. Es un maestro de la sensación. Puede decirse que percibe analogías y descubre relaciones por el tacto y el oído, hasta el punto de que, aunque indiscreto, sería curioso saber si no es la sensación la que sugiere su pensamiento».

¿Era Brujas entonces una ciudad muerta? ¿Es Venecia ahora una ciudad muerta? Byron, Musset, Gautier, Taine y Wagner, entre otros, quisieron comenzar a tejer a finales del XlX  el mito de Venecia como ciudad muerta. Muchas veces he hablado de Venecia en Mi Siglo. Pero se han estudiado varias ciudades más como posibles «ciudades muertas«. «Toledoopina, por ejemplo, Hans Hinterhäuser al comentar las figuras y mitos del Fin de Siglo (Taurus) – es ciudad muerta y lugar místico, aunque de modo diferente a Venecia y con mayor intensidad que Brujas«. Los pasos en Toledo entre Grecos que cruzan van unidos al vaivén de las góndolas ante iglesias y palacios acuáticos y también a las nieblas de Brujas envolviendo a la melancolía.

Las ciudades – y también los campos – se han hermanado siempre con escritores y pintores, pero igualmente con personajes. Steiner separa muy bien la ciudad y el campo en «Ana Karenina» y en «Resurrección«. Julio Caro Baroja ha dedicado importantes trabajos a lugares comunes surgidos en la relación ciudad – campo.

Ciudades muertas, escritores vivos. Escritores vivos resucitando a ciudades que no desean morir.

(Imágenes- 1.- Brujas/ 2.-Venecia.-Lucien Lévy Dhurmer/ 3- Venecia.-Guido Cadorin.-El Canal.-1921.-colección privada/ 4.-Venecia.-Luisa Casati.-1921)

GÓNDOLAS BAJO LOS PUENTES

Más de una vez he hablado en Mi Siglo sobre Venecia. Vuelven mis recuerdos hasta el Lido, hasta las aguas silenciosas. «A las ocho de la tarde, primera visión del Gran Canal nada más salir de la estación. Amenazaba una tormenta y el tono severo de la ciudad parecía destacar con sus colores oscuros, a veces fúnebres, reflejarse en el agua, en los palacios y en las góndolas. Venecia tiene un color serio a pesar de su abigarrada, inaudita y prodigiosa arquitectura. Blancos, negros, grises sobre Venecia. El resto de los colores, los más vivos, con alguna excepción, los aporta el turismo ‑el rojo de los toldos a orillas del canal, los farolillos amarillos de los restaurantes, el verde, el fuerte azul de los vestidos que llevan de aquí para allá americanos y europeos.

Venecia, en cambio, de modo general, es blanca, negra, gris. Estoy seguro de que alguien habrá definido ya las góndolas como ligeros ataúdes flotantes. Vacías, cabeceando entre los altos palos de las embarcaciones, aguardando a la próxima romántica pareja, aparecen extrañamente negras, como cajas de muerto labradas con esos raros dibujos sobre la madera con la que los fallecidos más famosos desean inexplicablemente viajar al cementerio. Todo esto puede dar una impresión macabra. Pero Venecia no es triste: es inexplicable, irreal, montada sobre la sorpresa y la fantasía. Cada día se asoman a su historia, en donde el recuerdo del Dux y del Consejo de los Diez vuelve a aumentar los tonos severos, hombres y mujeres que vienen en busca del pasado a navegar por unas calles abiertas en el agua, a navegar en silencio».(«Él artículo literario y periodístico«, pág 240)

(Imágenes:- 1 y 2.-Venecia.-Carlo Naya -1816-1882.-wikimedia. com/3.-góndolas bajo los puentes.-elpais. com)

PALLADIO, ARQUITECTO DE LOS ARQUITECTOS

 

PALLADIO.-TTBBT.-Il  REDENTORE.-Venecia.-bluffon.edu

«La madera se debe cortar en otoño y durante todo el invierno – recomienda  Andrea Palladio en sus «Cuatro libros de arquitectura» (1570) -, porque los árboles recobran entonces por las raíces el vigor y la dureza que en primavera y verano habían derramado en hojas y frutos. Se talarán en luna menguante, porque en ese tiempo se ha consumido ya el humor que corrompe la madera. (…) Las piedras – sigue diciendo Palladio – se extraen en verano, a fin de que, no estando hechas a sufrir vientos, lluvias y hielos, se endurezcan poco a poco y puedan así resistir las inclemencias de los elementos. (…) La arena, entre todas, la mejor es la de cantera y es negra, blanca, roja o carbúnculo, que es una especie de tierra tostada por fuegos subterráneos que se extrae en Toscana. Por larga experiencia se ha visto que entre las arenas de río la mejor es la de torrente, que se encuentra bajo la peña por donde el agua baja, porque está más limpia. La arena de mar es la peor de todas: debe negrear y ser lúcida como el vidrio. (…) Los metales que se emplean en los edificios – continúa Palladio – son el hierro, el plomo y el cobre. El hierro sirve para hacer clavos, quicios, cerrojos para cerrar las  puertas, para construir las puertas mismas, las rejas y cosas parecidas. (…) De plomo se cubren los palacios magníficos, los templos, las torres. De cobre se cubren a veces los edificios públicos. Los antiguos hicieron de él los clavos, que comúnmente se llaman espigas, los cuales, hincados en la piedra de abajo y en la de arriba, evitan que las piedras se muevan de lugar».

PALLADIO XVXV.-Ciaxa Forum Madrid

Con esta prosa tan ceñida al material y tan cuidadosamente tratada por las manos de Andrea Palladio, este gran arquitecto y teórico de la arquitectura tan admirado por Goethe va exponiendo fundamentos y explicaciones. Habla, por ejemplo, en esos «Cuatro libros« (Akal) de las obligadas relaciones de los habitantes con la naturaleza, de la doctrina de los puentes de madera hechos por César o entrega recomendaciones puntuales sobre cómo se debe hacer la arquitectura de las prisiones. Hijo de un modesto molinero, inscrito él como cantero en 1523  en el gremio de albañiles de la ciudad italiana de Vicenza, para Palladio la antigüedad es el modelo insuperable y Vitrubio la guía y el maestro. San Jorge el Mayor y el Redentor en Venecia, Villa Rotonda y el teatro Olímpico en Vicenza muestran, entre muchas otras obras, toda su innovación.

PALLADIO.-9876.-Teatro Olímpico.-archivo1968Italia1081

Ahora Caixa Forum en Madrid acaba de inaugurar una exposición sobre su figura y, a través de conferencias, observa  la estela que en la Historia ha ido dejando el «palladianismo«: análisis de sus páginas, presentación de sus dibujos, panorámica general sobre el que está considerado desde el siglo XVl «preceptor de la arquitectura».

PALLADIO.--nmnm.-Villa Pîsani en los Cuatro Libros de arquitectura.-Wikipedia.-

Las palabras de Andrea Palladio nos siguen hablando desde sus «Cuatro libros«:  «Yo trataré primero – dice al principio – de las casas privadas y pasaré después a los edificios públicos, y brevemente trataré de los caminos, de los puentes, de las plazas, de las prisiones, de las basílicas, es decir, lugares de la justicia,  de los «xustós» y de las palestras, que eran lugares donde los hombres hacían ejercicio, de los templos, de los teatros y de los anfiteatros, de los arcos, de las termas, de los acueductos, y finalmente del modo de fortificar las ciudades y de los puertos…».

Su voz y su sensibilidad para la historia de la arquitectura han llegado vivas hasta nuestro siglo XXl.

(Imágenes.- 1.-iglesia de El Redentor.-Venecia.-bluffon.edu/2.-exposición en Caixa Forum/3.-teatro Olímpico de Vicenza.-Archivo1968Italia1081-/ 4.-«Villa Pisani» en «Los cuatro libros de la arquitectura».-wikipedia)

MANOS, OJOS Y BOCA DE VENECIA

ciudades.-114,.Venecia.-2003.-por Arno Rafael Minkitten.-artnet

El último número en español de National Geographic está dedicado a Venecia y yo recuerdo que cuando la mano se posa sobre el lomo de aquellos canales podemos notar, como dice en su delicioso y pequeño libro Tiziano Scarpa, que «Venecia es un pez» (Minúscula), una ciudad de agua,  silencio escurrido sobre ese «lenguado colosal tendido al fondo». Venecia igualmente es tortuga, los pies de Venecia levantan escalones al costado de alcantarillas y canales, Venecia es mano sobre piedras y parapetos, Venecia son olores, «como en el arsenal de los venecianos  (dice Dante en «El Infierno«)  hierve en invierno el pegajoso alquitrán para embrear los barcos averiados que no pueden navegar«. «Los más hediondos canales – recuerda Scarpa  ( y él ha nacido en Venecia )- son el río delle Muneghéte, en la frontera entre los barrios de Santa Croce y San Polo, y el recodo apestoso entre la Fondamenta del Remedio y el Sotopòrtego de la Stua«; Venecia es también oído, oído del acordeón y de la góndola, escucha de la cadencia del agua, cabeceo de los vaivenes sobre  los que en alguna ocasión hablé ya en Mi Siglo.

Venecia.-656.-John Singer .-siesta de los gondoleros.-1904.-Fundacón Beyeler.-

Venecia es ojo. «La belleza te asalta a fachadas – dice Scarpa -, te abofetea, te golpea. (…) Las ventanas de las casas están exageradamente cerca de las esquinas, asoman al máximo por la proa angular de los edificios para captar la mayor cantidad de luz posible, reflejarla de inmediato sobre la pared adyacente y proyectarla dentro de la habitación».

Venecia es boca también. Se muerden los bocados de su alfabeto y se disfruta a la vez con los «bìgoli in salsa«, los espaguetis agujereados con salsa de sofrito de cebolla y anchoas en salmuera.

venecia.-999.-anders Zorn 1894.-Fundacion Beyeler

Y por fin – entre muchas cosas más – Venecia son libros, autores, obras. Musset y George Sand, Chateaubriand, D ´Anunnzio, Balzac, Dickens, Proust, Mann, Henry James, Mark Twain, Saul Bellow, Ruskin, Dino Buzzati, Kafka, Walter Benjamín…, la lista sería interminable. Hotel San Marco, Hotel Sandwirth, Hotel Gritti Palace, Hotel de Europa, Hotel Danieli, Hotel Bellevue et de Russie…; por allí estuvieron las mentes y las plumas creando anotaciones, llenando cuadernos… El pez de la ciudad bajaba mientras tanto entre canales, manso,  pasaba despacio bajo el puente de Rialto y, para no distraer a quienes escribían, apenas hacía ruido.

(Imágenes. 1.-Venecia.-foto de Arno Rafael Minkitten.-2005.-arnet/ 2 .-siesta de los gondoleros-por John Singer Sargent-.10904.-Fundación Beyeler/ 3.-gondolero-por Anders Zorn.-1894.-Fundación Beyeler)

VENECIA, EL SILENCIO, LOS RUIDOS

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La Red me trae el texto de Una temporada en el infierno con el regalo del catálogo veneciano de la Fundación Beyeler y la Red me lleva a  la evocación de otro texto mío, recuerdo de una de las visitas a aquella ciudad.

» Entré en San Marcos ayer a las doce en punto de la mañana. Los dos moros de bronce tocaban en ese instante las campanas. Escribir sobre la plaza de San Marcos…: a pesar de ello cada encuentro tiene un significado nuevo y cada ojo humano descubre un signo, sea original o repetido, que conserva todo su encanto. Creo que ha de penetrarse en San Marcos con el espíritu desnudo de turismo. La invasión turística ya se encargará de transmitirnos todo su eco mecánico, artificial y falso. Pero el centro de la belleza, el corazón de lo  maravilloso y de lo insólito, debe llegarnos directamente, sin el obstáculo de las prevenciones, como un tiro de gracia: con sorpresa, como un disparo que lanza la belleza al cuerpo. San Marcos, nueva plaza para mi memoria, invadida, alborotada, orquestada por las palomas. Fomentan el turismo estas palomas de San Marcos. Caminan a pasos cortos; con sus patas rojas se amontonan, revolotean, se picotean breve y fieramente en una guerra intestina en busca de los granos de maíz. Es necesario levantar la mano a media altura y no bajarla, no arrodillarse: levantar la palma repleta de granos y sentir en la piel  las puntas de estos picos que no hacen daño, que a una velocidad asombrosa devoran los copos sin fallar un solo golpe, con una voraz y consumada maestría. El rumor que acompaña a estos banquetes es únicamente el del aleteo, clásico aleteo registrado en las postales y en los filmes: ese volar muy leve, como una onda o como un golpe de viento».venecia-0008-edouard-manet-el-gran-canal-de-venecia-1874-fundacion-beyeler

» Curiosos estos ruidos de Venecia. El oído humano, acostumbrado a la tensión del tráfico y a su trepidación, encuentra aquí sonidos distintos: el motor ronco, no muy fuerte, de las motonaves de pasajeros; un levísimo chapoteo en el agua: el único remo de estos gondoleros, uniformados con jerseys a listas, inclinándose e irguiéndose: todo a un ritmo acompasado, como un rito, un movimiento permanente realizado con sumo cuidado para rendir pleitesía al turismo y elevar la cifra de las divisas. Estos son los rumores venecianos. Y las pisadas. Pisadas de hombres. Los hombres sobre los puentes, en el laberinto de las estrechas calles; los hombres andando por fin con total libertad, sin semáforos, sin el sobresalto de los claxons; los hombres pisando y paseando sobre la tierra. En su reino.

El resto, como en una frase de Shakespeare, es silencio. Una ciudad extendida sobre el silencio. La voz del hombre y sus pasos dominando esta sensación de paz en la ciudad más sorprendente del mundo. Anteanoche, cuando venía en el pequeño vapor desde la estación hacia el Lido y el cielo se había cerrado bruscamente, la noche comenzaba y Venecia entera, oscurecida, se me ofrecía como una estela de agua y de fachadas cada vez más asombrosas, comprendí el encanto de este lugar en donde pintores y escritores vienen a beber el lenguaje de los sueños. Aquí estuvo Thomas Mann. La muerte: precisamente La muerte en Venecia y no otra cosa. Aquí han estado Dostoievski, Somerset Maughan, Simenon, por nombrar a cuatro escritores diversos que recuerdo en este momento. Cuando había pasado ya bajo el puente de Rialto, la tormenta se anunció sobre la ciudad con su primer trueno. Estaban encendidas las luces de los farolillos en las dos orillas; en las casas, por el fuerte calor con sus ventanas abiertas, se vislumbraban rostros, tapices, cuadros. Una mujer se peina ante el espejo; un niño se recorta en el umbral de una habitación; un hombre, con la cabeza vuelta hacia fuera, observa los temblores del cielo. Todo ello se contemplaba desde el vaporcito. A mis pies, el agua casi negra hacía espuma… y el rumor, el rumor del motor atravesando el Gran Canal mientras unas gruesas gotas hacían batir el río…» («El artículo literario y periodístico». Paisajes y personajes.-págs 240-242)

(Imágenes: Pietro Fragiacomo: «Venecia, Plaza de San Marcos», 1899.- Fundación Beyeler/ Edouard Manet: «El Gran Canal de Venecia», 1874.-Fundación Beyeler)