LA ARDUA Y LABORIOSA PREPARACIÓN DE UN LIBRO

 

 

Muchos libros de ficción llevan consigo una serie de días, semanas y meses de lenta y laboriosa preparación que a veces no parece tener fin. Es el trabajo fundamental de documentación que sostendrá luego en pie todo el tablado de imágenes y palabras. Los ejemplos que podrían aportarse serían muy abundantes. Uno entre tantos es el que cuenta Vargas Llosa, trabajando en Paris sobre una de sus novelas:” una vez por semana —dice— iba al Jardín des Plantes a ver árboles y flores de la Amazonía y alguno de los guardianes me tomaría tal vez por un aplicado estudiante de botánica. En realidad, las lecturas amazónicas me vacunaron contra el vicio descriptivo y, al final, en mi libro sólo describiría un árbol que nunca pude ver en Paris, la lupuna, enorme y con jorobas, que aparece en los cuentos selváticos como residencia de espíritus malignos. Iba también de vez en cuando a ver animales de la selva al Zoológico del Bois de Vincennes, y recordaba, cada vez que divisaba  al puma o a la vicuña, lo que contaba otro escritor peruano que había vivido también muchos años en París, Ventura García Calderón: que al pasar ante el corral de la llama, los ojos del animal se humedecían de melancolía al reconocer a un compatriota.”

Despues de largos meses de observaciones,  comprobaciones, visitas y anotaciones, es cuando el escritor se pone a escribir.

(imagen —: Paul  Signac 1893)

ÁRBOL

 

“Tres cosas era este árbol en su forma. Estaba allí, en el centro. ¿Estará todavía?  ¿Seguirá estando? Eso es lo que yo me pregunto desde hace días con una angustia inexplicable, si es que la angustia puede tener alguna vez explicación.

La primavera lo dejaba tan intacto como el invierno, porque la nieve no se posaba en sus ramas, ni grandes ni pequeñas, donde tampoco había cobijo para los insectos. No lo vi brotar en tantas y tantas primaveras como pasé por allí sin dejar de mirarle y darle la vuelta. Cada día, ni un capullo ni un brote.

 

 

El árbol era viejo y no lo era; había alcanzado la edad de ser, la edad del ser. No era, pues, ni viejo ni joven; había traspasado ya el límite de la generación. Si era viejo lo era según ese criterio de la generación, porque ya no brotaba.

Y crecían hasta que ya se quedaban allí y ya no salían porque se habían muerto o, más que muerto, extinguido o, mejor dicho, metamorfoseado. ¡Qué aventura íntima de la savia y de las raíces intactas y gloriosas, casi a flor de piel, de aquel árbol que había crecido de esa manera, abriéndose y cerrándose!

 

 

Pero abriéndose en forma que se dibujaba en el aire, que no era un lugar de tránsito ni un lugar de metamorfosis, porque ya no podía cambiar, sino un lugar, una criatura que simplemente era aquel árbol.

¿De qué reino? Algún botánico lo habrá estudiado, pero mi ignorancia no lo sabe. No lo sé más que porque lo he visto, porque lo he amado, y ahora porque lo sueño. Y, si lo sueño tanto, ¿no será que ya no existe, que se ha convertido en sueño mío este ser?

No, nadie se podía acercar a aquel árbol a causa de la respiración que de él emanaba. ¿De dónde? ¿De sus ramas? ¿De su corazón encendido todavía? No sabría decirlo. Pero aliento aquel árbol, Señor, sí lo tenia.”

María Zambrano – “Árbol” (1985) – “Algunos lugares de la pintura”

 

(Imágenes- 1-Pier Mondrian -1910/ – 2-Alicia Rothman/ 3- Andrés Wyeth- 1959/ 4-Paul Signac 1893)

INFLUENCIA DE LOS LIBROS

 

Greene-nnhhy-Graham Greene con Alec Guiness-

 

«La influencia de los primeros libros es profunda – confesaba Graham Greene -. Una parte del futuro descansa en los estantes: las primeras lecturas tienen más influencia sobre la conducta que cualquier enseñanza religiosa. Estoy seguro de que nunca habría dado el paso en falso que me hizo ingresar, a los veintiún años, a la Compañía de Tabaco Británico- Americana, que me había prometido un cargo en China, si no hubiera leído La columna perdida, del capitán Gilson; y, sin conocer a Rider Haggard, ¿me habría sentido más adelante atraído por Liberia? Y esto derivó finalmente en un empleo de guerra en Sierra Leona. Y sin duda debe haber sido La hija de Moctezuma y el relato de la desastrosa retirada en la noche triste de Cortés lo que iba a llevarme a México veinte años después. Por otra parte, Los antropófagos de Tsavo dejaron en mi mente una imagen tediosa de África oriental, que ni siquiera Hemingway pudo cambiar más tarde».

 

Naipaul- indiatvnews com

 

En «El ojo y la palabra» quise recordar las lecturas que el novelista Naipaul, siendo niño, escuchaba de labios de su padre. «Varios parlamentos de Julio Césardecía -, páginas sueltas de los primeros capítulos de Oliver Twist y David Copperfield, unas cuantas páginas de El molino junto al Floss; algo de los Cuentos de Shakespeare, de Lamb; relatos de O´Henry y Maupassant, y unas cuantas páginas de Somerset Maugham«. Esa era la voz de la lectura, las voces de las madres y de los padres que, con intención y ternura, trenzan diversas influencias, abren el surco de la literatura.

 

Manguel- vfr- tinkuylibros com ar

 

El río de las influencias sortea las edades y esas mismas edades purifican el agua de las influencias mismas. Al cabo de los años uno podría irse encuadernando su propia antología personal, salpicada no sólo de títulos sino también de frases, pequeños hallazgos en versos, principios y finales, diálogos que nunca se olvidan, párrafos que nos hicieron pensar. Manguel, que tanto ha leído, ha recogido parte de su antología individual: «un pasaje en una novela policial de Dorothy Sayers, un poema de Dylan Thomas, están Rey Lear, la Divina Comedia, Alicia en el país de las maravillas, está El hombre que fue jueves, de Chesterton, ciertos pasajes de Chateaubriand, está Kim, de Kipling, está la primera frase de La bestia debe morir, de Nicholas Blake (…) Y, por supuesto, hay numerosos textos breves, frases de Borges, y muchas cosas más».

Las influencias dejan su sello en nuestra infancia; luego, en nuestra madurez, nos acompañan.

 

libros-nju- Paul Signac

 

(Imágenes.-1.- Graham Greene con Alex Guinness/ 2.-Naipaul- indiatvnews/ 3.-Alberto Manguel- tinkuylibros com ar/4.- Paul Signac)

SOBRE LA OBRA ENSAYÍSTICA

 

libros- nnhu- Felix Mendelsohn

La obra ensayística de José Julio Perlado

Por Antonio Ayuso Pérez

(Antonio Ayuso, colaborador del Instituto Cervantes, ha publicado en el día de hoy en la Revista «Rinconete», del Instituto Cervantes, el siguiente artículo que aquí reproduzco.

Tanto al autor, como al Instituto Cervantes, vaya mi agradecimiento por la amable deferencia que han tenido conmigo):

Al escritor José Julio Perlado (Madrid, 1936) le gusta recordar a Gregorio Marañón, que se definía a sí mismo como «trapero del tiempo», cuando se le pregunta por su prolífica vida. Durante años ha compaginado su oficio de periodista y profesor universitario con la escritura y la creación literaria. Como periodista, ha sido corresponsal en Roma de Diario de Barcelona y Madrid(1963-1965) y en París de ABC (1968-1970), redactor jefe de La Estafeta Literaria y director de las revistas Crítica y Momento. Como profesor, durante treinta años ha dado clases a los alumnos de la Facultad de Ciencias de la Información de la Universidad Complutense de Madrid, lo que le ha convertido en «maestro de periodistas». En la actualidad, y desde 2007, escribe el blog cultural Mi Siglo.

Pero es su faceta de escritor la que queremos traer a colación en este artículo. Su vocación literaria le viene de su abuelo, el autor José Ortiz de Pinedo, con el que compartió el amor por la cultura, los escritores y la conversación. Hasta el momento, Perlado ha cultivado principalmente la narrativa y el ensayo. Entre sus novelas, destacan El viento que atraviesa (1968), Contramuerte (1984) —con la que ganó el Premio de Novela Ateneo de Santander—, Lágrimas negras(1996) y Mi abuelo, el Premio Nobel(2011). También le interesa el género del cuento, y a lo largo de los años ha escrito relatos breves aparecidos en diferentes publicaciones. Asímismo, es autor de los ensayos La muerte en la obra literaria de José Gutiérrez Solana (inédito), Diálogos con la cultura (1995), El ojo y la palabra(2003), El artículo literario y periodístico(2007), París, mayo 1968 (2008) y El proceso creador (2013).

 

flores-nnui- libros- Auguste Herbin

 

Vamos a centrar este breve artículo en los principales temas de la obra ensayística escrita hasta ahora por José Julio Perlado pues, creemos, podrán ayudar al lector a la hora de acercarse a cualquiera de sus libros. Por otra parte, muchos de estos motivos temáticos vertebran y explican las obras de ficción de nuestro escritor.

La cultura es uno de los temas principales en todos sus ensayos. En Diálogos con la cultura Perlado nos confiesa: «A la cultura se va por impulso que sin duda nace en la primera juventud, es arropado por lecturas incesantes y orientado por indefinibles brújulas; la cultura está por encima de los hombres, nombres y apellidos». El amor a la cultura le impele a escribir, tras reflexionar sobre el mundo y formularse las grandes preguntas, de ahí su importancia. Por eso afirma en la misma obra: «la respiración de la cultura […] crea e interroga al mundo. Interroga a los que pasan a su alrededor y se interroga a sí misma. El periodista no ha hecho sino preguntar a quienes se preguntan».

 

libros-nngu-flores- Henri Matisse

 

 

El proceso creador en todas las manifestaciones artísticas y, en concreto, la creación literaria son motivos temáticos constantes en sus libros. ¿Cómo crean los grandes hombres de la cultura? ¿Cómo surgen sus obras? ¿Cuál es el proceso para escribir? Perlado se refiere a la tradicional inspiración pero no olvida el esfuerzo creador, que es más importante, o también la atención, fruto de la cual surge el trabajo y, por él, la obra artística. Para Perlado lo esencial en el creador es la mirada, y llegamos aquí a otra de sus grandes preocupaciones: hay que saber mirar la realidad para descubrirla. «Lo esencial es mirar,aprender a mirar», nos dice en El ojo y la palabra. Para ello, es importante la curiosidad y el asombro que nos harán ver con detalle la vida. Tras la mirada, los artistas, con el esfuerzo creador, «construyen otra realidad».

 

libros-nuii-flores- Paul Signac

 

Los temas de la belleza y la verdad son centrales en la obra de Perlado. Para nuestro autor, el creador y el escritor se acercan al mundo y le interrogan para descubrir su belleza que, una vez vislumbrada, e imitando lo inimitable, procurarán transmitir a sus obras. «Esa contemplación del escritor caminando despacio por los verdes resplandores de la Belleza es la que le lleva a asombrarse y a escribir unos textos en los que intenta descubrir al lector qué riqueza de matices guarda la Creación». Según leemos en El artículo literario y periodístico, el poder del escritor estriba en transmitir la verdad al lector. «Bastante poder tiene con contar siempre la verdad. Y añadirle a la verdad el ser contada con belleza». Y, para ello, cuenta con el diálogo y el amor como herramientas. El diálogo como apertura al otro, es decir, «ser una búsqueda, un asomarse a lo interior, ese “querer ir más allá” en las personas». Y el amor porque «nada que no se haga con amor puede quedar bien».

A través de la obra ensayística de José Julio Perlado nos hemos acercado a las grandes preocupaciones de un escritor que podemos calificar de humanista en su deseo de transmitir valores universales a sus lectores como la cultura, la belleza o la verdad, en un mundo que considera necesitado de ellos. Su obra es un permanente diálogo de amor con el mundo y los lectores, y estamos convencidos de que todavía seguirá brindándonos nuevas creaciones.

 

flores-tbww -libros-Pierre Auguste Renoir

 

(Imágenes.- 1.-Mendelsohn/ 2.- Auguste Herbin/ 3.-Henri Matisse/ 4.-Paul Signac/ 5.-Pierre Auguste Renoir)

EL COLOR

AIG433700

«La visión en la laguna de Venecia de las velas de color me hizo sentir, como nunca quizá – confesaba María Zambrano-, que sea el color ese color carne, tierra cocida rojizo, ese color planetario de las espaldas de los trabajadores de los puertos, de los vasos griegos, de las fachadas de las casas en Italia, el «color» sin más, antiguo, con que se pintaban las estatuas, que era también el de las velas y seguro que el de los templos.

ciudades.-599i.-Venecia.-Pierre Auguste Renoir

Dejar algo en blanco, dejarlo sin pintar, es dejarlo sin dueño, deshabitado. El color en general, y ese color en esencia es la bandera del hombre sin más, es signo y señal  de que el hombre está allí, de que él lo ha hecho, es su emblema. El azul y el oro se debieron de aplicar a los dioses, las materias preciosas como el marfil, el oro, la plata, las piedras preciosas. Dejar algo sin color es dejarlo sin la impronta del hombre, abandonado a la acción de los elementos, dejarlo sin dueño.

pintores.-nvy66.-Venecia.-por Pierre-Auguste Renoir.-1881.-Fundación Beyeler.

La pintura, por tanto, es la impronta del hombre, huella y señal de su paso por el mundo, marca, además de ser conjuro, evocación, hechizo.

pintores.-bnx546kk.-Venecia.-por Paul Signac.-1909.-Fundación Beyeler

El color es la bandera de lo humano.

ciudades.-t7yh.-Venecia.-Andre Hambourg

Y el blanco de los pitagóricos y de los ascetas, de los monjes, señal de estar aquí, no como habitante permanente del planeta, sino como habitante de, hijo de un mundo incorpóreo, luminoso, librea de la «Luz intelectual».

María Zambrano.- «El color»-1954

ciudades-gvbb-Venecia- Noel Georges Bouvard

(Imágenes.-1- Maxfield Parrish.-1904/ 2 y 3.- Pierre- Auguste Renoir.-1881/4.-Paul Signac- 1909/5.- André Hambourg/ 6.- Noel Georges Bouvard )

MEDITERRÁNEO

mar.-ttuio.-Pierre Auguste Renoir.-1882

«Los habitantes del Mediterráneo hablan menos sobre las olas que sobre los vientos, quizá porque estos influyen más en sus estado de ánimo, incluso en su modo de hablar – escribe Pedrag Matvejevic en su «Breviario mediterráneo» (Destino)  que ya comenté aquí -. Las costas se prestan los vientos unas a otras, y no vacilan en cambiarles el nombre o la dirección. (…) Las corrientes marinas parecen ríos caudalosos: son obstinadas y silenciosas, indefinibles e incontenibles. (…) En nuestro mar, la pleamar y la bajamar no influyen particularmente en las corrientes. Aquí este fenómeno no cambia el escenario de la costa o el puerto, no determina el ritmo de los días y las noches, no es algo cotidiano.» El Mediterráneo va y viene entre pinturas,

mar.-iuun.-Odilon Redon

hallazgos y poesías. Si el escritor yugoslavo evoca la espuma del mar, el fenómeno de las nubes. los amaneceres y los crepúsculos, las grutas marinas, los golfos y los faros – tantas cosas que admiramos y contemplamos -, el gran historiador británico David Abulafia en su amplísimo y excelente libro «El gran mar» (Crítica) nos transporta ya desde el inicio por los nombres del mar : el «Mar de en medio» de los alemanes, «Nuestro Mar» de los romanos, el «mar Blanco» de los turcos, el «Gran Mar» de los judíos, el «Gran Verde» de los egipcios. Confiesa que no niega la importancia de los vientos y de las corrientes, pero le interesa poner en primer plano la experiencia humana de cruzar el Mediterráneo o de vivir en las ciudades portuarias y en las islas que dependían del mar para su existencia. Así las olas del mar, las orillas, el olor

mar.-t8juu.-Paul Signac.- Museo de la Anunciación.- Saint-Tropez

del alquitrán cerca de los astilleros, las redes o la pesca de las esponjas en Matvejevic se unen a los cinco Mediterráneos que recorre Abulafia desde el 22000 antes de Cristo al 2010 de nuestra era. Entre las corrientes marinas y las olas aparecen los intrusos que penetran en el mar, los mercaderes, los mercenarios, los misioneros, los héroes, y también los viajes innumerables por

mar.-rreevv.-Salvador Dalí.-bahía de Cadaqués.-1925

los caminos del mar. «Cada viaje tiene sus tiempos – escribía Ibn Yubair en el siglo Xll -, y el viaje por mar debe hacerse en su momento y en su época determinados.» Y citaba los versos de un poeta árabe que compendiaban todo; «el mar, amargo al paladar, es difícil.»

mar-ryuun-Claude Joseph Vernet.-Naufragio 1759.-Groeninge Museum .-Brujas

(Imágenes:- 1.- Pierre- Auguste Renoir.-1882/2.-Odilon Redon/ 3.-Paul Signac.-Saint Tropez/ 4.-Salvador Dalí.-bahía de Cadaqués.-1925/ 5.-Claude-Joseph Vernet..- Naufragio.-Groeninge Museum.-Brujas)

GARABATOS

escribir.-392j.-Conelis Gijsbrechts.-Mueso de Bellas Artes de Gante

«¿Qué sabemos de nuestras obras? – se pregunta Joyce en «Sobre la escritura» (Alba) – ¿alguno de nosotros es consciente de lo que está creando? ¿Acaso sabía Shakespeare lo que estaba haciendo al escribir Hamlet? ¿Lo sabía Leonardo al pintar La última cena? A fin de cuentas, el genio originario de un artista está en sus garabatos: su talento esencial hay que buscarlo en sus acciones triviales. Más tarde puede desarrollar ese talento hasta crear Hamlet o La última cena, pero, si los ínfimos garabatos que configuran la gran obra carecen de valor, no le habrá servido de nada crearla, por ambiciosa que sea. ¿Quién de nosotros puede controlar sus garabatos? Éstos son los signos con los que escribimos nuestra personalidad, como la voz o la forma de andar.»

escribir.-6hhhjj.-Paul Signac.-estudio de Asnieres

Vieja cuestión esta la de no consciencia del artista a la hora de crear. Serán muchas veces los intérpretes quienes le expliquen al autor qué ha querido hacer o decir. Aquí, hace ya algún tiempo, comenté  las «revelaciones» que Claudio Magris le hacía al escritor judío Isaac B. Singer sobre uno de sus cuentos o las interpretaciones que Felice Bauer le comentaba a Kafka sobre su relato «La condena«. Joyce – entre muchas otras cosas, dice, por ejemplo: «creo que un libro no se debe proyectar de antemano: a medida que uno escribe irá tomando forma, sometido a los impulsos emocionales de uno» – y da mucha importancia a lo que él llama garabatos – y que a mí me gusta calificar de «esbozos de esbozos» . Es en esos esbozos de esbozos, en esos garabatos en cuadernos – que llegan fulgurantes de la mente, o de los creadores paseos – donde anida el germen de una idea o el brillo en perfil de un personaje. Esos garabatos que al principio parece que no se tienen en pie son – si poseen auténtico valor – los que edificarán toda la obra aún desconocida.

(Imágenes:- 1-Cornelis Gijsbechts.- Museo de Bellas Artes de Gante/2.- Paul Signac.-estudio de Asnieres)