LAS ALAS DE LAS MARIPOSAS

 


“Las alas de las mariposas , sus recortados, sus dibujos, sus tintes, siguen presentando una especie de enigma indescifrable.— así se lo preguntaba el ensayista francés Roger Caillois en su interesante estudio “Medusa y Cía” —.Yo no sé ni creo que nadie sepa para qué puede servir tanto esplendor. Puede que el color sea útil, pero no el dibujo. ¿ Por qué los dibujos? Alas de un solo color, de la tonalidad que conviene al insecto para captar la energía suficiente, resolverían igual, si no mejor, el asunto. “ Roger Caillois va comparando y relacionando los tintes de de las alas de las mariposas que, para él, constituyen su “pintura”.

 

Describe asombrado esas alas: “ manchas, estrías y orlas, lúnulas y camafeos, festones y ícelos, dibujan a capricho adornos que, en este caso, no deben nada a la simetría para cada ala. Los colores no manifiestan menos fantasía, riqueza y variedad. Por añadidura, no son simples tonalidades estáticas. Están corrientemente realzados por diversas cualidades que los hacen profundos o cambiantes, metálicos o tornasolados. Así el terciopelo negro o castaño de los grandes  ornitópteros, el azul eléctrico de los “Morpho”, los reflejos de fuego y los matices de las “Uranias” y de los “Areturus”, los esmaltes, los nácares y las micas de numerosas especies, la luz que bascula en el plano inclinado de las alas, cada vez que las sutiles películas que componen las escamas poseen un índice de  difracción diferente.  Las formas son ahiladas, dentadas, festoneadas, recortadas o enteras. Apéndices desmesurados, rígidos y que parecen almidonados prolongan el volumen de las”Actias”. En las “Hypolycena”, sin finos, suaves al tacto y enrollados en volutas.

 

Hay en esta orgía de formas, de motivos y de colores — seguía diciendo Caillois—, una prodigalidad casi inversa de la severa contabilidad que, un momento antes, repartía lo mejor posible una jalea preciosa, temblorosa de vida.”

Pero Caillois continuaba preguntándose intrigado sobre el por qué de los dibujos en las alas.

 

 

(Imágenes—1- Gordon Beníngielfd- burlington  paintings/2-Donald Sultan-1995- artnet/3-Koshiro Onchi/4- Odilon Redon – 1914)

DESCRIPCIÓN DE UNA MARIPOSA

 

 

“La parte superior de la hembra  L. sublivens —explicaba Nabokov en  una revista en 1952 — es de un marrón bastante peculiar, terso y tenue, con un tinte oliváceo en el insecto vivo; más o menos salpicada de unas escamas azul ceniza; cretulas Interiores azul grisáceo triangulares, generalmente presentes en las alas traseras y a menudo acompañadas por una decoloración azulina o grisácea en las células radiales de las alas delanteras; aurora reducida; bastante breve y bastante mate en las alas posteriores, borrosa o ausente en las anteriores, y tiende a desaparecer en ambas alas y está  completamente ausente en 3 especímenes; cretulas lunuladas de un pálido azul grisáceo y muy definidas en ambas alas.”

 

 

Esta minuciosa descripción de especialista, publicada en “The Lepidopterist”, camina paralela al amor y a la afición que tuvo el escritor desde niño por las mariposas. “Mi mujer y yo -decía – pasábamos los veranos cazando mariposas, sobre todo en las Montañas Rocosas. Soy autor de cierto número de especies y subespecies, sobre todo del Nuevo Mundo. Varias mariposas y una polilla han recibido mi nombre, y en esos casos éste se incorpora al del insecto descrito, convirtiéndose en “nabokovi” seguido por el nombre de quien lo describe. Todas mis colecciones norteamericanas están en museos, en  Nueva York, Boston e Ithaca . Las mariposas que he estado coleccionando durante la última década, sobre todo en Suiza e Italia, todavía no están despegadas. Aún están en papel, es decir, metidas en sobres satinados guardados en cajas de lata. Con el tiempo serán ablandadas en toallas húmedas, luego pinchadas, luego desplegadas y vueltas a secar sobre tableros, y por último rotuladas y colocadas en las gavetas con cristal de un gabinete para que se las conserve,  espero, en el espléndido Museo Entomológico de Lausanne.”

 

 

(Imágenes –1-Ewe Syilvia/  2–Richard Gray/ 3- Stephen Mackey)

EL ARTE Y LOS INSECTOS

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«A las mariposas mi risa las  adormece –afirmaba Nabokov -llevándolas a una seguridad aletargada, estado en que se hallan los insectos cuando imitan una hoja seca. En el caso de la caza de mariposas, creo poder distinguir cuatro elementos principales. Primero, la esperanza de apresar el primer ejemplar de una especie desconocida para la ciencia: ése es el sueño recóndito de todo lepidopterólogo. Segundo, está la captura de una mariposa muy rara o muy limitada a un lugar sobre la que se ha deleitado uno en los libros, en oscuras revistas científicas, en las láminas espléndidas de trabajos famosos, y que entonces ve volando, en su contorno natural, entre plantas y minerales que adquieren una magia misteriosa (…) Tercero, está el interés del naturalista por indagar en la vida de insectos poco conocidos, por enterarse de sus hábitos y estructura (…) Y cuarto, no hay que pasar por alto el elemento deportivo, de suerte, de movimiento rápido y realización robusta, de una busca ardiente y ardua que termina en el triángulo sedoso de una mariposa plegada descansando en la palma de la mano».

 

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Los insectos, su observación, su ilustración, sus comentarios, han confluido muchas veces en los dominios del arte. La actual exposición  Maria Merian´s Butterflies en el Palacio de Buckingham y las notas que ella ha suscitado nos llevan a recordar, entre otros, a Nabokov o a Jünger, el alemán que en sus «Diarios» se expresa así: » -Ahí arriba – me dicen- está volando algo bueno. Venga rápido, he visto una cicindela.

Se entiende – apunta Jünger en 1986 – que para los entomólogos lo bueno es mejor que lo hermoso. Cada momento trae consigo una nueva sorpresa. Las Papiliones, a las que Linneo denominó con razón «caballeros», mantienen entre las mariposas una situación soberana similar a la de las palmeras en el reino de las plantas (…) Las que vuelan al mediodía, permanecen a pleno sol, igual que los colibrís, ante los cálices, cuyo néctar absorben, pero en todos las alas y los anillos del tórax brillan

 

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con una luz diferente a la del día, tanto en conjunto como aislados. Algunos de los dibujos parecen algodón, nubes de colores o se diluyen en estrías como un chorro de ajenjo en el agua; otros, por su parte, aparecen rociados como si fueran esencias narcotizantes.

El espectro está  completo, pero con los colores del arco lunar; armoniza con el aroma de las flores que se abren sólo por la noche, y está destinado a órganos más delicados que los nuestros, más para el tacto que para la vista. Aquí habría mucha inspiración para pintores de nocturnos y de crepúsculos. Bastaría una selección, pues se conocen unas tres mil especies de Sphingidae en el mundo, algunas únicas.

 

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Tal selección podría conducir a uno simplemente a la observación: de forma meditativa. Los colores tienen su propia vida; también se encuentran en la cara interna de las conchas que dormitan en los mares profundos: esto habla de fiestas secretas, si tuviéramos la suerte de encontrarlas, podríamos participar en ellas».

Cuando se contemplan los dibujos de Maria Sibylla Merian entramos en el universo de la transformación, metamorfosis de las mariposas.

 

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(Imágenes.- : Royal Collection Trust- Her Majesty Queen Elizabeth ll – 2016)

LAS ALAS DE LAS MARIPOSAS

escritores.-5frf.-Nabokov.-foto Yousuf Karsh

«Me gusta cazar con la mano mariposas – comentaba Nabokov durante un paseo en 1965 -, pero dudo de que hoy pueda conseguirse nada interesante. Esta agradable senda del borde del lago de Ginebra en verano rebosa de mariposas. Todavía revolotean aquí y allá unas pocas hembras bastante descaradas… Pero las mariposas blancas que vemos en este claro particular son las blancas comunes , la  «Smalll White» y la «Greenveined White«.

Mi pasión por la investigación de las mariposas, en el campo, en el laboratorio, en la biblioteca – añadía dos años después – es todavía más grata que el estudio  y la

 

mariposas.- 77hh.-mariposas monarcas.-7ffr.-Fundación Migres

 

práctica de la literatura, lo cual es mucho decir. He reelaborado la clasificación de diversos grupos de mariposas, he descrito y representado varios grupos de especies y subespecies. Los nombres dados por mí a los órganos microscópicos que fui el primero en ver y pintar se han abierto paso hasta los diccionarios biológicos. Los encantos tangibles de la delineación exacta, el paraíso silencioso de

 

animales.-7hhn.-mariposas.-Martin Jhonson Heade

 

la cámara lúcida, y la precisión de la poesía en la descripción representan el aspecto artístico de la emoción.»

Las alas de las mariposas han imantado en el cielo de los campos a varios escritores famosos. «Las alas de las mariposas, sus recortados, sus dibujos, sus tintes – contaba Roger Caillois – siguen presentando una especie de enigma indescifrable (…) Manchas, estrías y orlas, lúnulas y camafeos, festones y ocelos, dibujan a capricho adornos– seguía diciendo Caillois en «Medusa y Cia» (Seix Barral) – . Los colores no manifiestan menos fantasía, riqueza y variedad. Así

 

mariposas.-799j.-Janet Kennedy

 

el terciopelo negro o castaño de las grandes mariposas, los esmaltes, los nácares y las micas de numerosas especies, la luz que bascula en el plano inclinado de las alas, poseen un índice de refracción diferente (…)  En las alas de las mariposas hay verdadera belleza porque hay creación. Por tanto, está permitido hablar de arte, y más precisamente de aquella de las artes que se interesa por las relaciones de las formas y los colores, es decir, la pintura.»

mariposas.-411q.-Lucien Gallard.-1900

 

El 28 de septiembre de 1987 Ernst Jünger se adentra varias veces en su huerto con una lupa y anota en su Diario un apunte leído: «Las alas traseras de la vanessa atalanta están cubiertas por un mármol vívido de tonos amarillos, en los que se puede leer el número 8118 cerca de la raíz. Aunque la bella mariposa no se iba del huerto, no me permitió acercarme a ella lo suficiente. Busca la fruta caída, se une a las avispas.»

 

mariposas-wdrr- Julia Gukova

 

Así vuelan las mariposas de colores brillantes o apagados atrayendo a ciertos autores y a sus escritos. Colores apagados que las hacen casi invisibles o colores brillantes que permanecen en las retinas.

 

animales.-swop.-mariposas.-1951.-Richard Lewington.- Burlington Paintings

 

 

 

(Imágenes-1.-Nabokov  por Yousuf Karsh/ 2.-Fundacion Migres/ 3.-Martin Johnson Heade-wikipainting/ 4.-Janet Kennedy/5. Lucien Gaillard– 1900.-johncoulthart- com/ 6.-Julia Gukova/ 7.-Richard Lewington-1951- Burlington Painting)

MARIPOSAS

«Allá van, allá van las festivas,

las que  ríen en  fúlgida ronda

sobre el caliz azul de los lirios,

sobre el blanco matiz de las rosas.

Allá van, allá van las festivas,

las que surcan el aire y se posan

en las níveas campánulas frescas,

en el borde sutil de las hojas.

Son joyeles de oro y rubíes,

son bandadas de piedras preciosas,

son destellos vivaces que ondulan

al sonoro reir de las frondas.

En un pétalo frágil dormitan,

y al surgir en Oriente la aurora

se levantan las niñas inquietas

como un haz pintoresco de notas.

Saltan unas cual rosas de nieve,

como besos de lumbre las otras,

como rimas espléndidas muchas,

y cual vivos relámpagos todas.

En fantástico enjambre llamean,

respirando exquisitos aromas,

esas lindas viajeras del aire

que se llaman, ¡oh luz!, mariposas.

Y un momento no más se columpian

y en los tiernos capullos retozan,

y en polvillo de oro se truecan

de improviso las vírgenes locas.

Así pasan, ¡Dios mío!, las blancas

ilusiones que el alma se forja,

y el placer, y el deleite, y la dicha

y la lumbre fugaz de la gloria.

Allá van, allá van las risueñas,

allá van en fantástica ronda

las que brillan tan sólo un instante,

las que viven tan sólo una aurora.

¡Oh inefables visiones de un día,

oh esperanzas que el viento deshoja,

oh quimeras ardientes del alma,

mariposas de luz sois vosotras».

Gonzalo Picón Febres.- «Mariposas»

(Imágenes.-1.-Lily Greenwood/ 2.-Pierre  Amédee Varin.-1852/ 3.-Takeji Fujishima.-1904/ 4.-Pierre Amédée Varin.-1852/ 5.-Gordon Beningielfd.-Burlington Paintings)

BALADA TRISTE DE LA MARIPOSA BLANCA

«Entre las rosas de la primavera

una dorada y lírica mañana,

nieve de oro sobre el agua azul,

apareciste

¡mariposa blanca!

Nieve de oro sobre el agua azul,

le prendiste tus alas a mi alma,

y mi alma volaba entre las rosas

primaverales,

¡mariposa blanca!

De luto fue la nieve, verdinegro

fue el cristal matutino de aquel agua;

¡oh, qué derrumbamiento de rosales!

… Y tu, ¿qué hacías,

mariposa blanca?».

Juan Ramón Jiménez.- «Balada triste de la mariposa blanca«.- «Baladas de Primavera» (1907)

(en el primer día de la primavera)

(Imagen. –Vu Cong Dien)

SOÑÉ QUE ERA UNA MARIPOSA

«Soñé que era una mariposa. Volaba en el jardín de rama en rama. Sólo tenía conciencia de mi existencia de mariposa y no la tenía de mi personalidad de hombre. Desperté. Y ahora no sé si soñaba que era una mariposa o si soy una mariposa que sueña que es Chuang-tse«.

Chuang-tse«Sueño y realidad«.- (autor chino.-siglo lV antes de Cristo)

(Imágenes:- 1.- Odilon Redon.- mariposas.-1913.-bellswithin/ 2.-mariposas.- Gordon Beningfield.–Burlington Paintings.- Londres)

PRIMAVERA 2011 (7) : HAIKUS : SÓLO MARIPOSAS

Sólo mariposas

y sol

en el prado vacío.

Basho.(1644- 1694)


Aquellas montañas lejanas

se reflejan en las pupilas

de la libélula.

Issa.-(1762-1826)

Olas en el mar azul,

aroma de sake.

Luna llena.

Basho

Las flores del ciruelo

caen sobre el koto.

Luz de luna al anochecer.

Shiki (1867-1902)


(Imágenes: 1- Glorias de mañana.- Kitsu Suzuki.- 1796- 1858.- periodo Edo.- metmuseum.org/ 2.-Las aves y la flores de las Cuatro Estaciones.- periodo Moyomama-1573- 1615.- Escuela Kano.-metmuseum.org/ 3.- Eitoku Kano.-indiana. edu/4.- El ciruelo antiguo. – Sansetsu Kano.– 1589- 1651.-periodo Edo.-metmuseum/ 5.-el desplazamiento del venado.-Sôtatsu.-indiana.edu)

PRIMAVERA 2011 (6) : ABRIL VENÍA

«Abril venía, lleno

todo de flores amarillas:

amarillo el arroyo,

amarillo el vallado, la colina,

el cementerio de los niños,

el huerto aquel donde el amor vivía.

El sol ungía de amarillo el mundo,

con sus luces caídas;

¡ay, por los lirios áureos,

el agua de oro, tibia;

las amarillas mariposas

sobre las rosas amarlllas!

Guirnaldas amarillas escalaban

los árboles; el día

era una gracia perfumada de oro,

en un dorado despertar de vida.

Entre los huesos de los muertos,

abría Dios sus manos amarillas».

Juan Ramón Jiménez : «Primavera amarilla«.-Poemas mágicos y dolientes.-1909

(Imágenes.-1.-paperimages. tumblr/ 2.-Roger Scott.-paperimages)

MARIPOSAS Y DISTRACCIONES

mariposa,.AAA.-por Donald Sultan.-1995.-artnet«Después de haber rescatado una hoja – le escribe Vanessa Bell a Virgina Woolf en 1927 -, me he sentado entre unas polillas que revoloteaban furiosas en círculos a mi alrededor y en torno de la lámpara. No puedes imaginarte lo que es. Una noche, cierto animalillo dio unos golpecitos tan sonoros en el cristal que Duncan dijo: «¿Qué es esto?» «Sólo un murciélago», dijo Roger, «o un pájaro», pero no era ni un hombre ni un pájaro sino una inmensa polillla, de medio pie, literalmente, que volaba por el lugar. Pasamos unos momentos terribles». Cinco días después Virginia le contesta: «Por cierto, lo que me cuentas sobre las Polillas me fascina tanto que voy a escribir una historia acerca de ellas. Después de leer tu carta me pasé horas sin poder pensar en otra cosa que en ti y en las polillas». 

Ese fue el germen de la novela «Las olas«. El interés de Virginia Woolf por las mariposas nocturnas venía de muy lejos. Esos etéreos vuelos en la noche, en un esfuerzo indómito e inútil para resistirse a la muerte y a la quietud, simbolizaban, sin ella saberlo, todas las alas de la imaginación creativa, el giro de de una idea que revoloteaba trayendo y llevando por la habitación del cerebro lo que en su día uno podía llegar a escribir.

Pero no siempre las Polillas o mariposas nocturnas acercan la inspiración. A veces la alejan. Hablando de las distracciones y de la concentración al crear Raymond Chandler, del que ya hablé algunas veces en Mi Siglo recordaba que «»el escritor no tiene que escribir, y si no se siente en condiciones no debería intentarlo. Puede mirar por la ventana, o hacer el pino o retorcerse en el suelo. Pero no debe hacer ninguna otra cosa positiva, como leer, escribir cartas, mirar revistas o firmar cheques. Escribir o nada».

Todas las distracciones del momento parece que se unieran para impedirnos crear. Así, entre otros, el mundo de las indecisiones y de las dudas, el ir y venir de las mariposas por la mente mientras uno intenta componer algo, todo eso quiso contarlo el poeta Aníbal Núñez en unos versos reveladores:

Busca en torno (fruta, lápices) tema

Para seguir. Y sigue – sabe bien que no puede –

Haciendo simulacro de afición y coherencia

La escritura parece (paralela, enlazada)

Algo. Un final perdido le reclama

A medias. Fulge el broche de oro en su cerebro

Desplaza al sol extinto

Toma forma, -el escriba cierra los ojos – de

(un moscardón contra el cristal) esquila.

Un rebaño invisible y su tañido escoge

Entre símbolos varios del silencio; e invoca

«mi palabra no manche intervalos de ramas

y de planos: no suene». Terminar el poema.

Aníbal Núñez: «Cuarzo«.

Mariposas de inspiración y de distracción, mariposas que siempre van y vienen.

(Imagen: Donald  Sultan.-1995.-artnet)

SOBRE LOS ACANTILADOS DE MÁRMOL

Decir:»Encuentro una persona» es lo mismo que decir: «Descubro el Ganges, Arabia, el Himalaya, el Amazonas». Deambulo por sus secretos y por sus vastas extensiones y regreso de allí cargado de tesoros; de ese modo me transformo y me instruyo. En este sentido, sobre todo en él, estamos modelados también por nuestros prójimos, por nuestros hermanos, amigos, mujeres. Queda en nosotros el aire de otros climas – y es tan fuerte que en ciertos encuentros experimento este sentimiento: «Ese tiene que haber conocido a fulano y a mengano». De igual modo que el orfebre graba su sello en las joyas, así también el contacto con un ser humano imprime en nosotros una señal.
Estas palabras aparecen en el Diario de Ernst Jünger, uno de los escritores alemanes más importantes del siglo XX y uno de los más valiosos en el panorama literario europeo. Nacido en Heidelberg en 1895 moriría a los 103 años tras dejar una vida intensísima, cruzada por la Segunda Guerra mundial y jalonada por libros -novela, ensayo, Diarios – de enorme interés.
Ahora sus obras, concretamente sus Diarios de guerra, acaban de entrar en La Pléiade, esa colección de Gallimard destinada a los más célebres autores y en donde pocas figuras que no sean francesas han sido incluidas. Jünger participó en la Guerra como oficial alemán, fue trasladado a varios frentes, llegando de París al Cáucaso y formó parte, en 1944, del complot organizado por el ejército en contra de Hitler. ¿Cómo no sufrió represalias al publicar Sobre los acantilados de mármol (Destino) en 1939? En esa novela que vaticina toda una época aparece El Gran Forestal (Hitler), que dirige a unos bárbaros, gente harapienta y salvaje, amaestradora de mastines, portadores del dolor y del fuego, habitantes de las marismas y de los bosques. Frente a ellos se encuentran los que defienden unas esencias, unas islas, unos acantilados de mármol. Viven en ellos y guardan en sus memorias los secretos esenciales mientras guerrean sin cesar contra las huestes del Gran Forestal.
Jünger vio que su novela estaba en 1940 en todas las librerías de Europa. La Gestapo reclamó su cabeza y Hitler dijo que le dejaran en paz. Pero este escritor sabio, penetrante, estudioso de los insectos, amante de las mariposas y de las medidas del tiempo, seguiría publicando obras tan importantes como Abejas de cristal (Plaza Janés), Heliópolis (Seix Barral) y, sobre todo, sus Diarios titulados Radiaciones (Tusquets), piezas ejemplares para conocer la guerra y la paz, las costumbres y el corazón del hombre, un Diario imprescindible que cubre muchos años y que retrata una época.
Su observación desciende desde las grandes ideas a los pequeños detalles reveladores y así puede escribir el 16 de julio de 1940: «Era evidente que los blindados habían cruzado la ciudad combatiendo. En las calles la Vida parecía paralizada, como si tuviera cortados los tendones; aún no se había recuperado. Después de tales catástrofes es en los campos donde primero se vuelve a trabajar, más tarde vienen las comunicaciones, el comercio, los oficios. Pero lo primero de todo que el ser humano hace es comenzar otra vez a jugar; así lo he visto en los niños. Un oficial que participó en la entrada de los alemanes en París me ha contado que la primera persona con que tropezaron en las desiertas calles fue un viejo pescador que estaba pacíficamente sentado a orillas del Sena.»