SAN PETERSBURGO Y EL POETA

«Nací y crecí en la otra orilla del Báltico – decía Brodsky en su Discurso de aceptación del Premio Nobel -, o, por así decirlo, en su página opuesta, gris y movida por el viento. A veces, en un día claro, especialmente en otoño, desde alguna playa en Kellomäki, un amigo señalaba el norte, al otro lado de esa gran hoja de agua y me decía: ¿Ves aquella franja azul de tierra? Es Suecia«.

Son los poetas los que rodean a las ciudades. Las rodean con sus versos, las cantan con sus poemas. En el caso de Brodsky – al que más de una vez he aludido en Mi Siglo -, es San Petersburgo con sus imágenes sucesivas las que nos va llevando de Pushkin a Gogol, de Bieli a Dostoievski. Sobre el río Neva descansan imágenes fluidas, teatros, bailarinas, atardeceres, batallas.

Pasan al costado del río los Palacios,

Desciende la nieve,

Llamean los incendios,

Danzan las bailarinas,

Un cuarteto nos eleva a la música,

Estallan asesinatos,

Se preparan alineados los jinetes,

Se extienden los asedios,

Y un fotógrafo mientras tanto lo capta todo. Al menos intenta captar todo San Petersburgo. Bajo su paraguas  -contra el sol y  la lluvia – este fotógrafo en la esquina de la calle recoge las imágenes:

Resuena mientras tanto la sabiduría de Brodsky, las advertencias que nos da el poeta:

«Tengo la cereteza – dice – de que, para alguien familiarizado con la obra de Dickens, matar en nombre de una idea resulta un poco más problemático que para quien no ha leído nunca a Dickens. Y hablo precisamente de leer a Dickens, Sterne, Stendhal, Dostoievski, Flaubert, Balzac, Melville, Proust o Musil; es decir, hablo de literatrura, no de alfabetismo o educación. Una persona cultivada, tras leer algún tratado o folleto político, puede ser sin duda capaz de matar a un semejante y sentir incluso un rapto de convicción. Lenin era un persona culta, Stalin era una persona culta, Hitler también lo era; y Mao Zedong incluso escribía poesía. Sin embargo, el rasgo que todos estos hombres tenían en común consistía en que su lista de sentenciados a muerte era más larga que su lista de lecturas».

(Imágenes:-1.-el río Neva.-por Dubovskoy.-1898.-encspb. ru/ 2.- vista del Neva.-1810.-encspb.ru/ 3.-palacio Anichkov.-por Sadovnikov.-1862.-encspb.ru/4.- San Petersbugo.-acuarela por Bragants 1860-1862.-encspb.ru/5.- fuego en San Petersburgo en mayo 186.-encspb.ru/6.-Anna Paulova en el ballet «La Sílfide».-por serov.-encspb.tu/7.- cuarteto Vielporsky- por Rohrbach.- década 1840.-encspb.ru/ 8.- asesinato de Alejandro ll en marzo 1881.-por Rudneva.-encspb.ru/ 9.- jinetes en el puente Pevchesky.- 9 de enero 1905.-encspb.ru/10.-asedio de Leningrado.-encspb.ru/ 11.-fotógrafo KK Bulla.- 1853-1929.- estatua en la calle Malaya Sadovaya.-encspb.ru)

VERANO 2010 (2) : JOSEPH BRODSKY

«No es que me esté volviendo loco, es el verano que me agota.

Buscas en el cajón una camisa, y el día entero echado por la borda.

Que llegue cuanto antes el invierno y cubra todo con su manto:

ciudades, hombres, pero primero el verde de las hojas.

Me echaré a dormir sin desnudarme, o leeré si quiero

un libro ajeno, y entretanto los retales del año,

como un perro que ha huido de su ciego,

atraviesan la calle por el paso indicado. La libertad es

no recordar entero el nombre del tirano,

y que sea la saliva más dulce que el almibar,

y, aunque estrujen tu cerebro cual cuerno de carnero,

no mane nada ya del ojo azul».

Joseph Brodsky:.-Poema XV.- «No vendrá el diluvio tras nosotros«.-Antología poética (1966-1996).-Galaxia Gutenberg.-Círculo de lectores.-2000


(Imaágenes:-1.-«Therapy on the beach» .-Halim Karabibene.-Galerie El Marsa.-Tunez.-atnet/2.-Alex Katz.-1987.-artdaily.org)

EL LECTOR

lectura-uuu-2000-por-benny-andrews-artnetLos ojos emocionados de Hanna Schmitz (Kate Winslet) en la película «El lector» de Stephen Daldry cuando escucha a Michael Berg leyéndole pasajes de «La dama del perrito» de Chejov o de «La Odisea«,  no se emocionan ni se compadecen sin embargo ante las vidas de mujeres condenadas a muerte en los campos de concentración, y esto nos lleva de la mano al gran debate sobre si las artes y la literatura pueden incidir en algún momento y de algún modo sobre las formas del mal.

Joseph Brodsky, en su Discurso de recepción del Premio Nobel en 1987, («Inusual semblante«, en «Del dolor y la razón» (Destino) afirmaba que, «para alguien familiarizado con la obra de Dickens, matar en nombre de una idea resulta más problemático que para alguien que no ha leído nunca a Dickens. Y hablo precisamente de leer a Dickens, Sterne, Stendhal, Dostoievski, Flaubert, Balzac, Melville, Proust o Musil; es decir, hablo de literatura, no de alfabetismo o educación. Una persona cultivada, tras leer algún tratado o folleto político, puede ser sin duda capaz de matar a un semejante y sentir incluso un rapto de convicción. Lenin era una persona culta, Stalin era una persona culta, Hitler también lo era; y Mao Zedong incluso escribía poesía. Sin embargo, el rasgo que todos estos hombres tenían en común consistía en que su lista de sentenciados a muerte era más larga que su lista de lecturas».lector-ll-matisse-signes

Hanna Schmitz no sabe leer pero escucha la lectura. Esas lecturas entran por sus oídos y van emocionando sus ojos y alterando su espíritu. Le impresiona Chejov, le impresiona Homero. Si hubiera sabido leer, si hubiera leído, ¿ habría actuado quizá de otra forma? La literatura, la música – la belleza, en resumen -¿influye beneficiosamente sobre la superficie del mal?. «No sabemos – dice Steiner en «Lenguaje y silencio» (Gedisa) – si el estudio de las humanidades, de lo más noble que se ha dicho y pensado, contribuye efectivamente a humanizar. No lo sabemos; e indudablemente hay algo terrible en dudar si el estudio y el placer que se encuentra en Shakespeare hacen a un hombre menos capaz de organizar un campo de concentración. Hace poco uno de mis colegas, un erudito eminente, me preguntaba, con sincera perplejidad, por qué alguien que quiere entrar en una facultad de literatura inglesa ha de referirse con tanta frecuencia a los campos de concentración; ¿tienen algo que ver con el tema? Tienen mucho que ver y antes de seguir enseñando debemos preguntarnos: ¿son humanas las humanidades? y si lo son, ¿por qué se esfumaron al caer las tinieblas?».

(Imágenes: 1.-«(Scholar).-America Series.- 1991.-por Benny Andrews.-artnet/ 2.- Mujer leyendo.-Matisse)