BLOOM Y LOS CLÁSICOS FUTUROS

lectura-nobb-interiores-Lynne Cohen-imageartslectures

 

» Aunque la lectura, la escritura y la enseñanza son necesariamente actos sociales – dice Harold Bloom en «El canon occidental» -, la enseñanza posee también un aspecto solitario, una soledad que  sólo dos pueden compartir (…) Gertrude Stein sostenía que uno escribía para sí mismo y para los desconocidos, una magnífica reflexión que yo extendería: uno lee para sí mismo y para los desconocidos».

En estos días se debaten las declaraciones que ha hecho Bloom diciendo que «no me parece que en la literatura contemporánea, ya sea en inglés, en Estados Unidos, en español, catalán, francés, italiano, en las lenguas eslavas, haya nada radicalmente nuevo»,  y un gran lector y excelente crítico como es Alberto Mangel ha querido aportar sus opiniones distintas o complementarias señalando el valor de los influjos, lo que de algún modo quiso tratar también Harold Bloom en «Anatomía de la influencia».

 

libros.-99z.-Aad Hofman

 

«“Es ciertodice Mangel – que la voz de Cees Nooteboom tiene ecos de Ibn Battuta y Diderot; que en W. G. Sebald hay vestigios de Sir Thomas Browne y de Heine prosista; que Enrique Vila-Matas es heredero de Laurence Sterne; que Ismail Kadaré continúa la tradición de Herodoto y de Homero; que Jean Echenoz ha aprendido la lección de los novelistas franceses del XVIII; que Tom Stoppard debe mucho al teatro de Wilde y de Pirandello; que Tomas Tranströmer ha leído al Virgilio de las églogas y a Wordsworth; que Cynthia Ozick ha estudiado la obra de Henry James; que Pascal Quignard tiene una deuda con Montaigne. Todo esto es cierto, pero cierto es también que estos autores son únicos, y sus obras iluminan nuestro siglo como Cervantes y Shakespeare iluminaron el suyo.”

Iluminan nuestro siglo, afirma Mangel. ¿Podría, por tanto, ser alguno de ellos el clásico futuro? Azorín en 1945 publicó «Clásicos redivivos – Clásicos futuros» y tras considerar a Góngora, a Tirso o a Cervantes se adentraba en otros que entonces «iluminaban» también el siglo:  Pereda, en su casa de Polanco: Clarín, en su biblioteca de Oviedo, o en nombres hoy aún más olvidados, como José María Matheu o Ricardo León. Sólo en parte se salvaban Galdós, Baroja y Unamuno.

 

lectura-vvtty-Honoré Daumier- mil ochocientos ochenta y seis- The Metropolitan Museum of Art- Nueva York

 

Iluminar de algún modo el siglo es una cosa y perdurar es algo bien distinto. Eliot en su excelente ensayo «¿Qué es un clásico?«afirma que «si hay una palabra en la que podemos fijarnos y que sugiere el grado máximo de lo que entiendo por clásico es la palabra «madurez»( …) Un clásico sólo puede aparecer cuando una civilización ha llegado a su madurez, cuando una lengua y una literatura han alcanzado su madurez: el clásico sólo puede ser obra de una mentalidad madura (…) Hacer realmente aprehensible el significado de la madurez es quizá imposible, pero si somos maduros reconocemos la madurez de inmediato o llegamos a reconocerla a través de un trato más íntimo. Ningún lector de Shakespeare, por ejemplo, falla a la hora de reconocer, según avanza su propia madurez, la gradual maduración de la mente de Shakespeare, incluso los lectores menos experimentados pueden percibir el veloz desarrollo de la literatura«.

 

lectura-vvbbu-Juliano Lopez Dada

 

En nuestro ámbito, Francisco Rico al hablar de «Veintiún clásicos para el siglo XXl» (Crítica) recuerda que «un clásico lo es porque no se lee tanto cuanto se relee, individual o colectivamente (…) El clásico vive en la memoria, y puede y aún pide ser revisitado, libérrimamente, a fragmentos».

Quizá toda la prueba de fuego esté en la relectura.

 

lectura-rrvgg-libors-Alexandre Antigna- siglo diecinueve

 

(Imágenes.- 1.-Lynne Cohen– imageartslecture/ 2.-Aad Hofman/ 3.-Honoré Daumier– 1886- The Metropolitan Museum of Art- New York/ 4.-Juliano López Dada/ 5.-Alexander Antigna)

SOBRE EL MIEDO ESCÉNICO

 

cine-ggbbu-mujer-rostros- Greta Garbo- Clarence Sinclair Bull

 

Ahora que se vuelve a hablar del miedo escénico, se escuchan las palabras de Greta Garbo en 1929 que fue narrando Mordaunt Hall al entrevistarla: «Aunque nunca había hecho teatro, un amigo suyo le pidió que actuase en «Resurrección», cuando aún estaba en Estocolmo. Ella, en un momento de irreflexión, había consentido en hacerlo.

Llegó incluso a memorizar el papel y estudiar al personaje. Tenía confianza en sí misma, pero la noche anterior al ensayo general con vestuario había empezado a ponerse nerviosa y no había logrado pegar ojo. Llamó a su amigo para pedirle que fuese a verla y le dijo que no le iba a ser posible actuar. No había conseguido dormir. Ni los ruegos ni las protestas consiguieron hacerle cambiar de opinión. Sencillamente, se sentía incapaz de ponerse delante de unas candilejas.»

 

cine-riijj--Greta Garbo- Clarence Sinclair Bull

 

«Uno de los casos más sonados de miedo escénico- se ha recordado estos días en la prensa – fue el de Barbra Streisand, que en el año 67, durante una presentación en vivo, era tal su miedo, que olvidó la letra de su canción. Tuvieron que pasar 27 años para que volviera a salir a un escenario tras superar esa fobia a cantar ante una multitud.

Otro de los grandes artistas que ha sufrido en algún momento de su carrera el miedo escénico es Robbie Williams, que en 2009 paralizó su gira por el pánico escénico que lo paralizaba. Según dijo Williams en una radio británica, el miedo le hizo decir que no a una gira mundial. “Tengo un enorme pánico escénico, horrible, horrible. Se vuelve cada vez peor a medida que envejezco”. Dos años y medio después, Williams volvió a subirse a un escenario.»

El miedo escénico prosigue. A veces es una sombra que atenaza a los actores.

 

teatro-nnnggo-Everett Shinn- mil novecientos seis

 

(Imágenes.- 1 y 2 -Greta Garbo por Clarence Sinclair Bull/ 3.-Everett Shinn- 1906)

 

LA CONTRATA DE MOZOS

pueblos.-8gf.-Toni Frissel.-Alfama.-Portugal-.- 1946

 

«¿Qué estáis haciendo aquí?¿ Qué hacemos todos

en medio de la plaza y a estas horas?

Con tanto sol, ¿ quién va a salir de casa

sólo por ver qué tal está  la compra,

por ver si tiene buena cara el fruto

de nuestra vida, si no son las sobras

de nuestros años lo que vendemos?

¡A cerrar ya! ¡ Vámonos  pronto a otra

feria donde haya buen mercado, donde

regatee la gente, y sise, y coja

con sus manos nuestra uva, y nos la tiente

a ver si es que está pasa! ¿A qué otra cosa

hemos venido aquí sino a vendernos?

Y hoy se fía, venid, que hoy no se cobra.

Es tan sencillo, da tanta alegría

ponerse al sol una mañana hermosa,

pregonar nuestro precio y todo cuanto

tenemos de hombres darlo a la rendonda.

Hemos venido así a esta plaza siempre,

con la esperanza del que ofrece su obra,

su juventud al aire. ¿ Y sólo el aire

ha de ser nuestro cliente? ¿Sin  parroquia

ha de seguir el que es alquiladizo,

el que viene a pagar su renta? Próspera

fue en otro tiempo nuestra mercancía,

cuando la tierra nos la compró toda.

 

pueblos.-47hy.-gentes.-Gianni Pistarà.-1979

 

Entonces, lejos de esta plaza, entonces,

en el mercado de la luz. Ved ahora

en qué paró aquel género. Contrata,

lonja servil, teatro de deshonra.

Junto a las duras piedras de rastrillo,

junto a la hoz y la criba, el bieldo y la horca,

ved aquí al hombre, ved aquí al apero

del tiempo. Junto al ajo y la cebolla,

ved la mocil cosecha de la vida.

Ved aquí al mocerío. A ver, ¿quién compra

este de pocos años, de la tierra

del pan, de buen riñón, de mano sobria

para la siega; este otro, de la tierra

del vino, algo coplero, de tan corta

talla y tan fuerte brazo, el que más rinde

en el trajín del acarreo? ¡Cosa

regalada!

 

pueblos.-77ym.-Mark Citret.-Volterra.-Italia

 

Y no viene nadie, y pronto

el sol de junio irá de puesta. Próspera

fue en otro tiempo nuestra mercancía.

Pero esperad, no recordéis ahora.

¡Nuestra feria está aquí! Si hoy no, mañana;

si no mañana, un día. Lo que importa

es que vendrán, vendrán de todas partes,

de mil pueblos del mundo, de remotas

patrias vendrán los grandes compradores,

los del limpio almacén. ¡ Nadie recoja

su corazón aún! Ya sé que es tarde

pero vendrán, vendrán. ¡Tened la boca

lista para el pregón, tened la vida

presta para el primero que la coja!

Ya sé que hoy es igual que el primer día

y así han pasado una mañana y otra

pero nuestra uva no se ablanda, siempre,

siempre está en su sazón, nunca está pocha.

Tened calma, los oigo. Ahí, ahí vienen.

 

pueblos.-7hhn.-Scanno.-Italia,. 1951.-foto Herni Cartier Bresson

 

Y así seguiremos mientra cae la tarde,

mientras sobre la plaza caen las sombras.»

 

Claudio Rodríguez.– «La contrata de mozos»– «Conjuros» (1958)

(Imágenes.- 1.-Toni Frissel- Alfama- Portugal- 1946/ 2.- Gianni Pistarà- 1979/ 3.-Mark Citret/ 4.-Henri Cartier-Bresson- Scanno- Italia- 1951)

 

NIÑO TRAS UN CRISTAL

interiores-vvgy-lluvia- ventanas- Laura McPhee

 

«Al caer la tarde, absorto

tras el cristal, el niño mira

llover. La luz que se ha encendido

en un farol contrasta

la lluvia blanca con el aire oscuro.

La habitación a solas

la envuelve tibiamente,

y el visillo, velando

sobre el cristal, como una nube,

le susurra lunar encantamiento.

El colegio se aleja. Es ahora

la tregua, con el libro

de historias y de estampas

bajo la lámpara, la noche,

el  sueño, las horas sin medida.

Vive en el seno de su fuerza tierna,

todavía sin deseo, sin memoria,

el niño, y sin presagio

que afuera el tiempo aguarda

con la vida, al acecho.

En su forma la perla ya se forma.»

Luis Cernuda.«Niño tras un cristal»– «La realidad y el deseo» (1956)

 

interiores.-t2w22.-infancia.- Antoni Anatol Weclaswki.-Varosvia.. 1928-1937

 

(Imágenes.- 1.-Laura Mcphee/ 2.-Anatol Weclawski- news.o.pl)

«EL FIN DE LA CIENCIA FICCIÓN»

televisión-ggyu - Robert Delpire

 

EL  FIN  DE  LA  CIENCIA FICCIÓN

 

«-¿Y usted cree realmente que es el fin de la ciencia ficción?-preguntó el periodista.

El escritor de las gafas de concha y de las grandes patillas rojizas -un gigante- se inclinó sobre el micrófono.

-Pues sí, yo creo que nada tiene que hacer la ciencia ficción a partir de ahora. Todo está inventado. Y si no, se inventará. Yo llevo toda mi vida escribiendo ciencia ficción. Creo que no escribiré más. Se ha ido a la Luna. Se irá a Venus. Se explorará el universo. Se han conseguido avances inauditos, clonaciones, experimentos, ¿qué se puede contar que el hombre no sepa? ¿cómo se le puede sorprender? Es muy difícil ya sorprender al hombre. La ciencia ficción ha tenido una época, los premios Hugo, Nébula y todo eso. Eso ya ha pasado. Es el pasado. Durante todo ese pasado se escribió sobre el futuro. Pero ahora habría que hablar del futuro del futuro, y eso es imposible. Fíjense ustedes que nosotros cada día inventamos el futuro. Prácticamente hacemos del presente el futuro. No hay presente. Como esas estaciones intermedias del año que casi han desaparecido. O hace frío o hace calor.

Estaba la sala abarrotada, las lámparas encendidas. Bob tomaba notas en su cuaderno, sentado en una silla de amplio respaldo, una silla de ribetes dorados alineada con muchas otras que el Hotel había puesto a disposición de la rueda de prensa. Se le veía al escritor algo fatigado. Miraba a los periodistas desde el cristal de sus gafas y parecían empañadas. O quizá era el cansancio en sus pupilas, unas pupilas de hombre mayor, que ha vivido mucho.

Acabó la rueda de prensa y se levantaron todos de las sillas. Bob pensó que ya tenía suficiente material para su información y que ahora  podía irse ya para casa, cenar y meterse en la cama hasta la siguiente jornada  No tenía que transmitir nada esa noche. Simplemente ordenar sus notas para la crónica de mañana por la mañana. Sacó su coche del aparcamiento y se dirigió  al único supermercado abierto cerca de su casa. Quería aprovechar para hacer la compra del fin de semana.  Desde que vivía solo luchaba por hacerse más ordenado: dedicaba un día fijo a abastecer su despensa pero muchas veces el olvido o la pereza le vencían. Compró fruta y carne congelada, tres latas de conservas, helado, vino y dos bolsas de patatas. Cerca de la cajera tomó una barra de pan.

 

television.-BB.-1981-1983.-por Kenny Scharf.-artnet

 

A las nueve y media ya había cenado. Dejó limpia la cocina, llamó a Martin para quedar a tomar algo al día siguiente, contestó a unos e-mails que había  recibido, apartó una camisa y un traje y los colocó sobre una silla y luego se sirvió una copa de vino y se sentó en el sofá a ver la televisión.

En la televisión, como siempre, había la rutina de todas las noches. Pasó con el mando a distancia sobre escenas de películas, fugaces documentales, concursos absurdos y programas de entretenimiento. Unas bailarinas se encadenaban con los cigarrillos de Humphrey  Bogart y Bogart daba paso a anuncios refrescantes que daban paso a su vez a la voz de un tenor y éste  a escenas de guerra : fogonazos, estampidos, carreras y llamaradas. Volvió a pasar aburrido sobre todas las cadenas y de repente vio algo que le hizo detenerse: en el fondo de la pantalla, sentado en un sofá, algo somnoliento, aparecía un hombre que estaba moviendo el mando a distancia. Cerca de él había una copa de vino. Aparecía borroso, no le enfocaban bien. Oyó a su lado a la presentadora:

-¿Se ve usted bien? Quizá es que la cámara no lo recoge exactamente. Ahora verá, enseguida le toma mejor la cámara.

Efectivamente, la imagen apareció ahora algo más nítida. Se vio otra vez a sí mismo, sentado en el sofá de su apartamento, a su lado la copa de vino. La presentadora volvió a insistir:

-¿Ahora se ve usted bien?

El asintió con agradecimiento:

-Sí, gracias, ahora muy bien.

-Hemos procurado filmar su apartamento, Bob… ¿Me permite que le llame Bob? ‑preguntó ella con una sonrisa y él  asintió- Le decía que hemos procurado filmar su apartamento sin causarle demasiadas molestias ; ya sabe usted que este programa respeta lo más posible la intimidad. O al menos lo intenta. Pero al mostrar una vida a los espectadores no tenemos más remedio que entrar en el espacio vital de la personas, como suele decirse. En su mundo. Usted lo entiende, ¿no es cierto?

-Sí -dijo él-, naturalmente.

-Perfecto. La televisión es así. Y nosotros- dijo ella con una amplia sonrisa-  le damos las gracias.

Era una rubia oxigenada, una mujer alta, de unos veinticinco o treinta años: vestía unos pantalones azules ajustados y un jersey azul con florecitas blancas sobre el que colgaba un collar que quería ser deslumbrante.

-Usted es periodista, ¿verdad Bob? -preguntó ella con otra gran sonrisa.

-Sí -contestó Bob-, soy periodista.

-Pero es usted un periodista poco común, es decir, un periodista al que le gustan los hechos insólitos.

-Bueno, a todos los periodistas nos gustan los hechos insólitos -respondió Bob-. Eso forma parte del oficio.

-Bueno, me refiero -continuó la presentadora- a que usted, de manera especial, se dedica a cubrir acontecimientos, llamémosles singulares, ¿no es así?

-Sí -contestó Bob-, de alguna forma es así.

Ahora le estaban molestando algo los focos, tanto giro blanco y azul en los techos y en los ángulos. Veía con dificultad al público invitado que estaba en el plató y las caras se le aparecían lejanas y borrosas. A la vez le tiraba un poco el maquillaje, sobre todo en las comisuras de la boca. Notaba un sudor en el labio.

-¿Podría usted, Bob -dijo la presentadora-, comentar a nuestros espectadores algún hecho insólito y  reciente que haya  vivido, algo que como profesional le haya causado más  impresión  cualquiera de estos días?

Bob se arrellanó más en el sillón y miró con sorpresa a la mujer.

-¿Reciente? -preguntó.

-Sí, algo reciente. ¿Qué ha hecho usted hoy, por ejemplo, de interesante? Algo que le haya  llamado la atención…

Bob intentó hacer memoria.

-Bueno, hoy me ha llamado precisamente  la atención una conferencia de prensa a la que he tenido que asistir. Precisamente esta tarde.

-Una conferencia de prensa ¿sobre qué, Bob?

-Una conferencia de prensa sobre ciencia ficción.

La presentadora casi palmoteó en el sofá.

-¡Oh, qué interesante! -dijo entusiasmada- ¿Y de qué trataba esa conferencia de prensa?

Bob se resistía a contestar.

-Bueno -respondió de mala gana-, del fin de la ciencia ficción. De que ya no habrá más ciencia ficción.

-¿Y eso por qué, Bob? -le preguntó la presentadora con voz cantarina- ¿No cree usted en la ciencia ficción?

-Bueno, yo no creo ni dejo de creer -contestó un poco aburrido-. Es lo que le oí al conferenciante.-Hizo una  pausa y al fin se decidió-: Y me  da la impresión de que tenía razón.

-¿O sea que nunca más podremos leer ya una de esas novelas de ciencia ficción, una de esas novelas tan divertidas? ¿Ya no podremos leerlas?

-Bien, yo no las llamaría precisamente divertidas. A veces son intrigantes, desasosegantes-dijo Bob.

-Yo no soy ninguna experta en esas cuestiones -se excusó la presentadora mirando a la cámara-, pero estoy segura de que aquí  hay muchos invitados, y por supuesto muchos espectadores en sus casas, a los que sí les  suele gustar ese desasosiego -rió muy nerviosa-, ¿A qué es verdad, señores?

Las cámaras recorrieron las filas del público que estalló en aplausos. La presentadora esperó a que acabara el aplauso para continuar:

-¿Y no querría usted, Bob, que viéramos esa conferencia de prensa?- dijo con una  mirada pícara y con los ojos muy abiertos- Nuestras cámaras estaban allí.

-¿Ah, sí? -dijo Bob sorprendido.

-¡Sí! ¡Eso es lo que tiene la televisión! -exclamó triunfante la mujer- Que estamos en todas partes. ¿Quiere que lo veamos de verdad?-añadió entusiasmada.

-Bueno, está bien -respondió Bob.

-¡Fíjese en esa pantalla! -le indicó la presentadora girándose.

 

televisión.- 456gh.- Henry Gunderson.- Melt Down.- 2011

 

Entonces Bob también giró en su sillón y distinguió en un extremó del plató, cerca de los invitados, una gran pantalla de televisión.

De repente apareció en ella la sala en que esa tarde había tenido lugar la conferencia de prensa con el novelista. Vio las sillas abarrotadas, las lámparas, el estrado y se vio a sí mismo inclinado sobre sus papeles, trabajando con atención.

En ese momento estaba diciendo el escritor gigante de las gafas de concha a los periodistas.

-Pues sí, yo creo que nada tiene que hacer la ciencia ficción a partir de ahora. Todo está inventado. Y si no, se inventará. Yo llevo toda mi vida escribiendo ciencia ficción. Creo que no escribiré más.

El video se desvaneció y la presentadora cortó sonriente.

-Y bien, Bob, ¿qué le ha parecido?

Él aprobó con la cabeza.

-Asombroso -comentó.

-¡Muy bien! -dijo la mujer satisfecha-. Pero ahora vamos, Bob, si no le importa, un momento, tan solo un momento, a publicidad. Sólo unos minutos. Luego veremos otras cosas. No le importa, ¿verdad, Bob?

-No -dijo él -. No me importa.

Empezaron los anuncios de publicidad y él, como siempre, se levantó del sofá y aprovechó para darse una vuelta por su pequeño piso. Fue al baño, picó un poco de fruta de  la nevera,  buscó una corbata que le entonara para el traje del día siguiente y  la colocó en la silla junto a la camisa. En ese momento llamaron al teléfono.

Era Martin. Estaba muy nervioso.

-¿Estás viendo la tele? -le preguntó- ¿La estás viendo?

-Sí -contestó Bob.

-¡Yo no sabía que habías estado en esa conferencia esta tarde! ¿Fue interesante? ¡Debió  ser muy interesante!

-Sí, realmente fue interesante.

-Lo dices como si no tuviera importancia, como si te diera igual.

-Bueno, es mi trabajo. Es mi trabajo de todos los días.

-¡Pero tu trabajo de todos los días no sale siempre en televisión! -protestó Martin- ¡No sales en televisión todos los días!

-Bueno, eso da igual -añadió Bob sin demasiado interés.

Estuvieron hablando un gran rato sobre la oficina y  los jefes. Martín quería  pedir un permiso y no sabía cómo exponerlo. Se lo preguntó a Bob y él le dio su opinión, le dio además algunos consejos y colgaron.

 

objetos.-77j.-televisión.-las pequeñas pantallas.- Lee Friedlander --2001

 

Luego Bob se sirvió un poco más de vino blanco de la nevera y volviendo al sofá se sentó ante el televisor. Acababan en ese momento los anuncios y la presentadora apareció en primer plano mirando a la cámara.

-¡Bueno, ya estamos aquí de nuevo! -exclamó con una gran sonrisa y luego se dirigió a los espectadores-: ¿Pero quieren que les cuente -añadió con una mirada pícara- qué es lo que ha hecho nuestro invitado mientras pasaban  la publicidad? -Luego miró a Bob sentado a su lado-: ¿Me permite usted, Bob, que lo diga? -dijo en tono cómplice.

-Sí, naturalmente -contestó él.

-Pues ha estado hablando con un amigo suyo, Martin, un amigo suyo de la oficina.- dijo mirando a la cámara, y  luego se giró hacia él -: Bueno, también un amigo de hace muchos años, ¿verdad Bob?

-Sí, realmente nos conocemos desde hace muchos años.

-Por cierto, Bob -dijo la presentadora- tiene usted un piso muy bonito. -Luego añadió encantadora dirigiéndose al público-: Fíjense, señores, qué piso tan bonito y tan bien arreglado tiene nuestro invitado de hoy.

En la gran pantalla al lado del público apareció ahora el apartamento de Bob. Se vio en primer plano la silla en donde estaba colocado el traje, la camisa y la corbata. Después la cámara fue girando lentamente sobre  la mesa de comedor y  se adentró en el pasillo hasta llegar a la cocina. Al dar la vuelta para entrar en el pequeño dormitorio se detuvo un momento en unos cuadros colgados de la pared.

La presentadora lo iba comentando todo.

-Esos cuadros, Bob -le preguntó la presentadora -¿son auténticos o son  litografías?

-No, son litografías -dijo él.

-Vive usted solo, ¿verdad Bob?

Él asintió.

-Pues tenemos que felicitarle, Bob,- dijo la mujer mirando a la cámara y con una gran sonrisa-, porque tiene usted un  piso impecable. Para un hombre que vive solo esto no suele ser normal, ¿verdad, señores? -Se le veía que estaba intentando provocar el aplauso de los invitados y lo consiguió.

Hubo un cerrado aplauso y se vieron las caras encantadas del público sentado en las tribunas.

-¿Y sabe usted -dijo ahora la mujer mirando a Bob- que hemos estado a punto de invitar a su amigo Martin para que viniera hoy al programa?

Él se quedó realmente sorprendido.

-¿Ah sí? -se atrevió a decir.

-Sí -dijo la mujer-, pero al fin no hemos podido -añadió quitándole importancia-. Otro día será. -Luego rió muy nerviosa- Pero tenemos una sorpresa ahora para usted. ¿Quiere verla?

Bob le seguía asombrado.

-Sí, ¿por qué no?

-Es una sorpresa que creo le gustará -dijo la presentadora.

 

 

televisión.-4fr,.David Hall.-interrupciones TV.-cortesía de David Hall y Lux.-Londres

 

Indicó que entrara el video y en la gran pantalla junto al público apareció la casa de su infancia, el camino por donde iba él al colegio, un plano de sus padres  jugando con él bajo unos árboles y luego una panorámica de la pequeña ciudad en donde había pasado su juventud. Después aparecieron testimonios de amigos, Bob vio a su amigo Luis a la puerta del colegio, luego a la rubia María, su primer amor de los catorce años, oyó una conversación entre sus padres y abuelos que él recordaba muy bien en el día de su noveno cumpleaños y enseguida otra vez la casa de su infancia y el  patio donde había jugado tantas veces. Después se vio a Tino, su viejo profesor de matemáticas. Apareció su nombre en los rótulos, bajo la imagen.

-Bob era un niño muy listo, y sobre todo muy dócil -estaba diciendo Tino en ese momento contestando a una entrevista que se le hacía-. De los mejores de la clase.

Más tarde se vio a Tino entrar en un aula y detenerse ante un pupitre.

-Aquí se sentaba Bob  -indicó satisfecho señalando una de las mesas-. Aquí estudió.

-¿O sea que era un buen estudiante? -se oyó la voz en off de la entrevistadora.

-Sí -respondió Tino-. Sobre todo en mi asignatura. Supongo que se habrá dedicado a las matemáticas…

Siguió un plano de todo el colegio al que acompañó de fondo una suave música. Luego los árboles y de nuevo una  panorámica de la ciudad.

El video se desvaneció y la presentadora rubia se giró ahora hacia Bob con una sonrisa.

-¿Es cierto eso? -preguntó cómplice- ¿que estaba usted dotado para las matemáticas?

-Pues no lo sé -dudó Bob procurando también sonreír- Un niño nunca se da cuenta  de esas cosas.

-Pero lo dice su profesor de entonces, ¿lo ha visto?…¿Cómo se llevaba usted con sus profesores?

-Bien. Yo creo que bien. No recuerdo haber tenido problemas.

-Pero sin embargo -añadió la presentadora procurando ser encantadora- usted no se ha dedicado a las matemáticas -rió- ¡Si su profesor le viera ahora!- agregó soltando una carcajada- ¡No se lo imaginaría como periodista! ¿A que no? -volvió a reír-  Por cierto, ¿ha vuelto a ver a sus profesores?

-No -dijo Bob-. La verdad es que no los he vuelto a ver.

-Pues le recuerdan a usted perfectamente. Y además con gran cariño. Y, eso, Bob, siempre es de agradecer. No crea usted que es lo normal -se inclinó más hacia él-. Y dígame ‑preguntó en tono confidencial-, ¿por qué prefirió el periodismo? ¿Qué le atrajo del periodismo? ! Es lo opuesto a las matemáticas!

 

televisión.-8gtg.-Nam June Paik

 

A Bob le empezaba a tirar otra vez el maquillaje, sobre todo en los labios y en las cejas. Además le cegaban los focos. Casi no veía al público invitado. Estaba incómodo en el sillón.

-Pues no sé-intentó escabullirse-, la verdad es que no lo sé…

-¿Cree que el periodismo es apasionante?-preguntó la mujer.

-Pues sí, quizá sí ‑dijo Bob-, depende de cómo se tome uno la profesión.

La presentadora dejó de mirar a Bob y miró ahora hacia la cámara.

-Y bien, señores! -dijo de forma  espectacular y con voz vibrante-¡Eso es lo que vamos a ver dentro de un momento! ¡No se muevan! ¡Vamos a ver, vamos a seguir en directo las  confesiones de un periodista de nuestro tiempo, una profesión realmente apasionante!

De nuevo volvió la publicidad y Bob apagó el televisor con su mando a distancia y se levantó del sofá. Aún tenía que hacer varias cosas, y sobre todo quería  arreglar unos papeles para el día siguiente, especialmente ordenar las notas de la conferencia sobre ciencia ficción. Se sentó a la mesa y estuvo trabajando hasta las once. Sonó el teléfono dos veces y no quiso cogerlo. A las once y media tomó un libro para llevárselo a la cama,.estuvo leyendo hasta las once y media y a las once y media apagó.

Al día siguiente le inundaron de trabajo en el periódico. Tuvo que cubrir la rueda de prensa del Ayuntamiento, asistió al almuerzo mensual con el Gobernador de la Banca, estuvo en la presentación a  la prensa de una obra de teatro, volvió a la Redacción y se ocupó de completar la información  de dos conferencias, entre ellas la de ciencia ficción, revisó una encuesta sobre población activa y tituló crónicas diversas. Acabó muy tarde y hasta las nueve y media no llegó a su casa .Después de cenar se sirvió una copa de vino, se sentó en el sofá y miró qué podía haber en televisión. Como siempre, no había nada interesante.  Hoy eran concursos y algún telefilme aburrido y estuvo a punto de apagarla.

 

televisión.- 878.-Nam June Paik.-1979.-Fundación William T Kemper

 

Estaba pasando rápidamente sobre unos anuncios publicitarios cuando de repente concluyó uno de ellos y  apareció de pronto la presentadora rubia.  Esta noche no vestía pantalones azules sino una falda roja estampada y una blusa blanca. Conservaba la misma sonrisa encantadora y el mismo peinado oxigenado. Se giró en su sillón y se dirigió hacia él.

-¡Y bien, Bob, ya estamos aquí de nuevo! -dijo radiante- Nos habíamos quedado en que usted contaría a nuestros espectadores cómo es la profesión periodística, qué tiene el periodismo de apasionante para que muchos jóvenes, ¡y no tan jóvenes! -rió- se dediquen a ello.- Se inclinó hacia él-: ¿Qué tiene el periodismo, Bob, le decía yo antes, que no tengan las demás profesiones? ¿Por qué no nos lo explica usted que lleva tanto tiempo trabajando en ello?

-Bueno -se excusó Bob- no tanto tiempo, tampoco soy un veterano…

-¡Pero trabaja mucho, yo diría que duro, trabaja duro!, ¿no es verdad? -dijo la mujer con su sonrisa.- Hoy, por ejemplo, ha sido un día duro para usted, ¿no es cierto?

-Bueno-respondió Bob-, tampoco un día demasiado duro, un día normal…

La presentadora soltó una carcajada y se dirigió al público de las tribunas.

-¿Ven ustedes qué modesto es este hombre?- y luego miró fijamente a la cámara.- Ustedes en sus casas creerán quizá que los periodistas son unos superhombres.- hizo una pausa. Se le notaba entusiasmada, disfrutando con todo aquello- ¡Pues aquí tienen a uno modesto, excesivamente modesto diría yo, un hombre sencillo, que no se hace valer. !Ya quisieran muchos profesionales ser así.-suspiró-, o al menos intentarlo. ¡Pero no siempre es posible! -y de nuevo le miró a él- : Hoy, por ejemplo, Bob, ¿qué le ha costado más, ir al Ayuntamiento o ir al almuerzo con el Gobernador de la Banca?  Porque a lo mejor lo que no es usted es un hombre de Redacción… ¿ Prefiere la calle, no someterse a un horario?… Cuéntenos.

-Bueno -dijo Bob-, a mí me gusta todo…

-Pero algo le gustará más… No me diga que le da igual un trabajo que otro…

-Pues sí – se excusó Bob -, la verdad es que a mí me gusta toda la profesión…

-De todos modos- dijo ella con una sonrisa pícara-, si yo le pongo ahora unas imágenes de usted trabajando en la calle y unas imágenes trabajando en su mesa, usted notaría la diferencia, ¿no es así?

– Sí. Probablemente -dijo él.

-¡Pues vamos a verlas!- exclamó ella triunfante, mirando a la cámara.

Entró el video y en la pantalla junto al público se vio el lujoso comedor iluminado del Gobernador de la Banca. Allí estaba Bob, entre muchos otros periodistas, tomando notas mientras comía y a la vez escuchaba al Gobernador, un tipo grueso que leía su informe tras las gafas. Se oía la voz rotunda del Gobernador en medio de las preguntas de la prensa y se oía y veía a Bob, muy atento,  en el momento de intervenir, entre el ruido de las copas, las toses y el cruce de palabras.

-¿Ve usted? -intervino la presentadora comentando la escena-. Aquí está usted, diríamos, en su tarea habitual de esta mañana. Se le ve a usted cómodo. ¿Cuántas veces almuerzan ustedes, los periodistas, con el Gobernador?

-Una vez al mes -contestó Bob-. Es nuestra comida habitual.

-¿Y no le cansa? -preguntó la mujer.

-No, no me cansa.-respondió Bob- Es nuestro trabajo, es decir, es mi trabajo.

-Le he preguntado si no le cansa -añadió ella sonriendo y como disculpándose- y, la verdad, no sé por qué. A lo mejor le divierte ¿Le ha divertido, por ejemplo, la comida de hoy? ¿Ha sucedido allí algo interesante? -se volvió a la cámara y la miró fijamente-. Me gustaría que explicara usted a los espectadores cómo es el oficio de periodista, en qué consiste, cómo discurren, por ejemplo, esas comidas. ¡No todo el mundo -rió- comemos con el Gobernador de la Banca!, ¿verdad, señores?-  Se oyó al fondo un largo aplauso y ella se giró hacia él-. A ver, cuéntenos, Bob.

Bob empezó a contar algo de lo que ocurría en esas comidas, muy poco, porque se sentía incómodo con el maquillaje y sobre todo los focos le estaban dando una especie de angustia, además de sudor. No quería sacar su pañuelo porque le parecía inadecuado y tampoco se atrevía a mirar de reojo su reloj para ver cuándo llegaba una pausa. Estuvo contando varias cosas del periodismo y de cómo hacía su trabajo y lo hizo como siempre lo solía hacer él, quitándole importancia, porque pensaba que su trabajo era como el de los demás, no tenía demasiados alicientes. Pero la presentadora insistía en querer preguntarle muchas cosas, la interrumpían a intervalos los aplausos de los invitados y no dejaban de sucederse vídeos sobre la vida de Bob, sus  amigos, vacaciones y hábitos. Allí aparecieron  de  pronto  sus padres, ya muy ancianos, a los que se les había hecho una entrevista muy emotiva,  emocionándose su madre al recordar la infancia de su hijo. Otro de los vídeos recorría la  Redacción  del periódico, pasaba  junto a las mesas de los compañeros y se detenía en la suya, en la que se le veía a él  trabajar muy concienzudamente. Lucas, el Director, también dijo unas palabras desde su despacho y a Bob le sorprendieron los elogios que hacía de  él como periodista. Después, en medio de las continuas interrupciones de la presentadora rubia, aparecieron  en imagen algunas novias suyas de hacía  años, entre ellas Lola, que aún conservaba algo de rabia en sus declaraciones, aunque Ana, y principalmente Beatriz, la última que había salido con Bob, dijeron de él que era un hombre con defectos, sí, pero al menos un hombre sincero.

El video se desvaneció y la presentadora  se giró sonriente hacia él.

-Y  bien, Bob, ¿qué le ha parecido? -dijo triunfante.

A él los focos le impedían ver claramente a la mujer y tardó algo en contestar.

-Bien. Me ha parecido bien -respondió.

-¿A que ha sido un pequeño repaso interesante sobre su vida? -dijo la presentadora con su sonrisa encantadora- ¡Bueno, no hemos podido recogerlo todo, naturalmente! Eso es imposible en televisión. Pero al menos -rió- lo hemos intentado, nuestro servicio de Documentación lo ha intentado. -Hizo una pausa- Y ahora me gustaría, Bob, que usted diera algunos consejos a quienes nos están viendo desde sus casas, a quienes quisieran, a  lo mejor, ser algún día periodistas. Sobre todo a los jóvenes. ¡Bueno, claro ‑se disculpó riéndose-, naturalmente a los jóvenes! ¿Le parece, Bob?

Bob asintió.

-¡Pues adelante!- exclamó la mujer siempre sonriente. Pero antes de que él lograra empezar a hablar ella anunció mirando fijamente a la cámara -¡Unos breves minutos, señores, y volvemos!- dijo con énfasis- ¡Por favor, no se muevan de ahí! ¡Tenemos aún muchas cosas que contarles! ¡La noche promete ser muy interesante!

 

televisión.-6trt.-Nam June Paik.-mashori tumblr

 

Entró la publicidad y Bob apagó su televisor y se levantó del sofá. Ya no pensaba seguir viendo más. Tenía el cuerpo muy agitado, estaba fatigado y sobre todo deseaba dormir. Además le había alterado tanto la televisión que miró su aparato con auténtico terror, como si él  fuera nuevamente a encenderse y a ponerse en movimiento. Se metió en la cama casi  inmediatamente. Nada quería saber de aquella mujer rubia a la que sin embargo vio esa noche en sueños. Se le aparecieron  en pesadillas los focos y los invitados,  él no sabía qué responder mientras pasaban por su memoria todo tipo de videos. A la mañana siguiente, al haber dormido mal, rindió poco  en el trabajo. Tuvo que cubrir distintos acontecimientos y comió de pie en la barra de un bar  procurando ponerse de espaldas al televisor de la pared. Se negaba a mirar a la pantalla. Le parecía que en cualquier momento iba a aparecer  aquella mujer  rubia y le iba a volver a interrogar. Rehuyó ir a la Redacción, escribió parte de sus crónicas en el banco de un parque,  paseó bajo los árboles y cuando volvió al periódico procuró hacerlo cuando ya era muy tarde y muchos compañeros ya se habían ido. Tampoco esa noche, tras la cena, encendió el televisor. Se metió pronto en la cama y al día siguiente comprobó con alivio que no había tenido pesadillas. Le costó no ver la televisión durante varios días. Se entretuvo con mucho  trabajo, le encargaron un viaje que le distrajo, tuvo que resolver varios  problemas inesperados y sólo dos semanas después pudo pasear solitario por la ciudad procurando relajarse. Quería comprar esa tarde algo de  música para sus ratos libres y entró en unos grandes almacenes. Estuvo primero hojeando libros, curioseó las novedades, escuchó algo de música antes  de decidirse a comprarla y al fin se acercó hasta la caja, le envolvieron  el pequeño paquete y pagó. Cuando ya salía por el pasillo central vio a su izquierda  el sector de electrodomésticos  y una larga fila de televisores  encendidos de  todos los tamaños que mostraban  diversos programas. Instintivamente  procuró no mirar, pero ya desde una de aquellas pantallas le estaba siguiendo  y le observaba fijamente la presentadora rubia.  Hoy vestía una  cazadora blanca y unos pantalones oscuros y resaltaba aún más su peinado oxigenado  y brillante. Se giró hacia él desde su sillón, luciendo como siempre su sonrisa.

-Y bien, Bob -le dijo en tono muy seductor-, vemos que está usted hoy de compras. Le interesa la música, ¿verdad?

Él tardó en responder y trató de esconder el  pequeño paquete tras su espalda.

-Sí, sí me interesa -respondió al fin.

-¿Y nos podría decir qué clase de música ha comprado? Aquí estamos muy interesados  en todo lo suyo, ¿verdad, señores? -se oyó detrás el fuerte aplauso del  público invitado.

A Bob ya  le empezaban  a cegar aquellos focos.

-Bueno -se excusó Bob con cierta desgana-, un poco de Mozart, unos conciertos  de Mozart…

-¡Ah!, ¿le gusta a usted  Mozart? -dijo la presentadora de forma encantadora.

Él volvió a asentir.

-¡Qué apasionante! Yo creía, no sé por qué, que un periodista no había de interesarse  tanto por la música clásica. ¡Bah -le quitó importancia-, una tontería mía! Creía que le iba a gustar más la música moderna.

-Bueno -puntualizó Bob-, también la moderna me gusta.

La presentadora se inclinó más hacia él.

-Y bueno, Bob -le dijo con una sonrisa pícara y en tono confidencial-. Nos habíamos quedado antes, no sé si usted lo recuerda, en que daría usted unos consejos a los jóvenes, algún buen consejo a los que quieran ser periodistas. ¿Se atreve? -preguntó con coquetería.

-Bueno, la verdad -dijo Bob-, es que no soy muy amigo de dar consejos, los consejos no sirven para mucho…

Pero la presentadora insistió:

-Bueno, Bob , pero alguna recomendación sí,  algún consejo…- casi le suplicó – Usted es un buen profesional…

-Bueno, yo soy un profesional muy normal -se disculpó enseguida Bob.

-¡Siempre modesto, siempre tan modesto! -comentó la mujer dándose unas nerviosas palmadas en las rodillas. Y enseguida le animó con su radiante sonrisa-: ¡Vamos, Bob, cuéntenos!

A regañadientes Bob empezó a dar unos consejos generales, unos consejos elementales.  Nunca le había gustado dar consejos a nadie y en cuanto pudo  se apartó de todo eso y se puso a hablar de otra cosa, de viajes, de experiencias, de recuerdos. No estaba muy animado a todo aquello y le costaba hablar porque los focos le estaban cegando otra vez con intensidad, se encontraba incómodo en el sillón y todo el tiempo tenía que estar volviéndose para contestar a la presentadora. Estuvo recordando sus primeros tiempos en la profesión, pero conforme avanzaba en su relato le empezaba a tirar de nuevo el maquillaje, sobre todo en la parte superior del labio, como si algo fuera a derretirse. Además no conseguía ver bien la tribuna de invitados, únicamente les oía aplaudir y aquello le desconcertaba. Pasaron vídeos de algunos de sus viajes y la presentadora los fue comentando todos,  pidiéndole constantemente su opinión. Él mientras tanto procuraba mirar su reloj a hurtadillas cuando creía que no le enfocaban las cámaras y calculaba cuándo podía llegar una pausa para irse. Tuvo que contar varias veces su vida , le seguían deslumbrando los focos e intentó varias veces cambiar de postura. Seguía sudando. Siguió hablando y hablando y contestando a la presentadora constantemente. Pero nunca llegó la publicidad.  Nunca pudo salir ya del televisor.»

José Julio Perlado.«El fin de la ciencia ficción».- (relato inédito) ( perteneciente al libro «Caligrafía«, de próxima aparición)

 

television.-ZZZ.- por Janet Cardiff y Georges Bures Miller.-1999.-artnet

 

Imágenes.-1.-Robert Delpire/2.-Kenny Scharf– 1983-artnet/ 3.-Henry Gunderson-Welt Down-2011/ 4.-Lee Friedlander. 2001/ 5.-David Hall.-cortesía de David Hall y Lux.- Londres/ 6.- Nam June Paik/ 7.-Nam June Paik- 1979-Fundación William T Kemper/  8.-Nam June Paik/ 9.-Janet Cardiff and Georges Bure Miller– 1999)

 

EL PUENTE

ciudades-rff-Nueva York- Otto Rudolf Schatz- el puente de Brooklyn

 

«Oh arpa y altar, de la furia fusionados,

(¡Cómo podría el mero esfuerzo elevar el coro de tus cuerdas!)

Terrorífico umbral de la promesa del profeta,

oración del paria, y grito del amante —

 

ciudades.- 4rrbbn.- Nueva York.-Ernest Lawson.- el puente de Brooklyn.- 1917- 1920.- Daniel J Colección Terra.- 1992

 

 

De nuevo los semáforos que rozan tu veloz

lenguaje sin fragmentar, inmaculado suspiro de estrellas,

salpicando tu camino — eternidad condensada:

y hemos visto la noche levantada en tus brazos.

 

ciudades.-unun.-Nueva York.-Childe Hassam.-puente de Brooklyn en invierno.-Museo Telfair.-Georgia. Estados Unidos

 

 

Bajo tu sombra junto a los muelles esperé;

solo en la oscuridad es tu sombra clara.

Las parcelas encendidas de la ciudad están en ruinas,

ya la nieve sumerge un año de hierro…

 

ciudades.-8uu88.-Nueva York en invierno.-Stow Wengenroth.-Brooklyn.-1959.-Smithsonian Ameican Art Museum

 

Oh insomne mientras el río debajo de ti,

sorteando el mar, la tierra soñadora de las praderas,

hacia nosotros los más bajos se abalanza a veces, desciende

y su curvamiento le presta un mito a Dios.»

Hart  Crane.- «El Puente»

 

snowing in Brooklyn

 

(Imágenes.- 1.-Otto Rudolf Schatz/ 2.-Ernest Lawson– colección Daniel  1992/ 3.-Childe Hassam– museo Telfari- Georgia/ 4- Stow Wengenroth– 1959/ 5.- Barry Yanowitz)

 

 

«A SANGRE FRÍA» O LA NOVELA REAL

escritores.-799n.-Truman Capote.-Irving Penn.-1965

 

La «novela- verdad» – dijo Truman Capote en «Le  Monde» en 1966 – será una novela en la que el autor se mantendría al margen del tema que trata, para no influir sobre el lector ni con su estilo ni con las opiniones y los juicios que formula. Hacer del lector un observador o mejor EL TESTIGO DE UNA EXPERIENCIA que le subyuga mucho más que si el autor interpretara, como siempre, los hechos en su lugar.»

 

escritores.-66hh.-Truman Capote.- Warholl

 

Al hablar de «A sangre fría» Capote confesaba que «no escogí ese tema porque me interesara mucho. Fue porque quería escribir lo que yo denominaba una novela real, un libro que se leyera exactamente igual que una novela, sólo que cada palabra de él fuese rigurosamente cierta. Ya había escrito un libro parecido que se titulaba «Se oyen las musas» (…) Hice un par de intentos fallidos con temas que resultaron carecer de elementos suficientes para hacer lo que pretendía y finalmente me dediqué a aquel crimen oscuro en aquella parte remota de Kansas porque me dio la impresión de que, si lo seguía de principio a fin, me proporcionaría los ingredientes necesarios para llevar a cabo lo que sería una hazaña técnica. Era un experimento literario cuyo tema elegí no porque me atrajera especialmente, que no era el caso, sino porque convenía a mis propósitos literarios.»

 

 

escritores.-rws- Truman Capote en San Quintin.-1973

 

«Hace doce años – le decía tambien Capote a George Plimpton – que me estoy entrenando en registrar conversaciones sin magnetofón. Pedía a un amigo que me leyera pasajes de un libro, y después yo me esforzaba por reproducir ese pasaje lo más fielmente posible. Naturalmente, estaba dotado para este tipo de ejercicio. Fiel en un noventa y cinco por ciento, lo que sin duda alguna es suficiente. Esta técnica es, a mi entender, esencial: el simple hecho de tomar notas crea un clima artificial.»

Yo tenia simpatía  por Dick y Perry – confesaba el escritor -, pero también por toda la familia. Terminé mi libro en abril de 1965 ; fueron ejecutados también en abril de 1965 . Sentía simpatía por ellos ; pero en mi libro no dejo nunca traslucir mis sentimientos a este respecto. » Perry me preguntaba con frecuencia por qué escribía este libro. Yo le respondía que no tenia intención alguna de cambiar la opinión publica y que mi finalidad era puramente estética. Hacer una obra de arte.

«¿ Es posible, me decía, una obra de arte? ¡Qué ironía! ¡Qué ironía!… Es la única cosa que he querido hacer durante toda mi vida : una obra de arte… Y ahora, ¿qué ocurre? La situación más increíble. Yo asesino a cuatro personas y es usted quien hace la obra de arte…»

escritores.-ttvv.-Truman Capote

 

Ahora, a los treinta años del fallecimiento del escritor, la grandeza y decadencia de Truman Capote al acabar «A sangre fría» sigue siendo comentada. Gerald  Clarke, el biógrafo del escritor, ha contado esa ascensión y esa caída, ambas espectaculares. » Mi prisión», había definido Capote su libro tres años antes de ser publicado. «Yo no tengo descendencia, había dicho en otra ocasión, mis únicos hijos son mis obras«. La depresión que cayó sobre él años después no llegó de un solo golpe, sino por etapas sucesivas. » Nadie sabrá nunca el vacío que causó en mí «A sangre fría«. Este libro casi me ha matado. En cierto sentido, creo que me ha matado. Antes de comenzarlo, creo que era una persona relativamente estable. Después, me ha ocurrido algo especial. Yo no consigo olvidarme de lo sucedido. Particularmente de las ejecuciones. ¡Horrible!».

 

escritores- 45df.-Truman Capote.-Cecil Beaton 1950

 

Ronald Weber, al estudiar el periodismo y la novela, comenta que «Capote bautizó su trabajo como novela de no ficción, y desde entonces permanece en la no ficción literaria reciente como el más puro ejemplo del esfuerzo por aplicar las técnicas de la ficción a los materiales del reportaje con la finalidad de suscitar los efectos de la novela realista tradicional. Ningún otro trabajo de no ficción literaria es tan resueltamente literario en sus intenciones.»

 

escriores.-y7y7.-Carl Van Vechten.-Truman Capote.-1948

 

De ese esfuerzo en su técnica quiso hablar Capote en el prólogo a «Música para camaleones» (Bruguera) : «por lo común – dijo – el periodista tiene que emplearse a sí mismo como personaje, como observador y testigo presencial, con el fin de mantener la credibilidad. Pero creí que, para el tono aparentemente distanciado de aquel libro, el autor debería estar ausente. Efectivamente, en todo el reportaje intenté mantenerme tan encubierto como me fue posible.

 

escritores.-0c0b.-Truman Capote.-livejournal

 

Me situé a mí mismo en el centro de la escena, y de un modo severo y mínimo, reconstruí conversaciones triviales con personas corrientes: el administrador de mi casa, un masajista del gimnasio, un antiguo amigo del colegio, mi dentista. Tras escribir centenares de páginas acerca de esa sencilla clase de temas, terminé por desarrollar un estilo. Había encontrado una estructura dentro de la cual podía integrar todo lo que sabía acerca del escribir.»

 

escritores.-nhy-Truman Capote en 1958.-Slim Aarons.-photographers gallery.-photografie.-artnet

 

(Imágenes.- 1.-Irwing Penn- 1965/ 2.-Andy Warhold/ 3.-Truman Capote en San Quintin-1973/ 4.-Truman Capote firmando ejemplares/5.-Cecil Beaton- 1950/ 6.-Carl van Vechten- 1948/ 7– Truman Capote- livejournal- 1958/ 8.- Slim Aarons– photography gallery- artnet)

BERGMAN Y LA ISLA DE FARÖ

cine.-rvuuu.-Ingmar Bergman por Irving Penn.-Estocolmo.-1964

 

«¿ Sabe usted lo que es hacer cine? – se preguntaba Bergman en una entrevista en 1964 – Ocho horas de duro trabajo cada día para obtener tres minutos de película. Y durante esas ocho horas habrá tal vez  solo diez o doce minutos, si tienes suerte, de verdadera creación. Y tal vez ni los haya. Entonces tienes que prepararte para otras ocho horas y rezar por que esta vez sí lleguen tus diez minutos buenos.» Mason Currey, que ha querido estudiar los rituales cotidianos de muchos artistas, añade que para Bergman hacer cine es también escribir guiones lo cual hace siempre en su casa en la remota isla

 

cine-bpooi-Ingmar Bergman- Louis Huch- mil novecientos cincuenta y tres

 

de Farö, Suecia. «Descubriendo a Ingmar  Bergman», el documental de Hynek Pallas y Jane Magnusson, nos lleva a descubrir también a Farö en la vida del director sueco. «Mi ligazón con Faröcontó Bergman en sus Memorias – tiene varias causas; primero fueron las señales de mi intuición: éste es tu paisaje, Bergman. Responde a tus ideas profundas en lo tocante a formas, proporciones, colores, horizontes, sonidos, silencios, luz y reflejos. Aquí hay

 

cine-bjju-Bergman en El séptimo sello- mil novecientos cincuenta y siete

 

seguridad (…) Por ejemplo, en tu profesión buscas simplificación, proporción, tensión, respiración. El paisaje de Farö te proporciona esto en gran medida. Otras razones: tengo que tener un contrapeso para el teatro. En la playa puedo ponerme furioso y rugir. Lo más que puede ocurrir es que levante el vuelo una gaviota. En el escenario eso es una catástrofe.

Razones sentimentales: pensaba apartarme del mundo, leer los libros que no he leído, meditar, purificar mi alma. Pocos meses después ya estaba involucrado sin remedio en los problemas de los habitantes de la isla, lo que dio como resultado «Documentos sobre Farö».

(En 1970, en conversación con Stig Björkman explicaba Bergman cómo habló con los ganaderos de la isla, que estaban peor pagados que los otros. Eso nos

 

Bergman-nnbb-24psverite com

 

parecía curioso e injusto a un tiempo.»A medida que transcurrían los días, cada vez nos resultaba más fascinante penetrar en los problemas de los habitantes de la isla (… ) En  muchos aspectos, Farö sigue estando muy atrasado.»)

Bergman en la isla de Farö se levantaba a las ocho, escribía desde las nueve hasta el mediodía, y luego comía de forma austera. «Constantemente almuerza lo mismo – recordaba la actriz Bibi AnderssonEso no cambia. Es una especie de crema agria batida, muy grasa, con mermelada de fresa muy dulce… Una suerte de extraña papilla de bebé que come con tortitas de maíz.» Después de almorzar, retomaba el trabajo desde la una hasta las tres, y luego dormía una hora. Al caer la tarde salía a caminar o tomaba el ferry hasta la isla vecina para recoger los periódicos y el correo. «He estado trabajando todo el tiempo – dijo al final de su carrera – y es como un gran torrente que atravesara el paisaje de tu alma. Es bueno porque se lleva muchas cosas. Es purificador. Si no hubiera estado trabajando todo el tiempo, habría sido un lunático.»

 

http://youtu.be/bRE6qOB23YU

 

(Imágenes.-1.-Bergman.-por Irving Penn– Estocolmo 1964/ 2.- Bergman.-por Louis Huch– 1953/ 3.-Bergman en «El séptimo sello». 1957/ 4.-Bergman-24psverite.com)

EL ARCO

animales.-333.- pájaros.- palomas.- Harold Edgerton.-1934

 

«Me maravillo de la ingratitud del arco, porque no es leal con las palomas del boscaje.

Cuando era rama fue su amigo, y, ahora que es arco, las persigue.  ¡Así son las vicisitudes de los tiempos! »

Ahmad Ben Wadbah– apodado Al-Buqayba, de Murcia (siglo Xll).-(traducción de Emilio García Gómez)

 

animales.-tybn.-palomas.-Chan Kin Man.-palomas en Estambul.-2013

(Imágenes.-1.- Harold Edgenton– 1934/2.- Chan Kin Man- 2013)

TORMENTA

Nueva York- cdf-calles- gentes- Ruth Orkin- mil novecientos cincuenta y dos

 

 

«No se ve y se ven momentáneas luces blancas. Nervioso, espero un trueno que no oigo. Y quiero apartar con las manos el enorme ruido de taxis, de trenes, de tranvías, de máquinas de remache, y abrirle paso al silencio para que me anegue en su golfo de paz, en cuyo cielo sienta yo sonar y pasar la tormenta.

 

gentes.-tyunf.-Erich Hartmann.-Nueva York.- 1976

 

No sé si el trueno está o no está. Es como cuando en la sombra imborrable de una noche apartada de campo, creemos que hay alguien a nuestro lado y lo sentimos encima sin verlo. ¡ Qué infinidad de taxitos, de trenecitos, de tranvitas, de casitas en construcción, por la breve inmensidad de mi cabeza! Hasta hoy, que no oigo, en la tormenta, el trueno, no he oído qué ruido era éste de New York… Llueve. No se ve. Y se ven momentáneas luces blancas.»

Juan Ramón Jiménez.Tormenta«-«Diario de un poeta recién casado»

 

Nueva York- vsbbn -De Guy Wiggins- Quinta Avenida

 

(Imágenes.- 1.- Ruth Orkin. – Nueva York 1952/2.-Erich Hartmann– Nueva York 1976/ 3.-Guy Wiggins)

BROADWAY

 

ciudades.-tbyu.-Nueva York.-Tavik Frantisek Simon

 

«Broadway. La tarde. Anuncios mareantes de colorines sobre el cielo. Constelaciones nuevas: El Cerdo, que baila, verde todo, saludando con su sombrerito de paja a derecha e izquierda. La Botella, que despide, en muda detonación, su corcho colorado, contra un sol con boca y ojos. La Pantorrilla eléctrica, que baila sola y loca, como el rabo separado de una salamanquesa. El Escocés, que enseña y esconde su wisky con reflejos blancos. La Fuente, de aguas

 

ciudades.-ttynnh.-Nueva York.-Charles Hofbauer

 

malvas y naranjas, por cuyo chorro pasan, como en una culebra, prominencias y valles ondulantes de sol y luto, eslabones de oro y hierro  ( que trenza un chorro de luz y otro de sombra…). El Libro, que ilumina y apaga las imbecilidades sucesivas de su dueño. El Navío, que, a cada instante, al encenderse, parte cabeceando, hacia su misma cárcel, para encallar al instante en la sombra…Y…

 

ciudades-bwsw- Nueva York- Eve Arnold-mil novecientos ochenta y cuatro

 

 

– ¡ La Luna! – ¿ A ver? – Ahí, mírala, entre esas dos casas altas, sobre el río, sobre la Octava, baja, roja, ¿no la ves…? – Deja. ¿a ver? No… ¿Es la luna, o es un anuncio de la luna?»

Juan Ramón Jiménez.-«La Luna» – «Diario de un poeta recién casado» (1916)

(Imágenes.-1.-Tavik Frantisek Simon/ 2.-Charles Hoffbauer-americangallery/ 3.-Eve Arnold– 1984)

 

TREN RÁPIDO

trenes.-47gtt.-Paulo Nozolino

«¡Lo fugaz que permanece en las ventanillas!

Caen de mis hombros como hojas los campos,

los  cobertizos y los pueblos entre la maleza;

madres desaparecidas; el país entero,

una tumba repleta de padres; ahora los hijos han crecido

y alardean de la frente roja de los dioses,

desnudos y ebrios de sangre desatada.

trenes.-667nn.-Franco Donaggio

Supura y envía voces mórbidas a la superficie:

¿Dónde lindamos con la dicha? Nosotros, bosquecito,

¡sin águilas, sin venados! Un miserable

florecer que se tiñe apagado en nuestros campos.

trenes.-96hhm.-Rail Magic.-1949.-René Groebli

Grita el corazón: ¡Oh, cabello! ¡Tú, rubio-mujer!

¡Tú, nido! ¡Tú, mano que florecida consuelas!

¡Los anchos campos del abandono!

El rojo del serbal ya tiene sangre.

¡Oh, asísteme! Tanto tanto silencio en los jardines…

trenes-guuui- Saúl Leiter- mil novecientos cuarenta y ocho

Pero lo fugaz que permanece en la ventanilla:

caen de mis hombros como hojas los campos,

padres, y pesares de las colinas y dichas de las colinas:

los hijos crecieron. Los hijos van

desnudos y bajo la aflicción de la sangre desatada:

la frente aurorea a lo lejos una dicha de abismo.»

Gottfried Benn.«Tren rápido» (traducción de Arturo Parada)

guerra.- 433dd.- tren.- Gerd Baatz.- Berlin 1944-1945

(Imágenes.- 1.-Paulo Nozolino/ 2.-Franco Donaggio/ 3.-René Groebli- 1949/ 4.-Saul Leiter– 1948/ 5.- Gerd Baatz. 1944.-pinterest.com)

GUARDAR UNA COSA NO ES ESCONDERLA

objetos-rrggyy-Fulvio Rinaldi

«Guardar una cosa no es esconderla o encerrarla.

En cofre no se guarda nada.

En cofre la cosa se pierde de vista.

Guardar una cosa es mirarla, fijarla, mirarla por

admirarla, esto es, iluminarla o ser iluminado por ella.

Guardar una cosa es vigilarla, esto es, hacer vigilia por

ella, esto es, velar por ella, esto es, estar despierto por ella,

esto es, estar por ella o ser por ella.

Por eso se guarda mejor el vuelo de un pájaro

Que un pájaro sin vuelos.

Por eso se escribe, por eso se dice, por eso se publica,

por eso se declara y declama un poema:

Para guardarlo:

Para que él, a su vez, guarde lo que guarda:

Guarde lo que sea que guarda un poema:

Por eso la jugada del poema:

Por guardarse lo que se quiere guardar».

Antonio Cicero.-«Guardar» (1996) (traducción de Adolfo Montejo Navas)

objetos.-85frf.-Berenice Abbott.-Cambridge -Massachussets.-1958-1961

(Imágenes.-1.-Fulvio Rinaldi– 2006/ 2.- Berenice Abbott.-magnetismo con clave-Cambridge Massachusetts- 1958-1961)

LEER CON LOS DEDOS, TOCAR CON LAS PALABRAS

escribir-Sam Messer- máquina de escribir llorando- dos mil nueve

«Mecanografiar – confesaba Paul Auster en «The Paris Review» (2003) -me permite experimentar el libro de otro modo, hundirme en el flujo de la narración y sentir cómo funciona en conjunto. Lo llamo «leer con los dedos» y resulta asombrosa la cantidad de errores que encuentran tus dedos y tus ojos no perciben. Repeticiones, construcciones torpes, ritmos entrecortados. Nunca falla. Creo que he terminado el libro, empiezo a pasarlo a máquina y me doy cuenta de que necesita más trabajo (…) La máquina de escribir me obliga a empezar desde el principio cuando he terminado. Con un ordenador, haces los cambios en la pantalla, y luego imprimes una copia en limpio. Con una máquina de escribir no tienes un manuscrito limpio a menos que empieces de cero. Es un proceso increíblemente tedioso. Has terminado el libro, y tienes que pasar  varias semanas dedicado a la tarea puramente mecánica de transcribir lo que ya has escrito. Es malo para  tu cuello, malo para tu espalda e, incluso aunque puedas mecanografiar veinte o treinta páginas al día, las páginas terminadas se apilan con una lentitud insufrible. Ése es el momento en el que siempre deseo haberme pasado al ordenador, y sin embargo cada vez que me someto a esa etapa final de un libro termino descubriendo lo esencial que resulta (…)

escribir.-tbgg.-Jason Toney.-Hard Boiled

(…) Pero antes de pasar a la máquina de escribir, siempre escribo a mano. Normalmente con una pluma estilográfica, pero a veces con un lápiz, especialmente para las correcciones. Si pudiera escribir directamente en una máquina de escribir o un ordenador, lo haría. Pero los teclados siempre me han intimidado. Nunca he podido pensar con claridad con los dedos en esa posición. Una pluma es un instrumento mucho más primitivo. Sientes que las palabras salen de tu cuerpo y luego las excavas en la página. Escribir siempre ha tenido una cualidad táctil

escribir.-ervvb.-Eve Arnold.-EE.UU. Nueva York.-Arthur Miller.-Las brujas de Salem.-1953

para mí. Es una experiencia física (…) Pienso en el cuaderno como una casa de palabras, un lugar secreto para reflexionar y examinarse a uno mismo. No me interesan sólo los resultados de la escritura, sino el proceso, el acto de poner palabras sobre la página. De joven, siempre me preguntaba: ¿de dónde vienen las palabras? »

Si esto dice Auster respecto al «leer con los dedos«, el «tocar con las palabras» (sea en Pla o en W. G. Sebald) – a los que en varias ocasiones me he referido aquí -, nos transmite todo el misterio de las palabras, la lucha también con las palabras, como cuando dice Sebald escribiendo:  «las frases se disolvían en palabras aisladas, las palabras, en una sucesión arbitraria de letras, las letras en signos inconexos, y éstos en una huella gris azulada, que brillaba plateada aquí o allá, y que algún ser reptante había segregado y arrastrado tras sí, y cuya vista me llenaba cada vez más de sentimientos de horror y vergüenza».

Las palabras se escapan, uno no encuentra las palabras, y uno describe de forma magistral que en ese momento le está siendo imposible escribir.

escribir-ccdbn-Eugène Carrière- mil ochocientos

(Imágenes.-1. Sam Messer– máquina de escribir llorando- 2009/2.-Jason Toney Hard-Boiled/ 3.- Eve Arnold– Arthur Miller- «Las brujas de Salem»- 1953/4.- Eugène Carrière)

LOS DEDOS DE LAS MANOS

manos.- 4rty.- Alberto Durero.- 1506

«En las culturas del Sahara, a cada dedo corresponde una cualidad humana, un rasgo de vida, de destino y memoria. El primero es siempre, lógicamente, de introducción. Es el dedo de las explicaciones, tantas veces no pedidas pero dadas con desenfado, con ganas de desplegar intenciones y goces. El dedo gordo o pulgar es en algunas tribus de África símbolo de voluntad, de intención, a veces de fuerza. Muchas veces se le llama el dedo del destino, sobre todo porque el destino de muchos hombres ha sido determinado cuando el poderoso pone su dedo gordo hacia abajo. Pero también se le llama destino porque se supone que en él se combinan la voluntad del hombre para sostener las cosas o soltarlas y las diversas capacidades que al hombre le han dado los dioses; el camino que le han trazado se dibuja en su huella digital.

manos.-985ff.-foto por Nicholas Nixon.-2002.-artnet

El dedo índice, el segundo de la mano, tiene en muchas culturas, y tal vez en todas, la función de señalar, indicar, decidir. En el norte de África se le considera el dedo del equilibrio, del juicio justo. Es el dedo al que más se relaciona con la vista, por su poder de señalar, de asentir o negar (…) También se le relaciona con el silencio, con la capacidad de abstenerse y, en general, con todo lo que sea domino de sí mismo. Tal vez por contraposición, es también el símbolo de todo lo que a uno lo rebasa: el dedo que marca el límite. Y más allá, lo  ilimitado.

manos.-4ggvv.-Claude Cahun.-1939

En el dedo cordial  o mayor se supone que reposan las cualidades que definen y afirman una personalidad ( …) Es el más adelantado de los dedos y por lo tanto se le atribuyen cualidades de búsqueda, tanto interna como externa. Es por eso el dedo del espíritu, del alma, y a la vez el de la aventura, del riesgo, de la incertidumbre. Es símbolo de las pruebas, los obstáculos que el hombre debe vencer para lograr su meta; tocar con el nudillo del dedo cordial en las puertas del paraíso. (…)

manos-rthh-André Kertész- manos de mi madre- mil novecientos diecinueve

El dedo anular, el cuarto de la mano, es el que tradicionalmente lleva los anillos. Entre ellos el del matrimonio, y es por tanto el dedo del vínculo (…) En las culturas donde los anillos son muy significativos, un dedo anular sin anillos es signo de imposibilidad, de confusión o de rechazo de las maneras colectivas. Algunos lo llaman el dedo solar y en varias sectas africanas se le relaciona con el centro de círculos concéntricos. (…)

England, 1922

El dedo meñique es el quinto y más pequeño (….) Simboliza el gusto por la música, por las historias sagradas y los cuentos (…) Algunas culturas lo llaman el hijo de los otros dedos, y se dice que él puede jugar y disfrutar mientras los otros gobiernan, trabajan, pelean. Se le considera el dedo de los apetitos, pero también de la magia, los deseos secretos, los poderes ocultos, la adivinación (….)

Alberto Ruy Sánchez.- «De cuerpo entero»

manos.-6gg.-Riccardo Moncalvo.-Il gesto.-1937.-daringtodo com

(Imágenes.-1.-Alberto Durero– 1506/ 2.-Nicholas Nixon– 2002/3- Claude Cahun– 1939/ 4.-André Kertsész.-las manos de mi madre- 1919/ 5.–E. O. Hoppé-1922/ 6.-Riccardo Moncalvo- «Il gesto» -1937.-collezione della Fondazione di Venezia.-archivio Italo Zamier)

LA RINOCERONTITIS

gentes.-8hhh8.-Arthur S Siegel.-derecho de reunión.- 1930.-metmuseum org

«Mirad las personas que corren afanosas por las calles. No miran ni a derecha ni a izquierda, con gesto preocupado, los ojos fijos en el suelo como los perros. – explicaba Ionesco en una conferencia de 1961 refiriéndose al efecto rinoceronte, del que en alguna ocasión he hablado aquí -. Se lanzan hacia adelante, sin mirar ante sí, pues recorren maquinalmente el trayecto, conocido de antemano. En todas las grandes ciudades del mundo es lo mismo.

animales- rrfy- rinoceronte- Francois Xavier Lalanne- mil novecientos ochenta y uno El hombre moderno, universal, es el hombre apurado, no tiene tiempo, es prisionero de la necesidad, no comprende que algo pueda no ser útil; no comprende tampoco que, en el fondo, lo útil puede ser  un peso inútil, agobiante.

animales.-4yn.-rinoceronte.-Beata Bienak

Si no se comprende la utilidad de lo inútil, la inutilidad de lo útil, no se comprende el arte. Y un país en donde no se comprende el arte es un país de esclavos o de robots, un país de gente desdichada, de gente que no ríe ni sonríe, un país sin espíritu; donde no hay humorismo, donde no hay risa, hay cólera y odio.

gentes.- trfbb.- ciudades.- Werner Bischof

Porque esta gente atareada, ansiosa, que corre hacia una meta que no es humana o que no es más que un espejismo puede, súbitamente, al sonido de cualquier clarín, al llamado de cualquier loco o demonio, dejarse arrastrar por un fanatismo delirante, una rabia colectiva cualquiera, una histeria popular.

gentes.-5g7h.-Andreas Feininger.-Quinta Avenida.-1950

Las rinocerontitis más diversas, de derecha y de izquierda, constituyen las amenazas que pesan sobre la humanidad que no tiene tiempo de reflexionar, de recuperar su serenidad o su lucidez.»

animales.-3vbvb.-rinoceronte.-tapiz de Flandes 1550.-castillo de Kronborg

(Imágenes.-1.-Arthur Siegel.-1930-metamuseum/2.-Rinoceronte- Francois-Xavier Lalanne– 1981/ 3.-Beata Bieniak/ 4.-Werner Bischof/ 5.-Andreas Feininger.-Nueva York 1950/ 6- Rhino- tapiz de Flandes – 1550- castillo Kronborg.-wikipedia.ru)