SOY UN GRAN EMBAUCADOR

 


“La memoria es un componente misterioso, casi indescifrable, que nos une a cosas que nosotros no recordamos haber vivido y nos plantea continuamente entrar en contacto con otras dimensiones,  acontecimientos, sensaciones que nosotros no sabemos definir pero que confusamente sabemos  que han existido.— decía Fellini en1992, en la película de Damien Pettigrew —. Yo tengo una tendencia natural a inventarme una juventud, una relación con mi familia, una relación con la vida. Tengo la impresión de que lo he inventado todo. Para mi, las cosas que nunca han sucedido pero que yo he inventado son mucho más verdaderas. Es el caso, por ejemplo, de mi villa natal; la verdadera Rimini es la  que aparece en dos películas : “I Vitelloni” y “Amarcord”. Me parece que estas dos reconstrucciones pertenecen mucho más a mi vida que la otra, la Rimini topográfica. En resumen, soy un gran enbaucador”.

 

Me gustaría recordar quienes son mis padres espirituales — decía en otra ocasión —: Pinocho, Dickens, “La isla del tesoro”, Edgar Allan Poe, Verne y Simenon, con el cual he tenido una gran amistad y al que yo admiro enormemente. Había otro escritor de novelas –  Yambo — ¿ quién se acuerda de él ?,  que las ilustraba con dibujos que a mí me han parecido siempre muy bellos. Entre muchos otros, él inventó un personaje que se llamaba Mestolino. Era verdaderamente  mi retrato: un muchacho delgado, incapaz de decir la verdad. Yo no tengo grandes recuerdos, todos los he entregados en mis películas. Abandonándolos al público, ya no sé distinguir lo que realmente ha sucedido y lo que yo he inventado.”

( a los cíen años del nacimiento de Fellini)

 

(Imágenes— 1-“La Strada”/ 2-preparando “Amarcord”/ 3- Fellini con Anouk Aimé)

RETRATOS DE LAS CALLES

 

 

“La calle, una de las vías principales de la ciudad, durante todo el día rebosaba de animación  ( …) Miraba a los transeúntes  en masa y pensaba en ellos como formando una  unidad amalgamada por sus sus características comunes. Pronto, sin embargo, descendí a los detalles — seguía diciendo Edgar Allan Poe en “El hombre de la multitud” — y observé con minucioso interés las innumerables variedades de tipos, vestidos, aires, portes, aspectos y fisonomías.

La gran mayoría de los que pasaban tenían el aire satisfecho de gente  ocupada y su única preocupación parecía ser la de abrirse  paso entre la muchedumbre. Llevaban las cejas fruncidas y volvían sus ojos rápidamente en todas direcciones.  Cuando eran empujados por otros transeúntes no daban el menor signo de impaciencia sino que se componían un poco la ropa y continuaban su camino.

 

 

(…) Vi traficantes con ojos de halcón que brillaban en unas caras cuya única expresión  era de abyecta humildad.  Porfiados mendigos profesionales que apartaban a los pobres de mejor aspecto y a quienes  solo la desesperación  les había lanzado en medio de la noche a implorar caridad, inválidos débiles y depauperados a quienes la muerte había señalado con su mano y que se tambaleaban entre la muchedumbre, mirando suplicantes a todas partes en busca de alguna posibilidad de consuelo, de alguna esperanza perdida. Modestas jóvenes que volvían de una larga y prolongada labor, hacia un hogar (…) Borrachos  innumerables  e indescriptibles, unos harapientos y llenos de remiendos, haciendo eses, desarticulados (…) Junto a todos estos había pasteleros, recaderos, cargadores de carbón, barrenderos, organilleros, vendedores de canciones, obreros cansados de todas clases y todo este turbión moviéndose en medio de un recinto atronador y de una desordenada vivacidad, que irritaba el oído con sus discordancias y producía una sensación dolorosa en los ojos.”

 

 

(Imágenes —1-Robert Doisneau – 1969/ 2/ Giacometti  1948/ – 3- Hannes Kilian -1965)

CUADERNO DEL AGUA (2) : FUENTES , SURTIDORES Y LAGUNAS

 


El español Joaquín Turina en sus » Danzas gitanas» habla de esos surtidores del agua de la Alhambra. Rusiñol recogerá el paso del agua en el Patio de los Leones de la Alhambra en 1887.  Lorca canta a los surtidores en el Cuarto Dorado del Palacio de Comares en la Alhambra. Surtidores de agua glosará Juan Ramón en » Olvidos de Granada» (1924) Y surtidores aparecen  también en fuentes famosas como las que retrata el italiano Respighi con su poema sinfónico sobre la fontana de Trevi  en la mañana, la tarde y el anochecer. Debussy, que desde tantos ángulos trató musicalmente el agua, habla del chorrear del agua en sus «Jardines bajo la lluvia»( 1904) Los manantiales ya habían sido tratados por Listz en  sus «Años de peregrinaje» cuando compone «Al pie de un manantial» y esos  murmullos del agua de manantiales y arroyos los había abordado Beethoven en el segundo movimiento de su «Pastoral», como la tormenta asomaba en su cuarto movimiento. Es el sonido de una cascada el que recogerá igualmente Richard Strauss en su «Sinfonía alpina». Y como algo curioso  el francés Paul Sébillot anotará en su » folklore de las aguas» que «rara vez está el diablo en las fuentes y en cambio sí el nombre de los santos».

 

Respecto a las fuentes,  su agua durante siglos ha estado unida a la música. Hay que evocar la Fuente de los Cuatro Ríos de Bernini en la romana plaza Navona y  la escalera del agua del Generalife en la Alhambra. Aguas proféticas manan de la fuentes, se decía ya en los misterios egipcios, y las fuentes hablaban como oráculos señala Tácito.  Fuentes que a lo largo de siglos han aparecido como obras de arte en ciudades de Suiza y de Italia.

 

 

«El agua  ensimismada, ¿ piensa o  sueña?», se preguntará ante un estanque Maria Zanbrano. Monet, por su parte, construyó en Giverny un jardín acuático y varios estanques de azucenas, logrando un amplio rincón incomparable de agua y de color. Debussy, en 1905, escribe «Reflejos en el agua», dedicado a la luz en el estanque, y a su vez Dalí pintará la imagen de Narciso reflejada en un estanque en su «Metamorfosis de Narciso». El pintor Patinir mostrará «El paso de la laguna Estigia», que puede verse en El Prado.

 

El español Joaquín Turina en sus » Danzas gitanas» habla de esos surtidores del agua de la Alhambra. Rusiñol recogerá el paso del agua en el Patio de los Leones de la Alhambra en 1887.  Lorca canta a los surtidores en el Cuarto Dorado del Palacio de Comares en la Alhambra. Surtidores de agua glosará Juan Ramón en » Olvidos de Granada» (1924) Y surtidores aparecen  también en fuentes famosas como las que retrata el italiano Respighi con su poema sinfónico sobre la fontana de Trevi en la mañana, la tarde y el anochecer. Debussy, que desde tantos ángulos trató musicalmente el agua, habla del chorrear del agua en sus «Jardines bajo la lluvia»( 1904) Los manantiales ya habían sido tratados por Listz en  sus «Años de peregrinaje» cuando compone «Al pie de un manantial» y esos  murmullos del agua de manantiales y arroyos los había abordado Beethoven en el segundo movimiento de su «Pastoral», como la tormenta asomaba en su cuarto movimiento. Es el sonido de una cascada el que recogerá igualmente Richard Strauss en su «Sinfonía alpina». Y como algo curioso  el francés Paul Sébillot anotará en su » folklore de las aguas» que «rara vez está el diablo en las fuentes y en cambio sí el nombre de los santos».

Respecto a las fuentes,  su agua durante siglos ha estado unida a la música. Hay que evocar la Fuente de los Cuatro Ríos de Bernini en la romana plaza Navona y  la escalera del agua del Generalife en la Alhambra. Aguas proféticas manan de la fuentes, se decía ya en los misterios egipcios, y las fuentes hablaban como oráculos señala Tácito.  Fuentes que a lo largo de siglos han aparecido como obras de arte en ciudades de Suiza y de Italia.

 

 

 

«El agua  ensimismada, ¿ piensa o  sueña?», se preguntará ante un estanque Maria Zanbrano. Monet, por su parte, construyó en Giverny un jardín acuático y varios estanques de azucenas, logrando un amplio rincón incomparable de agua y de color. Debussy, en 1905, escribe «Reflejos en el agua», dedicado a la luz en el estanque, y a su vez Dalí pintará la imagen de Narciso reflejada en un estanque en su «Metamorfosis de Narciso». El pintor Patinir mostrará «El paso de la laguna Estigia», que puede verse en El Prado.

El humedal de las tablas de Daimiel  y las lagunas de Ruidera aparecerán en El Quijote». Edgar Allan Poe en diversos cuentos habla del «agua pesada» y  en sus «Historias extraordinarias» describió un lago «amable»  durante el día y que provocaba terror por la noche. Ruidera aparecerán también  en El Quijote». Edgar Allan Poe en diversos cuentos habla del «agua pesada» y  en sus «Historias extraordinarias» describió un lago «amable»  durante el día y que provocaba terror por la noche.

 

 

 

((Imágenes— 1- Sorolla- La Alhambra/ 2-Roma- plaza de España/ 3- fuentes/- 4- Monet-Giverny/ 5- agua/ 6-Monet- nynpheas/ 7- fuente)

SCIASCIA, LOS DETECTIVES, LO “POLICIACO”

 

 

“Para mis parodias de ambientes  judiciales y delictivos – decía Leonardo Sciascia –  recurro, a grandes trazos, al género policial. Dosifico así la intriga, como hizo “Crimen y castigo”, como la Historia en general debe hacer en lo posible . Mis “detectives” – quizá testigos – no son como los anglosajones, tan cerebrales, aunque me guste recordar a Poe, y aprecie a un Hammett cuya mirada resulta despiadada. En cambio a Simenon le interesa sobre todo describir una situación complicada, un “contexto”, entre el sueño y la vigilia; además, Maigret no es un detective privado sino un policía, lo que suena más al sur europeo. Cuando hay homicidios no trato de aclarar los hechos concretos. Voy presentando, paso a paso, la compleja verdad que implica lo que acaece. Ni interesa mucho saber quién es el asesino, ni sé quién puede serlo. Me interesa siempre otra cosa. Los indagadores de “El caballero y la muerte” o “Una historia sencilla” actúan en un mundo más abstracto. Además, en libros de indagación histórica – como “Muerte de un inquisidor’, o sobre todo “La bruja y el capitán”- el modelo directo es Manzoni”.

Uno de los grandes conocedores de la obra de Sciascia, Claude Ambroise, recordaba que “la certeza de que el criminal será desenmascarado y castigado es una impostura asumida como postulado de la novela policiaca clásica, pero no puede formar parte del concepto sciasciano de “escritura- verdad”. De hecho, en los libros de Sciascia no es el policía quien proclama artificialmente la solución de un enigma, sino el propio autor el que expresa y denuncia los mecanismos de la sociedad en la que vive”.

 

 

Sciascia planteaba así un enfoque singular para la novela policiaca, desplegaba al escribir sus obras una personalidad especial. Italo Calvino, en una carta de 1971, le comentaba: “ He acabado en este momento de leer “El contexto” y me ha divertido y apasionado muchísimo. La falsa novela policiaca como una partida de ajedrez de sabor stevensoniano – chestertoniano- borgiano es un género que aprecio mucho y que tú has conseguido con pulso perfecto”.

 

 

(Imágenes 1-Dan Adkins/ 2-Arthur Tanner- fox / 3- Siascia – milanocultura it)

SOBRE LOS CUENTOS DE HADAS

 

 

“Cenicientarecuerda Chesterton en sus Ensayos – recibió un carruaje del país de las maravillas y un cochero surgido de la nada, pero también una orden – que lo mismo podían haberle dado en Brixton – de que llegase a casa antes de las doce. Además recibió unos zapatitos de cristal, y no puede ser coincidencia que el cristal sea un material tan común en los cuentos populares. Una princesa vive en un castillo de cristal, la otra en una colina de cristal, y la de más allá lo ve todo reflejado en un espejo. Pueden vivir en casas de cristal, siempre que no tiren piedras, pues ese brillo del cristal no es sino la expresión del hecho de que la felicidad es luminosa pero frágil, como la sustancia que con tanta facilidad se hace añicos en manos de la criada o del gato. Dicho sentimiento procedente de los cuentos de hadas también me impregnó a mí y se convirtió en mi sentimiento respecto al mundo entero. Pensaba, y sigo pensando, que la vida humana es luminosa como el diamante , pero frágil como el cristal de una ventana; y aún recuerdo los escalofríos que sentía cuando oía comparar los cielos con un terrible cristal: temía que Dios hiciera desplomarse con estrépito el cosmos.

 

 

Si Cenicienta dice: “¿Por qué tengo que volver del baile a las doce?”, su hada madrina puede responder :” ¿Y por qué tienes que ir hasta las doce?”. (…)  El caso es que dejé los cuentos de hadas en el cuarto de juegos y ya no he vuelto a encontrar libros tan sensatos. Dejé a la niñera, guardiana de la tradición y la democracia, y no he encontrado a ningún moderno tan cuerdamente radical y conservador como ella. Pero lo importante es que, cuando me introduje en el ambiente intelectual del mundo contemporáneo, descubrí que era totalmente opuesto en dos cosas a mi niñera y a los cuentos infantiles. He tardado mucho en averiguar que era el mundo moderno el que estaba  equivocado y que mi niñera tenía razón. Lo verdaderamente curioso era que el pensamiento moderno contradecía las creencias fundamentales de mi infancia en sus dos puntos esenciales.

 

 

Ya he contado que los cuentos de hadas me inspiraron dos certezas: en primer lugar, que el mundo es un lugar absurdo y sorprendente, que podría haber sido diferente, pero que resulta bastante placentero tal como es; y, en segundo lugar, que, ante esa sorpresa y ese absurdo tan placenteros, más vale ser modesto y aceptar las extrañas limitaciones de tan extraña bondad.”

 

 

(Imágenes-1-Alfred Kubin- 1902 – cortesía de Neue gallerie – the New York Times/ 2- Edmund Dulac- ilustración para los cuentos de Edgar Allan Poe/ 3-oftherwate tumblr/ 4-Norman Rockwell)

SOBRE LOS ESPEJOS

 

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El espejo en la tradición japonesa aparece relacionado con la revelación de la verdad y también con la pureza, como recuerda Jean Chevalier en su «Diccionario de los símbolos«. Pero el espejo siempre será en todas las literaturas y las artes motivo de  profunda fascinación. Ahora se publica una Antología sobre el tema, «A través del espejo» (Atalanta), y la voz de Chevalier y también la de Cirlot nos lanzan a la profundidad de las interpretaciones. ¿Qué refleja el espejo?, se han preguntado algunos poetas. La verdad, la sinceridad, el contenido del corazón y de la conciencia, cada uno de ellos se ha ido contestando. Se ha escrito sobre los espejos mágicos, sobre el espejo como instrumento de Iluminación, sobre el espejo como símbolo solar. Por otro lado, el espejo proporciona a la realidad una imagen invertida. Símbolo lunar y femenino, el espejo en China, anota Chevalier, es el emblema de la reina. Y por otro lado es el signo de la armonía. Un espejo roto significa la separación. Igualmente el espejo octogonal  en China, es el intermediario entre el espejo redondo ( lo celeste) y el espejo cuadrado ( lo terrestre).

 

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El espejo mágico se corresponde a una de las más antiguas formas de adivinación. Se dice que venía de Persia, y Pitágoras, según una leyenda, poseía un espejo mágico que él presentaba a la faz de la luna para adivinar el porvenir.  El espejo mágico permitía leer el pasado, el presente y el futuro. Bajo otros aspectos muy diversos, el espejo ha sido un tema privilegiado en la filosofía. A veces el espejo ha causado terror porque muestra el conocimiento del yo. Recuerda Cirlot que el espejo es símbolo mágico de la memoria inconsciente y en concreto los espejos de mano son emblemas de la verdad. El espejo, sigue diciendo, sirve para suscitar apariciones, devolviendo las imágenes que aceptara en el pasado o también para anular distancias reflejando lo que un día estuvo frente a él y ahora se halla en la lejanía.

 

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Se ha relacionado también el espejo con el pensamiento, en cuanto éste – así lo han afirmado varios filósofos – es el órgano de autocontemplación y reflejo del universo. Y si nos acercamos a numerosos escritores de todos los tiempos el espejo se pasea, a veces obsesivamente, por sus páginas.  Ensayos de Umberto Eco sobre el espejo y el signo o capítulos de Alberto Manguel, entre otros, están dedicados a los espejos. Confesaba Borges en una  entrevista que en su niñez no quería estar solo en su habitación porque tenía horror de los espejos. Se sentía inquieto ante el espejo donde su cuerpo estaba triplicado. Volvió a mencionar esta obsesión alrededor de 1977: «Realmente es terrible  –dijo -que haya espejos. Creo que Poe lo sintió también… nos hemos acostumbrado a los espejos, pero hay algo de terrible en esa duplicación visual de la realidad».

 

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(Imágenes- 1-Robert Campin/ 2.- prosperie- 2013/ 3.-John Singer Sargent – 1858/ 4.-masahisa fucase- ipnagogicosentire)

EN TORNO AL AGUA (1)

 

agua-vvb- tumblrs Goodniight y humbrelles

 

En torno al agua se han reunido siempre poetas y pintores de todos los tiempos asomándose a su espejo. «El que se inclina sobre el borde de una barca lenta, sobre el seno de un agua tranquila- escribía, por ejemplo, el romántico inglés Wordsworth -, complaciéndose en lo que su ojo descubre en el fondo de las aguas, ve mil cosas bellas – hierbas, peces, flores, grutas, guijarros, raíces de árboles – e imagina aún más. A menudo queda perplejo y no siempre puede separar la sombra de la sustancia, distinguir las rocas y el cielo, los montes y las nubes, reflejados en las profundidades de la corriente clara». Claudel afirmaba que «todo lo que el corazón desea puede reducirse siempre a la figura del agua». Y así, aguas maternales y aguas femeninas, aguas dulces y violentas, aguas durmientes, muertas, profundas, aguas primaverales y aguas corrientes, aguas enamoradas que atraen el rostro de quienes las miran hasta querer devorarlas, han fascinado a los artistas.

 

agua-bffty--rio- paisajes- Claude Monet.-mil novecientos siete

 

Edgar Allan Poe, en Las aventuras de Arthur Gordon Pymdescribe un agua misteriosa: «En razón del carácter de esta agua – dice -, nos negamos a probarla, suponiendo que estaba corrompida y sólo un poco más tarde llegamos a comprender que tal era el aspecto de todas las corrientes en todo este archipiélago (…) Aunque esta agua corría con rapidez en cualquier pendiente, como haría cualquier agua común, sin embargo nunca tenía, salvo que se tratara de una caída o de una cascada, la apariencia habitual de la limpidez. Sin embargo, tengo que decir que era tan limpia como cualquier agua calcárea que exista, y la diferencia era sólo aparente. A primera vista, y sobre todo en los casos en que el declive era poco sensible, se parecía un poco, en cuanto a la consistencia, a una espesa disolución de goma arábiga en agua común. Pero esa era la menos notable de sus extraordinarias cualidades. No era incolora; tampoco era de un color uniforme, cualquiera que fuese, y al correr ofrecía a la vista todas las variedades de la púrpura, como tornasoles y reflejos

 

agua-yyrrc-pantano-paisajes-Gustav Klimt- mil novecientos

 

de seda cambiante… Al llenar un recipiente con esta agua y al dejarla asentarse y nivelarse, observábamos que toda la masa de líquido estaba hecha de una cantidad de vetas distintas, cada una de un color; que esas vetas no se mezclaban y que su cohesión era perfecta en relación con las moléculas que las formaban e imperfecta en relación con las vecinas. Pasando la punta de un cuchillo a través de las partes, el agua se volvía a cerrar inmediatamente sobre la punta, y al retirarla, los rastros del paso de la hoja se borraban en seguida. Pero si la hoja se interponía cuidadosamente entre dos vetas, se producía una separación perfecta que el poder de cohesión no rectificaba inmediatamente. Los fenómenos de esta agua constituyeron el primer anillo definido de esta vasta cadena de milagros aparentes que a la larga debería rodearme».

 

paisajes.-4ewc.-agua.-luna.-Granville Redmond.-americano.-1916

 

Aguas misteriosas aquí en Poe, pero también aguas bellas en otras partes, millones de gotas que se suicidan desde lo alto de las cataratas y asimismo aguas subterráneas, cercadas por mil colores de sus habitantes profundos: aguas del mundo submarino. En el texto más antiguo de la India, el Rig-Veda, se habla en uno de sus himnos del padre de las aguas: «Agni, el padre de las aguas, respira entre las aguas como un cisne; se despierta al alba. ¿Quién de vosotros distingue a Agni cuando se esconde en medio de las aguas? Apareciendo entre las aguas, el brillante Agni crece elevándose por encima de las llamas agitadas y expandiendo su gloria; el cielo y la tierra se alarman cuando el radiante Agni aparece… Asociado en el firmamento con las aguas, toma una forma excelente y brillante; el sabio, apoyo de todas las cosas, barre la fuente de las lluvias».

 

jardines.-4rfb.-agua.-Kay Bradner.-Charles Campbell Gallery

 

Aguas tranquilas entre los nenúfares de Monet, aguas tumultuosas bajo las nubes de Turner.

 

animales.-5rrf.-agua.- Giuseppe Archimboldo.-1566

 

(Imágenes.-1-trumblr goodnilght/ 2.-Claude Monet- 1907/ 3.-Gustav Klimt/ 4.-Granville Redmond– 1916/ 5.-Kay Bradner- Charles Campbell gallerie/ 6.- Agua- Giuseppe Archimboldo)

SOBRE LO GROTESCO

«Nuestro mundo ha desembocado en el grotesco igual que en la bomba atómica – escribió el suizo Dürrenmatt, autor de «La visita de la Vieja Dama» -, del mismo modo que son grotescos los cuadros apocalípticos de Jerónimo Bosch. Pero lo grotesco no es sino una expresión sensible, una paradoja sensible, a saber, la figura de una no figura, el rostro de un mundo carente de rostro. Al parecer, nuestro pensamiento ya no puede prescindir del concepto de lo paradójico y exactamente lo mismo sucede también con el arte, con nuestro mundo que sólo está porque existe la bomba atómica, quiero decir, por el miedo que se le tiene».

Ahora que está teniendo lugar una exposición en el Museo Picasso de Málaga sobre el factor grotesco parece que vinieran a visitarnos también las figuras literarias tan admirablemente comentadas por Wolfang Kayser en«Lo grotesco» (Nova). Por ejemplo, la naríz de Gógol– de la que ya hablé en Mi Siglo – o los personajes excéntricos de E. T. A Hoffmann asomados a sus célebres cuentos. Igualmente la descripción de habitaciones que el escritor suizo Gottfried Keller hace en una de sus novelas: «Abrió la otra puerta y vio una extensa sala que desde arriba hasta abajo estaba colmada de cuadros de los antepasados. El suelo estaba formado de azulejos hexagonales de diferentes colores, el cielo

raso se componía de estucados de yeso con figuras de hombres y animales, coronas de frutas y blasones, de tamaño natural y que parecían flotar casi libremente por el aire. Delante del espejo de la chimenea, de diez pies de alto, se hallaba un anciano diminuto y encanecido; estaba envuelto en una bata de terciopelo escarlata y tenía la cara enjabonada. Pataleaba de impaciencia y exclamaba con voz llorosa: «¡Ya no puede afeitarme! ¡ Ya no puedo afeitarme! ¡Mi navaja no corta y no hay nadie que me ayude! ¡Ay de mí, ay de mí!».

Personajes, situaciones y objetos que se van enlazando en las diversas vicisitudes de lo grotesco. Umberto Eco en su Historia de la Belleza recuerda que Victor Hugo, teórico de lo grotesco como antítesis de lo sublime y novedad del arte romántico, es el que ofrece una galería inolvidable de personajes grotescos, desde el jorobado Quasimodo al rostro deforme del «Hombre que ríe«, y cuando Bajtín estudia a su vez a Rabelais destaca la boca y la nariz como papel importante en la imagen grotesca del cuerpo. Las formas de la cabeza, las orejas, y también la naríz, no adquieren carácter grotesco sino

cuando se transforman en formas de animales o de cosas. «El cuerpo grotesco – dice – es un cuerpo en movimiento. No está nunca listo ni acabado: está siempre en estado de construcción, de creación y él mismo construye otro cuerpo. (…) El mundo grotesco de la representación del cuerpo y de la vida corporal ha dominado durante miles de años la literatura escrita y oral. Considerado desde el punto de vista de su propagación efectiva, predomina incluso en la época actual: las formas grotescas del cuerpo predominan en el arte no solamente de los pueblos no  

 europeos, sino incluso en el folklore europeo; además, las imágenes grotescas del cuerpo predominan en el lenguaje no oficial de los pueblos, sobre todo allí donde las imágenes corporales están ligadas a la injuria y la risa».

grotesco.-7jjnn.-René Magritte.-La bella sociedad.-1965-1966.-BEGAP .-Málaga

Es así como – entre tantos  – Gógol nos asombra, como nos asombra Poe, como nos asombran las situaciones y personajes de Hoffmann.

(Imágenes:- 1.- Louis-Lépold Boilly.-reunión de 35 cabezas.-Museo Eugéne Leroy Tourcoing/ 2 .James Ensor.-máscaras contemplando una tortuga.-Museo de Málaga.-elpais.com/3.-Roy Lichtenstein.-golpe de brocha ll.-1987.-The Estate of Roy Lichtensenstein.-Museo de Málaga.- el pais.com/4.-Otto Dix.- doncellas en domingo.-1923.-VEGAP.-Málaga/ 5.- Juan Sánchez Cotán.-Brígida del Río, la barbuda de Peñaranda.-1590.- Museo del Prado/6.-Leonardo da Vinci.-dos perfiles grotescos.- Royal Collection Trust/ 7.-René Magritte.- La bella sociedad.-1965.-Museo de Málaga)

DE LA SOLEDAD Y LA MULTITUD

 grandes audiencias.-foto.-Andrew Henderson.-The New York Times

Ahora que venimos del paisaje de la soledad y entramos en el tráfago de la gran urbe quizá haya que evocar aquellas palabras que sobre la soledad y el retiro escribió Baudelaire:

«Quiero, para componer castamente mis églogas,

dormir junto al cielo, como los astrólogos,

y, vecino de los campanarios, escuchar soñando

sus himnos solemnes llevados por el viento.

Las dos manos en el mentón, desde lo alto de mi buhardilla,

veré el taller que canta y que charla;

las cañerías, los campanarios, esos mástiles de la ciudad,

y los grandes cielos que hacen soñar de eternidad».

 ciudades.- 227.- París 1927.-por André Kertész.-Wach Gallery.-photografie.-artnet

Pero de la gran urbe y de su multitud escribieron también muchos autores. Escribieron de cuantos hombres y mujeres, al entrar en la ciudad – al hacerse ciudad -, se hacen necesariamente multitud, son multitud.  Mucha literatura ha ido glosando esa irremediable transformación:

«Cuántas veces por las Calles desbordantes ‑escribió Wordsworth, el gran poeta inglés, en El preludio, bajo el títuloResidencia en Londres”‑

he seguido el curso de la Multitud, diciéndome

que el rostro de los que pasan

a mi lado es un misterio.

Así he mirado, no he cesado de mirar, oprimido

por pensamientos acerca de qué y adónde y cómo,

hasta que las siluetas ante mis ojos se tornaron

procesión de aparecidos, como deslizándose

sobre montañas inmóviles, o apariciones en los sueños;

y así el lastre de toda vida conocida,

el presente y el pasado, la esperanza, el miedo, me rodearon.

Todas las leyes que gobiernan nuestros actos, pensamientos y palabras,

huyeron de mí; no las conocía, ni me conocían».

ciudades.-3302.-por Franco Donaggio.-Joel Soroka Gallery.-Aspen.-USA.-phosgrapie artnet

 

Un célebre cuento de Edgar Allan Poe, precisamente titulado «El hombre de la multitud«, nos sumergió de pronto en ese tema de la fascinación que para muchos ejercen las muchedumbres. Ciudades de desértico silencio nocturno son recorridas durante el día por muchedumbres incesantes.

 ciudades.-8.-foto Margaret Bourke- White.-Imagery Our World

Éste es, sin embargo, nuestro paisaje moderno. Entre edificios como fondo inamovible pululan sombras y pensamientos, marchan zapatos, prisas y neumáticos, y también preocupaciones, que hacen y deshacen sus redes de superficie, ninguna igual a la anterior, ninguna calle con el mismo color que la víspera, cada estampa de ciudad distinta, cada esquina singular. “No a todos les es dado tomar un baño de multitud ‑añadía también Baudelaire‑; gozar de la muchedumbre es un arte; y sólo puede darse a expensas del género humano un atracón de vitalidad aquel a quien un hada insufló en la cuna el gusto del disfraz y la careta, el odio del domicilio y la pasión del viaje.

Multitud, soledad: términos iguales y convertibles para el poeta activo y fecundo. El que no sabe poblar su soledad, tampoco sabe estar solo en una muchedumbre atareada. (…)

El paseante solitario y pensativo saca una embriaguez singular de esta universal comunión. El que fácilmente se desposa con la muchedumbre, conoce placeres febriles, de que estarán eternamente privados el egoísta, cerrado como un cofre, y el perezoso, interno como un molusco. Adopta por suyas todas las profesiones, todas las alegrías y todas las miserias que las circunstancias le ofrecen», acababa Baudelaire.

A veces, cuando vemos cruzar a muchedumbres, son simples soledades que vienen y van de acera a acera.

(«El artículo literario y periodístico.-Paisajes y personajes«.-págs 118-121)

(Imágenes.- 1.-foto de Andrew Henderson.-The New York Times/2.-París, 1927.-foto por André Kertérsz.-Wach Gallery.- Aron Lake.-USA -artnet/3.- Urbis 42.- foto de Franco Donaggio.-Joel Soroka Gallery.- USA-artnet/ 4.-.-Margaret Bourke-White.-Images  Our World)

INSOMNIACA

Anoche me acosté y hacia las dos y cuarto comencé a viajar a  la ciudad de Insomniaca,  al norte de Nigeria, esa ciudad que tiene la singular costumbre de no dormir y donde sus habitantes no tienen idea ninguna de lo que es el sueño. Anduve despierto por sus calles, recordé lo que cuenta de ella Arthur John Newman Tremearme en el libro que publicó en Londres en 1913 y advertí, tal como me habían relatado, que allí los extranjeros estamos siempre en grave peligro. Si cualquier viajero intenta adormecerse o entrecerrar los ojos, en el momento en que se queda dormido, es inmediatamente enterrado con gran pompa sin apenas moverlo -sin que él nunca se aperciba  -, pues los indígenas lo decretan muerto. Por eso anduve toda la noche despierto, observando los rostros y los comercios, procurando andar, no me senté en banco ninguno, no me apoyé en ninguna esquina,  anduve y anduve varias horas, quizá hasta las cuatro.  Hacia las cinco menos cuarto, tal vez serían  menos diez,  llegué muy cansado  a la frontera del Silencio, esa otra ciudad de la región de Libia, a orillas del río Zaire, la ciudad de la que habla Poe en uno de sus cuentos,  allí donde aguas malsanas no llegan nunca al mar y se quedan palpitando eternamente bajo el sol en una  ebullición convulsiva. A lo largo de muchos kilómetros, a ambos lados del legamoso lecho del río, se extiende un pálido desierto de gigantescos nenúfares.

La región apesta a causa de una maléfica y sombría selva de flores envenenadas y con una maleza perpetuamente agitada a pesar de la ausencia de viento. Al borde del río se levanta una gran roca gris en la que aparece grabada la palabra Desolación. El país entero está maldito por el silencio. La luna está inmóvil, el rayo no tiene luz, las nubes están suspendidas, las aguas están siempre al mismo nivel y los árboles olvidan balancearse.

Se prueba allí la penosa sensación de quedar sometido a la sordera y reducido al mutismo total.

Hacia las seis de la mañana – tal vez serían las seis y cuarto – volví a Insomniaca procurando no dormirme ni apoyarme en nada. Crucé las calles de nuevo, observé los comercios iluminados y logré salir sin cerrar los ojos, completamente despierto como así había ocurrido en toda la noche,  pasando suavemente la página que estaba leyendo de Alberto Manguel que me estaba guiando por su Breve guía de lugares imaginarios.

(Imágenes:Insomnio.-por Remedios Varo.-redescolar.ilce.edu.mx/ elefante, por Gregory Colbert)

EL HOMBRE INVISIBLE

¿A dónde irá Barack Obama?, me pregunto. ¿A dónde irá Ellison?, escribía sobre el gran novelista negro Norman Mailer. Mailer saludaba al autor de «El hombre invisible» (Lumen), con estas palabras: «Resulta banal decir que Ellison es un excelente escritor. Pero ¿por qué su libro insiste tanto sobre una tesis que me parece absurda: la invisibilidad del negro? El negro es ciertamente en Norteamérica el menos invisible de los hombres. El hecho de que el blanco sea incapaz de reconocer la personalidad de cada negro no es tan rico en significado como Ellison parece querer indicar. La mayoría de los blancos son, desde hace mucho tiempo invisibles unos para otros…¿A dónde irá Ellison? Su talento es demasiado excepcional como para que pueda preveerse. Quizás una solución sería que se aventurara por el mundo blanco que él conoce muy bien y que materialice la invisibilidad, todavía más terrible, de los blancos…»
Mientras tanto Ellison había escrito en su novela excepcional:
«Soy un hombre invisible. No, no soy uno de aquellos trasgos que atormentaban a Edgar Allan Poe, ni tampoco uno de esos ectoplasmas de las películas de Hollywood. Soy un hombre real, de carne y hueso, con músculos y humores, e incluso cabe afirmar que poseo una mente. Sabed que si soy invisible ello se debe, tan sólo, a que la gente se niega a verme. Soy como las cabezas separadas del tronco que a veces veis en las barracas de feria, soy como un reflejo de crueles espejos con duros cristales deformantes. Cuantos se acercan a mí únicamente ven lo que me rodea, o inventos de su imaginación. Lo ven todo, cualquier cosa, menos mi persona».
Publicada en España en 1966, «El hombre invisible«, de Ralph Ellison (1914-1994), es una de esas obras que se quedan para siempre en la memoria.
«Me gustaría oir, a un mismo tiempo – escribe en esa novela -, cinco discos de Louis Armstrong tocando y cantando «¿Qué hice para ser tan negro y triste?». Ahora, de vez en cuando, escucho a Louis mientras tomo mi postre favorito: helado de vainilla con ginebra rosada. Echo el líquido coloreado sobre la blanca montaña que forma el helado, y contemplo cómo resbala, brilla y forma un sutil vapor, mientras Louis logra extraer de aquel militar instrumento musical oleadas de lirismo. Es posible que Louis Armstrong me guste debido a que de su invisibilidad ha hecho poesía. Pienso que ello se debe a que ignora que es invisible. Y, por otra parte, la conciencia de mi propia invisibilidad me ayuda a comprender la música».
¿Va a ser real, duradero y permanentemente visible Barack Obama?, me repito siguiendo las noticias. ¿Qué hay de invisible en la Historia tras tantas imágenes visibles?
Al otro lado de la habitación, Louis Armstrong eleva su trompeta:
«No salgo ya más
No tengo amigos
Mi único pecado
Es mi piel negra
Qué he hecho yo
Para ser tan negro
Mi corazón es negro».
Y sigue elevándose y elevándose y ondulando en el aire, la trompeta.