OCURRENCIAS DE UN OCIOSO

Las ”Ocurrencias de un ocioso” fueron escritas entre 1330 y 1332 por el japonés Kenko y el libro se componía de 243 capítulos, algunos de pocas líneas y otros más extensos. El autor habría pegado los trozos de papel que contenían cada parte del libro en las paredes de su casa. Tras su muerte, otros habrían unido tales fragmentos, en los que multitud de lectores habían de encontrar lo que es quizá la más esencial concentración del espíritu japonés. Como recuerda el editor italiano Roberto Calasso que reseñó y escogió esta obra para su editorial Adelphi, este libro quiere resaltar de algún modo el carácter de lo ”inacabado” y lo ”sin forma” que ha sido por largo tiempo en Japón un verdadero método de composición. Este método se aleja de toda pretensión de fijar las cosas para siempre. ”Un paisaje, un gesto, un objeto, una ceremonia, una palabra, una anécdota, una expresión de un rostro, son otros tantos pretextos para la reflexión solitaria del autor. Sus notas quieren delinear las cosas fugazmente, por el puro placer de trazar los signos, de nombrar el mundo en su precariedad, en su carácter de ”no permanencia” que ninguna civilización – apunta Calasso – ha sabido exaltar como la japonesa. Se trata de una mezcla inconfundible de exaltación de las cosas y de placer por cada una de ellas en particular.” Un libro que se puede abrir por cualquiera de sus páginas encontrando siempre una lección.”


(Imágenes- 1-Ogata Korin – 1658/ 2- Hiroshi Yoshida)

EL LIBRO ÚNICO DE ROBERTO CALASSO

“El libro único — decía el gran editor italiano Roberto Calasso que acaba de morir— es aquel en el que rápidamente se reconoce que al autor “ le ha pasado algo” y ese algo lo ha depositado en un escrito. Los libros únicos son los libros que habían corrido un alto riesgo de no llegar a ser nunca tales.’ En su volumen “La marca del editor” Calasso va recorriendo libros únicos, autores imprescindibles, portadas de libros, en resumen, cómo va creciendo una editorial. “ Un buen editor — dice allí— es aquel que publica aproximadamente una décima parte de los libros que querría y quizá debería publicar.; un buen editor es también aquel en cuyos libros estas sombras amigas son natural e irresistiblemente convocadas. Nos hacen guiños desde lugares lejanos, desde espacios inmensos, en la forma corriente de las páginas para leer.”
“Observemos a un lector en la librería — anota en otra obra suya, “Cien cartas a un desconocido” —: toma un libro en sus manos, lo hojea — y durante algunos instantes, está del todo ausente del mundo. Oye que alguien habla, y que sólo él lo siente. Acumula fragmentos casuales de frases. Cierra el libro, mira la portada. Después, con frecuencia, se detiene en la solapa, de la que espera una ayuda. En ese momento está abriendo — sin saberlo — un sobre: esas pocas líneas externas al texto del libro son, en efecto, una carta, una carta a un desconocido.”

Roberto Calasso. Descanse en paz.

(Imágenes— 1- Carl Spitzweg- 1850- wikipedia/ 2- Harriet Backer— la biblioteca de Thorvald Boeck)

EL TREN ES EL TIEMPO


Vila- Matas en su “Diario voluble” nos lleva hasta el italiano Roberto Calasso y a su vez Roberto Calasso nos lleva hasta Kafka: “En uno de sus mejores capítulos, Calasso analiza el arranque de “El proceso” donde Kafka escribió unas palabras que después eliminó. “Hace falta presteza para cogerlo todo, al abrir los ojos, por así decir, en el mismo punto en que uno lo ha dejado la noche anterior.” Roberto Calasso ve en “Él proceso” la historia de un despertar forzado. Josef K. es aquel para quien nada volverá a estar en su lugar. Hay gente que al despertar revive cada día con angustias su aparición en la vida, ese despertar forzado. Alguien decía que venimos al mundo muy jóvenes en un tiempo muy viejo. Y es al tiempo — nos desvela Calasso— al que Kafka hace alusión en la breve y misteriosa frase suelta que abre sus ‘Diarios”: “ Los espectadores se ponen rígidos cuando pasa el tren.” El tren es el tiempo que no nos permite comprender su forma. Es inevitable entonces ponerse rígido, mientras lo observamos: signo de una última resistencia.”


(Imágenes— 1- Alfred Stiegliz/2-Alberto Sughi- artnet)