LAS DEPRESIONES DE JUAN RAMÓN

Estos dos estados de depresión de Juan Ramón, el del año 50 y el actual —   escribe Zenobia en una carta de 1954–,le han sobrevenido precisamente cuando más enfrascado estaba en la tarea de revisar toda su obra para ediciones finales. Tiene la pretensión de rehacer el trabajo de medio siglo en  muy poco tiempo, y creo que trabajando juntos ( así lo cree también su médico),  podría hacerle  ceñirse a un plan menos ambicioso y más factible ¡ Dios quiera que todo esto pueda conseguirse!  Ayer, al recibir la traducción italiana de “Animal de fondo” estaba completamente desesperado de pensar que no había podido terminar el libro completo. Hemos pasado un mes de diciembre horrible, en que parecía imposible que Juan Ramón salvara  la vida; sin embargo, retrasaremos la anhelada vuelta a casa hasta que estemos seguros de que en ella puede tener las mismas ventajas del hospital, eliminando todas las cosas desagradables, entre las cuales la más penosa es la separación.

Juan Ramón no ha dejado de publicar en infinidad de revistas españolas e hispanoamericanas y, con más cariño que en otras, en esas revistas de jóvenes entusiastas que mueren en el segundo número, si llegan a él y que nadie ve.

 La enfermedad de Juan Ramón está durando demasiado —dice Zenobia  en septiembre de 1955. — y aún cuando lo veo mejorar, va tan despacio que estoy siempre buscando medios de precipitar la curación. Como cuando, casi contra su voluntad, en aquel momento regresamos a Puerto Rico desde un hospital de Washington. En cuanto comenzó a ver caras conocidas y sobre todo hablar en español con todo el mundo, empezó a mejorar. Creo que si vamos a Andalucía en el próximo junio, durante las vacaciones de verano, en Sevilla o Moguer,  se ha de conseguir aún más fácilmente que lo que se consiguió cuando volvimos aquí. Tiene aún en Sevilla a su hermana mayor y a infinidad de sobrinos- nietos que aún no conoce, y que ha de darle gran alegría conocer, por no decir nada de volver a ver a sus sobrinos… 

 A Juan Ramón y a mí —dice Zenobia en otra carta del 5 de enero de 1956 — nos ha causado una profunda tristeza la muerte de Ortega. Como  era más joven que Juan Ramón, y tan entusiasta y optimista, nos habíamos hecho siempre a la idea de que viviría mucho más que nosotros, y esta noticia nos ha parecido inverosímilmente dolorosa. ¡Tanto como podía haber hecho aún!

José Julio Perlado

Imágenes- wikipedia

2 comentarios en “LAS DEPRESIONES DE JUAN RAMÓN

    • Oí Alaba
      Muchas gracias por tu comentario. Zenobia sacrificó su vida por acompañar al poeta. Sin ella Juan Ramón no habría tenido la paz que disfrutó.
      muy feliz Año!

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