UNA CONFESIÓN PERSONAL

 

libros-nnbyyu-manos- Bronzino- mil quinientos treinta

 

«Me ruegas que te cuente una de mis jornadas y en todo su desarrollo. – escribe Séneca en sus «Cartas a Lucilio» -Juzgas bien de mí al pensar que en ellas nada tengo que ocultar. Ciertamente, hemos de vivir como si nos hallásemos en público, meditar como si alguien pudiese escudriñar en lo profundo de muestro corazón, y de hecho puede hacerlo- Pero, ¿de qué aprovecha que algo permanezca escondido ante los hombres? Nada está oculto a Dios; está presente en nuestras almas, Él interviene en lo íntimo de nuestros pensamientos: digo que interviene como si alguna veces se alejara.

Así, pues, satisfaré tu petición, y gustoso te hablaré de mi actividad y del orden con que procedo. Sin más, pondré la atención en mí y, cosa muy provechosa, revisaré mi jornada. Nos vuelve muy defectuosos el hecho de que nadie toma en consideración su vida; discurrimos sobre lo que hemos de hacer, y esto raras veces, pero no consideramos lo que hemos hecho; ahora bien, la previsión del futuro depende del pasado.

La de hoy es una jornada plena, nadie me ha sustraído parte alguna de ella; la he repartido entre el lecho y la lectura; una parte mínima la he destinado al ejercicio corporal, y por este motivo doy gracias a la vejez: no me exige un coste elevado. Apenas me muevo, me encuentro cansado; mas la fatiga es el término del ejercicio, aun para los más vigorosos».

 

800px-0_Sénèque_-_Musée_du_Prado_-_Cat._144_-_(2)

 

(Imágenes-1- Bronzino– 1530/ 2.-Séneca- busto de Séneca- museo del Prado)

 

 

Deja un comentario

Este sitio utiliza Akismet para reducir el spam. Conoce cómo se procesan los datos de tus comentarios.