«Cae y cae el rocío;
¿qué tal si yo lo usara
para limpiar el mundo?
—
¡Qué curioso! Se posa
en hierbas sin olor
la mariposa.
—-
Alas de mariposa:
¡cuánta vuelta y revuelta
sobre el muro techado!
—-
Nubes y niebla
cambian pronto el paisaje
en cien matices.
—
Viendo un relámpago,
quienquiera que no entienda
es admirable».
(Imágenes.- 1.- CeciliaWallin/ 2. y 4.- Shibata Zeshin/ 3.-Bryan Graf.- trendhunter. com/5.-Hanabusa Itchô)
Muchas veces las cosas más leves, más ingrávidas son las que más peso dejan y de esto la cultura oriental nos muestra grandes ejemplos. Excelente entrada.
Saludos,
JdG
Javier,
Sí, es verdad. Oriente tiene esa asombrosa capacidad de sintetizar en sus breves poemas lo impalpable, el matiz, aquello que pasa en un instante y que el poema atrapa.
Muy agradecido, como siempre, a tu comentario.
Saludos.