«Cuelgan sobre el camino.
bocas de víbora.
inclinándose contra la cara,
saliendo, suaves y engañosas,
flácidas y húmedas, delicadas como la lengua de un pequeño pájaro;
sus nerviosos labios de recién nacido,
se mueven despacio,
inhalando el aire cálido.
Y por la noche,
la pálida luna cae a través del cristal encalado,
el calor se hunde
y su olor vuelve aun cada vez más fuerte,
cayendo de sus musgosas cunas:
¡Tantos niños devoradores!
Los suaves dedos luminiscentes,
los labios ni vivos ni muertos,
las flácidas bocas fantasmales
respirando».
Theodore Roethke.– «Orquídeas»
(Imágenes.-1, 2 y 3.-Charles C. Zoller.-1923/1901.1904/1909)