De vez en cuando cruzan las estrellas los libros, las páginas, los ojos, navegan sus nombres luminosos por espacios oscuros, alumbrando de luz. Viajan como ejércitos serenos, en carromatos encendidos, polvos que descienden y se amplían, se curvan en constelaciones, sus mapas marcan a los viajeros las innumerables bellezas del firmamento de la noche.
De vez en cuando cruzan los grupos de estrellas contornos imaginarios transformándose en grupas de animales, agitando sus colas, dibujando perfiles en la esfera celeste. De vez en cuando sus cuerpos se elevan, los puntos se reparten, los puntos espolvorean su mínimo resplandor. De vez en cuando el lomo de una estrella está cerca del horizonte de su vientre y la cola de la serpiente luminosa abre sus mandíbulas abiertas.
De vez en cuando uno se queda mirando al cielo inacabable, la noche inacabable, la procesión de infinitas estrellas de las que nunca sabremos su nombre.
Hermoso viaje. Me pregunto si las estrellas conocerán nuestros nombres o sentirán nuestras pequeñas luces.
Un saludo
Amparo,
No conocerán nuestros nombres pero quizá nuestras luces. Del misterio del hombre siempre emana una luz.
Gracias por tus palabras.
me agrada la publicación de hoy, el video, el texto atravesando el tejido de las existencias…
las permutaciones, liran más allá de los libros, irán más acá de nuestros nombres mientras la estela, se enreda entre nuestros deseos sin que sepamos siquiera su origen ni el origen de nuestros deseos
un abrazo J.Julio
Daniel,
muchas gracias por tus palabras. Miramos poco al cielo y las estrellas son como diminutas ciudades parpadeantes extendidas en mapas que nos contemplan.
Gracias de nuevo.
Cordiales saludos.