“Quizá los dos artículos más queridos por mí en aquella Tercera Época de “La Estafeta Literaria” (1957- 1962) en la que fui redactor- jefe de la Revista — siguiendo aquí con mis recuerdos —, sean los dedicados a Hemingway y a Camus con motivo de sus muertes súbitas. A Hemingway lo había conocido en Madrid el 23 de mayo de 1959 a la una de la tarde en la puerta de una armería en la calle de Serrano; habíamos hablado unos momentos y él, muy amablemente , me dedicó un afectuoso autógrafo. (Hemingway había llegado ese mes a Madrid, exactamente el 13 de mayo, con objeto de asistir a las corridas de San Isidro —como años después contaría Castillo- Puche con el que hablé en muchas ocasiones, ya que él era colaborador de “La Estafeta” —, y en ese mes de mayo del 59 el autor de “Fiesta” comenzaría una gira infatigable por las principales plazas de toros de España siguiendo a Antonio Ordóñez y recogiendo material fotográfico y notas para su largo reportaje “El verano peligroso” que en diversas entregas publicaría “Life” en septiembre de 1960. En Madrid se hospedaba en el hotel Suecia y durante su estancia en la capital raro era el día que dejaba de hacer una visita matinal al Museo del Prado.)
Pues bien, aquella mañana de mayo del 59, cuando charlé con Hemingway, no podía imaginar el disparo con el que se suicidaría a las siete de la mañana del 2 de julio de 1961 en Ketchum, Idaho y que supondría un estampido en la literatura. Tiempo después, entre otros libros sobre su vida y su obra — como, por ejemplo, el excelente que le dedicó Philip Young o la biografía- ensayo de Carlos Baker —, me iluminaron mucho su figura las páginas de Anthony Burgess en “ Ernest Hemingway y su mundo” , un pequeño volumen lleno de perspicacia y de aciertos. Trece días después de su muerte – el 15 de julio — publiqué en “La Estafeta” un recuadro titulado “El disparo de Hemingway”, con una buena ilustración de Mampaso, que no recuerdo por qué apareció sin la firma de mi nombre, quizá porque en ese mismo número publicaba yo otro texto y decidí no firmar a la vez dos colaboraciones. En “El disparo de Hemingway” evocaba trazos de su vida y con una mayor amplitud este artículo apareció años más tarde en uno de mis libros y también en MI SIGLO.
El segundo artículo del que hago aquí memoria llevaba por título “Ante un Albert Camus horizontal” y se publicó en “La Estafeta Literaria” el 15 de enero de 1960. Camus había muerto once días antes de modo fulminante e imprevisto, a los 46 años de edad, en la carretera Nacional 5, entre Champigny-sur- Yvonne y Villeneuve – la- Guyad, cuando el automóvil de Michel Gallimard , que era el que conducía, chocó a las 13: 55 horas contra un árbol y se partió. Camus salió despedido contra el cristal, su cabeza lo había atravesado y tenía fractura de cráneo y el cuello roto y falleció en el acto. En el interior del coche viajaba también el manuscrito sin acabar — ciento cuarenta y ocho hojas de una escritura apretada – de su última obra, “El primer hombre”. Camus había escrito muchas páginas de ese libro en una casa que había comprado en Lourmarin, en la Provenza. Allí, voluntariamente solo durante largas temporadas, trabajaba. Se levantaba a las cinco de la mañana, daba un paseo de un kilómetro para espabilarse y escribía de pie en su despacho o sentado en la terraza, fumando “gauloises” o una pipa. Olivier Todd y Herbert Lottman han contado muy bien todos esos detalles. “No hay nada más absurdo — había dicho el autor de “La Peste” a un amigo —que morir en un accidente de automóvil.”
Pero más que las biografías y los estudios sobre Camus que fui consultando en años posteriores ( yo había publicado ya sobre Camus algunos artículos en “La Estafeta” ) , me ilustraron mucho más su figura dos libros que compré en Paris en 1968 : los recuerdos de Jean Grenier y el volumen “La mer et les prisons”, de Roger Quilliot. Ellos me dieron una imagen distinta y cercana de aquel escritor que yo quise evocar en 1960 en posición horizontal, un artículo que ampliaría luego en una de mis obras y que más tarde apareció en MI SIGLO.”
(Continuará)
((Imágenes: —1- Hemingway – foto Yousuf Karsh/ 2-Camus- foto Yousuf Karsh)