CÓMO SE CONSTRUYE UN CUENTO

 

 

“Un cuento no siempre responde a los mismos estímulos, obedece a una intranquilidad interna tal vez por estar obsesionado por un personaje – decía Sergio Pitol – , o por una o dos frases que uno ha oído al azar en un café, o una tonadilla de canción que repites sin saber por qué; casi todos mis cuentos están muy ligados a cosas que he visto y escuchado que después transformo. En mi apego a la realidad no me gana ni el más obsesivo realista. No puedo casi imaginar si no veo algo, oigo una conversación, veo una cara con determinada expresión que después, a veces muchos años después, brota de la memoria. Todo empieza a esbozarse muy vaganente; de pronto en medio de esa vaguedad comienzo a estructurar una historia que se anuda con algunas preocupaciones nmediatas. Al escribir el borrador de un cuento se organiza de inmediato la trama; todos sus componentes surgen inmediatamente , y construyen una estructura que para mí es fundamental. En el primer bosquejo el lenguaje puede ser muy elemental, redacto como un niño de once o doce años (…) para mí algunos detalles me resultan como sostenes de la historia y le imprimen verosimilitud;  permite un encuentro con la realidad y transforma esa realidad. Después empieza el trabajo verdaderamente difícil, el que más me gusta, convertir en una geometría lo que ha llegado como un flujo: añadir, mutilar, ordenar. En esa fase empiezo a redondear los personajes ( …) En general una vez publicados los cuentos dejan de interesarme; debo seguir escribiendo y enfrentarme a otro tipo de problemas  y a requerimientos diferentes.”

 


 

(Imágenes- 1- Eyvind Earle – 1976/ 2- Thomasz Kaluzny)

SOBRE LA ALEGRÍA

«Si queremos contemplar algo más valioso que este mundo frío, inanimado, herencia de la pobre multitud sin amor y siempre inquieta. ¡Ah! Es preciso que de la propia alma irradie una luz, un  esplendor, una brillante nube luminosa que envuelva a toda la tierra. Y de la propia alma nacida de ella es preciso que nos llegue una voz dulce y soberana, ¡vida y elemento de todos los sones armoniosos! ¡Oh, tú! ¡De corazón puro! ¡No tienes que preguntarme lo que puede ser esta fuerte música en el alma, ni lo que son, dónde existen esta claridad, esta gloria, esta bruma luminosa, ese poder en sí mismo tan bello y generador! ¡La Alegría, virtuosa Señora! La Alegría que jamás fue dada sino a los puros y en la hora más pura. Vida y emanación de la vida, a la vez nube y lluvia. ¡Señora! ¡La Alegría! La Alegría es la dulce voz; la Alegría es la nube luminosa: ¡nos alegramos en nosotros mismos! De allí provienen todos los encantos del  oir y del ver; todas las melodías son los ecos de esa voz, todos los colores emanan de esa luz».

Coleridge

(Imágenes .- Thomasz Kaluzny.-belhance.net)

SOBRE LA BELLEZA

«La belleza es una cosa que no se discute – comentaba André Roussin -. La belleza, lo mismo que el genio, posee una dimensión excepcional, nos impresiona de inmediato. En un segundo movimiento, incluso se la puede analizar, descomponer en sus varios elementos y discutir su armonía y equilibrio estético. Pero a primera vista es una cosa que perturba, que nos quita el aliento, y de la cual no nos preguntamos siquiera el porqué. Frente a la belleza, uno se queda petrificado; por el contrario, el encanto implica comunión, y es precisamente él (y no la belleza) el que hace surgir el amor. La belleza perturba, pero no seduce necesariamente. Perturba tanto que ni siquiera apetece ir a verla de cerca; se la admira en silencio, a una distancia respetuosa. Esto no quiere decir que una persona hermosa no pueda ser también encantadora; afortunadamente existen casos (y son los casos ideales) en los cuales ambas cosas marchan juntas».

Santayana se acercaba también a estas palabras: «La Belleza, tal como la sentimos, es algo que no puede describirse. No se podrá decir jamás qué es ni qué significa. Se expande sobre un objeto sin saber por qué. La belleza existe como existe un hermoso objeto o el mundo donde se encuentra situado ese objeto, o nosotros mismos que miramos a ambos. Es una experiencia: y no hay nada más que decir sobre ella». Thomas Traherne buscaba la definición: «El orden es la belleza misma de la belleza». «Lo que la Imaginación aprehende como Belleza debe ser Verdad, existiera o no antes – decía Keats en una carta del 22 de noviembre de 1817 -, porque de todas nuestras pasiones, tengo la misma idea que del amor; en su más sublime forma, todas ellas son creadoras de Belleza esencial».

«Yo amaba no se qué… -confesaba Shelley en 1821 -, en los vientos y los árboles y las corrientes; en todas las cosas más simples, en la música y en los dulces acentos inconscientes de los animales y en esas voces que son humanas y que tienden a expresar algún sentimiento que les sea propio; en los suaves movimientos y extraña sonrisa de una mujer, en las flores y en las hojas, en la hierba fresca abierta y que muere en el otoño…».

(Imágenes:-1.-Lothar Wolleh.-1966.-Olivier Wolleh.-Master of Photography/ 2.- Snejana Onopka para Vogue Nippon.-septiembre 2007/ 3.-Thomasz Kaluzny)