UN CLAVEL EN EL LABIO

«Bastábale al clavel verse vencido

del labio en que se vio (cuando, esforzado

con su propia vergüenza, lo encarnado

a tu rubí se vio más parecido),

sin que, en tu boca hermosa, dividido

fuese de blancas perlas granizado,

pues tu enojo, con él equivocado,

el labio por clavel dejó mordido;

si no cuidado de la sangre fuese,

para que, a presumir de tiria grana,

de tu púrpura líquida aprendiese.

Sangre vertió tu boca soberana,

porque, roja victoria, amaneciese

llanto al clavel y risa a la mañana».

Francisco de Quevedo: «A Aminta, que teniendo un clavel en la boca, por morderle, se mordió los labios y salio sangre»

(Imagen.-clavel.-jardinería.com)

UN SONETO INVERNAL

«Dijo un petirrojo: La primavera nunca llegará,

más nidos no he de construir.

Dijo un rosal: Tanta helada me destruirá,

mi savia no me ha de volver a nutrir.

La Media Luna dijo: La noche es algo tan largo, lento,

que no quiero crecer ni menguar.

El Océano dijo: Hace mucho que estoy sediento

pues los ríos de la tierra son un erial.

Pero vino la primavera y construyó el petirrojo,

y en su garganta vibró un canto de amor.

Se marchó la escarcha, y el color rojo

vistió la savia de tallo, hoja y flor.

Brilló La Luna. El Océano el sol bebió,

y si su azul rizó, su sed nunca apagó».

Christina Rossetti:  «Un soneto invernal«.

(Imágenes: 1 – Boyko Kolev.-2007/ 2.-Boyko Kolev.-2009)