CAMINOS VISIBLES E INVISIBLES

caminos-ybbb-Richard Long- nationalgalleries org

 

«El tiempo pasa, los lugares permanecen – confiesa el escultor inglés Richard Long -. Un paseo atraviesa la vida, es físico, pero también invisible. Una escultura está quieta, es un alto en el camino, visible. La libertad de usar de manera precisa todos los grados de visibilidad y permanencia es importante en mi trabajo. El arte puede ser un paso o una piedra. Una escultura, un mapa, un texto, una fotografía, todas las formas de mi trabajo son iguales y complementarias. El conocimiento de mis acciones, en cualquier forma, es el arte. Mi arte es la esencia de mi experiencia, no una representación de ella».

Visibles e invisibles caminos se abren cada vez que empieza un día, sea uno artista o no. Lo importante es recorrer  esos caminos, hacerlo inteligentemente y hasta el final.

(Imagen.-Richard Long)

CAMINAR SOÑANDO

 

Vuelven los libros de los sueños como vuelve cada noche el espacio necesario para dormir. Puntualmente se cierran los párpados del mundo y avanzamos por terrenos inexplorados. “ Hoy me ocurrió algo milagroso — escribía en su “Diario íntimo” el dramaturgo austriaco Grillparzer— . Soñé mientras caminaba. Me había levantado temprano, bebí agua de la fuente, me di un baño, volví a beber un vaso de agua y me dirigí al jardín para dar un paseo. Fue así que, de pronto, llegué a una parte del jardín  en que jamás había estado antes. Era tan hermosa, los árboles eran tan maravillosamente bellos, que no cesaba de asombrarme por no haber reparado en ellos con anterioridad a aquel instante. Lamentablemente no había ningún banco cerca para sentarse. Aún tenía que beber  un vaso de agua, de manera que me volví, firmemente resuelto a regresar a ese sitio  en cuanto hubiera satisfecho mi sed. Recordé  el camino: pasaba por una breve hilera de árboles de poca altura.  Con todo, me fue imposible volver a encontrar  el camino, pues… éste jamás había existido. Todo había sido un sueño. Pero lo milagroso es que  este sueño  haya sobrevivido mientras caminaba. En general, especialmente de noche, cuando estoy cansado de leer, suelo soñar cosas o ver mentalmente este tipo de imágenes. Pero jamás me ha ocurrido esto mientras caminaba, jamás me ha ocurrido con la fuerza de convicción con que me ocurrió hoy”.

 

 

(Imágenes— 1- Richard Long- National Gallery/2- Cornelia Fitzroy)

CAMINAR Y ESCRIBIR

 

 

”Con objeto de hacer lo que haces, necesitas caminar. Andando es como te vienen las palabras, lo que te permite oír su ritmo mientras las escribes en tu cabeza. Un pie hacia delante, y luego el otro, el doble tamborileo de tu corazón. Dos ojos, dos brazos, dos piernas, dos pies. Éste, y luego el otro. Ése, y luego éste. El acto de escribir empieza en el cuerpo, es música corporal, y aunque las palabras tienen significado, pueden a veces tener significado, es en la música de las palabras donde arrancan los significados. Te sientas al escritorio con objeto de apuntar las palabras, pero en tu cabeza sigues andando, siempre andando, y lo que escuchas es el ritmo de tu corazón, el latido de tu corazón.”

 

 

Paul Auster compone estas frases en su “Diario de invierno”, pero su caminar persiste a lo largo de los libros. En las conversaciones que mantuvo con I. B. Siegumfeldt recogidas ahora en “Una vida en palabras”, vuelve a recordar que “caminando se establece un ritmo, una cadencia binaria, como con tantas cosas propias del cuerpo humano: dos ojos, dos manos, dos piernas, dos pies, y el latido del corazón, que es una especie de bum- bum, bum- bum. Caminar parece crear un ritmo conducente a la producción de lenguaje, en especial, por supuesto, poesía. En “Conversaciones sobre Dante”, Mandelstam argumenta que la poesía de Dante imita los ritmos del paso humano, para luego plantear esta bella cuestión: “Me pregunto cuántos pares de sandalias gastó Dante mientras escribía “La divina comedia”. Sólo a un poeta se le podría haber ocurrido algo así. Se agitan tantas cosas en mi interior cuando estoy escribiendo – añade Auster -que me resulta difícil estar mucho tiempo sentado. Me levanto y paseo mucho por la habitación, y simplemente eso, el hecho de andar, parece generar la siguiente andanada de palabras.”

 


 

(Imágenes -1- artexpertinc – 1958/ 2- Theodore Rousseau/ 3- Richard Long)