OLAS Y TEMPESTADES

 

 

 

“En días en que la naturaleza se altera violentamente, uno entra en las cuevas de los símbolos y lee en silencio que las olas en China se las considera morada de los dragones y símbolo de la pureza. Esto se debe a que toman significados de dos aspectos distintos de la misma forma oceánica: por el ritmo ondulante, las olas se relacionan con los dragones; por la espuma blanca, con la pureza. Las olas simbolizan el principio pasivo, la actitud de aquel que se deja llevar. Pero las olas pueden estar agitadas con violencia por una fuerza extraña. Su pasividad es tan peligrosa como la acción incontrolada. Representan toda la potencia de la inercia masiva.

Las olas levantadas por la tempestad simbolizan las irrupciones repentinas del inconsciente, una masa distinta, de orden psicológico, de una inercia engañosa, lanzada por pulsaciones instintivas al asalto del espíritu pilotado por la razón. En las leyendas griegas, las innumerables olas del mar son de una gran belleza y pasan su tiempo cantando y nadando con los delfines y dejando flotar sus cabelleras.

El historiador Michelet cuenta el enfrentamiento de un niño con las olas. “El niño más bien odia que teme esa cosa salvaje que parece enfrentársele. A su vez, lanza piedras al gran enemigo rugiente. En el Havre observé ese duelo. Un niño al que llevé al mar se sintió lleno de joven valor y se indignó ante esos desafíos. Devolvió guerra por guerra. Lucha desigual, que hacía sonreír, entre la mano delicada de la frágil criatura y la espantosa fuerza que tan poco se preocupaba de ello.”

(Imagen —Ralph Fleck)

VIAJES POR EL MUNDO ( 18) : EN LOS MARES DEL SUR

 

 

 

«Y si pones en duda lo que cuento, timonea tu barco por las ondas de los mares del Sur; cruza en tu ruta entre inmensas colmenas de corales en las que bulle de incontables vidas el esfuerzo constante; donde en torno del atónito barco, las medusas flotan como hinchazones irisadas; y camina la asteria en cinco dedos, rítmicamente, por las aguas mansas; y bajo mil espinas hacinadas vibra el huevo de mar entre las rocas, y un prodigio naranja se vislumbra donde la jibia entre timieblas duerme, anclada sobre abismos más profundos donde mora la ciega sierpe macho del mar, que con su novia besuquea los barcos que hace tiempo naufragaron, y descendiendo a la tiniebla eterna fueron en busca de sus fríos labios.”

(citado por Ruydard Kipling enUna realidad”)

(Imagen – Ralph Fleck)