“La pintura en general es algo extraño”, decía Turner. Algunos de sus conocidos comentaban: “Turner iba de un lado a otro en días de barnizado, juntando y aplicando todos los pigmentos brillantes que podía conseguir, cromos, verde esmeralda, bermellón, etc, hasta que éstos resplandecían literalmente de luz y color (…) Los artistas temían colgar sus cuadros junto a los de Turner, diciendo que era tan malo como colgarlos junto a una ventana abierta.”
Ahora el cine presenta la vida del pintor realizada por Mike Leigh. Su falta de sociabilidad no le granjeó el afecto de sus contemporáneos. Su vida se proyectó en una atmósfera singularmente reflejada en sus lienzos. Cuando Philip Ball resume “la invención del color” recuerda que Turner solía comprar los colores a
George Field, el principal fabricante inglés de colores en el siglo XlX. Turner se apoderaba enseguida del azul cobalto, del verde esmeralda, del bermellón naranja, del cromato de bario, amarillo y escarlata cromo, así como de las nuevas lacas amarillas y rojas; utilizaba cada material a los pocos años de su aparición. Un grabador de la época – evoca Ball – comentaba que Turner osaba emplear esos pigmentos nuevos mientras que otros artistas no se atrevían. “Una anécdota de su comportamiento habitual en la Royal Academy en “días de barnizado”, cuando
los miembros traían sus cuadros para barnizarlos, nos da una idea de la avidez de Turner por los nuevos pigmentos sintéticos. Se concedía a los pintores unos días para retocar las obras antes de aplicarles la capa protectora. Pero en la década de 1830 Turner acostumbraba a llevar lienzos con composiciones insípidas y mediocres. Una vez que éstas se colgaban junto a las de sus rivales (pues así los consideraba Turner), comenzaba el verdadero trabajo in situ.”
Penetrantes análisis de sus visiones pálidas, de sus tenues pinceladas de rosado, azul y amarillo, de las más delicadas películas y neblinas de color las hizo Kenneth Clark en “El arte del paisaje“. Como Raymond Cogniat quiso recordar juntos a Turner y a Monet : “Es imposible – dijo – no ver en Turner al precursor de Claude Monet, ya que comprende la poesía de las nieblas de las que emergen
lentamente visiones irreales. Es posible oponer el uno al otro, decir que Turner trata de construir sus temas con galas de colores que se funden imperceptiblemente unos con otros, mientras Monet adopta decididamente la yuxtaposición y la oposición de pinceladas de colores complementarios. Se puede añadir que Turner inventa paisajes misteriosos, mientras Monet
no renuncia jamás a los paisajes reales. Sin embargo, les une la estrecha relación de sus sensibilidades y de los procedimientos que emplean, y un nuevo concepto del paisaje que transforma totalmente las ideas anteriores y que no tienen paralelo en la historia de la pintura occidental.”
(Imágenes.-1.-Wreckers costa de Northumberland- 1836- Yale Center for Btitish Art.-wikipedia/2.-tormenta de nieve- 1842- Tate Gallery- Londres/ 3.-el paso de San Gotardo- 1802/ 4.-la lucha contra el temerario- 1830/ 5.-interior of Petworth House- 1837- Tate Gallery- Londres/ 6.-The Blue Rigi- 1842)