VERANO

«Vi un pavo real con la cola en llamas

Vi un cometa ardiendo que echaba ramas

Vi una nube envuelta en hiedra

Vi un roble que reptaba sobre la tierra

Vi una hormiga tragarse una ballena

Vi el mar rebosante de cerveza

Vi una hermosa copa de tres metros de altura

Vi un pozo lleno de lágrimas de tristura

Vi los ojos rojos de un fuego rugiente

Vi una casa más grande que el sol poniente

Vi la luna salir a mediodía

Vi al hombre que vio toda esta maravilla».

Anónimo.-«Vi un pavo real con la cola en llamas»

(Imágenes:-1.-lava.-foto Frans Lanting.-National Geographic Collection/2.-Donadl Sultan.-1983,.artnet)

EL INFINITO VIAJAR

«Aparte de esas mínimas salidas, era tan poco lo que podía hacerse que las horas acababan por superponerse, por ser siempre la misma en el recuerdo – se leee en «La autopista del sur», el excelente cuento de Cortázar – (…) Por la mañana se avanzó muy poco pero lo bastante como para darles la esperanza de que esa tarde se abriría la ruta hacia París. A las nueve llegó un extranjero con buenas noticias: habrían rellenado las grietas y pronto se podría circular normalmente«. El cuento prosigue pero lo que continúa en el tiempo es esta espera actual en los aeropuertos del mundo, la ruta de humildad del hombre ante el vapor y las cenizas de la Naturaleza, la parálisis en vidas y proyectos dormitando sobre las maletas, meditando la sorprendente impotencia de un mundo que se creía omnipotente, y diciéndose – como recuerda Magris en «Ítaca y más allá» (Huerga & Fierro) -: «dónde estamos yendo, pregunta el héroe de la novela de Novalis a la misteriosa figura femenina que se le ha aparecido a su lado en la antiquísima peña en el bosque, ¿hacía dónde se dirige nuestro camino? «Siempre hacia casa«.

Sí, siempre hacia casa, siempre queremos ir hacia casa, queremos llegar a casa, estar por fin en casa. Eso es lo que dicen los rostros y los labios en los aeropuertos de medio mundo. Es una constante también en la literatura. Laurence Sterne en su Viaje sentimental habla de los viajeros ociosos, los curiosos, los mentirosos, los orgullosos, los presuntuosos, los melancólicos, los forzados, los inocentes y los desgraciados, y también de los simples viajeros. Todos ellos quieren volver a casa. La pista de la velocidad, que creíamos dominar, permanece ahora detenida en el aire, entre la Nube y los aviones, y las peripecias que nos cuentan estos viajeros del XXl parecen volver por un momento a los avatares del XVlll, cuando Felipe V realiza el primer viaje del primer año del siglo: partió el rey de la raya de Francia el 30 de diciembre de 1700 a las once de la mañana, saliendo del viejo alcázar de los Austrias, para llegar en diecisiete jornadas a Irún, antes del 20 de enero de 1701. Cada jornada era de duración desigual, de cuatro a siete leguas ( a poco más de cinco kilómetros y medio la legua), según los accidentes del camino y también la distribución de las casas, torres o palacios donde poder hacer noche. Las jornadas eran de entre 25 y 40 kilómetros, y la velocidad nunca excedía de los 10 kilómetros a la hora.

Llegar a casa, estar por fin en casa. Pero a veces ocurre – como está pasando estos días en el mundo – que «el viajero – como dice Cees Noteboomsiente «las corrientes de aire que se filtran por las fisuras del edificio causal». Y Claudio Magris en El infinito viajar (Anagrama) comenta estas palabras como si glosara lo que estos días sucede en muchos países: » la realidad, tan a  menudo impenetrable, de pronto cede, se cuartea. Lo real se revela probabilista, indeterminista, sujeto a repentinos colapsos cuánticos que hacen desaparecer algunos de sus elementos, engullidos, absorbidos en vórtices del espacio- tiempo, remolinos de la mortalidad de todas las cosas, pero también del imprevisible brote de nueva vida».

El viaje siempre ha acompañado a la literatura y la literatura al viaje. A veces atravesar el agua de los viajes, la edad de los viajes, ha surcado de arrugas los recorridos y el viajero ha llegado al borde de su término exhausto y casi dolorido de cuantos recuerdos ha vivido. John Cheever lo describió magníficamente en su extraordinario cuento, El Nadador– luego llevado al cine .-Neddy Merrill atraviesa las piscinas en su intento de llegar a casa, de estar por fin en casa. «Ned se tiró al agua e hizo un largo, pero cuando intentó alzarse hasta el borde para salir de la piscina, descubrió que sus brazos y sus hombros no tenían fuerza: llegó como pudo a la escalerilla y salió del agua. Al mirar por encima del hombro vio un hombre joven en los vestuarios iluminados. Al cruzar el césped – ya se había hecho completamente de noche – le llegó un aroma de crisantemos o de caléndulas, decididamente otoñal y tan intenso como el olor a gasolina. Levantó la cabeza y comprobó que habían salido las estrellas, pero ¿por qué tenía la impresión de ver Andrómeda, Cefeo y Casiopea? ¿Qué se habían hecho de las constelaciones de pleno verano? Ned se echó a llorar».

(Imágenes:-1. fotografía; ucem-es/2.–Benny Andrews.-1996.-artnet/ 3.-Benny Andrews.-2004.-artet/ 4.-Emiliano Ponzi.-The New York Times)

GENTE AL SOL

«Un pequeño grupo de gente toma el sol en unas sillas colocadas en fila. ¿Pero están ahí con ese propósito? – se pregunta Mark Strand al hablar de Hopper – Si es así, ¿por qué están vestidas como si estuvieran en el trabajo o como si se encontraran en la sala de espera de un médico? ¿Es que están siempre esperando, no importa dónde se encuentren, y el mundo entero es su sala de espera? Quizá. ¿Y qué deberíamos pensar del joven que lee, sentado detrás de la fila de cuatro? Parece absorto en la cultura, más que en la naturaleza, y sin embargo está sentado afuera, con los otros, al lado del camino, bajo el sol. La luz es peculiar. Desciende sobre las figuras, pero no crea una atmósfera. De hecho, una de las peculiaridades de la luz de los cuadros de Hopper es que tiene poco que ver con la atmósfera, en comparación, por ejemplo, con la luz de los cuadros impresionistas. Uno no puede imaginar que esta gente esté realmente tomando el sol. Más bien parecen mirar a lo lejos, tan lejos como es posible, hacia un amplio prado que se extiende hasta una hilera de colinas. Y las colinas, en tanto se alzan en un ángulo muy parecido al que aquella gente asume reclinada en la silla, dan la impresión de devolver esa mirada. La naturaleza y la civilización casi parecen estar mirándose la una a la otra. Esta pintura es tan extraña que en ocasiones pienso que las figuras sentadas están mirando un  paisaje pintado, y no el paisaje real que evidentemente observan».

Ese sol de Hopper es de 1960. El sol que cae sobre los rostros de las peluqueras descansando con los ojos cerrados es de 1966. Es un sol de Robert Doisneau, fuente de luz que viene del mismo Hopper, fuente de calor y vida que se trasvasa de Hopper a Doisneau y de Doisneau a Hopper y cuyos rayos tocan con mágicas varitas la piel. Fortalece y seca. Ilumina y calienta. El centro del cielo baja a las terrazas de la pintura y de la fotografía y se pasea por los rostros que le reciben. Rayos solares que vivifican el cuerpo entrando por poros abiertos, diminutos pinchazos que los inmortales chinos recibían como prodigiosa esencia. Se levanta el sol cada mañana y se acuesta; se levantan cada mañana y se acuestan cada tarde las criaturas de Doisneau y de Hopper en una horizontal pasividad, dejando que ruede el corazón del mundo, dejando que ese amarillo corazón resbale. Las mejillas, los párpados, la frente reciben los reflejos de las flechas indoloras y luego vendrán las silenciosas despedidas, sillas que quedan vacías y el día que se recoge para anochecer.

(Imágenes: 1. Edward Hopper.-Grupo de gente al sol.-1960.-2000, Smithsonian American Art Museum, Washington. D.D. Art Resource/ Scala, Florencia.-ciudad de la pintura/ Robert Doisneau.-les coiffeuses au soleil.-1960.-flickr)

LA RUEDA DEL TIEMPO

 

Ahora que acaba un año, ¿qué recordamos de él?  Determinados montículos en el horizonte de las noticias, ciertos sucesos que nos conmovieron. ¿Y el resto? El resto desaparece en las largas planicies del ovido, y ello es lógico, pues la memoria no nos vuelve a recordar ni siquiera lo que comimos anteayer. 

Estratón, en el siglo lll antes de Jesucristo, llegó a decir:

«Día y noche, un mes y un año, no son tiempo ni partes del tiempo, sino luz y oscuridad y las revoluciones de la luna y el sol. El tiempo, sin embargo, es una cantidad en donde está contenido todo eso».

 Walter Pater, en el siglo XlX señaló: «¿Te fatiga la identidad, la repetición de los espectáculos públicos? Lo mismo hace esa identidad de acontecimientos en el espectáculo del mundo. Y así será contigo hasta el fin. Porque la rueda del mundo siempre tiene el mismo movimiento, arriba y abajo, de generación en generación. ¿Cuándo, cuándo cederá el sitio el tiempo a la eternidad?». («Mario el Epicúreo«)

Y Eliot, en el XX, al que ya me referí  alguna vez en Mi Siglo:  

“El tiempo presente y el tiempo pasado

Están tal vez ambos presentes en el tiempo futuro,

Y el tiempo futuro contenido en el tiempo pasado. 

Si todo tiempo es eternamente presente

Todo tiempo es irredimible». 

«El tiempo apremia. Vivo«, hay que decirse tal vez en días como hoy.

«El tiempo apremia. Escribo«, nos dice a su vez Wislawa Szymborska en su último libro, «Aquí» (Bartleby).

(Imágenes;.-1.-Ed Ruscha .-Murayama Fine Art-artnet/ 2.-Grand Central.-Steven Katz.-2007.-Katharina Rich Perlow Gallery– New York.-artnet) 

MI HERMANO Y EL LABERINTO

         » Mi hermano Oscar vive en el palacio de Cnossos, en lo profundo del Laberinto.

          Mi hermano ya es un laberinto en sí mismo. Para llegar hasta él hay que entrar por la llamada «logia de los guardianes» y allí todo el que quiera encontrarle debe aguardar durante cierto tiempo en la sala de espera. Se abre luego la puerta del «Corredor de la Procesión«. Óscar deja caer un vestíbulo que da a unos pozos de luz y consigue que ascienda lentamente la Sala del Trono. Normalmente, mi hermano observa bien al recién llegado desde el corredor central, oculto bajo los escalones que conducen al primer piso. El visitante se encuentra de repente en una cripta de columnas que da a la cámara del tesoro, sin saber a ciencia cierta hacia dónde dirigirse: si encaminarse hacia el Santuario o bajar al encuentro de la denominada «terraza subterránea«. Óscar se coloca entonces en un monumental palacete que hay en el ala Este. Cada paso que da quien acaba de llegar es imitado sistemáticamen­te por mi hermano, que lo destruye al primer contacto. Es así como el visitante se va alejando a cada momento de Óscar, a la vez que Óscar se aleja del visitante. El juego de las piernas y el ritmo exacto de las articulaciones se hace esencial. Es un «ballet» de sombras, una separación progresiva y matemática en la que Óscar llega a ser un maestro. Único ser humano que ha logrado el encuentro al revés, Óscar domina a quien quiere verle. El recién llegado no posee conocimiento para saber que conforme se acerca se aleja, y que será en el total alejamiento donde hallará su final. Nadie, por tanto, ha podido encontrarse con Óscar sino en la lejanía. Nadie que no sea alguien que él desee ha visto con claridad a mi hermano y mi hermano nunca ha visto a nadie. No se conoce, pues, su aspecto. Sólo se le intuye. Se dice de este hermano mío que tiene mil cabezas y que él es el Minotauro. Jamás se podrá comprobar, ya que el Minotauro es tan desconocido como mi hermano. Y sin embargo hay gentes que han alcanzado a vislumbrar su penumbra. Comentan de él que extiende un eco negro que cubre toda Creta y que llega hasta el mar.

 

          ¿Es hijo de mi madre, como yo, o es una isla? Indudablemente es una isla anclada sobre el tiempo. El tiempo griego se identifica con Óscar. De tal modo, que mientras el resto de los hombres viaja por los siglos, él permanece agazapado antes del siglo primero, en una noche de milenios. Por ello se ha hablado tanto de sus pies de arcilla, su cuerpo de negociante y su cabeza de marino. Con los pies alcanza su perfección en la cerámica, con el cuerpo compra y vende palacios, con la cabeza suele beber del mar. Es entonces cuando mi hermano se identifica con Creta y Creta misma es Óscar. Desde que se pisa la isla, los pies se hunden en el ser humano. Astutamente, él va dejando que se acerquen. Puede uno moverse sobre Creta ya que Creta parece dormida. Seguirá dormida mientras mi hermano permanezca inmóvil. Él puede vivir inmóvil, aguardando a quienes le visitan. Ha colocado casas y hombres y ruinas sobre su piel. Está Canea, está Festos, está Heraclión. Y cuando Creta se despereza, cuando este hermano mío sacude su sueño, un gran animal de tierra aparece en el Egeo meridional. Es Óscar que silenciosamente se agita en el océano. Sin el menor ruido, comienza a remover arena. Entonces las ciudades parecen tambalear­se. Vacila el monte Ida y pierde el equilibrio el monte Lassithi. Óscar va levantando su grupa en el aire y toda la isla se eleva sobre el mar. Lo que no ha podido hacer nunca –viajar en los espacios–, intenta mi hermano hacerlo ahora. Por eso dicen que a Creta se la ha visto andar por el mar Egeo y el mar Jónico. La única isla que no solamente puede nadar sino que puede andar, busca afanosamente su destino. Hay rumores de que mi hermano se acerca hasta Corfú o se vuelve hacia Rodas. Sabe que no puede llegar hasta Salónica porque el Egeo está lleno de piedras que son islas auténticas. Él es la isla humana, mitad animal‑mitad tierra, que se abre camino sobre el agua. Se oye un sordo movimiento en la noche cuando Grecia duerme. Creta cree que no le mira Grecia, pero Grecia posee ojos invisibles. Jamás deja escapar a un enemigo. Óscar no es enemigo ni amigo de Grecia: desea huir de su dominio. Creta ama la libertad. Redes de agua procuran apresarla. El agua es resplandor transparente: Óscar sabe que son Jónico y Egeo en el instante en que se entienden. Egeo y Jónico murmuran sobre Creta. Es el susurro que rodea las islas, ese viento marino que oyen los campesinos: los griegos conocen el lenguaje del mar.

          Entonces Óscar escucha a las aguas, pero las aguas se le escapan. Se dice que él anda mientras las aguas fluyen. Se esconden por debajo de su cuerpo, le bañan, le emborrachan. Ebrio de mar, mi hermano es atrapado. Cae de bruces, le empapa el océano. A veces se le encuentra perdido, la senda de los siglos le rodea. Quiere hablar con la leyenda y con la historia. Sabe, sin embargo, que no podrá escapar. Griega es la sal de la que ha bebido y griega es su tierra que se extiende. Es más animal que nunca, menos humano. Con torpeza, sin ningún cuidado, Óscar intenta recordar. Sueña con vasos, con marfil. Aparta ese líquido de sueños y se esfuerza por soñar con Asia y con Egipto. Viene a él implacablemente la cerámica, la arcilla: la arcilla le conduce al Laberinto. Cuando se despierta se revuelve en sí mismo. No puede desatarse de su propia condición. Está rodeado de frescos. Las pinturas murales aparecen y desaparecen, le hacen guiños. Óscar sigue siendo isla, pero Creta es solamente Cnossos. El palacio de Cnossos se extiende hasta tocar el mar. Dibujos y jarros irán mansamente a flotar en el agua. La cultura de Creta expande el océano. Es lo que segrega mi hermano, aquello que se le escapa. Hundido en lo más hondo de sus ruinas, el palacio medita. Piensa cómo expulsar aún más al visitante para acercarle alejándole. El Laberinto recorre ahora la isla igual que una serpiente. Siembra enroscada la equivocación. Ha dejado caer ese hilo invisible, el que anuda el cuerpo de mi hermano. La gran astucia es no ser hilo de Ariadna que le salve, sino el que nunca le dejará huir. Óscar se ha reducido a Cnossos y Cnossos al Laberinto. El Laberinto, a su vez, se ha extendido. Ya nadie sabrá dónde está cómo y quién está dónde. El lenguaje jeroglífico va por dentro del hilo. Ese hilo se extiende formando el Laberinto. El Laberinto deja que el palacio busque en Óscar a Cnossos y se encuentre en Creta. Retorna Creta a Cnossos, le abre Óscar y entra en el palacio. Mi hermano está perplejo.

          El palacio comienza a moverse mientras mi hermano permanece quieto. Avanza un toro de oro cortado por un hacha que mete la cabeza en un anillo. Cae el anillo en un vaso, estalla en un friso y los caballos del friso galopan hasta un casco de bronce que atraviesa una espada de pintura mural. Un león de alabastro devora la pintura mural, y comienzan a desperazarse las ruinas.

          Así, de pronto, piso yo lentamente la piel de mi hermano».

José Julio Perlado: (del libro «Nosotros, los Darnius«) (relato inédito)

(Imágenes:-1.-Keith Harring.- Hamilton- Selway Fine Art-arnet/ 2. Keith Harring.-artnet/3.-Keith Harring.-1988.-Hamilton Selway- Fine Art-artnet)

LUIS DE PABLO : MÚSICA EN EL TIEMPO

piano.-88SW.-por David Claerbout.-Galleri K.-Oslo.-photographiue.-artnet

Hace ya más de treinta años que estuve charlando con el compositor español Luis de Pablo en su casa, en las afueras de Madrid,  y ahora, que en los próximos días va a recibir el Premio Tomás Luis de Victoria, me llegan aún los ecos de aquella grata conversación.

«Un creador – me dijo entonces Luis de Pablo – es una persona que ante todo aquello que contempla lo puede traducir fácilmente en su especialidad: sabiéndolo o sin saberlo, porque el ser humano va almacenando cosas, y un buen día, cosas por las que aparentemente has pasado sin percibir, salen; esto quiere decir que, en realidad, no hay casi experiencias desaprovechables, como no sean espantosamente negativas.

Creo que la naturaleza a mí me estimula más que la creación de otras cosas, lo cual no quiere decir que yo no disfrute con la creación de otros; por ejemplo, puedo citar concretamente obras que han venido directamente de experiencias naturales (…) Igualmente, para mí, una aportación ha sido las «pinturas negras» de Goya, y, como las conozco desde muy crío, porque están en el Prado, es fácil ir; eso es una cosa que me marcó, como me marcó mi primer descubrimiento de las primeras pinturas del periodo cubista, no solamente las de Picasso, sino las de Gris y de Braque; como una exposición itinerante de pintura americana en 1958. Tampoco olvidaré la primera vez que oí música de Bartok, cuando yo tendría 16 o 17 años; la primera audición de la escuela de Viena, o cuando me dediqué a frecuentar las músicas no europeas, como el increíble descubrimiento a los 16 años del último Falla, del «Retablo» «concreto». Estos grandes descubrimientos son definitivos en la formación de una persona y te marcan de por vida».

música.-98960.-foto por Robert Doisneau- 1957.-Staley Wise Gallery

Estábamos sentados, recuerdo – era mayo de 1977 – en la casa de Luis de Pablo probando los dos, mientras charlábamos, varias clases de té. Conversábamos sobre la relación entre el tiempo y la música, la relación entre el tiempo y la vida.

«Éste es un tema muy fascinante – me dijo el compositor – porque va a depender del concepto que del tiempo se tenga, para que la música sea de una u otra manera. El tiempo en Occidente siempre intenta ser causal; al ser causal se produce un fenómeno muy curioso: estamos viviendo en un tiempo que es habitable racionalmente, puesto que lo que está sucediendo ahora es un momento conocible, por lo que se había oído antes: basta con que el material a modificar sea claro al principio; después no hay problema ninguno: estamos en terreno conocido.

A partir de cierto punto de la música de Occidente este concepto hace crisis: vivimos en un mundo situado en el universo de lo impredecible. Esto ya empieza en Debussy; por eso fue tan atacado, diciendo que esa música no nos llevaba a ninguna parte y que no estaba construida. Ha sido la generación posterior la que ha aceptado el terrible hecho de preguntarse: «¿es posible una forma de tiempo irrepetible?»; es decir, una forma en un tiempo que no transcurre como un ciclo cerrado, sino como un agua que se derrama sobre una superficie lisa. Entonces descubrimos que hay gran cantidad de músicas, no occidentales, que han partido de que la música es un entorno sonoro, que dura lo que tiene que durar, dura una noche entera a lo mejor, o dos horas, un minuto o unos segundos; y que, en el fondo, esa música está hecha para que uno se pierda en su tiempo (y que no es un tiempo que se posee, sino que es el tiempo el que le posee a uno)».

música.-772266.-por Arman.-2004.-Le Vilolon Bleu.-Sidi Bou Said.-Tunez.-Vorderer Orient.-artnet

«Es un pedazo de tu vida – siguió diciéndome Luis de Pablo – al que rodeas de un acontecimiento sonoro: esto es clarísimo en las músicas rituales tibetanas, por ejemplo, o en ciertas músicas ambientales africanas, en las que la música es estrictamente una improvisación muy medida, porque todo el mundo conoce la base de aquello, y que dura lo que la gente quiere que dure. No hay un canon establecido, entonces, en ese momento; el tiempo transcurre de otra forma, no para medirlo o dominarlo, sino para dialogar con él; con esto llegamos a un punto muy similar en Occidente. Son fenómenos que se producen por las distintas maneras de habitar el tiempo; ya hay atisbos de ello en Parsifal; allí hay momentos de un total estatismo de la música; ¿de dónde sacó esto Wagner? Me inclino a pensar que lo intuyó de la extraña idea de hacer al mismo tiempo una música profana y sagrada, una música que pudiera producir en el oyente una sensación de eternidad». («Diálogos con la cultura«.-páginas 181-194)

Y así seguimos charlando Luis De Pablo y yo, música y tiempo sobre el té de aquella tarde, música y  té en aquel mayo de 1977.

 Han pasado ya más de treinta años.

(Imágenes:-1.-«The Piano Player» (Movie Still 1).- 2002 -por David Claerbout.–Galleri K. -artnet/2.- Robert Doisneau.- Staley Wisse Gallery-/3.-«Embedded Red Violins» (Empreintes Rouges).-2004.-por Arman.–Le Violon Bleu.-Sidi Bou Said.-Tunez.-artnet)

QUÉ SON LOS BLOGS

figuras.-7654guop.-por John Grillo.-1965.-Katharina Rich Perlow Gallery.-New York,.- Vordrerer Orient.-artnet

A veces en un blog no es necesario más que copiar aquello aleccionador e interesante de otro blog. En este caso eCuaderno:

Para redefinir los blogs José Luis Orihuela plantea el siguiente decálogo:

«1. Los blogs no son un género, son un medio
Al igual que los libros, las revistas o los discos no son, respectivamente, novela negra, cómic o balada; los blogs no son autobiografía ni periodismo. En todos los casos se trata de medios que, como tales, pueden utilizarse para cualquier propósito comunicativo o artístico. El medio no define el género, sino el lenguaje y los formatos de información (texto, imagen, audio, vídeo) que pueden utilizarse.

2. Los blogs no son medios de masas, son medios sociales
Salvo un puñado de casos excepcionales, los blogs son medios de escala comunitaria o social. En consecuencia, su influencia y repercusión no pueden ser analizadas con los mismos parámetros que se utilizan para valorar los medios de masas. La proyección de un blog no tiene que ver directamente con su tráfico, sino más bien con su posición dentro de la red. La capacidad de influencia de los blogs está mediatizada por la blogosfera en la que se inscribe y que opera como caja de resonancia de las noticias y opiniones publicadas en los sitios más modestos.

3. Los blogs no son espacios privados, son comunicación pública

“En mi blog yo hago lo que quiero” es una de las dos tonterías más extendidas de la blogosfera. El blog es un medio público y lo que no se puede hacer en público está regulado por la ley. “Escribo sólo para mí”, es la otra. Si uno hace escritura en un medio público, entonces escribe para ser leído por otros, de lo contrario escribe en una libreta y la esconde. Los lectores merecen que se les trate con respeto, que no se les mienta, que no se les oculten los conflictos de interés del autor o incluso, en ocasiones, su identidad.

4. Los blogs no van a acabar con ningún medio, pero les están haciendo cambiar
Como viene ocurriendo regularmente en la historia de las tecnologías de la información, la aparición de cada nuevo medio genera un discurso apocalíptico desde los medios anteriores que temen ser sustituidos. Lo cierto es que lo que esa historia demuestra es que las relaciones entre viejos y nuevos medios se rigen por una dinámica de acumulación y complementariedad pero no de sustitución. Los blogs no van a acabar con ningún medio, pero están haciendo cambiar a muchos.

5. Los blogs no son periodismo por ser blogs (cuando lo son, es por otra cosa)
La relación que hay entre blogs y periodismo es análoga a la que puede plantearse entre una máquina de escribir y la literatura. Las herramientas que utilizamos para escribir no definen el género de una obra. En este sentido, los blogs son una herramienta (un gestor de contenidos) que puede utilizarse para múltiples propósitos. La identidad periodística no deriva del acceso a herramientas de gestión y publicación de contenidos.

SLAVIN.-2

 

6. Los blogs no tienen editores, son medios autogestionados por sus autores
El viejo paradigma de la comunicación pública en la era analógica “primero se filtra, luego se publica” queda subvertido en la era digital, en la que “primero se publica, luego se filtra”. Los medios sociales permiten ejercer una forma de comunicación pública en la que desaparece la figura de los editores y el control previo de los contenidos, y en la que los usuarios asumen el rol de un filtro social distribuido y los buscadores se convierten en los nuevos intermediarios de la información. Un blog es un medio que no tiene editores y cuyo funcionamiento es asumido directamente por su autor.

7. Los blogs no son complicados, pero mantenerlos exige dedicación
La facilidad de poner en marcha un blog contrasta con la dificultad que supone la escritura y publicación regular de contenidos de calidad. Aunque inicialmente los blogs son fáciles, son rápidos y son gratis, lo cierto es que perseverar en la blogosfera requiere un esfuerzo continuado y a veces incluso genera gastos (dominio propio, hosting). Mantener un blog tiene que resultar divertido para el autor, tiene que reflejar su pasión por algo, pero sin duda representa un esfuerzo y exige tiempo.

8. Los blogs no son sólo un formato, también son una cultura
Un blog no sólo se define por sus elementos estructurales (entradas individuales, cronología inversa, archivos, categorías, comentarios), ni tampoco exclusivamente por el uso de un gestor de contenidos (Blogger, TypePad, WordPress), sino que supone también compartir y extender la cultura y el estilo del medio. La blogosfera no sólo es el espacio virtual de los blogs en la red, es también la cultura que el medio ha ido construyendo a lo largo de su historia.

9. Los blogs no son un monólogo, son una conversación
Aunque los comentarios que los lectores pueden formular ante cada entrada de un blog son la forma más evidente de conversación, lo cierto es que la metáfora de la conversación aplicada a la blogosfera se extiende más allá de esa práctica, muy especialmente mediante los enlaces externos y los trackbacks. Las referencias cruzadas construidas mediante enlaces constituyen uno de los ejes articuladores de la blogosfera y de la cultura de los blogs.

10. Los blogs son personales
Un blog es la voz particular de alguien. Un blog es el estilo de su autor, sus puntos de vista, sus preferencias, sus manías y sus gustos. Un blog es la proyección de una persona en la red, es una identidad que se va construyendo y expresando con retazos (enlaces, textos, vídeos, imágenes). Los blogs son personas que nos proponen una conversación».

Referencia:
Orihuela, José Luis, “Qué son los blogs y cómo dejar de confundirlos con otra cosa”, en Cambronero, Antonio (Ed.), BlogGuest II, 8 años, Bubok, enero de 2009, pp. 9-11.

Fuente:
http://www.ecuaderno.com/2009/09/15/que-son-los-blogs-y-como-dejar-de-confundirlos-con-otra-cosa/

figuras.-09nhy4.-por Dora Frost.-2006-2009.-artnet

Poco más hay que decir. Siempre son bienvenidos todos los avances en el conocimiento.

(Imágenes:-1.-John Grillo.-1965.-Katharina Rich Perlow Gallery.-New York.-artnet/ 2.- Sun & Shade.- por Arlene Slavin.-1972.-artnet/3.-«Proust Series» .-por Dora Frost.-2006-2009.-artnet)

DOS AÑOS DE «MI SIGLO»

azul-ciervos.-1.-por Christine Nguyen.-2007.-AndrewShire Gallery.-Los Angeles.-USA.-artnet

Sumando los caminos de Blogger y de WordPress Mi Siglo ha llegado a las 97.000 visitas. Cumple hoy Mi Siglo dos años de andadura. Mis agradecimientos se multiplican. Irán, Macedonia, Turquía, Marruecos, Australia, Corea, Eslovenia, Vietnam, India, Canadá, Serbia, Croacia, Japón, China, Rusia, Pakistan, Armenia, sin contar los países sudamericanos, Estados Unidos o Europa se han asomado a los más de 5oo post que he ido escribiendo y su lectura se ha mezclado con tantos nombres desconocidos y conocidos que Internet me ha ido trayendo: Ángel, Antonio, Daniel, varias Carmen, Mercè, Maty, Nicole, Solange, Alejandro, Juan Pedro desde «Una temporada en el infierno«, Shant Baghramian y Vane Galstian desde «Papier de Liberté«, Faycal desde «»Shgaga«, Juan José desde «Scriptor.org«, Avelina, Alena, Dolors, Gasolinero, Fernando, Enrique, Noelia, Georgia, Angie, Nelson…, la lista sería muy larga, nombres que llegan desde el fondo de la noche o del día, en los momentos más impensados, cuando Mi Siglo intenta convocar a esos «compañeros eternos«, que así los llamaba el ruso Merejkovsky al comentar  varias obras y autores o cuando un gran intelectual francés como Charles Du Bos recordó que «de todo gran arte como de toda gran filosofía, lo intemporal es el empíreo, ese cielo de los fijos adonde cumplida, la obra llega para no descender jamás«.

A esos «compañeros eternos» de la pintura y de la música, de las letras, el cine, el arte o la comunicación he intentado dirigirme, a ese «cielo de los fijos» he procurado mirar para aprender algo.

Al cabo de dos años, mi agradecimiento a todos desde Mi Siglo.

(Imagen:-«Emergence of the Kelp Deers».-2007.-Christine Nguyen.-AndrewShire Gallery.-atnet)

VERANO 2009 (2) : OCTAVIO PAZ

mar.-foto por Corey Arnold.-Charles A. Hartman Fine Art.-photogafie.-artnet

MAR   POR  LA    TARDE

«Altos muros del agua, torres altas,

aguas de pronto negras contra nada,

impenetrables, verdes, grises aguas,

aguas de pronto blancas, deslumbradas.

 

Aguas como el principio de las aguas,

como el principio mismo antes del agua,

las aguas inundadas por el agua,

aniquilando lo que finge el agua.

 

El resonante tigre de las aguas,

las uñas resonantes de cien tigres,

las cien manos del agua, los cien tigres

con una sola mano contra nada.

 

Desnudo mar, sediento mar de mares,

hondo de estrellas si de espumas alto,

prófugo blanco de prisión marina

que en estelares límites revienta,

 

¿qué memorias, deseos prisioneros,

encienden en tu piel sus verdes llamas?

En ti te precipitas, te levantas

contra ti y de ti mismo nunca escapas.

 

Tiempo que se congela o se despeña,

tiempo que es mar y mar que es lunar témpano,

madre furiosa, inmensa res hendida

y tienpo que se come las entrañas».

Octavio Paz: «Calamidades y milagros» de «Libertad bajo palabra» (1935-1957)

(Imagen: «Gulf  Crossing».-2007.- foto de Corey Arnold.-Charles A. Hartman Fine Art .-artnet)

ANTE EL TELEVISOR

television.-wwwTT.-por Arnold Mesches.-1971.-Robert Berman Galery.-artnet

«Entonces, prácticamente a la misma hora en que usted detenía un momento su tiempo, otro tiempo luminoso aparecía palpitante en el gran reloj exacto de la Redacción de Televisión, y las mesas y las pantallas, las teclas y las conexiones de ordenadores y televisores punteaban aquel tiempo en segundos de imágenes y una presentadora rubia recitaba ahora ensayando arriba y abajo pasillo adelante con las eses silbantes de los textos que le iban entregando ya acabados, modulando bien el acento para catástrofes y reuniones políticas, trayendo y llevando con sus dientes, su lengua y su saliva, en la caja de sus mandíbulas, las muertes y las vidas filmadas durante el día y a punto de servírselas a usted como cena mientras ella seguía con su jersey azul y sus negros pantalones vaqueros pasillo adelante, aún no había bajado a peluquería ni a maquillaje ni tampoco había elegido todavía su traje de chaqueta color malva, y leía y leía ahora y recitaba y memorizaba cuanto podía aquellas cumbres de noticias económicas, el énfasis que debía de poner al anunciar tragedias, la bajada de párpados y sobre todo de tonos y de timbres al condolerse en dramas personales, las pausas cuidadosas al descender por las escalinatas de las Bolsas, la sonrisa sugestiva y radiante al celebrar victorias deportivas, el tiempo, el tiempo siempre, el tic-tac, el tic-tac luminoso del segundero implacable en los informativos de Televisión que iba segando, afilando, afinando, dejando transparentes y delgadísimas láminas de vídeos, voces en off, conexiones, crónicas, reportajes, gestos simbólicos, muecas instantáneas captadas en primer plano del tiempo, tic-tac, el tic-tac luminoso, el paso arriba y abajo de la presentadora rubia, Aquí le cortaremos al ministro, Tienes siete segundos más para este gol, esa imagen desaparecerá instantáneamente, mientras usted va despegándose poco a poco del tiempo y la peluquera y la maquilladora sientan ahora ante el espejo a esta presentadora rubia de eses silbantes que extiende ya la mano para el último cuidado de uñas, que cierra los párpados con la cabeza relajada hacia atrás bajo los focos para que pase la sombra de ojos sobre el tiempo de su cara y de su cutis, tic-tac, el tic-tac escondido de su pulso mientras se deja maquillar, peinar, suavizar la imagen, y se viste luego su traje malva de chaqueta cruzada con grandes solapas y se sienta ya recta e imperturbable en la silla, ante la mesa, ante las cámaras, con su eterna sonrisa…Cinco, cuatro, tres, dos, uno,cero, ¡YA!».

José Julio Perlado: del libro «Vida contemporánea» (relato inédito)

(Imagen:- Arnold Mesches.-1971.-Robert Berman Gallery.-artnet)

FASCINACIÓN DE LAS MANOS

orador.-1.-por Leon Golub.-1965.-artnet

Las manos que han depositado nuestro voto, otras manos que se agitaron en los estadios, en los mítines, en las concentraciones, todas esas manos han vuelto a refugiarse en los bolsillos, han caminado paralelas al costado, apéndices de nuestro brazo, pendientes luego de la comida, de los cubiertos, de los saludos ocasionales, de girar en redondo el volante del automóvil, dormidas más tarde sobre la colcha nocturna, desmadejadas, abandonadas tras tanta agitación.

Luego estas manos mías han abierto las páginas del  «Elogio de la mano«, escritas por Henri Focillon en 1934 y recordadas ahora por la Biblioteca de la Universidad de Québec, y allí mis ojos han pasado sobre el lenguaje de las manos, sobre su fascinación y su significado. «En la vida activa de la mano – comenta el gran historiador del arte francés -, ésta es susceptible de enternecerse o de endurecerse, lo mismo que es capaz de moldearse sobre el objeto. Tal trabajo ha dejado señales en el hueco de las manos, y allí se puede leer, si no los símbolos lineales de las cosas pasadas y futuras, al menos la huella y cómo las las memorias de nuestra vida pueden pertenecer a una herencia lejana».manos.-654.-por Christopher Garret.-2005.-Baronian_Francey.-Bruselas.-artnet

Manos en Rembrandt, en Gauguin, en Degas, en Hokousaï, evoca Focillon. «Dadme un centímetro cuadrado de un cuadro – dijo Gustave Moreau siguiendo el trazo de una mano – y yo os diré si es un pintor«. Mano con la que se pintan otras manos. «Elocuencia de las manos siempre extraordinaria – sigue diciendo Focillon -. Es con ellas como fue modelado el lenguaje. Para los usos corrientes de la vida, los gestos de la mano le dan impulso, contribuyen a articular y a separar sus elementos, a aislarlos de un vasto sincretismo sonoro y a rimar e incluso a colorear las sutiles inflexiones. De esta mímica de la palabra, de los intercambios entre la voz y las manos nos queda alguna cosa de aquello que los antiguos llamaban arte oratoria». manos.-99FF.-por James Coignard.-1999.-Skot Foreman Fine Art.-New York.-artnet

Manos que aman, manos que cruzan a la infancia de calle en calle, manos que rezan, manos crispadas, dedos enlazados, valores táctiles palpando el mundo, manos del grabador, del orfebre, manos que doblan todo lo desdoblado y  desordenado de la vida, poderes mágicos de la mano pintando el lienzo, haciendo bajar desde el cerebro sangre de escritura. «Manos capaces de imitar con su sombra en el muro, a la luz de una candela, la silueta y el comportamiento de las bestias -prosigue Focillon– , son bien hermosas cuando no imitan nada. A veces, mientras el espíritu trabaja, abandonadas a su libertad, se agitan débilmente. Con un impulso mueven el aire y o bien alargan sus tendones y hacen crujir sus junturas o bien se cierran en un bloque compacto, como una roca de huesos«.

Lenguaje de las manos al que los ojos hablan con su lenguaje.manos.-por Janine Antoni.-offoffoff art review speaking with hands photographs

(Imágenes:1.-«The orator».-1965.-Leon Golub.-artnet/ 2.-Christopher Garret.-2005.-Rivington Arms/ 3.-«Ta Main».-1999.-James Coignard.-Skot Foreman Fine Art.-New  York.-artnet/ 4.-Janine Antoni.-flikr)

JUNIO

rosa.-1

«Nunca segundas partes fueron, Rosa.

Y sin embargo Rosa, lo que pasa

es que no hay segundas ni primeras.

Pregunta al corazón. Di que te dice.

¿No es acaso la sangre y el latido

la medida del tiempo? El Tiempo, Rosa,

que tú ignoras, tan bella, que te sigue,

como un perro tenaz, que sólo espanta

tu aroma difundido. Y es bastante».

José Antonio Muñoz Rojas: «Cantos a Rosa««

escribir.-55SS.-por Richard Prince.-1986.-Artificial Gallery.-London.-artnet

«Tu oficio poeta es contemplar,

que todo se te escriba dentro; luego

quizá leer allí mismo, quizás decir a los otros

lo que allí mismo, escrito, tú lees».

José Antonio Muñoz Rojas: «Oscuridad adentro»

(Imagen: Richard Prince.-Artificial Gallery.-London.-artnet)

¿EL BLOG HERRAMIENTA EDUCATIVA ?

 

cielo.-WW44.-por Noeeta Madahar.-2007.-Howad Yezerski Gallery.-artnet

Es indudable que los blogs están siempre vivos y sus movimientos y proyecciones interesan. Hace poco, en Evento Blog España, José Luis Antúnez lanzó a varios profesores e investigadores de distintas universidades esta pregunta:: ¿cuáles pueden ser las principales aportaciones de un blog como herramienta de uso educativo?

Por su indudable aportación extraigo – y copio-  aquí alguna de las respuestas: 

   Juan José García-Noblejas, de Scriptor.org contestó así a la pregunta:

 «Las principales aportaciones educativas del blog me parece que tienen que ver con una mayor trasparencia intelectual y lingüística de los docentes ante los discentes y los colegas. Un blog de asuntos algo más amplios que el programa de una materia es muy ilustrativo del alcance y validez de lo que se enseña en el aula. Los inconvenientes vienen asociados con las exigencias de brevedad, que si bien facilitan la transmisión de información, dificultan la comunicación al tratar asuntos complejos e interdisciplinares de modo adecuado.
No dudo que los profesores con blog tienden a ser más comprendidos, admirados y apreciados, en lo que dicen sobre lo que saben, y en cuanto personas dignas de ser preguntadas al respecto».

 Antonio Fumero, de Antoine’s blog , señaló por su parte: 

« Aun no han sido explotadas, pero puede ser, entendido en sentido amplio, una herramienta para integrar una narrativa digital desconocida en nuestro sistema educativo. Se pueden apalancar algunas de sus características instrumentales para vencer ciertas barreras en la utilización de herramientas web. Ahora mismo se me ocurre que su principal virtud puede ser que es una expresión instrumental de la continuidad de la experiencia educativa y vital… Un blog es una expresión digital de tu identidad, que se puede manifestar en diferentes ámbitos de tu vida: la escuela, la Universidad, el trabajo, etc.».

azul..-por Brice Marden.-1976.-foto Brice Marden.-Artiist Rights Society.-New York.- The New York Times

A su vez, refiriéndose a algunos aspectos de la Red, Tístar Lara, de Tiscar. com, Vicedecana de Cultura Digital en EOI Escuela de Negocios y profesora de Periodismo en la Universidad Carlos III de Madrid comentó lo siguiente:

«Me interesa mucho analizar la Red como ecosistema, como un espacio a cuidar y proteger, donde no sólo recoger conocimiento sino también adonde volver para compartir lo producido a partir de ello. En mis clases solemos enfocar el trabajo de producción en un entorno 2.0 bajo la secuencia Reutilizar-Reconstruir-Devolver: primero empezamos por buscar, descubrir y encontrar información, materiales, etc. que sea de nuestro interés (viendo cuestiones como privacidad, propiedad intelectual, etc.); después los remezclamos aportando nuestro propio trabajo; y finalmente los devolvemos a la Red, compartiéndolos en aquellos espacios que tan bien nos sirvieron en un principio para avanzar (tratando temas como la identidad, el concepto de autoría, etc.)».

Indudablemente el blog y la Red suscitan siempre temas interesantes.

(Imágenes:- 1- Cosmose Blue Vl.- 2007.- por Neeta Madahar.-Howard Yezerski Gallery.-arnet/ 2- Brice Marden.-1976.-Artist Rights Society.-The New York Times)

LA CASA ENCENDIDA

pajaro-1984-por-louis-le-brocquy-artnet«Creo que hay en mi obra – decía Luis Rosales en 1977 – tres libros que tienen una relación muy estrecha: «El contenido del corazón», La casa encendida» y, hoy día, mi último libro, aún inédito, del cual voy a publicar una amplia antología que va a salir en estas semanas y que se llama «Diario de una resurrección«. Creo que estos tres libros – desde el punto de vista del contenido y desde el punto de vista del estilo – representan una de las alas importantes de mi poesía, los tres están interrelacionados y en los tres hay un dificilísimo camino hacia la búsqueda de la sencillez.

El primero, «El contenido del corazón» ,es, de un lado, el más claro, el más compendiado, el más exigente y, yo diría, una síntesis de «La casa encendida«, una cristalización de los temas que después se desarrollarán en «La casa encendida». «La casa encendida» tiene la ventaja, primero, de que está escrita después; segundo, que es un poema unitario, un poema de una sola dimensión; y también, de que es un poema con más misterio, desde el punto de vista expresivo tiene más influencia surrealista. Creo que éstas son las connotaciones que separarían a un libro como «La casa encendida» de un libro como «El contenido del corazón«.paisaje-44ee8-por-james-p-graham-maddox-arts-london-artnet

Era febrero, en su casa de Madrid. Estábamos sentados hablando de poemas y entonces Luis Rosales me dijo:

«Entonces, ¿la poesía qué es? La poesía es una remodelación, una recreación de tu propia vida, en la cual esa remodelación diría yo que es constituyente, y en la cual tú puedes ver y percibir lo que esa experiencia fue verdaderamente. Yo diría que la poesía es el proceso de cristalización de una experiencia vital; eso es lo que ha sido para mí la poesía, y no otra cosa. Cuando ese proceso de cristalización está sometido a una auténtica ley es cuando, además, es unitaria. Estas son las dos cosas que me han interesado: desde el punto de vista de su expresión, conseguir la unidad orgánica; desde el punto de vista vital, conseguir que la poesía fuera la cristalización de esos momentos, a veces radiantes, que ha tenido la vida. Y al decir radiantes, en modo alguno digo alegres; creo que los momentos verdaderamente profundos del vivir nos los ha dado en muchísimas ocasiones el dolor; el dolor es el elemento más obrador y constituyente de nuestra propia vida, y muchos de esos momentos radiantes que después han pasado a la poesía, han pasado a través del dolor. En definitiva, lo que decía Antonio Machado: «Se canta lo que se pierde…». Y en un intento de rescatarlo, claro».

Era febrero. En su casa de Madrid.

Diálogos con la cultura«, págs 151 y 153)

(Envío este post y lo dedico muy afectuosamente a mi amigo Juan Pedro Quiñonero, gran periodista y escritor, en el día en que dedica en su excelente blog, «Una temporada en el infierno» su recuerdo en el tiempo a Luis Rosales)

(Imágenes:1.-Louis Le Brocquy, 1984.-arnet/2.-James P. Graham, 2005.-Maddox Arts.-London.-arnet)

DESHOJAR CIUDADES

ciudades-56tj-por-caio-locke-2008-exhibit-x-london-artnet«No me gustaría vivir en Norteamérica pero a veces sí.

No me gustaría vivir al aire libre pero a veces sí.

Me gustaría vivir en el quinto distrito pero a veces no

No me gustaría vivir en un torreón pero a veces sí

No me gustaría vivir con apremios monetarios pero a veces sí

Me gustaría vivir en Francia pero a veces no

Me gustaría vivir en el Ártico pero no demasiado tiempo

ciudades-bbbm-foto-william-furmiss-2005-10-chancery-lane-gallery-jatie-de-tilly-contemporary-artist-hong-kong

No me gustaría vivir en una aldehuela pero a veces sí

No me gustaría vivir en Isudún pero a veces sí

No me gustaría vivir en un junco pero a veces sí

No me gustaría vivir en una ciudad fortificada pero a veces sí

Me hubiera gustado ir a la Luna pero es un poco tarde

No me gustaría vivir en un monasterio pero a veces sí.ciudades-742ss-por-david-choe-2008-lazarides-london-artnet

No me gustaría vivir en el Hotel Negresco pero a veces sí

No me gustaría vivir en Oriente pero a veces sí

Me gusta vivir en París pero a veces no

No me gustaría vivir en Québec pero a veces sí

No me gustaría vivir en un arrecife pero a veces sí

No me gustaría vivir en un submarino pero a veces sí

No me gustaría vivir en una torre pero a veces sí

No me gustaría vivir con Ursula Andress, pero a veces sí

Me gustaría vivir para llegar a viejo pero a veces no

(…)

Me gustaría vivir en Xanadú, pero no para siempre

No me gustaría vivir en el departamento de Yonne pero a veces sí

No me gustaría que viviéramos todos en Zanzíbar pero a veces sí »

Así va hilando  e hilvanando el francés Georges Perec en su texto titulado  «De cuán difícil es imaginar una ciudad ideal» («Pensar/clasificar«) (Gedisa) las razones y sinrazones de su elección, pétalos arrancados al humor, el no y el sí de la predilección por las ciudades, los paisajes, las naciones. De Perec he hablado varias veces en Mi Siglo, sobre todo de las especies de espacios por los que a él gustaba atravesar, fuera en el interior de las casas, de los cuadros o, como sucede aquí, de los lugares y de las ciudades. Cada uno puede ir deshojando lo que desearía en sueños y lo que luego escogería al despertar. Siempre hay  un sí pero no al elegir y un no pero sí al decidir finalmente. Cuán difícil es imaginar en la vida una elección completa y total.

(Imágenes:-1- «Metropolis»,  por Caio Locke, 2008.-Exhibit X– London.-artnet/ 2.-«Hong Kong Harbour Contac», foto: William Furmiss, 2005.-Chancery Lane Gallery – Katie de Tilly Contemporary Artist.-Hong Kong- artnet/ 2.»Dark Hair», 2008,  por David Choe.-Lazarides.-London.-artnet)

¿ QUÉ LEEN LAS LECTORAS DE HOPPER ?

hopper-60-two-on-the-aisle-1927-museum-syndicate

Varias veces me he referido a Edward Hopper en Mi Siglo. Ahora, en un muy interesante blog,  El Documentalista Enredado, María Elena Mateo se fija en esas lectoras de Hopper a las que yo acudo también atraído por sus historias. Sin duda no puedo ver bien lo que está leyendo en ese programa de mano Hettie Lunt, esta mujer a la que acabo de ponerle un nombre y que, sentada en este  palco, en 1927,  aguarda a que se llene el teatro. No atiende demasiado a cuantos movimientos está haciendo la pareja del patio de butacas, colocando ella el abrigo en el respaldo mientras el hombre espera. Hettie, mientras tanto, hojea el programa de  lo que verá esta noche. Se ha vestido con este traje de tirantes e intuimos por su curiosidad que siempre le apasionó la escena.hopper-58-the-barber-shop-1931-museum-syndicate

Tres años después, en 1931, en este establecimiento de las afueras de Kansas que yo también me he inventado, Michael Palmer se ocupa de su trabajo y Amy, sentada, repasa un folleto que recoge la historia de la comarca.  Ella siempre se sienta en esta mesa al pie de la escalera dejando que el blanco sol de Hopper ilumine la pared. La sombra se desliza en la chaqueta de su marido y marca un rectángulo bajo la mesa, el blanco destaca en el cuello del vestido de Amy y el blanco también abre  las páginas ante las que ella está absorta.hopper-59-hotel-room-1931-museum-syindicate También en ese año de 1931 Edward Hopper entra de pronto en esta habitación de hotel, observa las maletas aún sin deshacer, y pinta muy despacio cómo se inclina la espalda de Joanne Davis que consulta la guía de la ciudad, esa guía con la que ella cree huir de la soledad que la acompaña.  Esta mujer a la que yo también acabo de darle un nombre, Joanne Davis, ha colocado su sombrero sobre el mueble, se ha desprendido de sus zapatos, abandonó en el sillón parte del vestido y lee, lee como leen siempre muchas de las mujeres de Hopper, el pintor que las mira siempre leer.hopper-57-compartment-c-car-1938-museum-syindicate

Si unos años después, en 1938, tomamos el tren y abrimos de golpe la puerta de este compartimento, ya se nos habrá adelantado como siempre Hopper para pintar, pero a Hopper también se le ha adelantado esta lectora solitaria del sombrero, a la que podemos llamar perfectamente  Zena Tracy. El tren pasa sobre la pintura, al otro lado de la ventanilla el río y el puente parecen inmóviles, pero lo que realmente quisiéramos saber es lo que lee esta mujer solitaria, la mujer de la leve sonrisa en los labios que se deja pintar mientras lee,  que aparenta leer mientras se deja pintar.hopper-54-hotel-lobby-1943-indianapolis-museum-of-art1 Las historias prosiguen. Se lee en los trenes, en los teatros, en los vestíbulos de los despachos, esperando la cita concertada.hopper-55-hotel-by-the-railroad-1952-museum-syndicate1

Se lee aprovechando el tiempo, mientras el marido fuma ante la ventana abierta y el sol de Hopper hace amarilla la tarde, la cortina, el resplandor difuminado del espejo, el calor que se adivina en el ambiente.hopper-56-interior-1925-art-insitute-of-chicago

Se lee ante otro espejo, el libro sobre las rodillas, una maleta -como en tantas ocasiones – en un rincón. Nunca se sabe si se va o se viene de esta habitación, si se va o se viene de la vida.hopper-61-chair-chair-1965 Se lee, siempre se lee. Hopper se detiene en la lectura y las lectoras del pintor viajan inmersas en los libros, absorta su atención y abierta su imaginación a otros mundos.

Alegra esta referencia a las lecturas, alegra esta referencia de la pintura mostrándonos lecturas.

¿Hoy encontraría Hopper a muchas mujeres leyendo, se detendría intrigado en esta imagen?

(Imágenes: 1.-«Twoo on the Aisle» (1927)/ 2.-«The Barber Shop» (1931)/ 3.-«Hotel Room» (1931)/ 4.-«Compartment C, Car 193» (1938)/ 5.-«Hotel Lobby» (1943)/ 6.-«Hotel by the Raillroad» (1952)/ 7.-«Interior» Model Reading (1925)/ 8.-«Chair Car» (1965).-musseumsyindicate.com)