«Mucho he leído ya; toda la tarde
a la ventana, con rumor de lluvia.
Del viento de allá fuera, no oí nada:
mi libro era muy denso.
Lo veía en las hojas, como en rostros
que se oscurecen de reminiscencia,
y en torno a mi leer se pasmó el tiempo.
Las páginas, de pronto, destellaron
y en vez del triste enredo de palabras
se lee «tarde», «tarde», en todas ellas.
No miro todavía fuera: estallan
las largas líneas, huyen las palabras
de sus hilos, escapan a capricho.
Ya lo sé: por encima de los plenos
jardines de esplendor, el cielo es ancho;
el sol, una vez más, habrá pasado.
Y ahora, todo es noche de verano.
Se espesa en pocos grupos lo esparcido:
por largas sendas va la gente oscura,
y extraño y lejos, como si importara
más, se escucha lo poco que aún ocurre.
Si levanto los ojos de mi libro
nada me será extraño, y todo grande.
Fuera está lo que estoy viviendo dentro,
y es todo ilimitado aquí y allá:
sólo con que me enrede más en todo,
si se amolda a las cosas mi mirada
y a la sencillez grave de las masas,
rebosa entonces sobre sí la tierra.
Parece que la abraza el cielo entero:
el lucero es, allá, la última casa».
Rainer Maria Rilke.– «El lector».-(traduccción de José María Valverde)
( Imágenes: 1.- Mark Taylor/ 2.-Alfred Tourrier/ 3.-Franz Kupka.-modern-nostalgic)









