VIAJES POR ESPAÑA (24) : LOS VIAJES DE LOS REYES


“Los reyes, en el siglo XV, se trasladaban de unos lugares a otros del reino para gobernar y hasta para consumir. Viajaban según lo exigía la necesidad. Sus cortes eran itinerantes. Esa tradición continuaba viva a comienzos del siglo XVl —así lo recordaba el historiador Gonzalo Anes—. Y quizá  por esa itinerancia, por ese carácter ambulante de la corte, no había verdaderos palacios reales, en el sentido que suele darse a la palabra “palacio” en los siglos XVl y XVll. El Alcázar de Segovia era una fortaleza. El Real Alcázar de Madrid también nació como una fortaleza y, a pesar de las reformas, nunca perdió el aspecto de fortaleza con que fue edificado, de fortaleza acondicionada para residencia del rey. El Alcázar de Toledo también era una fortaleza. San Lorenzo de El Escorial era y es un monasterio. Ya en el siglo XVll, se edificó el Palacio del Buen Retiro. Don  Emilio García Gómez lo calificó de palacio “hongo”, por haber surgido casi de repente, en el “humus” de la corte, cuando se fijó definitivamente en Madrid.

 

 

Esas residencias reales eran tan  pobres en su exterior como magníficas por dentro, gracias a su decoración. También lo eran los castillos o las casas que ocupaban el monarca y la corte en sus viajes. Caserones inhóspitos, que parecían inhabitables, se transformaban de repente en una magnífica residencia. En seguida, cuando iba a llegar la corte, se colgaban tapices, se extendían alfombras, se colocaban cuadros y se amueblaban con magníficas arcas, con escabeles y con bargueños. Todo era transportado en furgones que precedían a la corte en sus desplazamientos. Así, un castillo de paredes desnudas e inhóspitas podía convertirse en un espléndido palacio gracias a ese maravilloso decorado. Ocurría lo mismo con un pobre caserón si tenía que habitarlo el rey cuando viajaba.  Por ello, las residencias reales en los siglo XVl  y XVll venían a ser como la tienda del beduino. Es una idea que no está desarrollada pero que quizá tenga interés en estudiar por —tal vez— la vigencia de hábitos heredados del Islam. El hecho es que esa tendencia a decorar contribuyó sin duda a que se afirmase en los reyes el afán coleccionista.”

 

 

(Imágenes—1-Toledo- El Greco/ 2-el Retiro – Giuseppe Leonardo/ 3- el Retiro)

VIEJO MADRID (12) : CALLE DEL ARENAL

Cuando me detengo ante los libros callejeros en esta madrileña calle del Arenal viene desde el desmonte del tiempo el erial arenoso que por aquí se hallaba, al llegar al barranco de la Zarza – como cuenta Répide -, donde se formó luego la calle de este nombre, ya junto a la Puerta del Sol.:»Terraplenada la calle –dice el cronista – con tierra de los desmontes de los lugares donde se hicieron la calle de Jacometrezo y otras cercanas, todavía por la parte de los Caños, donde ahora es la plazuela de Isabel ll, quedó un desnivel tan enorme que venía a estar a la altura de la parte honda de la calle de la Escalinata«.

Por este arenal de siglos, antiguo barrio donde vivían los cristianos en tiempo de dominación árabe, he venido despacio, desde Escalinata, hasta este rincón de páginas al aire libre, a pasar hojas de autores que duermen a resguardo de inclemencias bajo este curioso tejadillo.

Pero cuando paso las hojas de la Historia me llega también desde otra vecina calle paralela la algarabía y vítores entre estandartes mientras entra en Madrid con toda pompa Carlos lll. Es una distracción de Historia, hojas que pasan, calles que van hablando. Todas las ciudades tienen esto, recibimientos y desplantes, desgracias y aplausos, soledad y gentío. Ahora es el ornato de balcones engalanados que pintara Lorenzo Quirós cuando el 13 de julio de 1760 entra el monarca entre festejos y panegíricos desde la Plazuela de las Descalzas, Plazuela de la Villa y Plaza Mayor hasta la explanada frente al Palacio del Buen Retiro.

Fueron dos semanas de festejos, quince días evocados con el ceremonial de rigor, dos millones doscientos mil reales gastados para celebrar la entrada. La ciudad recibía a quien luego sería llamado el mejor alcalde de Madrid. Templetes, hornacinas, tapices, cada calle quiso tener su arco. En el arco de Carretas se pusieron columnas, medallones con relieves, banderas plegadas. El día 15 se lidiaron y picaron a vara larga doce toros en la Plaza Mayor; cuatro caballeros, vestidos de librea en colores verde, azul, pajizo y rojo, seguidos cada uno de cien lacayos, rejonearon dieciocho toros más. Pero esto son estampas del XVlll, apenas una distracción, páginas pasadas, luminosas hojas volanderas. Yo no estoy esta mañana en aquel siglo ni tampoco en la vecina calle Mayor sino en la del Arenal y en el XXl, y mientras sigo avanzando músicas y personajes me llaman ahora desde la esquina con otros ritmos.

Me quedo escuchando a estos músicos ambulantes, a estas orquestas espontáneas, estas improvisadas melodías, acompañamiento vocacional, enamorado, -y  también pedigüeño – de nuestro tiempo.

(Imágenes:- 1.-librería de viejo en la calle del Arenal.-1o de abril de 2010.-foto JJP/ 2.-Lorenzo Quirós.-Ornatos de la calle Platerías (calle Mayor) con motivo de la entrada de Carlos lll en Madrid.-Museo de la Historia/3.-músicos en la calle del Arenal.-10 de abril de 2010.-foto JJP)

VIEJO MADRID (9): PALACIO DEL BUEN RETIRO

Retiro.-4.-17-8-2009Paseo por este Retiro madrileño de hoy, descendiente de aquel Buen Retiro de tantos espectáculos y acontecimientos. Avenidas desiertas bajo los árboles, soledad de paisajes que guardan aquí, cerca del Casón (que fuera pabellón de fiestas de aquel Palacio) el brillo de los maravedís que se gastaron, el sonido de las pompas, danzas, justas, reuniones literarias, comedias, banquetes y corridas de toros de aquellos carnavales de 1637. El 15 de febrero de aquel año – cuentan Jonathan Brown y J.H. ElliottUn Palacio para el Rey«) (Alianza) –Felipe lV (que había participado en un banquete en casa del banquero genovés Carlos Strata en su casa de la Carrera de San Jerónimo) acompañado por el Conde Duque de Olivares se encaminó al Retiro a a la luz de las antorchas. Quince cuadrillas de jinetes, vestidos de negro y plata, entraron en el coso a los acordes de la música; luego hizo su entrada el rey, también de negro y plata, y los jinetes se dividieron en dos grupos, uno encabezado por el rey y otro por Olivares. En este momento hicieron su aparición en el coso dos carros triunfales que arrastraban bueyes disfrazados de rinocerontes, situándose uno a cada lado del palco de la reina. Las diversiones prosiguieron durante tres horas y el coste de aquella fiesta ascendió a 70.000 ducados.

Retiro.-6.-17-8-2009

Luego paseo por la sombra y la luz de los recuerdos y entre las estatuas evoco aquellos fastos de luz artificial que en el Palacio del Buen Retiro hacían posible la representación nocturna de comedias. En mayo de 1633 – siguen contando los dos historiadores – el embajador Fulvio Testi fue invitado por el Conde Duque de Olivares a presenciar una comedia en el Retiro, «brillantemente iluminada con antorchas y lámparas de plata y con otras luces, todas de cera«. Le recibió el famoso portero de Olivares, Simón Rodríguez, quien le acompañó a un balcón de la estancia. Poco después llegaron el rey y la reina; sus majestades tomaron asiento bajo un baldaquino y las veinticuatro o veintiseis damas de honor se sentaron en dos grupos en el suelo. Cuatro enanos y bufones de cada sexo, ataviados a la antigua usanza de los reyes y reinas de Castilla, se sentaron a los pies de los tronos reales. Del lado de la reina, fuera del baldaquino y separada por un biombo dorado de las Indias, se sentaba la condesa de Olivares sobre cojines de terciopelo rojo, mientras que el Conde Duque, apoyado en la pared cerca de la puerta, tomaba asiento sobre un taburete del mismo color, tras una celosía dorada. El resto de las damas de la corte, «una multitud infinita«, acudió a ocupar sus sitios para descubrir que de ninguna manera había espacio para todas.

calle Alfonso Xll.-17-8-2009

Después salgo del Retiro, cruzo la calle de Alfonso Xll, abro el libro que llevo entre las manos: «España: tres milenios de Historia» (Antonio Domínguez Ortíz) (Marcial Pons). Leo: «Se comenzó el Retiro cuando su construcción sólo podía dar pábulo al chismorreo habitual; pero, al terminarse, ya las críticas eran más serias, porque en vísperas de los decisivos acontecimientos de 1640 el estado de la nación no permitía gastos superfluos. Los gastos ya triplicaban los ingresos ordinarios (…) Las Cortes, muy presionadas, votaban nuevos impuestos, pero como no era posible esperar a que produjeran los rendimientos esperados, se multiplicaban los arbitrios, los donativos supuestamente voluntarios, las ventas de vasallos, de cargos, de tierras baldías…Incluso se envió a la Casa de la Moneda para ser acuñada la mayor parte de la plata que existía en los reales palacios…»

Y así, leyendo y leyendo, me pierdo pensativo por el Madrid actual.

Palacio del Buen Retiro.-2.-atibuido a Jusepe Leonardo.-museo del prado

(Imágenes.-1-2-3-fotos JJP/ «El Palacio del Buen Retiro en 1636-1637».-atribuido a Jusepe Leonardo.-Museo del Prado)