VIAJES POR ESPAÑA (25) : TOLEDO

 

“Tú vienes a Toledo con prisa. En unas horas quieres sorber su jugo emotivo. Está bien; hallarás con creces donde beber a chorro;  pero no lo busques en el arte de los mudéjares toledanos, que exige gusto de reposo, abstracción de tiempo, ganas de soñar mirando y remirando cosas insustanciales, sutilezas, recovecos sin salida tal vez, cuyo misterio tan sólo atrae y cuyo desenlace descontamos por inútil. Permíteme aventurar un cotejo – así lo sigue contando Manuel Gómez Moreno  en su visita a Toledo -; ponte en el Museo del Greco, ante su apostolado; si eres sensible, se te irán entrando aquellos tipos extraordinarios de alucinados, de locos; tus nervios se irán poniendo de punta; si encerrado allí aguantases una temporada saldrías hablando solo, de remate.

 

 

Pásate ahora por el Tránsito vecino; mira a cualquier parte; unos follajes retorcidos, una celosía; si supieses hebreo, un letrero. ¿Sabes acaso lo que las escrituras monumentales semíticas encierran de misterio? ¿Gozáste alguna vez descifrando aquellas fugas de vocales o de consonantes que traían nuestras revistas y almanaques? Pues otro tanto y más de ingenio es preciso para leer árabe o hebreo en las inscripciones; hay que no tener prisa ni hacerse ilusiones sobre el éxito final; es problema de pasar el tiempo; si miras una celosía o te sobrepones al mareo de lo entrevesado, poco a poco irás descubriendo ordenaciones, simetrías, juegos de polígonos , coronas que bailan una melodía graciosa, constelaciones rítmicas… porque es eso, un remedo de cielo, con sus soles que son estrellas, sus planetas y satélites, que llevan nombres reservados para los estudiosos, y al cabo, si estás en buena postura, te quedarías dormido, soñando cosas plácidas, gustosas… Te decides por el Greco, ¿verdad? ¡Ya lo tenía previsto! La fantasía….”

 

 

(Imágenes- 1 y 3 – Toledo- el Greco / 2- Toledo- Oskar Kokoschka)

LAS PEQUEÑAS CIUDADES

 

 

“¿ Y en una pequeña ciudad? – escribe Unamuno enPor tierras de Portugal y de España “-. Su escenario social es muy reducido, sus gentes se aburren y cansan pronto de los papeles que representan y aparecen  por debajo los hombres con sus flaquezas; es decir, con lo que los hace hombres. Siento una gran afición a la vida provinciana, porque en ella es más fácil descubrir por debajo de una aparente calma la tragedia. Y tanto como aborrezco la comedia, amo la tragedia. Y, sobre todo, la tragicomedia.

(…) ¿Y los que dicen aburrirse en una pequeña ciudad? Es porque no han tocado sus fondos trágicos, la severidad augusta del hondón de su monotonía. Tengo por mí que en las grandes ciudades los orgullosos se convierten en vanidosos; es decir, las púas se les vuelven lana.

Y para el que ejerce una cierta acción pública que puede ser ejercida a distancia, para el escritor, para el artista, la pequeña ciudad ofrece la inapreciable ventaja de que vive lejos de su público y le es hacedero conseguir el que no lleguen a él, a no ser muy tamizados, los efectos que su obra produce. Puede vivir en una cierta independencia de su público, sin dejarse influir por él, que es la única manera de hacerse un público en vez de hacerse uno a él.

 

 

(…) De cuando en cuando no viene mal ir a la gran ciudad y echarse al mar de sus muchedumbres, pero es para volver a salir a tierra firme, a sentirse pisando el suelo. Por mi parte, como me interesan los hombres individuales, tú, Juan, que lees esto, y tú, Pedro, y tú, Ricardo, pero no me interesan apenas las masas que ellos forman cuando se juntan, me quedo en la pequeña ciudad viendo todos los días, a horas dadas, a los mismos hombres, con cuyas entrañas han chocado, y tal vez dolorosamente, alguna vez las mías, y huyo de las grandes metrópolis, donde me azotan el alma con azotes de hielo las miradas desdeñosas de los que ni me conocen ni les conozco yo a ellos. Gentes a las que no puedo nombrar… ¡ horror!”.

 

 

(Imágenes -1-Oskar Kokoschka– Toledo- 1925/ 2- Alexandre Benois– 1910/ 3-Pierre Dumont– Rouen)

KLIMT Y VIENA

Klimt-tttfb-Klimt y Viena-Gianfranco Lannuzzi- Carrières de Lumières. com

«Las pinturas de Klimt– así lo recordaban Janik y Toulmin en su «Viena de Wittgenstein« (Taurus) – eran creaciones altamente personales, y fueron muy admiradas tanto por sus colegas como por el público, mas no evocaban imitación alguna (…) El uso a gran escala que hizo Klimt del oro y la plata en sus obras contribuye a que nos parezcan iconos modernos, a lo cual contribuye también su estilización de la figura y su empleo de ornamentación no figurativa. El arte de Klimt pretendía reflejar la transformación de lo cotidiano por obra de la imaginación del artista».

Klimt-ruhh-Klimt y Viena- Gianfranco Lannuzzi - Carrieres de Lumière dos mil catorce

Ahora, Viena y Klimt se unen de nuevo y la exposición «Klimt y Viena: un siglo de oro y de colores» se presenta como un espectáculo multimedia, en el que se utilizan un centenar de proyectores para ofrecer obras de Klimt sobre las paredes de las Canteras de Les Beaux-de-Provence, en Francia. Todo un singular acontecimiento.

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«Los retratos de Klimt -añadían también en su libro Toulmin y Janik -acentúan siempre la naturaleza estática del sujeto, y el logro de Klimt descansa en su completo dominio de la técnica y en el sumo encanto de su imaginación, que «vendió» al público una forma de arte que no era ni mitológica, ni histórica, ni naturalista (…)»

Pero Viena no habla sólo de Klimt sino – entre muchos otros de Oskar Kokoschka, o de Otto Wagner, Josef Hoffmann, Joseph Maria Olbrich o Adolf Loos en la arquitectura, o de Johann Strauss, Gustav Mahler o Arnold Schöenberg en la música.

Robert Musil en «El hombre sin atributos» había cantado a la ciudad: «¡Ah, Viena, Ciudad de Ensueños! ¡ No hay lugar como Viena!», pero los autores de este libro sobre Viena y su época no dudaban en matizar que «en la

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imaginación popular el nombre de Viena, es sinónimo de valses de Strauss, cafés encantadores, pastelerías que hacen la boca agua y un cierto hedonismo despreocupado y omnicomprensivo. Pero tan pronto como rascamos siquiera levemente esta superficie, emerge un cuadro muy diferente. Pues todas aquellas cosas que han venido a componer el mito de Viena, la Ciudad de Ensueños, eran simultáneamente facetas de otra cara, más sombría, de la vida vienesa.»

(Imágenes.-1, 2 y 3.- obras de Klimt- Gianfranco Lannuzzi.-Carrières de Lumières 2014/ 4.-Klimt- olo-art-com)

SOBRE EL RETRATO

«Cuando hago el retrato de una persona – dijo Oskar  Kokoschka – no me importa el aspecto externo de una persona – los signos de su vida pública o sus orígenes sociales . Lo que sorprendía a la gente de mis retratos era que pretendía intuir, a partir del rostro, de sus diferentes expresiones y gestos, la verdad de aquella persona, y recrear en mi propio lenguaje pictórico, la sublimación de un ser humano  que persistía en mi memoria».

«Mi curiosidad – seguía diciendo Kokoschka -nunca ha ido dirigida a obtener de mis «víctimas» – como me gusta llamarlas – confesiones personales, ni a enterarme de cosas privadas o íntimas, sino a forjarme una imagen de ellas similar a la que se conserva en la memoria, una imagen recordada que uno lleva consigo, vívida y fresca, o como la que adquiere una persona cuando soñamos con ella. Todo esto me hubiera resultado imposible si hubiera tenido a mis nodelos inmóviles como ante una cámara fotográfica».

«La simple enumeración de los rasgos del rostro humano – terminaba Kokoschka al hablar sobre el retrato– : dos ojos, dos orejas, una nariz y una boca, puede bastar a aquellos que no quieran ver más allá. Pero los artistas de hoy en día, como vanguardia espiritual, tienen la misión de mostrar el camino a un público más numeroso que nunca».

Sobre el retrato de la reina Isabel a media tarde ya hablé en Mi Siglo. Hoy evoco únicamente la serie de imágenes que la National Portrait Gallery prepara sobre Isabel ll para conmemorar los sesenta años de su reinado.

(Imágenes:- 1.-La Reina Isabel.-por Chris Levine.-cortesía de Kevin P Burke.-National Portrait Gallery/2.-La Reina Isabel.-`por Justin Mortimer- 1988 –National Portrait Gallery/ 3.-La Reina Isabel.-por Lucian Freud.-2001.-National Portrait Gallery/ 4.-la Reina.- foto Jane Bown.- National Portrait Gallery)