LA EVASIÓN DEL ESPECTADOR

 

pintores..- Félix Vallotton..- en el teatro.- 1909.- coleccción particular.- DR

 

«Cuando baja el esplendor de la sala – dice Louis Jouvet – y las candilejas alumbran y entibian suavemente el telón, cuando los tres golpes que anuncian el comienzo de la pieza hacen cesar de pronto, apaciguándolas, las voces de los espectadores hasta el silencio, cuando todos los cuerpos parecen fundirse e igualarse en una masa humana monstruosa de la que no se ven más que los ojos y las orejas; cuando el telón se levanta lentamente, en el vacío que crea, los pensamientos, los sentimientos de los espectadores siguen su vuelo, huyen aspirados por su impulso. Un alejamiento de sí mismos los dilata de pronto interiormente…: es esa evasión de sí mismo que vive el espectador».

(en el día en que se celebra «la noche de los teatros»)

 

teatro-bbve- Ione Citrin

 

(Imágenes.- 1.-Felix Vallotton– 1909- colección particular/ 2.- Ione Citrin)

ESTA NOCHE SE IMPROVISA

Sí, esta noche se improvisa, en el Día Mundial del Teatro. Cuando entramos en esta sala encontramos el telón levantado y el escenario como si fuera una calle desierta, sin decorado, dispuesto de modo que nosotros, los espectadores, recibimos al verlo la impresión de que el espectáculo no ha sido preparado.
Y es que no hay nada preparado. Al apagarse la luz vemos a cuatro personajes: Georges Pitoeff, Charles Dullin, Louis Jouvet y Gaston Baty.
GEORGES PITOEFF.-(Paseando por el escenario.) Muchos consideran al director de escena como un intruso. Pero lo ha creado la necesidad. En el pintor la creación se produce en dos tiempos: aquel en que coloca los colores en la tela y aquel otro en que se retira para juzgar el efecto que producen. El actor se encuentra privado de este segundo tiempo. El director de escena se encargará de él.
CHARLES DULLIN.- (Interrumpiéndole con vehemencia.) Pero se olvida con demasiada frecuencia que el teatro está hecho para el público. Se pueden suprimir las candilejas, los decorados, pero no se suprime al público. Hay que escribir para él. (Pausa.) Por otro lado, la persona más importante en el teatro es el autor. El actor no puede hacer más que revivir las invenciones del autor; el director de escena no puede animar otro conjunto que el que ha previsto el autor. Es necesario repetirlo: toda la sustancia procede del autor.
LOUIS JOUVET.-(Con exaltación y viveza.) Para comprender bien una obra teatral, sin embargo, es preciso colocarla en su época, en su manera y en su moda. Pero más que el juego de los actores, que la masa y el alma del público, lo que importa a quien quiera resucitarla es evocar el aire donde se cristaliza la forma de su impulso, donde esos dos polos sensibles que son la escena y el auditorio se disputaron el puesto, refluyeron uno hacia otro, buscando instintivamente la forma que mejor convenía a su mutua penetración.
GASTON BATY.-(Impetuoso.) El reino que debe conquistar el teatro se extiende, pues, mucho más allá, hasta el infinito. Tras el hombre y su misterio interior, tras las cosas y su misterio, nos acercamos a misterios mucho mayores. La muerte, las presencias invisibles, todo lo que está más allá de la vida y la ilusión del tiempo. Basta, sin duda, inventariar tan brevemente toda esta riqueza que se ofrece al teatro para hacer evidente que no sabría abordarla únicamente por los procedimientos tradicionales. No se trata de hablar de todo ello, sino de hacerlo sensible. (Pausa.) De este modo intervienen en el drama los medios de expresión plásticos, colores, iluminaciones. Después, todos los demás: acción, mímica, ritmo, ruidos, música, etc. (Pausa.) Gracias a ellos podemos escapar de las viejas servidumbres, pasar las fronteras y traducir en el drama integral nuestra integral visión del mundo.
Luego las luces se apagan, las voces callan, no se ve el escenario. Sabemos que esta noche se improvisa. Aunque no les oigamos, presentimos que seguirán hablando siempre, permanentemente, estas tres grandes figuras en el Día Mundial del Teatro.