EVOCACIÓN DE LOS OLORES

 

 

“La infancia tiene sus olores— evocaba Jean Cocteau—. Yo recuerdo, entre otros, el del engrudo con que pegaba las estampas recortadas en la habitación cuando estaba enfermo; el de los tilos que se volvían locos al aproximarse una tormenta; el delicioso de la pólvora de los cohetes disparados que, clavados a su armazón, podía recoger sobre la hierba al día siguiente de los fuegos artificiales; el olor del árnica para las picaduras de avispas; el del papel mohoso de una vieja colección de revistas; el que despedía el viejo y antiguo ómnibus que llevaba a toda la familia a misa, desenganchado en la cochera, donde, en revuelto montón, se apilaban regaderas, picos, juegos de “croquet” y tragabolas. Y puedo añadir el  tufo penetrante del estiércol en el corral. Sin olvidar el aroma de las macetas de geranios del invernadero ni el olor del estanque con sus ranas muertas en actitudes de tenor con una mano sobre el corazón. Andando el tiempo, había de conocer el olor de Marsella, que da esperanza; el ámbar gris, que irrita la piel y hace enrojecer; el de lirios mustios de las alcobas.

 

 

Pero ninguno de estos olores eclipsa el olor del circo, el olor del Circo Nuevo, el gran olor maravilloso. Sabíamos que estaba compuesto por excrementos de caballos, barreduras de alfombras y de cuadras y sudores cuantiosos; pero, además, algo indescriptible, algo que escapa al análisis, mezcla de ilusión y de júbilo que se agarraba a la garganta, que la costumbre alzaba, en cierto modo, sobre el espectáculo y que hacía las veces de telón. Y la riqueza profunda del estiércol de mi infancia me ayuda a comprender que ese olor de circo es un estiércol sutil que vuela, un polvo de estiércol dorado que sube bajo la cúpula de cristales, irisa los globos de luz y pone un nimbo de gloria alrededor del trabajo de los acróbatas; luego desciende y ayuda poderosamente  a que florezcan los payasos multicolores.”

 

 

(Imágenes—1- Flores- lobusgratis/ 2- Camille Bombois/ 3- Augusto Giacometti – 1923)

UN ALMA MORA EN MI ALMA

 

 

“Hay personas a las que enterramos en la tierra, pero las hay especialmente queridas que tienen nuestro corazón como mortaja. Su recuerdo se mezcla cada día con nuestras palpitaciones; pensamos en ellas lo mismo que respiramos, están dentro de nosotros por una dulce  ley de la transmigración de las almas propia del amor. Un alma mora en mi alma. Cuando a través de mí se hace un bien, cuando se pronuncia una palabra hermosa, esa alma habla, actúa. Todo lo bueno que hay en mí emana de esa sepultura, como emanan de un lirio los aromas que perfuman la atmósfera.”

Honoré de Balzac – ‘El lirio en El Valle”

(Imagen – Edouard  Manet- 1882)

DIBUJANDO UNOS LIRIOS

 

flores.-ttggb.-lirios.-Sir Jacob Epstein.-1880-1978

 

«Estoy dibujando unos lirios que crecen pegados al muro sur de cierta casa. Tienen un metro de alto más o menos, pero como están empezando a florecer, se curvan por el peso de las flores» – así lo va apuntando John Berger en «El cuaderno de Bento«- «Sus colores son un oscuro carmesí con tintes marrones, amarillos, blancos y cobre: los colores de los instrumentos de una banda de música tocados con cierta desgana. Los tallos, los cálices y los sépalos son de un verde desvaído, como de óxido de cromo».

 

estaciones.-854,.primavera.-los lirios.-Van Gogh

 

«A mi lado, en la hierba, donde estoy sentado, tengo unas cuantas hojas de papel de arroz chino, que es ligeramente coloreado. Lo escogí precisamente por sus tonos cereal.

 

flores.-69ji.-lirios.-Susie Ranager

 

Parece que las flores dibujadas van a tener la mitad de su tamaño natural. Cuando uno se pone a dibujar, pierde el sentido del tiempo.

 

flores.-88mm.-Marc Chagall.--lirios de los valles..-1916.- Rusia- Galería Estatal Treyakov.-Moscú

 

Quienes dibujamos no sólo dibujamos a fin de hacer algo visible para los demás, sino también para acompañar a algo invisible hacia su destino insondable».

 

flores.-67v.-lirios blancos.-Edouard Manet.-1882

 

(Imágenes.- 1.-Jacob Epstein/ 2.-Van Gogh/ 3.-Susie Ranger / 4.- Marc Chagall/ 5.-Edouard Manet)

 

 

HUERTO

flores.-5ggb.-crisantemo.- Ogawa Kazuma

«Con más dorados pomos engañaba

el árbol verde al tiempo fugitivo,

que a la planta Hipómenes que volaba.

fruta.-66tt.-Cézanne.-manzanas.-Museo Metropolitano de Arte

Sobre el oro difunto, el nácar vivo

mostraban las manzanas palpitando,

ya dibujadas de pincel nativo.

flores.-6fbnn.-dalias.-margaritas.-rosas.-Henri Fantin-Latour

De abejuelas un coro vivo, hilando

en sus ruecas de cera rayos de oro,

guardaba su labor amenazando.

flores.-tt88jjm.-ciruelo.-Elichi Kotozuka.-1906-1979

Por el cañón puntado, su tesoro

a cuajar desangraba el clavel tirio,

hablando con olores más que el coro.

flores.-67v.-lirios blancos.-Edouard Manet.-1882

De terciopelo azul vestido el lirio,

que entre puñales verdes se conserva,

y le da su color mayor martirio.

flores.-ttgbb.-John Day.-1883

El níspero montés, el agria serva,

que el árbol, intratables, los derriba,

y los sazona la dorada hierba.

flores.-efcb -azucena

Allí, de nieve castamente viva,

con letras de oro escribe la azucena

la nariz que pecó de sensitiva.»

Gabriel Bocángel.- «Huerto».-(siglo XVll español)

(Imágenes:-1.-Ogawa Kazuma/ 2.-Paul Cézanne.-Museo metropolitano de Arte/3.-Henri Fantin-Latour/4.-Elichi Kotozuka/ 3.-Edouard Manet.-1882/4.-John Day.-Euanthe Sanderiana.-1883/5 -azucena)

LENGUAJES DE LAS FLORES

flores.-46vbn.-tulipanes.-Ambrosius Boaachaert el Viejo.-Ramo de flores en una ventana abovedada.-1620.-Museo Mauritshuis de La Haya

A veces los escritores se acercan a las flores y las interrogan. Penetran en los pétalos y, bajo la contemplación, les invade sin embargo la inquietud.

«Esta pintura – «Ramo de flores en una ventana abovedada«, de Ambrosius Bosschaert el Viejo, comenta Zbigniew Herbert, el gran poeta polaco al que hace pocos días me referí en Mi Siglo – me ha producido siempre una especie de intranquilidad, aun siendo consciente de que el motivo de esta sensación no podía ser el mero tema pictórico. ¿Qué puede haber más tranquilizador, más idílico, que un ramo de rosas, dalias, lirios y orquídeas dispuesto con exquisita sencillez sobre un fondo en el que pueden verse el cielo y un lejano paisaje montañoso que se funde en el azul?».

«Con todo – sigue diciendo en estas páginas sobre los tulipanes («Tulipanes de amargo aroma» los llama) dentro de su libro «Naturaleza muerta con brida» (Acantilado) -, la manera de tratar el tema es digna de atención, y ligeramente insólita. En este cuadro, las flores (silenciosas sirvientes de la naturaleza, indefensas donadoras de encantos) se enorgullecen, reinan y se despliegan con una intensidad y fuerza desconocidas hasta ese momento. Se diría que un importante y decisivo acto de liberación ha tenido lugar. Las «calladas siervas de la naturaleza» han abandonado su papel de ornato, no hacen melindres, no se desvanecen; se diría que agreden al espectador con su consciente individualidad. Parecen sobrenaturales e insistentemente presentes (…) La luz del cuadro (clara, «objetiva») indica que el artista renunció a los encantos del chiaroscuro, de la jerarquía pictórica, es decir: a fundir unos objetos en la sombra y acentuar otros con la luz (…) El cuadro de Bosschaert fue pintado alrededor de 1620, poco antes de la muerte del artista. (….) Ya en aquel cuadro se pueden percibir los signos de una tormenta que se aproxima».

Y el ojo del poeta atraviesa el cuadro, penetra en la flor y nos va llevando hacia la fiebre del tulipán, la tulipomanía, en  un excelente ensayo que se adentra en la Historia.

(Imagen.-» Ramo de flores en una ventana abovedada»- Ambrosius Bosshaert el Viejo.-wikipedia)