ESCRITORIOS

 

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«Buscaba un archivo que se conservaba en una biblioteca del norte de Europa – describe Clara Janés su escritorio – y con la ayuda de un amigo mío que había conseguido que me  lo mandaran. Eran unas páginas sobre Calderón de la Barca. Saqué el cuaderno de notas y la  foto del autor ( me encanta ver las caras de aquellos sobre los que trabajo). Pero cuando el archivo llegó eran puros números. ¿Qué había pasado? Sin duda la cita por la que me había guiado y con tanta dificultad había logrado localizar el supuesto texto estaba equivocada. Me dio un rapto, imprimí las páginas y puse el gato encima. Hace años, en Egipto pillé la gripe del Nilo y la pasé en el hotel de El Cairo acompañada por esa estatuilla del gato. Desde entonces lo tengo siempre cerca».

Dedica Clara Janés estas palabras para mostrarnos el rincón y la mesa donde escribe dentro del volumen «Proyecto escritorio», que ha reunido y editado Jesús Ortega («Cuadernos del vigía», Granada 2016). Allí aparecen setenta y siete lugares desordenados y perfectos, recibiendo luces del día o de la noche, austeros o barrocos, silenciosos o incluso batidos por los ruidos. Son los pequeños santuarios de la creación en soledad, con sus manías, fotos o estanterías, con sus paredes desnudas o cuajadas  de libros.

«Volví a mirar los números – prosigue Clara Janés dibujando su mesa y sus hábitos – y se me ocurrió convertirlos en un soneto en el que empapelaría con ellos mi cerebro, dejando estar las letras, para alcanzar lo que encierra «la verdad intemporal». No es de extrañar la idea, de hecho estaba corrigiendo pruebas de una antología de poesía antigua: la página que tenía delante – la última leída – era un poema de Cervantes sobre Santa Teresa. A la derecha de mi mesa, en cambio, estaba  el resultado de una curiosa propuesta: participar con un poema en un congreso sobre la circulación de la sangre. Hacia arriba, algo a la izquierda, bajo el cuaderno y la foto, las imágenes de un power point para una lectura…Más allá un libro que quería lograr entender bien, lo que suponía ficharlo…Y por ahí en medio, debajo de la cajita de los «tesoros» ( una piedra de Wadi Ram, un fósil de Montalbán, una hoja de laurel del Carmen de los Mártires, una estatuilla casi prehistórica que me regaló Ilhan Berk…), ¡santo cielo!, la carta de un japonés ¡aún sin contestar!

¡Y pensar que hacía tres días había puesto orden en la mesa! Pero la carta llevaba ahí mucho más, mucho, mucho más».

 

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(Imágenes.- 1-Ad Reinhardt/ 2.-Hans Reichel)

TURQUÍA, PINTORES Y POETAS

AMORES SIEMPRE AMORES

«Una noche olvidé mis manos y mis brazos en la Avenida de Istiklal.

Una noche yo no estaba, el hombre dormía, el niño en el que me desperté una noche dormía con la boca entreabiera,

los sábados dormían.

Maté al hombre.

Cogí la soledad de Ahmet ll

Ocupé mi sitio».

Ilhan Berk: «Amores siempre amores«.-«Mar de Galilea«.-2005.- (traducción Clara Janés y Cagla Söykan) (Ediciones del Oriente y el Mediterráneo)

«Todos los poetas escriben con el sentido primero de las palabras, es decir, con su infancia; con palabras fugitivas, pícaras, ociosas, rebeldes.

Y con la juventud de las palabras viejas…

Esto es la sabiduría de la poesía».

Ilhan Berk

«Los poetas se parecen a las alondras que vuelven con una brizna de hierba en el pico. Pero su nido es el cielo. Viven allá arriba. Cruzando el loco azul del cielo, suavemente dejando en él su carga.

Abajo, lo que se oye de vez en cuando, son estos murmullos. Lo que se oye y lo que queda».

Ilhan Berk

(Destacado poeta turco que acompaña aquí a la exposición de «Obras maestras contemporáneas de Turquía«, presentada en Caixa Forum de Madrid hasta el 30 de mayo)

(Imágenes:- 1.-«En busca de la verdad» .-2005 .-Mustafá Ata.-Banco Central de la República de Turquía y Caixa Forum/ 2.-«Elegía de las últimas voces»- 1992 .-Erol Akyava.-Banco Central de la República y Caixa Forum/ 3.-» Sin título».-1963.-Zeki Fak Izer.-Banco Central de la República de Turquía y Caixa Forum)