EXPECTACIÓN

 

“Le devuelvo a la tarde triste la luz que me entristece,

y  voy entristeciendo

la plaza,

el río,

el campo

y, más allá, la línea del horizonte.

Mas reprendo a mis ojos y regreso

a la página vacía

en que, poseso,

aguardo a que despunte

la luz de un nuevo día.

 

 

 

 

“Un día alegre,

limpio,

singular,

de ninguna semana,

de ningún mes,

de ningún año,

milagrosamente amanecido

en las sílabas de un verso hechizado,

que resuena, medido y desmedido,

en la concha de mi oído

deslumbrado.”

Miguel Torga – “ Expectación “ –  9 de Julio de 1975

 

(Imágenes— 1-moohdaholic – imagery  our wordl/ Turner/ 3- Emil Nolde)

PAISAJES DE PESSOA

 

 

”Disfruté anticipadamente el placer de ir, una hora para allá, una hora para acá, viendo los aspectos siempre diferentes del gran río y de su desembocadura atlántica – escribe Pessoa con motivo de un viaje a Cascaes -. En verdad, al ir, me perdí en meditaciones abstractas, viendo sin ver los paisajes acuáticos que me alegraba ir a ver, y al volver me he perdido en la fijación de estas sensaciones. No sería capaz de describir el más pequeño pormenor del viaje, el más pequeño trecho de lo visible”.

 

 

Ahora que el museo Reina Sofía en Madrid consagra a Pessoa y su mundo una nueva exposición, vuelve uno a sus paisajes interiores y exteriores, tan bien estudiados por Ángel Crespo. “Las sombras rotas de los follajes, el canto trémulo de las aves, los brazos extendidos de los ríos, estremeciendo al sol su lucir fresco, los verdores, las amapolas, y la simplicidad de las sensaciones –  al sentir esto, siento nostalgia/ de ello/, como si al sentirlo no lo sintiese”. Lisboa, en otro fragmento, le hace pensar y decir : “Los pormenores de la calle sin animación por la que muchos andan se me destacan con un alejamiento mental: los cajones apiñados en el carro, los sacos a la puerta del almacén del otro, y, en el escaparate distante de la tienda de ultramarinos de la esquina, el vislumbre de las botellas de ese vino de Oporto que sueño que nadie puede comprar. Se me aísla el espíritu de la mitad de la materia. Investigo con la imaginación. La gente que pasa por la calle es siempre la misma que ha pasado hace poco, es siempre el aspecto fluctuante de alguien, manchas de movimiento, voces de incertidumbre, cosas que pasan y no llegan a suceder.”

 

 

“ Pero hay días en que éste es el paisaje que me pertenece, y en el que entro como un figurante en una tragedia cómica. Estos días estoy equivocado, pero, por lo menos en cierto modo, soy más felíz. Si me distraigo, me creo que tengo realmente casa, lar, a donde volver. Si me olvido, soy normal, reservado para otro fin, cepillo otro traje y me leo un periódico entero.

Pero la ilusión no dura mucho, tanto porque no dura como porque se hace de noche. Y el color de las flores, la sombra de los árboles, la alienación de paseos y arriates, todo se esfuma y se encoge. Por cima del error de que yo sea un hombre de repente , como si la luz del día  fuese un telón de teatro que se escondiese para mí, el gran escenario de las estrellas. Y entonces olvido con los ojos el patio de butacas amorfo y espero a los primeros actores con un sobresalto de niño en el circo.”

 

 

(Imágenes -1- Pessoa por las calles/ 2, 3 y 4 – Rui Palha)

DE ESTE MODO O DE AQUEL MODO

 

pessoa-nuj-pessoa-en-mil-novecientos-veintiocho-wikipedia

 

«De este modo o de aquel modo,

conforme es o no oportuno,

pudiendo decir a veces lo que pienso,

y otras veces diciéndolo mal y con mixtura,

voy escribiendo mis versos sin querer,

como si escribir no fuera una cosa hecha de gestos,

como si escribir no fuera una cosa que me ocurriese

como el darme el sol por fuera.

Procuro decir lo que siento

sin pensar en que lo siento.

Procuro arrimar las palabras a la idea

y no necesitar de un pasillo

del pensamiento para las palabras.

No siempre consigo sentir lo que sé debo sentir.

Mi pensamiento sólo muy despacio atraviesa el río a nado

porque le pesa el hecho de que los hombres hicieron uso de él.

Procuro desnudarme de lo que aprendí,

procuro olvidarme del modo de recordar que me enseñaron,

y raspar la tinta con que me pintaron los sentidos,

desencajonar mis emociones verdaderas,

devolverme y ser yo, no Alberto Caeiro,

sino un animal que la naturaleza produjo».

Alberto Caeiro. – «De este modo o de aquel modo«- (traducción de Pablo del Barco)

 

pessoa-nhu-pessoa-en-lisboa-con-veinte-anos

 

(Imágenes-1- Pessoa en 1928- Wikipedia/ 2- Pessoa con 20 años- Wikipedia)

VIAJES POR EL MUNDO (4) : LISBOA

mar.-55ffy.-ríos.-ciudades.-Lisboa.-Eduardo Gageiro.-Lisboa

 

«Apenas amanece, te me apareces posada sobre el Tajo como una ciudad que navega. Es natural: cada vez que me encuentro en alturas desde las que creo abarcar el mundo, en la cima de un mirador o sentado en una nube, te veo ciudad- nave, barca con calles y jardines por dentro, y hasta la brisa que corre me sabe a sal. Hay olas de mar abierto dibujadas en tus calzadas; hay anclas, hay sirenas. El combés, en ancha plaza con una rosa de los vientos bordada en el pavimento, está gobernado por dos columnas surgidas

 

ciudades.-r5bbn.-Lisboa.- 1956 -música.-Eduardo Gageiro

 

de las aguas, que montan guardia de honor a la partida hacia los océanos. Parecen flanquear la proa o ésa es la impresión que dan; detrás, a pocos pasos, un rey-niño sobre un caballo verde está mirando a través de ellas hacia el otro lado de la Tierra y a sus pies se ven nombres de navegantes y fechas de descubrimientos inscritos en basalto sobre la plaza batida por el sol. Enfrente corre el río hacia los meridianos del paraíso. Es el Tajo al que cronistas alucinados pueblan de tritones que cabalgan sobre delfines.

 

ciudades.-reebb.-Lisboa.-calles.-Gérard Castello-Lopes.-1957

 

(…) Pero  esto no es sólo luz y río, como bien sabes. No es sólo geografía, revelaciones o memorias, ni el vacuo palabrerío de los manuales y de los oradores fracasados. Hay voces y olores reconocibles – olores, claro que sí: el del pescado en sal y  barrica de las tiendas de la Rua do Arsenal, sin ir más lejos; el del mar, a ciertas horas, en los muelles del Tajo; el de las noches de verano en los jardines de A Lapa; el de los almacenes de aparejos marineros entre Santos y el Cais do Sodré; el del pescado asado a la parrilla a la puerta de las tascas en rincón o travesía, desde el Bairro Alto a Carnide; y, en el invierno, por las calles, el olor humeante de las castañas asándose en los hornillos de los vendedores ambulantes».

José Cardoso Pires – «Lisboa – Diario de a bordo»

 

ciudades.-tyuu.-lluvia.-Lisboa 1956.-foto António Sena da Silva

 

(Imágenes -1-Lisboa- Eduardo Gageiro/ 2.-Lisboa- Eduardo Gageiro- 1956/ 3.-Lisboa-Gerard Castello Lopes -1957/ 6.- Lisboa-António Sena da Silva- 1956)

VERANO 2016 (3) : NO QUIERO RECORDAR NI CONOCERME

 

mar-nbg- lagos- Arkhip Kuindzhi- mil ochocientos setenta y tres

 

«No quiero recordar ni conocerme.

Es suficiente ver esto que somos.

Basta para vivir

ignorar que vivimos.

Vive lo que vivimos cada hora

y al vivirlo lo muere con nosotros:

cuando pasa, sabemos

que nosotros pasamos.

¿Mas qué sirve saber que lo sabemos?

Sin poder, nada vale conocernos.

Mejor vida es la vida

que pasa sin medirse».

Fernando Pessoa.- poema de Ricardo Reis

(Imagen.-Arkhip Kuindzhi)

EL POETA ES UN FINGIDOR

 

escritores.-5gyy.-Pessoa.-por Júlio Pomar

 

El poeta es un fingidor.

Finge tan completamente

que hasta finge que es dolor

el dolor que en verdad siente.

Y, en el dolor que han leído,

a leer sus lectores vienen,

no los dos que él ha tenido,

sino sólo el que no tienen.

Y así en la vida se mete,

distrayendo a la razón,

y gira, el tren de juguete

que se llama el corazón».

(…)

Fernando Pessoa.- Autopsicografía

 

escritores.-33c.-Pessoa.- Fernando Pessoa leyendo, a la derecha, con abrigo claro.-elmundo es

 

(Imágenes.- 1.-Pessoa.- por Julio Pomar/ 2.- Pessoa, con abrigo claro, leyendo- elmundo es)

OLEOGRAFÍA

 

mujer-uggb-John William

 

«Es una oleografía sin remedio. La miro sin saber si la estoy viendo. En el escaparate hay otras como aquella. Está en el centro del escaparate del vano de la escalera.

Ella aprieta la primavera contra el pecho y los ojos con los que me mira están tristes. Sonríe con brillo de papel y el color de su rostro es encarnado. El cielo a sus espaldas es azul de paño claro. Tiene una boca recortada y casi pequeña sobre cuya expresión postal sus ojos me observan siempre con una inmensa pena. El brazo que sujeta las flores me recuerda el de alguien. El vestido o blusa está abierto en escote ladeado. Los ojos están realmente tristes: me observan desde el fondo de la realidad litográfica con no sé qué verdad. Ella llegó con la primavera. Sus ojos tristes son grandes, pero no es por eso. Me alejo del frente del escaparate con una enorme violencia sobre mis pies. Atravieso la calle y me vuelvo con una rebelión impotente. Ella sigue sujetando la primavera que le dieron y sus ojos están tristes como lo que a mí me falta en la vida. Vista de lejos, la oleografía tiene aún más colores. La figura tiene una cinta de color de un rosa intenso rodeando la parte alta del pelo; no me había fijado. Hay en los ojos humanos, incluso en los litográficos, una cosa terrible: el aviso inevitable de la conciencia, el grito clandestino de que hay alma».

Fernando Pessoa

 

mujer.-bhoxd.-Beatrice a Portrait og Jane Morris.-por Dante Gabriel Rossetti.-Victorianweb

 

(Imágenes.- 1.-John William/ 2.- Dante Gabriel Rossetti-victoriaweb)