¿CÓMO SE ESTRUCTURA UN CUENTO?

 

 

 

“Un cuento —decía Sergio Pitol —no siempre responde a los mismos estímulos, obedece  a una intranquilidad interna tal vez por estar obsesionado por un personaje, o por una o dos frases que uno ha oído al azar en un café, o una tonadilla de canción que repites sin saber por qué; casi todos mis cuentos están muy ligados a cosas que he visto y  escuchado que después transformo. No puedo casi imaginar si no veo algo, oigo una conversación, veo una cara con determinada expresión que después, a veces muchos años después, brota de la memoria. Todo empieza a esbozarse muy vagamente; de pronto en medio de esa vaguedad comienzo a estructurar una historia que se anuda con algunas preocupaciones inmediatas. Al escribir el borrador de un cuento se organiza de inmediato la trama; todos sus componentes  surgen inmediatamente, y construyen una estructura, que para mí es lo fundamental. En el primer bosquejo el lenguaje puede ser muy elemental, redacto como un niño de once o doce años. En uno de mis cuentos trabajé intensamente para lograr una coherencia interna. Pienso, por ejemplo, cómo se comportaría ante alguna situación una señora de una ciudad de provincias, por ejemplo, de sesenta  años, dentista, esposa de dentista, qué sinsabores y alegrías conoce en su profesión, qué libros lee, qué cine prefiere, cómo se viste, en qué periódicos se informa, y mil detalles más; es aún el proceso previo a la escritura, gran parte de esa información no interviene en el relato, está en mis diarios, pero para mí algunos detalles me resultan como sostenes de la historia y le imprimen verosimilitud; permite un encuentro con la realidad y al mismo tiempo establece una niebla que contamina y  transforma esa realidad.

 

 

Después empieza el trabajo verdaderamente difícil, el que más me gusta , convertir en una geometría lo que ha llegado como un flujo; añadir, mutilar, ordenar. En esa fase empiezo a redondear los personajes. En uno de mis cuentos me atreví a mezclar lo real y lo onírico. Lo tengo muy cerca de mí, pero en general una vez publicados los cuentos dejan de interesarme; debo seguir escribiendo y enfrentarme a otro tipo de problemas y a requerimientos diferentes. “

 

 

(Imágenes—1-Alfred Kubin/ 2-Yu donglu/ 3-David Hockney)

EL MISTERIO DEL CUENTO

 

“No se trata tan sólo de una superficial cuestión de forma, de extensión o de maneras —decía sobre el cuento Augusto Monterroso —. Cualesquiera de estas que el escritor adopte a través del tiempo, de los cuentos que logre perdurarán únicamente aquellos que hayan recogido en sí mismos algo esencial humano, una verdad por mínima que sea, del hombre de cualquier época. Y de ahí su dificultad y su misterio. Ninguna innovación, ninguna ingeniosidad narrativa, ningún experimento con la forma que no estén sustentados en la autenticidad de los conflictos de cada personaje, consigo mismo y con los demás, harán por sí solos que determinados cuentos y sus autores se establezcan y perduren en la memoria literaria.”

Y Bárbara Jacobs completaba: “Y si han perdurado en la memoria literaria “Dublineses” , de Joyce, “Fiesta en el jardín “, de Katherine Mansfield y “El llano en llamas”, de Juan Rulfo, ha sido porque recogen “algo esencial humano, una verdad, por mínima que sea, del hombre en cualquier época.”

 


 

(Imágenes—1-Peter van Straten – artnet/ 2- Joseph Cornell)

JUGAR CON LAS PALABRAS

 

 

”Cuando estoy con mis hermanos mayores — confesaba Juan José Arreola —constato que las palabras eran cosas que podía manipular con mis manos de niño sano, ya tan enflaquecidas para siempre. Y voy,  añadiendo palabras a otras palabras, haciendo lo mejor que puedo con las letras, para que expresen lo que quiero decir. Ahora sé que las palabras expresan más cuando las letras se ponen ellas solas en fila y siguen el orden misterioso que solo ellas saben comprender. Ahora sé que las palabras se instalan en la boca de manera natural cuando verdaderamente sentimos la necesidad de decir, pero a continuación van hacia las manos, desde la punta de la lengua hasta la punta de los dedos, y escribir se convierte en puro artificio. Quise jugar a este juego de la gallina ciega que termina encontrando un grano después de tantos pasos perdidos. Desde la infancia he jugado con las palabras clave de un alfabeto secreto.

.¿Es mejor rosa pura que pura rosa?  La suma de los factores afecta efectivamente a los productos verbales. Confieso que, como casi todo el mundo, he salido perdiendo en este inmenso juego de palabras que ha sido mi corta vida de escritor, gané algunas bazas y me voy de la mesa con la  conciencia tranquila.”

 

 

(Imágenes-1- Francisco Zuñiga  / 2-México – Siglo XVl – euskomeda)

ANIMALES E IMAGINACIÓN

 

 

Un libro póstumo de Ferlosio , “De algunos animales”,  nos  lleva hasta el universo de la fantasía, el dibujo y la narración en torno a animales reales o inexistentes, creados por la pluma o  por la prosa, animales extravagantes y a la vez atrayentes, temas y figuras abordadas por escritores de todos los tiempos. Michel Pastoureau en su volumen sobre los “Animales célebres” nos llevó  de la mano desde el Minotauro hasta la Loba Romana, desde el rinoceronte de Durero a los gatos de la calle Saint-Severin o al monstruo del lago Ness,  perfiles sorprendentes cabalgando entre  realidad y  ficción.

Alberto Manguel, en su “Guía de lugares imaginarios”,  resume un texto de 1654 sobre la República de los animales, y allí cuenta de qué modo esa República  está gobernada. La preside —dice— el fénix, y sus embajadores son los monos. Los tigres y los leones son soldados, los gansos y los perros centinelas, los loros, intérpretes, las cigüeñas, médicos, y el unicornio ( animal solitario, olvidado por Noé durante el Diluvio) es el toxicólogo jefe y se ocupa de hallar los antídotos de todos los venenos. Hay en esa República dos religiones principales: el culto al Sol, en el que creen casi todos los animales, y el de la Luna, una secta cada vez más importante, promovida por los elefantes. El viajero de visita en esta isla — que se encuentra en una vasta región que no figura en los mapas, poblada de especies muy diversas de animales y pájaros —,  podrá  admirar el palacio del ave fénix y asistir a los magníficos espectáculos que allí se ofrecen, como el “Desfile de los Colores” en el que participan todas las aves del Paraíso.

 


 

Muchos escritores han quedado fascinados por los animales  tanto comunes como extraños. Entre otros, el mexicano Juan José Arreola congregó en 1959, y en su “Bestiario”,  la figura del rinoceronte, la del bisonte, el avestruz, el búho, la boa, la hiena, el ajolote, él hipopótamo, los monos y el elefante, y hablaba del marfil del elefante, como de “ esa noble sustancia, dura y uniforme, que los paquidermos empujan secretamente con todo el peso de su cuerpo, como una material expresión de pensamiento. El marfil,  que sale de la cabeza y que desarrolla en el vacío dos curvas y despejadas estalactitas. En ellas, la paciente fantasía de los chinos ha labrado todos los sueños formales del elefante.”

 


 

(Imágenes- 1- elefante en Sri Lanka- foto manish swarup- the cristhian- sciencie monitor/ 2-  rinoceronte por Durero/ 3-midnightmartinis)

LECTURA, DISIPACIÓN, OLVIDO

 

“Es indudable que hoy se lee más que antes. ¿Se lee mejor? – se preguntaba Octavio Paz -. Lo dudo. La distracción es nuestro estado habitual. No la distracción del que se aleja del mundo para internarse en el secreto y movedizo país de su fantasía, sino la de aquella que está siempre fuera de sí, perdido en la mediocre e insensata agitación cotidiana. Mil cosas solicitan a la vez nuestra atención y ninguna de ellas logra retenernos; así la vida se nos vuelve arena entre los dedos y las horas humo en el cerebro. Si tuviéramos el valor de hacer un diario examen de nuestros actos y pensamientos, confesaríamos que somos culpables no de crímenes sin expiación sino de incontables y momentáneos deseos y apetitos, seguidos de mínimas abjuraciones y traiciones a nosotros mismos y a los otros. Pero, ¿somos capaces de recordar siquiera lo que hicimos ayer? Si nuestro pecado se llama disipación, nuestro castigo se llama olvido. Leer es lo contrario de esa dispersión; leer es un ejercicio mental y moral de concentración que nos lleva a internarnos en mundos desconocidos que poco a poco se revelan como una patria más antigua y verdadera: de allá venimos. Leer es descubrir insospechados caminos hacia nosotros mismos. Es un reconocimiento. En la era de la publicidad y la comunicación instantánea, ¿cuántos pueden leer así? Muy pocos. Pero en ellos, no en las cifras de las estadísticas, está la continuidad de nuestra civilización.”
(Imágenes -1-Christian Krogh / 2-Edith Cusack -1896- art gallery of new south walles)

SERGIO PITOL

 

“Desde hoy a las tres de la tarde, ayer a las cuatro y media  –confesaba Sergio Pitol en “El arte de la fugahablando de su vida cotidiana en Barcelona -, lo que definitivamente es anormal. Trabajo hasta las dos de la mañana  y luego paso cinco o seis horas completamente tenso, insomne, sin poder siquiera leer. El tiempo, de este modo, se me deshace en las manos, un desperdicio que me recuerda mis peores épocas, las más dilapidadas que he vivido, y las supera (…) Me siento enfermo, preguntaré por un médico que no resulte demasiado caro (…) ¿No es una locura  seguir en Barcelona, en este cuartucho, en este barrio infecto, y ahogado por las deudas?” . Un mes después, en agosto de 1969, escribe: “la pésima luz, el ruido del barrio, las noches de insomnio, el desorden de horario, la espera angustiosa del cartero, han sido cotidianos durante estos meses. Un día me fue ya imposible trabajar. Todo me dolía. Me acosté con fiebre muy alta y la sensación de tener una piedra en el estómago”.

 

 

Acaba de morir Sergio Pitol del que Bolaño evocaba: “ su lejanía jalonada por múltiples viajes y errancias a lo largo y ancho del planeta, o su presencia que de golpe constatamos que es una ausencia, han dado como resultado una figura que si bien es admirada por los pocos que tenemos la fortuna de frecuentar su obra, también resulta desconocida para la mayoría , una sombra enorme a la que se le reconocen ciertos méritos, pero a la que se esquiva como a un erizo en medio del camino”.

Juan Villorro ha elogiado “El arte de la fuga” recordando que es “una autobiografía de sus viajes y sus lecturas, una obra mayor, capaz de otorgar coherencia retrospectiva a las narraciones previas de Pitol (…) En “El arte de la fuga” el tiempo regresa con el rostro ambivalente de la ficción memoriosa, que indaga los posibles desarrolllos del pasado. “ El arte de la fuga” es el sitio de extravío de un autor que aspira a ser narrado por sus textos”.

En ese libro Pitol escribió:” la memoria trabaja con la misma lógica oblicua y rebelde de los sueños”.

Sergio Pitol: Descanse en paz.

 

 

(Imágenes-1- Sergio Pitol – chilango times/ 2-Sergio Pitol- El Universal/ 3- Max Ernest- le vaisseau)

DAMA DE PENSAMIENTOS

 

rostros- nuy- mujer- Domenico Ghirlandaio- mil cuatrocientos ochenta y ocho

 

«Ésa te conviene, la dama de pensamientos. No hace falta consentimiento ni cortejo alguno. Sólo, de vez en cuando, una atenta y encendida contemplación.

Toma una masa homogénea y deslumbrante, una mujer cualquiera ( de preferencia joven y bella), y alójala en tu cabeza. No la oigas hablar. En todo caso, traduce los rumores de su boca en un lenguaje cabalístico donde la sandez y el despropósito se ajusten a la melodía de las esferas.

Si en las horas más agudas de tu recreación solitaria te parece imprescindible la colaboración de tu persona, no te des por vencido. Su recuerdo imperioso te conducirá amablemente de la mano a uno de esos rincones infantiles en que te aguarda, sonriendo malicioso, su fantasma condescendiente y trémulo».

Juan José Arreola – «Mujeres, animales y fantasías mecánicas»

(Imagen-Domenico Guirlandahio-1488)

SECRETOS DEL IDIOMA (2) : LA EDAD DE LAS PALABRAS

 

infancia- byu- lectura- Serious reader- mil nvecientos treinta

 

«La palabra tiene edad, sentido, ropa y sexo. Hay palabras que acaban de nacer y ya empiezan a jugar en los labios de la humanidad. Y hay otras, siempre eternas, como la palabra «madre», en que la humanidad está naciendo todos los días.

A un soldado no se le puede decir «bonito» ni a un mendigo se le puede llamar «feliz» así anota José López Bermúdez en su «Teoría de la palabra» (1954) – Un niño no puede usar, como suyas, las palabras «austeridad», «serenidad», «bondad». Tienen que pasar muchos años de pena y de virtud, para alcanzar la edad de luz de esas palabras. En cambio, un anciano no puede usar como propias las palabras «nana», «pelota», «recreo». Su edad no le permite vivir tales vocablos: la pelota se ha convertido, en sus manos, en un frío hemisferio; el recreo se ha vuelto un angustioso paseo sobre muletas.

Y tiene traje la palabra, traje hecho y bordado de sonidos. La palabra «lágrima» tiene un penetrante y doloroso sonido. No podemos llevarla a la conversación de un baile. Allí suena bien la palabra «beso». Y suena mejor cumplirla en la mejilla de la amada.

Por ello, no debemos violentar la pureza de las palabras. Acatemos  la dulce y sabia voluntad de Horacio: lograr la hábil alianza, la feliz juntura, la unión, la compañía, la santa comunión de las palabras es alcanzar propiedad y hermosura en el lenguaje. Él es reunión y orden lúcido de las palabras».

(Imagen.- serious reader- 1930)

PINTURA Y POESÍA (8) : REMBRANDT

Rembrandt- autorretrato- mil seiscientos sesenta y nueve- nationalgallery org

 

 

«Casi a punto de soltar la vida,

muerto el fantasma de sí mismo,

Rembrandt observa su último rostro

que separa uno a otro espejo.

En torno de su cara avejentada

se ha hecho pared la sombra oscura

y se forma un reino que no es suyo,

en el que morará como una imagen.

El hombre triste con el turbante gris,

que ciñe el largo pelo que cae sobre sus hombros,

¿ es el artista Rembrandt que mira al hombre Rembrandt

o es el hombre vivo que contempla al artista?»

Homero Aridjis. Rembrandt»

(ante el proyecto Rembrandt)

(Imagen.- Rembrandt- autorretrato a los 63 años – 1669 – National Gallery)

 

 

 

ENCUENTRO CON LA PALABRA (y 3)

libros-rtggg-lectura- Jonathan Wolstenholme

«Ronda, se insinúa, se acerca, se aleja, vuelve de puntillas y, si alargo la mano, desaparece, una Palabra. Sólo distingo su cresta orgullosa: Cri. ¿Cristo, cristal, crimen, Crimea, crítica, Cristina, criterio? Y zarpa de mi frente una piragua, con un hombre armado de una lanza. La leve y frágil embarcación corta veloz las olas negras, las oleadas de sangre negra de mis sienes. Y se aleja hacia dentro. El cazador- pescador escruta la masa sombría y anubarrada del horizonte, henchido de amenazas; hunde los ojos sagaces en la rencorosa espuma, aguza el oído, olfatea. A veces cruza la oscuridad un destello vivaz, un aletazo verde y escamado. Es el Cri, que sale un momento al aire, respira y se sumerge de nuevo en las profundidades. El cazador sopla el cuerno que lleva atado al pecho, pero su enlutado mugido se pierde en el desierto de agua.  No hay nadie en el inmenso lago salado. Y está muy lejos ya la playa rocallosa, muy lejos las débiles luces de las casuchas de sus compañeros. De cuando en cuando el Cri reaparece, deja ver su aleta nefasta y se hunde. El remero fascinado lo sigue, hacia adentro, cada vez más hacia dentro.»

Octavio Paz.«Trabajos del Poeta»

(al cumplirse cien años del nacimiento del poeta mexicano)

libros-vvbby-Morteza Katouzian- mi novecientos ochenta y uno

(Imágenes.-1.-Jonathan Wolstenholme/ 2.-Morteza  Katouizian)

ENCUENTRO CON LA PALABRA (1)

ciudades.-t8yy.-Nueva York 1968.-Arthur TRESS

«Todos habían salido de casa. A eso de las once, advertí que me había fumado el último cigarrillo. Como no deseaba exponerme al viento y al frío, busqué por todos los rincones un cajetilla, sin encontrarla. No tuve más remedio que ponerme el abrigo y descender la escalera (vivo en un quinto piso). La calle, una hermosa calle de altos edificios de piedra gris y dos hileras de castaños desnudos, estaba desierta. Caminé unos trescientos metros contra el viento helado y la niebla amarillenta, sólo para encontrar cerrado el estanco. Dirigí mis pasos hacia un café próximo, en donde estaba seguro de hallar un poco de calor, de música y sobre todo los cigarrillos, objeto de mi salida. Recorrí dos calles más, tiritando, cuando de pronto sentí – no, no sentí: pasó, rauda, la Palabra. Lo inesperado del encuentro me paralizó por un segundo, que fue suficiente para darle tiempo de volver a la noche. Repuesto, alcancé a cogerla por las puntas del pelo flotante. Tiré desesperadamente de esas hebras que se alargaban hacia el infinito, hilos de  telégrafo que se alejan irremediablemente con un paisaje entrevisto, nota que sube, se adelgaza, se estira, se estira… Me quedé solo en mitad de la calle, con una pluma roja entre las manos amoratadas.»

Octavio Paz.- «Trabajos del poeta»

(al cumplirse cien años del nacimiento del poeta mexicano)

calles.-ccv9.-Paul Wolff y Alfred Tritschler.-1940

(Imágenes.-1.-Arthur Tress.-hombre en la calle – Nueva York 1968/ 2.-Paul Wolf & Alfred Tritschler.-Nueva York- 1940)

LAS MANOS

«Amo estas manos. Destinadas por Dios para concluir mis muñecas, también son las privilegiadas que te acarician y tañen. Ante unos ojos las desperezo. Elevo el dedo meñique, tallo para la luna, espiga rematada en coraza de cal. Elevo otro dedo, el cordial y, ya con ambas manos en movimiento, diseño para mis hijas, en un muro de pronto habitado, animales de vívida sombra. Las niñas se asombran de que existan burritos negros capaces de correr por llanuras verticales, por la escoriada pared donde hasta hoy sólo moscas han reinado. Ellas están contentas de ver unas manos que contienen tantos animales como el Arca de Noé. Con esas manos entreabro el hijo más dulce; cojo al pez en la curva de su rizo relampagueante. A veces mis manos llegan a juntarse tanto que entre ellas el cadáver de una plegaria apenas cabe. A veces las arrojo al espacio con tal ira o alegría que no me explico por qué se quedan enclaustradas en el ademán. No me explico muy bien por qué no vuelan».

Marco Antonio Montes de Oca

(Imagen: Dorothea Lange)