EL VÉRTIGO DE LAS LISTAS

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Tomando el título de Umberto Eco las gentes que van y vienen estos días por las calles llevan consigo – plegados y ocultos en la bodega  de los bolsos femeninos o simplemente anotados en el resplandor de los móviles – ideas, apuntes, sugerencias, posibilidades, propuestas, invenciones y pequeños escritos diversos y múltiples que van acumulando el llamado vértigo de las listas de compras, porque todas las tiendas, y entradas y salidas y escaparates y dependientas esperan ya desde hace días ese despliegue de los innumerables papelitos rojos o azules, desdoblados entre cálculos e imaginación, tachados, añadidos, reelaborados, suprimidos hasta alcanzar – o intentar alcanzar – el secreto del mejor regalo.

 

moda.-treeb.-mujer.-Hussein Chalayan

 

Las listas de compras han existido siempre. En la Biblioteca Británica se conserva, por ejemplo, la lista de compras de dos monjes tibetanos del siglo X, en viaje a la ruta de la Seda para adquirir cosas para su monasterio y allí puede leerse: «comprar un abrigo de seda, un par de pantalones de tela, manta gruesa y amplia, un cinturón negro de piel, una manta blanca grande, un abrigo de color humo de lana gruesa, una piel de lobo para mantas, cuatro paños de lana, un zapato de piel amarillo-blanco, una seda dorada, una gran cubierta de tierra roja, una segunda cubierta grande de tierra oscura, una piel para libro, una copa de plata, una copa hecha de madera, un bolso lleno de perfume, un bolso de piel de camello, una cuchara de fieltro, tres cuerdas, trapos de lavar y nueve telas rojas».

Eso lo escribe el reverendo Ratnavrksa y Praketu y el testigo de ello es Kvam Aksara; está firmada la lista en el año del Mono, día 20 de Cvataja– China, siglo X.

 

objetos-unnn-Margaret Preston- mil novecientos veintisiete

 

Sin llegar al vértigo, listas de cosas – si no compradas sí cambiadas y mezcladas con otras -, las va acumulando Tom Sawyer tras todos sus cambalaches y negocios, y el resumen que consigue reunir son doce canicas, un trozo de vidrio azul que servía de lente, un carrete, una llave, una tiza, un tapón de cristal, un soldado de plomo, un picaporte, un collar de perro, el mango de un  cuchillo y una falleba rota. Todo ello podría unirse a través del tiempo a las numerosas listas de objetos hallados en una obra de Joyce, en lo profundo de unos cajones: un cuaderno de caligrafía, tres grandes botones, una caja que contenía el resto de plumillas, un viejo reloj de arena que se volcaba conteniendo arena, un broche de camafeo, algunas monedas astrohúngaras variadas y una lente de aumento de baja potencia. Y ello a su vez podría añadirse a lo que acumula y extiende sobre su mesa de trabajo el francés Georges Perec: una caja de cartón que contiene pequeñas fichas multicolores, un portalápices de vidrio, un despertador, una espiral de acero donde se pueden deslizar las cartas en espera, una gran almohadilla y un mango de puñal de piedra tallada.

Varias de estas cosas no sirven ya para nada. Se han transformado en recuerdos que ocupan un espacio. Y hasta que se vacíe ese espacio y en una mudanza o en una limpieza se vuelquen cajones y se purifique de algún modo esa gran mesa los recuerdos evocarán quizá – si se les observa con detenimiento – el instante y el día en que se compraron, aquella larga calle iluminada y extendida en el vértigo, un vértigo de listas de compras, afanes y pasos innumerables dados por las calles, cálculos y pensamientos en búsqueda de la ilusión.

 

moda.-3712ww.-por Phillippe Pottier.-1944.-Biblioteca Nacional de FRancia

 

(Imágenes.- 1.-passion- change-everyhing/ 2.-Hussein Chalayan/ 3.-Margaret Preston– 1927/ 4.-Philippe Pottier. 1944- Biblioteca Nacional de Francia)

 

TRES AÑOS DE «MI SIGLO»


Mi  Siglo llega hoy a las 378.000 visitas en su tercer año de andadura sumando las lecturas que vienen desde Blogger y desde WordPress. Este post, que hace el número 748, no puede sino dedicarse únicamente a los agradecimientos. En los tres años de vida que hoy se cumplen los caminos de Internet me han traído mezclados muchos nombres desconocidos y conocidos que se han ido haciendo muy amigos. Ahora que Umberto Eco se ha referido al «vértigo de las listas» se hace imposible confeccionar una en la que se den las gracias a todos: a Daniel en Moscú, a varias Carmen, Mercè, Ángel, Enrique MF, José María Matás, Jos Petit, Francisco Doña, Angelina, Karmen, Ana, Mariàngela, Maty, Nicole, Solange, Alena, María, Aurora, Carmen Manzanera, Juanma Blazquez, Alejandro, Juan Pedro desde “Una temporada en el infierno»“, Shant Baghramian y Vane Galstian desde “Papier de Libert黓, Faycal desde “”Shaga“, Juan José desde “Scriptor.org»“, Antonio Ayuso, Don Cogito, Luis Rivera, Avelina, Dolors, Gasolinero, Fernando, Enrique, Vagabunda, Noelia, Georgia, Angie, Almudena, David, Montse, Jessica, Arancha, Luis, Javier Gómez, Joséluis, Nelson, Miranda, Darío Lodi, J. Moreno, Berenice, Pilar, Patricia, Ioana, Felipe Hernández, Helen, Lola, Enrique, Joselyn, Julio, Alicia, Ioanes Xabier, Eduardo, Jose, Lilia, Jenny, Elvira, José Manuel, Angel Feliciano, Damian, Jesús, Laura, Gabriel, Alexandra, Diego, Manuel Faliero, Rhaida, Armando, Aliux, Miguel Ángel, …Quiero igualmente agradecer a los lectores de Armenia, Marruecos, Israel, a los de Irán, Macedonia, Turquía, Australia, Corea, Eslovenia, Vietnam, India, Canadá, Serbia, Croacia, Japón, China, Rusia, Polonia, Pakistan, Cuba, Taiwan y a tantos otros, sin contar los países sudamericanos, Estados Unidos o Europa, por las veces que han acudido a leer Mi Siglo.

Seguiremos caminando.

Al cabo de tres años, mi agradecimiento.

(Imagen: Jasmina Danowski.-2008.- Spanierman modern.- Nueva York.-arnet)

PREFIERO

«Prefiero el cine.

Prefiero los gatos.

Prefiero los robles a orillas del río.

Prefiero Dickens a Dostoievski.

Prefiero que me guste la gente a amar a la humanidad.

Prefiero tener en la mano hilo y aguja.

Prefiero el color verde.

Prefiero no afirmar que la razón es la culpable de todo.´

Prefiero las excepciones.

Prefiero salir antes.

Con los médicos prefiero hablar de otra cosa.

Prefiero las viejas ilustraciones.

Prefiero lo ridículo de escribir poemas a lo ridículo de no escribirlos.

En el amor prefiero los aniversarios que se celebran todos los días.

Prefiero a los moralistas que no me prometen nada.

Prefiero la bondad del sabio a la del demasiado crédulo.

Prefiero la tierra vestida de civil.

Prefiero los países conquistados a los conquistadores.

Prefiero tener reservas.

Prefiero el infierno del caos al infierno del orden.

Prefiero los cuentos de Grim a las primeras planas del periódico.

Prefiero las hojas sin flores a la flor sin hojas.

Prefiero los perros con la cola sin cortar.

Prefiero los ojos claros porque los tengo oscuros.

Prefiero los cajones.

Prefiero muchas cosas que aquí no he mencionado a muchas otras que tampoco he dicho.

Prefiero el cero solo al que hace cola en una cifra.

Prefiero el tiempo de los insectos al tiempo de las estrellas.

Prefiero tocar madera.

Prefiero no preguntar cuánto me queda y cuándo.

Prefiero tomar en cuenta incluso la posibilidad de que todo tiene una razón de ser».

Wislawa Szymbroska: «Posibilidades» (1985) (recogido por Umberto Eco en «El vértigo de las listas» (Lumen)

Varias veces he hablado de esta gran poetisa polaca, Premio Nobel, en Mi Siglo. Después de leer la lista de sus preferencias puede uno preguntarse:

¿Qué prefiero yo?

¿Qué prefieres tú?

¿Qué prefiere usted?

(Imagen: Wislawa Szymborska en una lectura de poemas.-wikipedia)