
Conocí a Carlos Bousoño en las aulas de la Facultad de Filosofía y Letras de Madrid al final de los años cincuenta. Eran sus clases, enlazadas con las de Ynduráin y Dámaso Alonso, una intensa inmersión en la esencia de la poesía. En aquellas aulas, a mi lado, le escuchaba también el gran poeta Claudio Rodríguez y juntos oímos muchas veces a Bousoño adentrarse en certeros análisis poéticos, que él reflejaría luego en libros importantes, como el dedicado a la obra de Vicente Aleixandre.

«¿Sabe usted – le decía Pedro Salinas a Dámaso (y él lo reproduce en «Poetas españoles contemporáneos«) – que el libro de Bousoño sobre Vicente es auténticamente bueno?». «En «Historia del corazón» – escribía Bousoño prologando a Aleixandre -, puede este libro situar la contemplación de la mano amada, y más aún, del poro de su piel, invisible al ojo normal. Parece como si el autor hubiese acercado una lupa al cuerpo de la persona querida y observase a su través con pausado deleite cada mínimo pormenor de su realidad física. En otras ocasiones son las propias reacciones psicológicas las sorprendidas en su minuciosidad. La imagen de la lupa no nos vendría bien aquí; en cambio, la técnica cinematográfica nos brinda otra inmejorable de entre su repertorio de procedimientos. Aludo a la «cámara lenta». Aleixandre capta, en ciertos instantes, a cámara lenta su movimiento psíquico, alargándolo en otro acusadamente más despacioso que el normal».
Hasta aquí el Bousoño estudioso, el analista preciso. Pero cuando Bousoño abre los ojos de su sueño y contempla España en su poesía nos entrega esta otra creación y esta otra luz:

«Desde aquí yo contemplo, tendido, sin memoria
el campo. Piedra y campo, y cielo, y lejanía.
Mis ojos miran montes donde sembró la historia
el dulce sueño amargo que sueñan todavía.
Pero el amor fundido en piedra día a día;
pero el amor mezclado con monte, o con escoria,
es duradero, y te amo, oh patria, oh serranía
crespa, que te levantas bajo el cielo, ilusoria.
Campos que yo conozco, cielos donde he existido;
piedras donde he amasado mi corazón pequeño;
bosques donde he cantado: sueños que he padecido.
Os amo, os amo, campos, montañas, terco empeño
de mi vivir, sabiendo que es vano mi latido
de amor. Mas te amo, patria, vapor, fantasma, sueño».
Carlos Bousoño.-«España en el sueño«.-(«Hacia otra luz», 1952)
(Descanse en paz Carlos Bousoño que murió ayer)

(Imágenes.- 1.-Carlos Bousoño- fpa/ 2.-Rob van Hoek/ 3.-Vu Cong Dien-1975/ 4.-Claude Monet)