«El protagonista y narrador – Charlie Ewel – del cuento «Of Missing Persons«, publicado en 1955 en «Good Housekeeping», visita, recomendado por un extranjero a quien encontró en un bar, al director de una agencia de viajes para pedirle que ayude a huir.
«¿De qué?», le pregunta el interlocutor. Charlie vacila. Jamás » había intentado concretarlo en palabras». Al fin, se decide.
«Huir de Nueva York, le dije, y de las ciudades en general. De la zozobra. Del miedo. De las cosas que leo en los periódicos. De la soledad… De no hacer nunca lo que me apetece de verdad. De la obligación de divertirme. De vender los días para tener que vivir. De la misma vida, al menos de lo que es ahora la vida…». Le miré fijamente a los ojos y añadí en voz baja : » Huir del mundo».
El director de la agencia le enseña a Charlie un folleto propagandístico de Verna, un planeta cualquiera. Charlie contempla en silencio las fotografías y las selvas casi vírgenes, salpicada aquí y allá de cabañas de madera.
«No sé por qué, pero uno se daba cuenta al mirar aquellos valles cubiertos de vegetación que aquél era el aspecto que debía haber ofrecido América en el principio de su existencia…, un paisaje parecido al que pudieron tener ante sí los habitantes de Kentucky o Wiscosin hace más de un siglo. Bajo esta foto había otra en la que se veían seis u ocho personas en una playa… Se notaba – de verdad, se notaba – que a todos les gustaba su trabajo…, que ninguno de ellos conocía el miedo ni la angustia… Eran felices, lo serían siempre y, además, lo sabían».
Charlie preguntó al director de la agencia a qué se dedicaba la gente.
«Trabajan. Todo el mundo trabaja…, viven haciendo lo que quieren, hacen lo que les apetece».
«¿Y si no les apetece hacer nada?».
» Eso es imposible, todo el mundo quiere hacer algo. Lo malo es que pocas veces se tiene tiempo de descubrir lo que es».
Para tranquilizar a Charlie, el director de la agencia se apresura a añadir que, si bien la vida es rudimentaria, no resulta dura en absoluto : no hay coches ni televisiones…. Tras una última ojeada al interior de las cabañas, Charlie saca un billete para Verna. ¿Qué pasa entonces? No llega nunca. Pierde la fe en el momento crítico y después ya es demasiado tarde. No se tiene derecho a una segunda oportunidad.
«Of Missing Persons» – dice Kingsley Amis, que es quien ha elegido este cuento y lo ha comentado en «El universo de la ciencia ficción»- , es un ejemplo clarísimo, incluso desde el punto de vista técnico, de literatura fantástica: no se puede viajar a Verna, uno tiene que encontrarse allí sin más».
(Imágenes -1- Robert Mccall- 1968/2- Gabor Jonas/ 3.- Andrew Wyeth- Philadephia museum)

































«No estoy seguro de tener algo que agregar a lo que todo el mundo ha estado diciendo durante años – contestó J. G. Ballard en 1984 cuando fue interrogado por Thomas Frick para The Paris Review (El Ateneo)-. La década de los sesenta era una época de multiplicación infinita de posibilidades, de verdadera generosidad en muchos aspectos, una enorme red de conexiones entre Vietnam y la carrera espacial, la psicodelia y la música pop, y todo ello relacionado de todas las maneras concebibles gracias al paisaje de los medios de comunicación. Todos nosotros estábamos viviendo dentro de una enorme novela, una novela electrónica gobernada por la instantaneidad. En muchos aspectos el tiempo no existía en la década del sesenta, era tan sólo un conjunto de infinitos presentes configurativos. El tiempo volvió en la década del setenta, pero no el sentimiento del futuro. Las manecillas del reloj ahora no van a ninguna parte. No obstante aborrezco la nostalgia y es posible que vuelva a producirse una mezcla igualmente ardiente. Por otra parte, al ser tan serio, el futuro puede resultar aburrido. Es posible que mis hijos y los suyos vivan en un mundo sin acontecimientos y que la facultad de imaginación muera o se exprese exclusivamente en el mundo de la psicopatología».

A veces en un blog no hay más que repasar las noticias de hoy, las noticias que un escritor firmó hace cincuenta y seis años y que aparecen ahora entre la marejada de planes educativos:
