CHARLIE CHAPLIN

 

cine.-51qa.-Charlie Chaplin

 

«Charlie Chaplin – anota Somerset Maugham en sus «Cuadernos de un escritor» (Península) – es un hombre de aspecto agradable. Sus facciones son agradables, la nariz más bien grande, la boca expresiva y los ojos bonitos. Es tímido. Su acento conserva todavía una reminiscencia del cockney de su primera juventud. Tiene un espíritu bullicioso. Acompañado de personas entre las cuales se encuentra a sus anchas, es capaz de hacer las mil bufonadas. Tiene una inventiva fértil, una vivacidad incansable y el agradable don de la imitación; sin conocer ni el francés ni el español imitará a personas que hablan una u otra de estas lenguas con una minuciosidad humorística que hace el deleite de todo el mundo. Como todo humorismo, depende de una minuciosa observación, y su realismo, con todas sus implicaciones, es trágico, porque sugiere un contacto demasiado estrecho con la pobreza y la sordidez.

 

cine,.rrttbb-,.Charlie Chaplin.-1916

 

(…) Charlie Chaplin lo tiene a uno riendo durante horas enteras y sin el menor esfuerzo; tiene el genio de lo cómico. Su gracia es sencilla, dulce y espontánea. Y, sin embargo, da constantemente la sensación de que en el fondo de todo aquello hay una profunda melancolía. Es un hombre triste que no necesita hacer la siguiente declaración: «Anoche tuve tal crisis de tristeza que no sabía qué hacer conmigo mismo», para advertirnos que su humorismo está impregnado de tristeza. No da nunca la impresión de ser un hombre feliz. Tengo la idea de que siente la nostalgia de los antros londinenses. La celebridad de que goza su fortuna lo aprisiona en una forma de vida en la que sólo halla restricciones. Yo creo que piensa en la libertad de su turbulenta juventud, en su pobreza y sus amargas privaciones, con un ansia que no podrá jamás ser satisfecha.

 

Chaplin. nu- biography com

 

Para él las calles del sur de Londres son escenas de jolgorio, alegría y extravagantes aventuras. Tienen para él una realidad que las aseadas avenidas flanqueadas de lujosas casas en que viven los ricos jamás poseerán. Me lo imagino entrando en su casa y preguntándose qué diablos hace él en aquella extraña morada. Sospecho que el único hogar que para él tiene valor es un segundo piso trasero de Kennington Road. Una noche anduve rondando con él por Los Ángeles y nuestros pasos nos llevaron hacia los barrios paupérrimos de la ciudad. Había varias casas de huéspedes y pensiones y las sórdidas y tétricas tiendas en las que se venden los diferentes artículos que los pobres compran de día en día. Su rostro se iluminó al verlas y con un tono de intensa emoción en la voz exclamó: «Oiga, esto es la verdadera vida, ¿verdad? Todo lo demás es pura filfa».

 

cine.-8hyh.-Charlie Chaplin en Roma 1947.-Carlo Cisventi

 

(Imágenes.- 1. Charlie Chaplin/ 2.-Chaplin en 1918/ 3.-Charlie Chaplin- biopgraphy com/ 4.- Chaplin, en Roma- 1947- carlo cisverti)

VIEJO MADRID (60) : LA BOHEMIA Y EL OLVIDO .- VIVENCIAS Y RECUERDOS ( y 5 )

 

bohemia-unny- Picasso

 

Aquellos años con mi abuelo materno, José Ortiz de Pinedo, dejaron en  mí el recuerdo de la intimidad de un escritor. Lo veía trabajar en su despachito de Raimundo Lulio, comentarme que le había gustado «Nada» de Carmen Laforet y la película «Candilejas» de Chaplin. Era hombre metódico, fino de espíritu, callado, que sabía escuchar. Lo evoco en reuniones familiares más numerosas soportando en silencio el peso de las horas y también las conversaciones intranscendentes, el polvillo de los dimes y diretes urbanos o vecinales que nada le interesaban. Supongo que en esos momentos poemas de Rubén Darío o de Juan Ramón vendrían a verle para aliviarle, y profundos versos de San Juan de la Cruz le llevarían hasta Jaén, la patria chica de mi abuelo, cuando el Santo anduvo por aquellas geografías.

 

bohemia- bbvy- Emilio Carere- babab com

 

Nunca fue mi abuelo bohemio aunque estuvo muy rodeado de la bohemia. De la bohemia madrileña he hablado aquí en más de una ocasión y sobre la bohemia se ha comentado mucho. En la excelente biografía de Valle- Inclán de Manuel Alberca se resume que «para algunos militantes de la bohemia, ésta se definía por el amor al Arte y por su potencialidad de crear Belleza. Un estado del alma tan vago como la espiritualidad del arte. Para otros, para los bohemios sociales, su objetivo era cambiar la sociedad». Y Julio Camba, en 1924, escribirá: «En Madrid no hay bohemia. De un lado hay miseria, pauperismo, tuberculosis, y del otro hay literatura. Cuando alguien hace de bohemio entre nosotros, es a fin de llevar una vida burguesa. Estos ciudadanos demuestran lo vago, lo artificial, lo histriónico de la bohemia de Madrid (…) Ser bohemio en un país que pasa hambre, amén de obligado, es una broma o un desatino, porque la bohemia es un lujo de sociedades ricas».

 

bohemia-bun- Emilio Carrere y otros bohemios en el café Varela de Madrid- cabodepalosylamanga com

 

 Y luego suele llegar el olvido a través del tiempo. Pero no se olvidan fácilmente aquellos años familiares en la pequeña calle de Madrid:  el ir y venir de triunfantes y olvidados a los que también quise aludir aquí, y las vueltas que dan vida y literatura.

Y antes de cerrar todos los recuerdos, aún veo desde el pasillo, y tras las cortinas azules de su despacho, a Ortiz de Pinedo escribiendo…

(Imágenes.-1.-Pablo Ruiz Picasso/ 2.- Emilio Carrere- babab/ 3.- Emilio Carrere y otros en el café Varela de Madrid- cabodepalosylamanga.com)