TOLSTOI Y LA CLARIDAD ( y 2)

Leyendo a Tolstoi y a Dostoyevski se alcanza la cima de la novela moderna. Cada escritor sigue a un ideal en sus lecturas y tiende inconscientemente a buscar ejemplo.  Hay quienes se ven arrastrados por la fuerza de un contemporáneo, incluso a veces un artista de segunda fila que sin embargo les atrae por determinada característica en la que es maestro. Yo prefiero mirar a los titanes. De  entre ellos, sobre todo, a los rusos, y de todos los rusos, aquellos que lograron la profundidad y la veracidad. Dostoyevski en el drama de la vida y Tolstoi en la epopeya:  lo dramático en la vida individual del hombre y lo epopéyico en la Creación, en el orden de la naturaleza, en los ciclos que Dios ha querido trazar. Dostoyevski cultivó, en sus escenas más tensas y delirantes, la presencia del desorden, no del orden. El caos en el alma humana y en la sociedad: caos que ahora se intensifica. El conflicto interior del hombre en todo tiempo es puro drama. Drama cotidiano en cada uno de nosotros. Conforme  muere la fuerza de nuestra comodidad,  el  drama se va debilitando, aligerando, dulcificando.  Pero hay drama hasta el último minuto, ya que hay libertad para elegir; por lo tanto hay conflicto.  Las  estrellas no tienen drama. Ni la primavera. Ni el anochecer. Pertenecen a la epopeya. Hemos de elegir en cada instante. Cesa el drama con la muerte.

El drama del hombre trasladado a la literatura, se estructura en acción, en diálogo tenso. La epopeya, sin olvidar el diálogo, se amolda a la descripción apacible y ordenada, a la reflexión. La literatura contemporánea cada vez da un paso más hacia el diálogo: quieren mostrarse en síntesis, conceden una gran importancia a la acción y al diálogo. Ello  no sólo por la razón secundaria de que el lector desea no perder tiempo, sino acaso porque nuestra época es más dramática, o al menos tiene conciencia de ser más dramática que las anteriores. El diálogo y la acción son elementos esenciales del drama . Diálogo

que significa comunicación con otros seres, pero también problemas y conflictos : diálogo con uno mismo, conversación con el exterior o con el interior. La acción, por otro lado, es característica de nuestro tiempo. A  veces incluso la acción por la acción. La mayoría de los hombres dicen que no tienen tiempo para la reflexión;  la reflexión es brevísima, fulgurante. El  resto está volcado sobre la acción. Por ello,poca atención a la epopeya. La epopeya es reflexión. 

Contemplar esa impresionante epopeya de la Creación, la epopeya del orden.  Tal contemplación es primordial para sumergirse luego en el drama de uno mismo y en el de los demás y hablar a esos hombres, esencialmente dramáticos, de las bellezas inconmensurables de la gran Epopeya.

José Julio Perlado

imágenes- wikipedia

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