
Uno de los placeres privados de la lectura personal (como cuando se escucha música clásica no impuesta sino elegida por uno especialmente para ser oída), es buscar y encontrarse con textos y vivencias muy predilectos, que, además de animar a trabajar ( al menos a mí me ayudan), son, en esos momentos de la lectura, enormemente satisfactorios y casi diría que incomunicables y supongo que ininteligibles para los demás. Eso me ha ocurrido cuando he seguido el proceso creativo de “Al faro” y las anotaciones que Virginia Woolf hacía en 1925 y 1926, mientras escribía su novela, en torno a lo que ella llamaba “ el método de los túneles” o de las galerías subterráneas con respecto a las descripciones de sentimientos y personajes, cosa que ya había logrado en “La señora Dalloway”. Como escritor, es una satisfacción encontrar todo esto, es decir, volver a descubrir estas cosas. Como digo, volver sobre todos estos matices y enseñanzas, es igual para mí que escuchar música clásica escogida, un placer intelectual muy personal donde sumergirme, aprender y meditar.
José Julio Perlado

Imágenes- wikipedia
Maravillosa Virgia Wolf , siempre actual. Qué interesante será leer su proceso creativo escribiendo El Faro. Me lo apunto.
Gracia por sus posts tan sugerentes y actuales siempre.
Oí Alaba
Muy interesante el proceso creativo de Virginia Woolf
Muchas gracias por tus palabras