«Cuando contempla uno el mar aparecen, invisibles, sus criaturas entre las aguas, criaturas bañadas por las artes, lomos y estelas y escamas transparentes atraídas por la música, la pintura o el teatro. Hijas del Océano son llamadas por poetas anteriores a Cristo y llegarán hasta lienzos de Renoir o de Picasso. Como también las Nereidas, nietas del Océano, que viven en el fondo del mar y que pintará Delacroix, esculpirá Rodin y pondrá música Dvorak en una balada.
Plinio el Viejo, en su «Historia natural», habla de la aparición de «un hombre marino«, un hombre-pez en la bahía de Cádiz, uno de los innumerables «hombres-peces» que asoman a lo largo de los siglos. En el teatro, el francés Giradoux, en «Ondine»(1939) nos lleva hasta la historia dramática de un espíritu del agua. Y en el teatro también, una criatura del mar como la sirena entra en las tablas de «La sirena varada» de Alejandro Casona (1934) y nos acerca a las ensoñaciones del autor.
Cuando contempla uno el mar asoman entre las aguas azules estelas, escamas y lomos transparentes: brillo de criaturas del arte bañadas en teatros, en pintura o en músicas».
José Julio Perlado
(Imágenes.- 1.- Canan berber/ 2.-Armand Valleé- 1923/ 3.-Josek Koudelka- 2008)


