BLANCOS DE ZURBARÁN

Zurbarán-nyyn- San Serapio- museo Thyssen

 

Blancos y pliegues y plumas y papeles que escriben los monjes, pero sobre todo blancos, blancos, la blancura de Zurbarán en el Thyssen a media mañana, mientras se deslizan por el Paseo del Prado automóviles de todos los colores y los blancos, sólo blancos de las mangas de los monjes, dejan escapar los dedos hacia el cielo, unos dedos señalando la altura de otro mundo, la hondura de la accesis. Blancos, blancos centrados en bodegones, entre cacharros del siglo XVll, entre frutas y cardo. La manga blanca del hábito de San Serapio cuelga sus pliegues atrayendo la mirada hacia la mano y la mano que lleva el pincel de Zurbarán nos lleva otra vez a lo blanco, se extiende en lo blanco, lo blanco invade el marco del museo y la pluma del monje se posa en el aire buscando acabar su escritura, apuntes que tratarán del cielo.

Luego están los ojos, pupilas que se cierran o que miran a lo alto, el blanco infinito y oculto para tantos humanos ya lo ha visto ese ojo del santo de Zurbarán que suplica, padece y contempla. Los blancos de los pliegues se alzan intentando seguir la visión de ese ojo pero no lo alcanzan, los pliegues de las ropas reposan sobre tierra, envuelven la tierra de ese monje que es polvo enamorado.

José Julio Perlado

 

Zurbarán-noon- monje- elmundo es

 

(Imágenes.- 1.- Zurbarán- San Serapio- museo Thyssen/ 2.- Zurbarán-elmundo es)

VERANO 2015 (2) : VACACIONES

 

objetos-nnhu-maletas-Mayumi Terada

 

«Parece que las vacaciones son una prolongación natural del ocio latino ( es decir, de una meditación tranquila y ajena a las prisas) – escribe Adam Zagajewski en ‘Defensa del fervor» (Acantilado) – porque el ocio suele relacionarse con un estudio estático; siempre que oigo hablar de ese ocio me imagino una habitación con un sillón, llena de libros, música y álbumes de pintura. En cambio, las vacaciones son viajes. Las vacaciones significan un viaje, y cada viaje es por fuerza motivo de pequeñas y molestas incomodidades. La imprescindible inercia que reside en el corazón mismo del ocio latino se esfuma la víspera del día de salida, ya que el mero bailoteo alrededor de la maleta y las ofrendas que le hacemos de nuestras piezas de vestir, son una caricatura de la movilidad veraniega (…) En los viajes, como en los sueños, encontramos gente nueva y edificios antiguos, conocemos lugares que antes ignorábamos. Pero los sueños suelen engañar; las voces que oímos en ellos hablan demasiado deprisa, como si temieran la llegada del alba. Nuestra pequeña memoria no abarca lo que le susurran obstinadamente los sueños. En cambio, un viaje exitoso se convierte en algo parecido a un sueño ordenado y aumentado. Y también más lento: hasta el viaje más rápido es más lento que el sueño. Y más inteligible.

(…) En la cafetería, alguien se sentará en un velador vecino. Con alguien intercambiaremos algunas palabras. Hay que recordar que estos encuentros, si de veras llegan a ser encuentros, son algo extraordinario, un premio que nos otorgan los duendes del viaje».

 

ciencia ficccion.-29uu.-Rabah Khalil.-23 historias de viajes en el tiempo y lugar.-2010.-

 

(Imágenes- 1.-Mayumi Terada/ 2.-Rabah- Khalil- artpalestine órg)

LA MUCHACHA DE VERMEER

 

800px-Johannes_Vermeer_(1632-1675)_-_The_Girl_With_The_Pearl_Earring_(1665)

 

«La muchacha de Vermeer, famosa ahora,

me está mirando. La perla me mira.

La muchacha de Vermeer tiene los labios

rojos, húmedos y brillantes.

 

Muchacha de Vermeer, perla,

turbante azul: eres la luz,

y yo estoy hecho de sombra.

La luz mira a la sombra con altivez,

con indulgencia, quizá con tristeza».

Adam Zagajewski.- «La muchacha de Vermeer»

(Imagen.- Vermeer.- La joven de la perla.- 1665)