«Y, sin embargo, bosques, y sin embargo, mares,
no estamos solos, nunca
nadie está solo, sino
aquellos que están muertos de verdad en la vida,
con la sangre y los ojos y el corazón cerrados
a las profundas luces y sombras que los ciñen.
Yo os pueblo, mares, de mis cosas. Bosques,
de mis cosas también yo os pueblo. Sombras
no son. Mirad esa muchacha. Vedla
cómo marcha a mi lado entre los troncos
y sale al mar, entrándome en las olas.
Y, sin embargo, bosques, y sin embargo, mares,
parecéis que estáis solos,
como yo lo parezco también hoy
tan distante de vuestros verdes ámbitos.»
Rafael Alberti.– «Y, sin embargo, bosques…» («Poesía de España») (1960)
(Imágenes.- 1.- Renoir/ 3.-Monet.-1919)

